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Pepe Navarro en las mañanas de Antena 3

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"Vivir, vivir... ¡qué bonito" no suena muy bien como nombre de un programa pero es que Pepe Navarro siempre ha sido un tanto especial para los títulos de sus producciones. En 1992 debutó en la televisión privada con un matinal en Antena 3 y eligió esa optimista cabecera para su invento... aunque posiblemente hubiera un poco de ironía en ello. Navarro sucedía a Consuelo Berlanga en esta franja que con su "Tan contentos" había sustituido previamente a "De tú a tú" con Nieves Herrero.  Navarro se enfrentaba a Javier Vázquez en TVE con "De par en par" y a Laura Valenzuela en "Telecinco, ¿dígame?" además de a unos cuantos culebrones. En poco tiempo consiguió ser líder de audiencia con una escaleta similar a la de "El día por delante", su magazine para las mañanas de la Primera en 1989.

La fórmula era sencilla y clásica: entrevistas, concursos, música y humor. Lo diferente era la forma de empaquetar el producto y, en eso, Navarro venía muy influenciado por su estancia en EE.UU. En Antena 3 no le pusieron un skyline como el de TVE pero sí unos cuantos edificios. Además había un continuo ir y venir de copresentadoras, colaboradores y humoristas que le daban un ritmo al show del que carecían sus inmediatos competidores. El programa comenzaba aproximadamente a las 11.30h y se alargaba hasta las 15h pero entre medias tenía dos interrupciones, una a las 12.30 para emitir la serie norteamericana "Santa Bárbara" y otra una hora más tarde para el concurso "Supermarket" con Enrique Simón.

De su etapa en la pública se trajo también el famoso concurso "¿Tiene usted pelos en la lengua?" en el que una sufrida presentadora tenía que llamar a un número elegido al azar por dos personas del público sacando números de un bombo y hacer tan indiscreta pregunta a quien respondiera a la llamada. Cada día había que contestar algo distinto y para conocer la clave, lógicamente, había que ver el programa. Por supuesto las respuestas eran, en general, muy subidas de tono.

El programa también incorporó tertulias de actualidad, algo casi inaudito a esas horas y tal unión de elementos combinada por el equipo de Navarro funcionó tan bien que las otras dos cadenas generalistas nacionales (no cuento a la 2 por razones obvias) cambiaron su programación. En la Primera cancelaron "De par en par" para abrir el "Club de mujeres" con Yolanda Ramos, repetir "Cristal" y organizar "El Show de la 1" con la ex azafata del "Un, dos, tres" Kim Manning y Fernando Carrillo, actor de culebrones y marido de Catherine Fulop que, a su vez, copresentaba "Viéndonos" con Martes y 13. Aquello fue un desastre. Tampoco les funcionó mucho mejor la cosa a Telecinco con "Entre platos anda el juego" (Juanito Navarro y Miguel Caiceo) y "A mediodía alegría" (Leticia Sabater) aunque remontaba al final con Concha Velasco y sus "Queridos padres".

Sin duda la gran diferencia con respecto a sus rivales era que Pepe Navarro incorporaba mucho humor y que no pensaba que sus espectadores fueran exclusivamente "marujas" a las que sólo se les podía ofrecer consejos de salud, cocina y decoración. Carlos Iglesias, Nuria González y Dani de la Cámara ya intervenían en la mañana como después lo harían en la medianoche pero en Telecinco y cruzando el Mississippi.
   En la temporada 1993-94 el programa tuvo que cambiar de nombre y a pesar de que para la historia quedará como "Todo va bien" en realidad el título continuaba con "... + - raíz cuadrada de pi" que, según el director y presentador, era la fórmula de la felicidad. Hubo mejoras en la escenografía pero el formato se mantenía similar aunque con menor duración. Esta vez, sin embargo, Navarro se enfrentaba a una competencia de verdad, "Pasa la vida" de María Teresa Campos se movía de la tarde a la mañana y ahí comenzó a fraguarse el reinado de la periodista malagueña. Si bien durante la temporada que coincidieron en horario no hubo un claro liderazgo y las audiencias se iban repartiento entra una y otro, Antena 3, en un movimiento incomprensible, decidió que Pepe no continuara en 1995 en las mañanas y le "coloca" (también de forma inexplicable) en "El gran juego de la oca".  A partir de entonces el dominio de la Campos fue indiscutible hasta su fichaje por (precisamente) Antena 3 pero conviene no olvidar que hubo un tiempo en que no fue la única en la batalla.

No es fácil ser verde, la historia de Jim Henson

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Jim Henson fue un visionario. Los programas que ideó ya en los 60, al inicio de su carrera, eran tan revolucionarios que su fórmula sirvió para crear un nuevo estilo, el suyo, con el paseó por distintos géneros hasta su muerte en 1990. Han pasado 25 años desde su fallecimiento y Henson es una marca consolidada en el mundo del entretenimiento, tanto que hace unas semanas la HBO nos sorprendía con la compra de “Barrio Sésamo” (aunque se seguirá emitiendo en la pública PBS con meses de retraso), una operación que, posiblemente, no gustaría al propio Jim pero que confirma la importancia de su legado artístico. De su carrera en la televisión y el cine habla Miguel Ángel Parra en su libro “No es fácil ser verde. El Universo de Jim Henson” editado recientemente por Diábolo. Con él hemos conversado sobre la faceta que más nos interesa en este blog, la televisiva. 

- Es curioso comprobar cómo Henson fue dejándose llevar por las circunstancias al principio de su carrera. La televisión fue su primer trabajo como profesional pero no se lo tomaba muy en serio y ni siquiera se planteaba vivir de eso durante mucho tiempo.
Bueno, no se planteaba vivir de las marionetas, pero sí del cine y la televisión. Los Muppets fueron un medio para alcanzar un fin. Lo que no imaginaba Henson es que un trabajo que él consideraba temporal, fuera a cambiarle la vida de ese modo.

Jim y su mujer Jane con los personajes del programa local "Sam and Friends" emitido entre 1955 y 1961
 - Su primer programa ya presentaba algunos de los elementos que serían clásicos en sus producciones: ya estaba Gustavo (aunque no era el protagonista) y había un cierto caos y mucho humor absurdo. Además usaban el metalenguaje televisivo.
Sí, sin duda. Sam and Friends era un Show de los Teleñecos en estado embrionario. Aparte de Gustavo y los típicos números musicales del programa, el espacio incluía grandes dosis de humor absurdo, sobre todo tras la llegada del guionista Jerry Juhl.  


Jim con Gustavo (Kermit) en el Show de Ed Sullivan

- Muchos grandes de la televisión percibieron el potencial de sus Muppets incluso antes que el propio Henson y ya en aquellos 60 fue requerido para participar a nivel nacional en algunos de los shows de mayor audiencia como el de Ed Sullivan.
El éxito de Sam and Friends en la televisión local de Washington, WRC-TV, hace que Jim y sus personajes aparezcan por primera vez a nivel nacional en el programa “Tonight!” presentado por Steve Allen. Pero fueron sus trabajos en campañas publicitarias para empresas como Wilkins Coffee o Purina Dog Chow, los que realmente llaman la atención de Jimmy Dean, Ed Sullivan y otros famosos presentadores de la época. 


- Hasta la llegada de Barrio Sésamo Henson intentó vender a las grandes cadenas proyectos que eran claros precedentes del Show de los Teleñecos pero los directivos no se atrevían a dar el paso. Eso sí, consiguió colocar en la parrilla varios especiales en los que ya ensayaba algunas fórmulas que después desarrollaría no sólo en sus programas sino también en el cine.

Hay que tener en cuenta que la intención de Jim era crear un programa de marionetas para adultos y, aunque era una coña, uno de esos primeros especiales se llamaba “The Muppet Show: Sex and Violence”.  Hoy con programas como “Los Simpson” o “Padre de familia” cuesta de imaginar, pero en aquella época los ejecutivos de las grandes cadenas no tenían nada claro que este tipo de producto pudiera funcionar en antena. Años más tarde se demostró lo contrario, convirtiéndose en su cuarta temporada en el programa de mayor difusión simultánea a nivel mundial. 


Will Lee y Loretta Long en el primer Sesame Street
 - “Barrio Sésamo” no fue en realidad una idea de Jim y parece que no fue fácil convencerle. ¿Por qué era tan reacio al principio a este programa preescolar?
Aunque finalmente acabó aceptando el trabajo pensando en un programa que ofreciera algo a sus hijos, Henson no quería ver involucrados a sus personajes en un producto que pudiera ser etiquetado como algo infantil. Como hemos comentado antes, en ese momento se encontraba intentando convencer a directivos de otras cadenas de que los Muppets no estaban pensados para los niños, o al menos, no exclusivamente.


- En tu libro aclaras la intrahistoria de este programa, incluidas las negociaciones por los derechos de los personajes durante la vida del propio Jim y tras su muerte. En tu opinión, ¿qué puede significar la compra del formato por HBO para este tesoro televisivo?
Estoy seguro de que el programa seguirá siendo bueno teniendo detrás al equipo de Sesame Workshop y aunque después de su emisión en HBO (una cadena privada) se emitirán más tarde en la PBS como hasta ahora, me parece una perversión de la idea original. Barrio Sésamo era un producto de la televisión pública pensado para los niños de escasos recursos económicos, por lo que es algo absurdo que a partir de ahora se emita en un canal privado. Y ése fue uno de los motivos por los que Henson se negó a vender a Disney los personajes de ese programa en concreto, para evitar la manipulación y el negocio de una idea que consideraba una herramienta educativa. 


Richard Hunt, Jim y Frank Oz
- La llegada a España de los personajes de Sésamo fue muy gradual y se la debemos a Blanca Álvarez, la primera presentadora de TVE junto a Laura Valenzuela, que a finales de los 70 dirigía el departamento de infantiles de la Casa.
Sí, gracias a ella la primera versión con la gallina Caponata y el caracol Perezgil, llegó a nuestras pantallas en 1979.

 
Bajo el disfraz de Caponata estaba la actriz Emma Cohen, fue el primer Barrio Sésamo español, en 1979


- ¿Qué pasó con el primer Barrio Sésamo protagonizado por Emma Cohen? ¿Por qué duró tan poco?
Oficialmente fue por la poca audiencia obtenida por el espacio, algo que cuesta creer con un único programa infantil en esa franja horaria y tan solo dos cadenas, aunque otros, como la actriz Emma Cohen, creen que es debido a las pocas simpatías que despertaban sus ideales y los de su directora Lola Salvador en los directivos de la cadena. 


La gran Chelo Vivares encarnó magistralmente a Espinete durante los años 80
- Y algunos lo sabían pero aquí lo confirmas: Espinete no fue creado específicamente para TVE…
Pues no, originalmente fue creado por el diseñador Kermit Love para la versión israelí del programa. En Prado del Rey habían pensado en utilizar un ratón, un topo o un águila como personaje principal, pero Love que estaba saturado de trabajo en esos momentos, decide reciclar el diseño para España. 


Bluki y compañía, el último Barrio Sésamo realizado por TVE
- También aprovechas para reivindicar de alguna manera la última etapa, la protagonizada por Bluki, que pasó desapercibida para mucha gente a pesar de que se produjo durante varios años.
Sí, es una lástima, pero esa etapa se encuentra bastante olvidada en comparación con las anteriores, en parte debido a su horario… las 7:30 de la mañana.


The Land of Gorch, los teleñecos creados para el Saturday Night Live en 1975
- Gracias a ti mucha gente descubrirá que los Muppets también estuvieron presentes en la primera temporada de SNL. Una experiencia más bien amarga para el equipo de Henson.
Sí, Henson y los suyos estaban acostumbrados a trabajar con su propio material, y los guiones escritos por el equipo de SNL no acababan de encajar con los personajes. Escribir para marionetas no es lo mismo que escribir para humoristas o para actores, y eso se nota en el resultado final. Por si fuera poco, el equipo de guionistas y actores detestaba trabajar con los Muppets. 


 

- Hablemos del Show de los Teleñecos. Es increíble que uno de los grandes éxitos de la televisión mundial de finales de los 70 tuviera tantas dificultades para salir adelante y que tuviera que ser un Lord inglés el que apostara por ellos.
La televisión británica siempre ha sido mucho más arriesgada en todo tipo de contenidos, al menos en la década de los 60 y 70, cosa que podemos comprobar con ejemplos tan dispares como “Doctor Who” o “Monty Python’s Flying Circus”. Además, Henson, contaba con la ventaja de que Lord Grade no conocía su trabajo y se quedó deslumbrado con la bobina de muestra, sin los prejuicios que podían tener los ejecutivos americanos  que sí le habían visto en otros programas. 


 
- ¿Qué aportaron los Teleñecos a la televisión?
Pues aparte de presentar al gran público a unos personajes universales que continúan muy vigentes en la cultura popular mundial, creo que dos de las aportaciones más importantes son abrir el camino a otro tipo de entretenimiento para el público adulto y demostrar –en el caso de Barrio Sésamo– que la televisión puede ser una herramienta educativa para los niños si se utiliza correctamente.


- Gracias a esta colaboración con Londres, Henson pudo presentar otros formatos muy peculiares y con una clarísima estética europea como “El Cuentacuentos”.
Sí, a partir de “El show de los Teleñecos” gran parte de sus producciones, incluidas las películas, se produjeron en Londres y en varias ocasiones con la ayuda de Lord Grade. Es una lástima que proyectos como “El Cuentacuentos”, que curiosamente funcionó bastante bien en España, fuera un fracaso estrepitoso.  


 

- “Los Fraguel” fueron su último gran éxito televisivo en vida pero en realidad su planteamiento inicial de que fuera una especie de franquicia no funcionó en general.
Pues la verdad que no, Henson quiso repetir el éxito de las coproducciones mundiales de Barrio Sésamo con Los Fraguel, pero solo consiguió convencer a tres países: Alemania, Francia y Gran Bretaña. Por suerte, la producción original americana –que es la que se emitió en el resto del mundo– fue todo un éxito.


- En tu libro intentas explicar la importancia de la figura de Jim Henson en el mundo del arte del siglo XX. Teniendo en cuenta que era un hombre de tantos talentos se antoja una tarea inabarcable. ¿Cómo podrías resumir la impronta que ha dejado Henson en el cine y la televisión?
Intentar resumir en pocas palabras la huella de Jim Henson en el mundo audiovisual es difícil. Su compañía fue pionera en el desarrollo de técnicas en el campo de la infografía o los animatronics que se continúan utilizando en la actualidad, como el Henson Performance Control System por el que su equipo recibió un premio de la Academia. Pero para mí su mayor logro fue el idear un diseño específico de marioneta para televisión y crear unos personajes que después de tantos años aún continúan vigentes.  


Miguel A. Parra con Michael K. Frith (diseñador en El show de los Teleñecos y Los Fraguel) y su esposa Kathryn Mullen (Mussy Fraguel, Kira de ‘Cristal Oscuro’ y asistente de Frank Oz en ‘El imperio contraataca’) este verano en Nueva York
- ¿Qué ha supuesto para ti escribir este libro? ¿Era una especie de deuda que el niño Miguel Ángel Parra se había autoimpuesto en su día?
Pues has dado en el clavo Alejandro, aunque he escrito otros trabajos anteriormente, este libro era una espinita que tenía clavada desde hace tiempo y he disfrutado muchísimo haciéndolo.  Espero que los lectores también lo hagan. 

Kermesse TVE

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Una Kermesse es una fiesta popular, generalmente celebrada en un barrio o un pueblo pequeño, vamos, la típica verbena de toda la vida. En los años sesenta esta palabra francesa, que a su vez proviene del neerlandés, se aceptó en nuestro país (incluso por la R.A.E., que conste) y era fácil encontrar carteles invitando a la "kermés" de la zona. Por eso no es extraño que el programa del verano de 1960 en nuestra tele tuviera el hoy curioso título "Kermesse TVE". Una fiestecilla en directo con organillo, serpentinas, cadenetas, puestos de tiro y churros adornaban el decorado instalado en el Teatro del Fomento de las Artes desde donde se realizaba semanalmente.

Música, juegos, desfile de las "Guapas de Madrid" (ganadoras de certámenes de belleza organizados en barrios como Chamberí), concurso de compositores, entrevistas, humor... No era nada nuevo pero sí pretendían presentarlo de una forma distinta, más natural, menos encorsetada, como lo que se viviría en la verbena de la aldea. Sin embargo, esa supuesta cercanía no gustó demasiado a la crítica que acusaba de cierta desorganización al programa: "El desenfado, la gracia, cierta confianza (siempre muy medida) con el público, las palabras directas, etc., no justifican que un presentador hable y a la vez coma. Ni aún en una "kermesse" puede infringirse tan elemental norma de cortesía, ni aún cuando lo comido sea algo tan ligero, tan simpático y tan simple como media docena de churros" decía el crítico de "TeleRadio" tras el estreno.

Aquel estreno supuso un disgusto para su presentador, Tony Leblanc, porque a los nervios propios de un debut se unieron los que tuvo que pasar ante una operación de urgencia de su mujer ese mismo día. Aquella intervención salió bien y no fue a mayores pero el actor no lo supo hasta finalizar la emisión, de tal manera que durante la hora y pico de programa estaba bastante distraído. Esta era la pirmera vez que Tony se ponía al frente de un show televisivo: "se puede decir que debuto hoy ya que lo único que he hecho en sus estudios es un programa hace dos años, "La Goleta", y fue muy disinto porque intervenía más como actor que como presentador" confesaba a la prensa en julio de aquel año. "Yo tengo el cometido de ir uniendo los distintos espacios del programa y procurar que todos los espectadores se identifiquen conmigo con objeto de que desde los hogares disfruten del regalo de nuestra pequeña fiesta verbenera. Este trabajo realmente me encanta, creo que encaja perfectamente en mis condiciones de actor. Lo único que temo es mi falta de experiencia en TVE" remataba Leblanc que poco después presentaría durante algunos meses el gran programa estrella de entonces, "Gran Parada".

No estaba solo en las tareas de presentación Tony, le acompañaba Tico Medina realizando entrevistas a figuras de relevancia social. A la primera cita acudieron la cantante Carmen Flores, su marido el futbolista Isidro y el torero Victoriano Valencia. 
   Por supuesto no faltaban los típicos juegos de fiesta popular y en el concurso "Baile de parejas" los participantes tenían que demostrar sus habilidades con los bailes de moda, el tiro al blanco, cricket (muy típico en España, ejem) o comer churros con rapidez (sí, el churro estaba muy presente en este espacio). "Kermesse TVE" no pasó a la historia, ni siquiera para sus conductores que no lo recordaban en sus autobiografías, pero fue un primer intento de programa típicamente veraniego. Faltaba mucho para que llegara "Grand Prix".

Claire Chazal, el adiós de la reina de los informativos franceses

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Esta semana hemos celebrado en España el vigésimo quinto aniversario de Ana Blanco como presentadora de Telediarios y en Francia despiden a su propia reina de los informativos tras 24 años al frente las ediciones del fin de semana en la TF1, la cadena de mayor audiencia. Claire Chazal es desde hoy mismo sustituida por Anne-Claire Coudray aunque ya se despidió de sus espectadores el pasado domingo. La noche del 13 de septiembre agradeció a sus compañeros y los televidentes su apoyo y fidelidad y un vídeo recogía algunos de sus grandes momentos. La emisión finalizaba con el equipo aplaudiendo tras las cámaras. Un bonito gesto para compensar la decisión de la cadena.

Chazal estudió Comercio y Economía y comenzó como periodista especializada en este área en 1980 para diversos periódicos. Ocho años más tarde fue contratada por el canal público Antenne 2 para informar de la evolución de la Bolsa. Así comienza una carrera meteórica en televisión. En 1989 se encarga del informativo dentro del magazine Telematin y poco después inicia su etapa en los noticiarios nocturnos, un salto que fue recompensado con un importante premio y con el fichaje de la cadena TF1.

Chazal formaba parte de la nueva estrategia del canal para cambiar la imagen de sus servicios informativos. Claire era joven y brillante, su forma de comunicar clara, directa pero suave y cercana unía a la clase media burguesa de las grandes ciudades con la audiencia más rural a la que esa "chica" también les caía bien. Con el tiempo, sin embargo, esa imagen se fue transmutando en algo mucho más distante y sus romances con famosos (entre ellos Patrick Poivre D'Arvor, el presentador por excelencia de las noticias en el país) aireados por las revistas del corazón no la beneficiaron. A pesar de eso ha conseguido mantener el prestigio a través de un difícil equilibrio que ha estado a punto de romperse varias veces.

Con 58 años es (o era podríamos decir ya) la periodista mejor pagada de la tele francesa y nadie se esperaba su despido precisamente en pleno aniversario. Parece ser que su jefe le anunció su decisión en plenas vacaciones. Las razones no están muy claras pero desde hace tiempo se habían filtrado los problemas de la directiva con su gran estrella, problemas que realmente no lo son porque lo que les molestaba a los gerifaltes era, precisamente, su mayor valor: la experiencia. Consideran que Chazal está anticuada, que su serenidad es "aburrida" y que eso de quedarse tras la mesa no es "moderno". En los últimos meses, la conductora se había levantado de la silla y se había movido con timidez por el plató (de hecho su despedida fue de pie) pero parece que eso no fue suficiente. Quieren probar cosas nuevas y Chazal es una "molestia" para sus propósitos.

La excusa de la bajada de audiencia no suena muy creíble porque ese descenso ha sido común en todas las generalistas ante el nuevo panorama de multiplicidad de canales. Chazal seguía siendo líder en su horario, viernes noche y las ediciones de mediodía y noche del fin de semana. Además era la elegida por TF1 para las grandes entrevistas y al propio plató del noticiario acudían no sólo políticos sino también celebridades internacionales para breves charlas, muchas de ellas promocionales, lo que sí había sido objeto de crítica.

Además en los últimos años había presentado dos espacios de reportajes de altura, es decir, que es imagen de la cadena, una imagen labrada en un cuarto de siglo y que ahora se pierde de forma ¿precipitada? 
   Claire no se queda en el paro, colabora con otros medios como Radio Classique, y posiblemente recibirá jugosas ofertas de otros canales pero la estrategia de TF1 no suena muy inteligente. En Francia no es tan habitual como en España prescindir del talento de los periodistas veteranos y por eso este despido ha sorprendido aún más. 




Mi bella genio

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Tony Nelson, austronauta, es obligado a abortar una misión espacial y usar el paracaídas para llegar a una isla desierta. Allí se encuentra una vieja botella de la que sale una bella genio que lo "adopta" como su dueño. Su regreso a la base de Cocoa Beach en Florida no es tan feliz como deseaba puesto que nadie cree su historia y es tratado en la enfermería por sus alucinaciones. Jeannie, la genio, sólo se le aparece a Tony y cuando, por fin, decide hacerse corpórea para todo el mundo se cuida muy mucho de no revelar sus poderes. Éste es el argumento de base de la serie "I dream of Jeannie", renombrada en España y Latinoamérica "Mi bella genio", que estos días celebra su 50º aniversario.

  
Larry Hagman, mucho antes de ser J.R., y Barbara Eden eran los protagonistas de esta serie estrenada el 18 de septiembre de 1965 y que pretendía ser la respuesta de la NBC al éxito rotundo de "Embrujada" de la ABC, estrenada un año antes y que despertó el interés por las sitcoms "mágicas", réplicas, más o menos, de la de la bruja mueve-narices. Junto a ésta de la que hablamos también encontrábamos en la programación de la época "Mi marciano favorito".  Ninguna llegó a la larga andadura de "Bewitched" pero "Mi bella genio" no puede quejarse de longevidad, cinco años estuvo en antena, dos de ellos en el Top 30 de los más vistos del año. Sin duda, la más beneficiada por este éxito fue Barbara, que incluso de vez en cuando sigue poniéndose el atrevido uniforme de genio para sorprender al público a sus casi 80 años. Hace un par de años, por ejemplo, apareció por "sorpresa" en un acto homenaje a Bill Clinton para proclamarlo "her new master".

 
En sus cinco años de periplo por la parrilla de la NBC (se emitió los sábados, lunes y martes a las 20h en sus dos primeras temporadas y a las 19.30h en las tres últimas) pudimos conocer a la hermana gemela de Jeannie (una auténtica perraca interpretada por la propia Eden pero con peluca morena), a su perro invisible Djinn-Djinn y algunos familiares (todos desquiciados). A partir del verano de 1966 otra persona compartía el secreto de los poderes de Jeannie, el capitán Roger Healey, el gran amigo de Tony. Por cierto, ambos ascenderían de rango con los años.

Por supuesto, aunque no lo hemos dicho, es evidente que el motor principal de la serie es el amor que siente Jeannie por Tony, "su dueño", aunque él parece no darse cuenta. A lo largo de sus episodios pudimos comprobar que esta genio no soportaba la competitividad y cada vez que una mujer mostraba interés en el objeto de sus deseos utilizaría su magia para quitársela de en medio de una forma más o menos elegante (generalmente, menos). Afortunadamente, Jeannie conseguiría enamorar a Tony y en el episodio emitido el 1 de diciembre de 1969 se casarían. 
   El 1 de septiembre de 1970 se despedirían de la audiencia aunque no del todo. Entre 1973 y 1975 se emitiría una serie de dibujos animados del mismo nombre en las mañanas de los sábados de la CBS producida por Hanna-Barbera y entre los 80 y los 90, Barbara Eden retomó su papel en varias tv-movies, además de en multitud de series como invitada especial y también en anuncios de diversas marcas. 
   En nuestro país se emitiría a partir de 1968 los domingos en torno a las 16.30h en la Primera Cadena en una época en la que también se podía ver ese día "La familia Addams" y "Mi marciano favorito".

Esta fue su cabecera a partir de 1966, cuando comenzó a rodarse en color. Fue animada por Friz Freleng, un clásico de las Merrie Melodies de la Warner y también responsable de la animación de La Pantera Rosa:








Novela: David Copperfield

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En diciembre de 1969 el espacio dramático "Novela" adaptaba uno de los textos más famosos del inmortal Charles Dickens, "David Copperfield", la historia vital, desde la niñez hasta la madurez, del David del título que ha de superar el matrimonio de su madre con el cruel señor Murdstone y la posterior muerte de ella para tomar las riendas de su triste existencia. La huida del hogar donde recibe malos tratos por parte del padrastro y todas las desventuras que correrá a lo largo de su crecimiento hasta conocer el amor y la estabilidad son contadas con la ironía y la crítica social habituales en el escritor británico.

 
Durante cinco semanas la audiencia de TVE sufrió con los 25 capítulos que conformaron esta serie, una superproducción de la época en la que intervinieron nada menos que setenta actores de renombre y más de trescientos figurantes. El elenco estaba liderado por Paco Valladares, pionero de TVE aunque como presentador, que ya había sido protagonista de la primera serie filmada de la Casa, "Diego de Acevedo". Decía por entonces que "crear un personaje tan humano como David Copperfield siempre es intereante para un artista, si cuenta, además, con un adaptación inteligente, como en este caso sucede. Lo malo es aprenderse tal cantidad de capítulos". Junto a Valladares, Mercedes Prendes, Manuel Dicenta, Elisa Ramírez, Lola Herrera, Pedro Sempson, Víctor Valverde, Ana María Noé, José María Escuer, Luis Morris, Fernando Cebrián, Tony Soler...

Juan Guerrero Zamora fue el adaptador, director y realizador, un veterano de la tele y todo un experto en estas lides de las versiones de grandes clásicos de la literatura universal. "Es una historia que está al alcance de todos. Es una novela sencilla, rebosante de cálida humanidad, enaltecedora de los más entrañables principios morales, atrayente y sugestiva. Hay en ella una perfecta dosificación de humor y dramatismo, de sensibilidad y de poesía que, estoy seguro, la harán del agrado de todos" declaraba el director a la revista TeleRadio ante el estreno de la serie.
Para solucionar el problema de los cambios de edad del protagonista se optó por diversas soluciones, alguna bastante ingeniosa, tal y como explicaba Guerrero Zamora: "De niño, lógicamente, ha sido interpretado por un niño pero, incluso en este período de su infancia hemos recurrido a otros dos niños para representarlo, de cinco y diez años. Luego, desde los diez a los veinte, que vuelve a reaparecer en las imágenes, David es encarnado por una cámara subjetiva que se mueve y actúa como él, ya que de otro modo, hubiéramos tenido que echar mano de varios niños más, cosa imposible si consideramos que debía existir entre ellos un gran parecido". 
   Cuarenta y seis decorados se construyeron para esta Novela y se tuvo que reforzar el equipo de producción habitual para hacer frente a este desafío que inició una nueva etapa en esta cabecera que continuaría con otras series tan conocidas como "El conde de Montecristo" o "Los tres mosqueteros" (ambas editadas en DVD). El éxito fue grande y se repuso en el verano de 1979 en la segunda cadena a las 15.30h.


Ana Diosdado, la actriz que se escribía sus guiones

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Actrices y guionistas... pocas. Hasta los setenta podíamos señalar quizás a Conchita Montes pero entonces llegó Ana Diosdado rompiendo tantos moldes que no fue bien comprendida durante mucho tiempo. Actrices y directoras menos aún, Ana Mariscal era el ejemplo más recurrente pero entonces llegó la Diosdado y revolucionó la escena teatral. Ayer se fue esta creadora polifacética tras años sufriendo una leucemia. Aún llevaba más tiempo sufriendo el ninguneo de la industria televisiva a pesar de haber dado a TVE dos de sus mejores series de los ochenta que, a pesar de su brevedad, siguen siendo referencia ineludible al hablar de tele de calidad.

Hija de actores, ahijada de la mítica Margarita Xirgu, su debut sobre las tablas de un escenario fue con tan sólo cinco años pero realmente mostró siempre más interés en la creación literaria que en su temprana faceta como actriz. Aunque desde ayer se repite continuamente que fue finalista del premio Planeta éste es un dato falso pero eso no deja de ser una anécdota porque su currículum como autora teatral es impresionante. "Olvida los tambores" fue su primera obra propia, estrenada en 1970. Tres años después se adaptó para Estudio 1 con Jaime Blanch, Juan Diego, María José Goyanes, Emilio Gutiérrez Caba y Mercedes Sampietro en los papeles protagonistas. "El okapi" corrió la misma suerte, estrenada en teatro en 1972, apareció en el espacio dramático en el 75 dirigida por Mercè Vilaret. Lo mismo sucedió con su obra "Los comuneros" (1974) que se convirtió en serie en el 77. Por entonces, Ana ya escribía guiones directamente para RNE y poco después tuvo la oportunidad de debutar en TVE como guionista de una serie original, "Juan y Manuela" que ella mismo protagonizó junto a Jaime Blanch. La serie no sólo no tuvo éxito sino que además fue bastante criticada. No es de extrañar porque realmente estaba adelantada a su tiempo. Rodada en cine, con un lenguaje directo, sencillo, nada grandilocuente y con unos personajes que encarnaban a la nueva juventud del tardofranquismo, no fue bien vista por una audiencia todavía muy inmovilista. Desde entonces, la prensa la trató con cierta condescendencia. Por ejemplo, en septiembre del 75 la revista "TeleRadio" informaba sobre su paso a la dirección teatral con estas ácidas palabras: "A Olvida los tambores siguió una obra más "vieja" aún, El okapi y a esta Usted también puede disfrutar de ella, un engendro bastante confunso. El cénit lo alcanzó la autora con Los comuneros, que estuvo a punto de producir epidemia de aburrimiento al personal aficionado. Ya había sido la protagonista (casi ná) y la autora de una serie televisiva que ni siquiera dio que hablar. Vistas estas expectativas, la Diosdado, osada ella, encarnó un papel especial en Equus y se quedó tan tranquila, esperando la ocasión, que ahora mismo se la ha presentado, la de estrenar y dirigir (han leído bien, dirigir) su última comedia Y de Cachemira, chales. Ella nos ha dicho que no quería quedarse sin la oportunidad de conocer esta nueva experincia, dirigir. Pues nada, a ver si ahora acierta..."



Era considerada una autora "roja" y eso, por entonces, no era algo bueno. Pero llegó la Transición y después la Democracia y Ana pudo volver a TVE por la puerta grande. "Anillos de oro" fue una serie atrevida y la apuesta funcionó a la perfección. Ella e Imano Arias encarnaban a unos abogados matrimonialistas, pioneros en este campo una vez aprobada la ley del divorcio. Diosdado también escribió los guiones mientras que Pedro Masó dirigió y produjo. La relación con el temperamental Masó no fue buena pero el resultado final fue excelente. Hoy precisamente se cumplen 32 años de su estreno en TVE. Tan sólo fue una temporada, tres meses de emisión, pero caló tan profundamente en la sociedad española que todavía hoy es recordada por la audiencia.


Con tal éxito lo lógico es que TVE encargara una nueva serie inmediatamente al mismo equipo. Si esa oferta se produjo en ese momento lo desconozco, lo cierto es que hasta 1986 no pudimos ver "Segunda enseñanza", de nuevo con Masó a la cabeza y con Diosdado en los guiones y dando la cara acompañada de Juan Diego, Ana Marzoa y toda una pléyade de actores jóvenes desconocidos que después se harían popularísimos como Javier Bardem, Amparo Larrañaga, Aitana Sánchez-Gijón, Gabino Diego, Jorge Sanz (él ya había sido actor infantil) o la desaparecida prematuramente Sonia Martínez, muy popular por su trabajo como presentadora de programas para niños. Esta serie tuvo éxito, difícil es que no lo tuviera teniendo en cuenta que sólo existía cadena y media, pero no generó tanto culto como la anterior, si bien merece una revisión inmediata que sorprenderá a más de uno por la elección de los temas sobre los que giraba la trama de cada uno de los capítulos. 
   Tan valiente y transgresora como sus textos, la Diosdado era además discreta. Tan sólo tres trabajos más para TVE (la adaptación de sus obras "Los ochenta son nuestros" y "Cristal de bohemia" y una versión que "El abanico de Lady Windermere") fueron su colofón televisivo. Aunque siguió dirigiendo y escribiendo para teatro, la audiencia mayoritaria se quedó sin una de las mejores voces que ha tenido la escena española. Ni la pública ni las privadas le ofrecieron nuevas oportunidades de mostrar su visión de la sociedad. Una pena. 











Novela: Pequeñeces

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La condesa Currita de Albornoz vive en tiempos del reinado de Amadeo de Saboya y mientras se producen decenas de conspiraciones contra él para iniciar el período de la Restauración, ella se divierte escandalizando a la pacata sociedad de la época. Si sabe que con un gesto va a impresionar a sus compañeras de tertulia no duda en hacerlo para provocar tanta admiración como desaprobación. Así sucede al  no acudir a la fiesta del colegio de su hijo, uno de los mejores alumnos del centro que queda profundamente afectado por ese desprecio de su madre. Poco después, Currita hace pública su intención de entrar al servicio de la Reina como camarera para estar más cerca de Juan Velarde, un apuesto joven que le hace la corte, dejando en rídiculo a su marido. De este modo comienza "Pequeñeces" la novela del padre jesuita Luis Coloma que causó un gran escándalo cuando se publicó a finales del siglo XIX y que fue adaptada en el espacio Novela de TVE en marzo de 1976.



Manuel Aguado dirigió a un amplio elenco encabezado por Mercedes Alonso y Valeriano Andrés como Curra y su marido y completado por actores de contrastada solvencia como Luisa Sala, Nuria Carresi, Pastor Serrador, Ricardo Merino, José Orjas, Irene Daina y Enrique Vivó. Grabado en el estudio 2 de Prado de Rey constó de veinte capítulos emitidos en la sobremesa a diario. La protagonista definía a su personaje sin demasiada benevolencia: "Curra es una mujer frívola, a la que le valen todo tipo de calificativos. Es orgullosa, unas veces buena y otras menos, es coqueta, es infiel, es madre, amante, esposa...". Su esposo en la ficción decía del suyo: "Me comporto como un marido amplio hasta que muere ahogado nuestro hijo (interpretado por Pablito del Hoyo). Entonces cambio un poco mi forma de ser".


Esta serie también suponía el regreso a la tele de una clásica, Luisa Sala (a la derecha en la foto) que durante años había sido una presencia casi diaria en la pantalla. En su rol de marquesa de Brutón aseguraba a TeleRadio: "Somos un grupo de personas de la alta burguesía y de la aristocracia que se dedican al deporte y oficio preferido: el chisme y la habladuría. Un mundo cerrado. Pero no hay que pensar por esto que la obra es netamente reaccionaria. Coloma pone a todo este mundo raquítico patas arriba". 
   "Pequeñeces" fue una de esas Novelas perfectamente ambientadas y que tanto gustaban al público de los setenta, con mucho polisón y pololos en las mujeres y levitas y bastones para los caballeros. Tampoco ha cambiado tanto la cosa si nos fijamos en las series que se emiten actualmente a esa misma hora en la Uno y Antena 3, ¿no?



Fotos: Manuel Martín para "TeleRadio"

Playboy After Dark, la revista televisiva... pero sin desnudos

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El anfitrión junto a Tonny Bennett

Trasladar el espíritu cool, intelectual, aperturista y trangresor de la popular revista "Playboy" a un programa de televisión. No parece tarea fácil pero ese fue el objetivo de "Playboy After Dark", un espacio semanal emitido en horario de late-night, tal y como su nombre indicaba. La famosa revista que había iniciado su andadura en diciembre de 1953 con las fotos "prohibidas" de Marilyn Monroe era ya una publicación que vendía millones de ejemplares aunque todavía muchos la escondían dentro del periódico tras comprarla en el kiosko. Su combinación de desnudos con un gran sentido de la estética (sí, el exceso de silicona y lo kistch en la ambientación es posterior), entrevistas a grandes personajes y artículos de escritores de prestigio hizo que su público no fuera el de una revista porno... o al menos no exclusivamente. Ciertos sectores de la intelectualidad norteamericana comenzaron a presumir de leer el Playboy y se pensó que quizás esa audiencia, muy interesante comercialmente, podría trasladarse también a la televisión.

Jerry Lewis y Sammy Davis Jr., dos de los invitados de Hefner

La poderosa productora Screen Gems, responsable de series de éxito desde los cincuenta como "Daniel el travieso" o "Embrujada" y posterior propietaria de la compañía Hanna-Barbera, fue la que se atrevió a dar el paso. Aunque el programa se grababa en la CBS Television City de Los Angeles, la cadena no quiso emitir algo que prometía ser controvertido así que se optó por el sistema de la sindicación, se vendía el producto empaquetado, listo para emitir, a las emisoras locales que quisieran comprarlo. El programa pretendía ser un talk-show que reprodujera fielmente una de las fiestas que el editor de la revista, Hugh Hefner, daba en su lujoso ático. Actores, cantantes, escritores, humoristas... todos departían con el resto de invitados y las cámaras recorrían el falso dúplex para "captar casualmente" esas interesantes conversaciones. Por supuesto los cantantes cantaban y los humoristas hacían reír. Eso sí, en este programa actuaban artistas que eran considerados demasiado polémicos para las grandes networks como el caústico cómico Lenny Bruce.

Hefner sonríe, Bill Cosby pone gesto de ¿interés? y Shel Silverstein entona una de sus composiciones

En realidad este formato ya se había probado diez años antes en la cadena local de Chicago WBKB-TV entre 1959 y 1960 bajo el título "Playboy's Penthouse". De hecho, su sucesor comenzaba igual, la cámara estaba en un ascensor y enfocaba los botones que indicaban que iban subiendo hasta el ático de Hefner. Al llegar, las puertas se abrían, la cámara avanzaba y Hugh nos recibía junto a dos de sus playmates, dándonos la bienvenida como si fuéramos un invitado más. "Playboy After Dark" se emitió hasta 1970. Pasarían casi 20 años hasta que las madrugadas de Telecinco nos ofrecieran aquellos espacios de Playboy TV con música sensual, lentos movimientos de cámara, media en la lente y tramas... ah no, no tenían tramas reseñables. 

Un ejemplo de "Playboy's Penthouse" en 1959:



Y varios programas unidos de "Playboy After Dark" diez años después. Inicia la fiesta Tina Turner: 


Ruta Quetzal

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Hubo un tiempo en que la tele invitaba a sus más jóvenes espectadores a ser aventureros. Si en los 70 “Misión Rescate” animaba a los chavales a expoliar el tesoro nacional buscando joyas perdidas, en los 80 y 90 la cosa dio un salto cualitativo importante gracias al mayor aventurero que ha tenido TVE: Miguel de la Quadra Salcedo. Partiendo de una sugerencia del Rey Juan Carlos I, el otrora lanzador de jabalina y reportero se sacó de la manga un concurso que permitía a adolescentes de todo el mundo emprender una expedición de mes y medio siguiendo la ruta de un explorador. En los 80 y bajo el título “Aventura 92” se convirtió también en programa de televisión con la fase de selección como concurso y el periplo como serie documental.


Con la entrada de nuevos patrocinadores y una vez superado el simbólico 1992 (no sólo por los JJ.OO. y la Expo sino por el aniversario del “descubrimiento” de América) el programa cambia su nombre por el de “Ruta Quetzal” (a veces con el añadido de Argentaria aunque eso no contaba para el espectador o el participante). Cada una de esas expediciones tiene su aventura y cada uno de los que la vivió tiene su historia irrepetible. Javier fue uno de los afortunados que vivió la impresionante experiencia del 93 y ha accedido a compartir alguno de esos recuerdos. Nos trasladamos al duro invierno de 1992 en Ponferrada, Javier no era muy aficionado a la televisión y se enteró de la convocatoria a través de un anuncio en “El País”, periódico que su padre compraba habitualmente: “se anunciaban las bases para participar en la continuación de “Aventura 92”, que pasaba a llamarse “Ruta Quetzal-Argentaria”, y decidí intentarlo. En principio era sencillo. Se trataba de escribir un trabajo original sobre un tema relacionado con Centro- o Sudamérica y, tras pasar un proceso de selección, participar en la fase eliminatoria en televisión. Como tema para el trabajo elegí la “Arqueoastronomía en el área mesoamericana” que le gustó lo suficiente al jurado como para seleccionarme y que, posteriormente, ampliamos un amigo y yo para publicar en una revista científica. Consistía en estudiar e interconectar las diferentes concepciones astronómicas de las civilizaciones que se asentaban en la zona entre México y Ecuador.” Como véis, los trabajos previos no eran precisamente redacciones de 2 páginas con la letra bien grande de los que se entregaban al profesor del instituto. Para Javier el tema elegido estaba claro desde el principio porque, precisamente, estaba coleccionando una enciclopedia sobre Astronomía en aquella época. Desde luego, Javier era un alumno de matrícula y esa era la tónica habitual entre los concursantes. 

Poco después llegó la noticia de que estaba pre-seleccionado así que debería acudir a Prado del Rey para grabar el concurso y luchar por una plaza en el viaje. Ahí fue cuando nuestro protagonista se hizo consciente de que la cosa no era una broma: “mi sensación era de susto absoluto, principalmente porque creo que fue en ese momento cuando me di cuenta de que todo aquello iba ciertamente en serio y que realmente tenía alguna posibilidad de conseguir una plaza en el viaje. En cuanto a los compañeros, la verdad es que fue una sensación muy curiosa. Los quince que competiríamos en la eliminatoria estábamos juntos, cinco en cada equipo, por lo que era una mezcla muy curiosa de compañerismo y rivalidad sana, por otra parte. La verdad es que yo recuerdo buen ambiente, probablemente porque no competíamos directamente entre nosotros, sino que los grupos con mejores puntuaciones de todos los programas conseguirían una plaza. Charlamos, reímos y nos pusimos de los nervios juntos.”

Javier (con gafas) con su equipo durante el concurso

Aquella temporada estaba dirigida por Sergi Schaaff (un maestro en estas lides con “El tiempo es oro” a sus espaldas y “Saber y ganar” todavía rodando) y era la primera presentada por Félix Monclús que venía de presentar en el circuito catalán de TVE “Xafarranxo”, otro concurso con jóvenes. Su voz es muy conocida para los habituales de la radio en Cataluña donde es un popular locutor deportivo. Estaba “ayudado” por Mónica Albert, que había sido azafata de “La vida es juego” con Constantino Romero, programa también dirigido por Schaaff. De los presentadores poco recuerda Javier, mucho más concentrado en superar las fases del programa: “Poco puedo decir de ellos, los vimos únicamente durante el rodaje y nada más allá. Como anécdota curiosa, recordar que cuando poníamos a prueba su paciencia (nada como quince adolescentes estresados para crispar a cualquiera) y teníamos que repetir alguna toma, teníamos que volver a decir exactamente lo que habíamos respondido, a sabiendas de que algunas veces habíamos fallado, de ahí las caras “largas” que se podían ver de forma premonitoria durante algunas de las preguntas”.  

Félix Monclús y Mónica Albert

A pesar de estar dirigido por Schaaff el programa no se produjo en Sant Cugat sino en Prado (Madrid) con Álvaro de Aguinaga como realizador. Las grabaciones eran rápidas para hacer rentable el uso del plató y el equipo: “Era prácticamente en tiempo real, llegábamos a Prado del Rey por la tarde, grabábamos al día siguiente por la mañana y esa misma tarde nos marchábamos para casa. La grabación no duraba más que unas dos o tres horas y prácticamente se hacía de corrido”. Y lo que resulta aún más curioso es que los participantes no fueron alojados en hoteles cercanos a los estudios, no, ¡acamparon al lado del plató!  “Estábamos metidos en tres tiendas de campaña en uno de los jardines de Prado del Rey y nos controlaba, con poco éxito todo hay que decirlo, Rodrigo de la Quadra-Salcedo, sobrino si mal no recuerdo, de Miguel. Este hombre había colocado una hamaca al lado de las tiendas, entre dos árboles, y dormía como un bendito mientras nosotros nos fugábamos a “investigar” Prado del Rey por la noche. Si es que es fácil de imaginar. ¿Qué puede ir mal cuando juntas a unos adolescentes dispuestos a irse tres meses a la selva en un lugar tan mágico como los estudios de Prado del Rey? Yo creo que tardamos menos de una hora en salir disparados a los platós y recorrer todos los que no estaban cerrados a cal y canto. Entramos en el que se grababa “El precio justo” (y nos llevamos algún recuerdo de regalo), en el que del programa de María Teresa Campos, y muchos otros donde ni siquiera sabíamos que hacían, creo recordar que incluso en el de “Vídeos de primera”. Al final nos atraparon varias horas más tarde en el plató del concurso mientras investigábamos la mejor forma de escalar el monolito dichoso que estaba en las pruebas. Lo discutíamos entre todos, así que mucha competitividad no había. Recuerdo la bronca épica que nos cayó, pero nos lo pasamos realmente genial.”

La famosa prueba del monolito
Ahora ya sabemos por qué casi todos aquellos concursantes superaron la prueba de la escalada… ¿Cuál fue entonces la parte más complicada del concurso televisivo? “La segunda de las pruebas físicas sin lugar a dudas. Las preguntas eran bastante sencillas y la primera prueba física requería fuerza, pero la segunda requería coordinación y eso es algo de lo que yo, simplemente, carezco (se trataba de andar con una especie de esquíes de madera a los que todos los miembros del equipo estábamos sujetos).” 

Demostrando coordinación con los compañeros, la prueba más temida por Javier

Javier (y su equipo) superó aquella fase y poco después emprendió su aventura: “Fueron casi tres meses, desde mediados de agosto hasta mediados de octubre. Recorrimos ciudades del centro de España, como Madrid, Toledo, Salamanca y Valladolid, y luego realizamos parte del Camino de Santiago. En A Coruña cogimos un barco y fuimos a Lisboa y de ahí cruzamos el Atlántico, quince días de travesía, para llegar a Guadalupe. De ahí seguimos ruta hacia Santo Domingo, Puerto Rico, Honduras, Guatemala y México. Básicamente nos pasó todo lo que uno pueda imaginar, se nos averió un motor del barco mientras se nos acercaba una tormenta tropical, se nos inundaron varias veces las tiendas, recorrimos Chiapas apiñados en las lonas de camiones militares tres meses antes del alzamiento zapatista…” Y en todo momento, la figura de Miguel de la Quadra-Salcedo como referente ineludible: “La verdad es que sí que estaba presente en todo momento, si bien más como un general dirigiendo a sus tropas que como una influencia directa. El control del día a día lo ejercían una serie de “jefes” de monitores que a su vez controlaban a una serie de 40 monitores (veinte chicos y veinte chicas) que intentaban gobernarnos. La verdad es que aquello debía ser una tarea hercúlea. Por poner un ejemplo, cuando acampábamos en mitad de la nada más absoluta se colocaban las tiendas de chicos a un lado del claro, las de chicas al otro y en medio de la “tierra de nadie” las tiendas donde dormían los monitores. Puedo garantizar que no siempre conseguían su propósito."

Javier con el maestro, don Miguel

Ahora intentad poneros en la piel de estos chavales, esta experiencia vital sin duda marcó su devenir, su personalidad, su manera de enfrentarse a la vida: “Soy un lector ávido, leo todo aquello que cae en mis manos, pero debo reconocer que hasta el momento de irme a la Ruta siempre había considerado que las novelas de “viajes iniciáticos” eran extremadamente idealistas y muy poco creíbles. ¿Cómo es posible que una experiencia compartida, por muy impactante que fuera, tuviera la capacidad de cambiar a la gente? Bien, pues desde entonces lo creo. No voy a llegar tan lejos como para afirmar que la Ruta me cambió, pero con 16 años me hizo abrir los ojos, conocer gente tan ajena a lo que me rodeaba, países tan distintos, culturas tan dispares, y situaciones tan extremas que necesariamente te hace una persona distinta, no mejor ni peor, sólo distinta. En mi caso creo que despertó una necesidad imperiosa de conocer nuevos sitios y personas y me dio herramientas para comenzar a labrarme mi propio camino. En el fondo me convirtió en lo que mi padre definió como “un coleccionista de experiencias”. Una experiencia de este tipo, sobre todo a esa edad, te hace descubrir que el mundo es mucho más grande, diverso y maravilloso de lo que jamás te podías haber imaginado. Y eso te hace reevaluar obligatoriamente tu escala de valores. Fue en nuestra visita a Salamanca, en la charla que dio el escritor Mario Monteforte, donde nos dijo una frase que se ha convertido en una especie de mantra personal, “Pon en duda todas las frases que parezcan ciertas… y comienza por esta”. Toda gran experiencia vital, como bien lo defines, tiene cosas que lamentas. Y en mi caso hay una muy importante; no haberlo exprimido más, no haber forzado más límites y no haber intentado más cosas. Y te puedo garantizar que hicimos muchas, con el consentimiento de los monitores o, más habitualmente, sin él. Dormimos en las playas de Cancún, planeamos estrangular a los músicos que nos acompañaban y al jefe de monitores que nos despertaban todas las mañanas (¡el frio y el sueño no eran psicológicos como nos decías!), burlando todo tipo de toques de queda nos fugamos a un lago y una cascada paradisíaca para bañarnos (cherchez la femme!), quitamos tarántulas de las botas al despertarnos una mañana, subimos volcanes, cavamos letrinas, montamos tiendas a oscuras y las quitamos en medio de una inundación, cambiamos trabajo por agua e incluso nos escapamos de noche a la selva para ver surgir la luna entre las copas de los árboles encaramados a una de las pirámides mayas de Tikal. Pero aun así, siempre me quedará la sensación de que pude hacer más, pude ver más, pude experimentar más.”

Cherchez la femme!

Aquella aventura unió a los cientos de exploradores que la compartieron pero ¿se mantiene el contacto después de tanto tiempo? “No, la verdad es que no. Han pasado ya 22 años, y he de reconocer que más allá de los dos o tres primeros años no hemos vuelto a estar en contacto. Y quizás eso sea bueno, como decía el poeta: Donde fuiste feliz alguna vez no debieras volver jamás: el tiempo habrá hecho sus destrozos, levantando su muro fronterizo contra el que la ilusión chocará estupefacta.”
   Hoy en día Javier Vijande es profesor titular de Física atómica, nuclear y molecular de la Facultad de Física de la Universidad de Valencia (ahí es nada). ¿Con se queda de su Ruta Quetzal? “Con el horizonte inabarcable. La Ruta no es un simple viaje, es el descubrimiento de que las posibilidades son, si no infinitas, al menos desmesuradamente grandes. A mí me enseñó que detrás de las montañas que haces crecer a tu alrededor, más allá de tu zona de confort, hay más, mucho más, y que merece la pena trepar y luchar sólo por la promesa de lo que se encuentra en el horizonte.”



Las fotos han sido cedidas por Javier Vijande excepto la portada de TP, perteneciente al blog TP en Portada

Ustedes mismos

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La divulgación científica es una constante en nuestra televisión, quizás algún sociólogo debería estudiar el carácter hipocondríaco del que presumen muchos españoles que ha llevado al éxito (insospechado) a programas como "Escuela de salud", "Más vale prevenir" o "Saber vivir". De hecho, el programa presentado y dirigido por Ramón Sánchez Ocaña fue el número 1 en las listas de aceptación de TVE durante años y años. En octubre de 1989 se dio una vuelta a esa fórmula y la Primera comenzó a emitir "Ustedes mismos" los viernes a las 19.30h, un horario muy similar al que había tenido precisamente "Más vale prevenir".Para continuar con las coincidencias el director de este nuevo espacio sobre salud era Esteban Sánchez Ocaña, especializado en programas científicos y  hermano de don Ramón, con quien había copresentado "Horizontes" en los setenta.

 

Una de las grandes novedades de este programa estribaba en que sus tres conductores eran médicos mientras que el mencionado S. Ocaña y Manuel Torreiglesias son periodistas que durante un tiempo se especializaron en estos contenidos. Jesús de la Vega, Carmen Ochoa e Ignacio Balboa fueron los elegidos a través de un casting para presentar esta adaptación española de un programa de la BBC, "Body Matters" que posteriormente sería versionado también en otros canales europeos. En este caso se utilizó una fórmula no muy habitual, la de la compra no sólo de los derechos sino también de los guiones y los decorados. El equipo de TVE se encargó de "traducir" esos contenidos para hacerlos interesantes para el público español. En cuanto a las caras del divulgativo, compaginaron sus trabajos habituales con las grabaciones de los 16 capítulos que conformaron la serie. Carmen Ochoa era la más joven, una recién licenciada por la Autónoma de Madrid y todavía no estaba ejerciendo pero sus compañeros sí. Jesús de la Vega se dedicaba en aquel momento a la investigación clínica estudiando los efectos de medicamentos antes de ser comercializados. Ignacio Balboa trabajaba en una multinacional fabricante de tecnología médica como responsable del área cardiovascular. Hoy en día sigue colaborando con diversos medios desde su Galicia natal (Correo TV, EsRadio).


"Ustedes mismos" era un programa sobre salud aprovechando las posibilidades que ofrecía la televisión al máximo y con un presupuesto holgado. Se utilizaban grandes modelos a escala del cuerpo humano para explicar su funcionamiento y esa espectacularidad llamaba la atención no sólo de los adultos sino también de los niños que se quedaban viendo la tele una vez finalizado el episodio correspondiente de "La linterna mágica", emitido justo antes del programa que nos ocupa. Estas escenografías cambiantes también ayudaban a entender cómo se desarrollaban ciertas enfermedades o la forma en la que actuaban bacterias y virus. Y si todo esto fuera poco, cada semana acudían varios famosos como invitados. En la fotografía vemos al periodista y comunicador Joaquín Arozamena con el dúo cómico Cruz y Raya que sirvieron para ejemplificar la importancia de un sentido: el del oído. José Mota imitó al otrora presentador del Telediario pero ambos estaban ocultos tras un biombo, el público debía adivinar cuál de las dos voces pertenecía al auténtico Arozamena. Este frívolo show servía de excusa para explicar la percepción del sonido y cómo se puede llegar a engañar a los sentidos si no actúan conjuntamente. El programa estuvo la temporada prevista en antena y fue una pena que no se renovara porque tenía todas las papeletas para haberse convertido en un clásico de nuestra programación.

¿Qué ponen hoy? 1 y 2 de noviembre de 1962

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Cada 1 de noviembre Don Juan Tenorio resucita en la escena española, es una tradición centenaria a pesar de que su estreno en mayo de 1844 no fuera precisamente exitoso. TVE adquirió esa costumbre bien pronto, en 1959 y desde entonces y hasta los 80 fue una constante en la programación especial del Día de Difuntos. Sin embargo no siempre se emitía esta obra en la propia jornada de Todos los Santos. Por ejemplo, en 1962 el 1 de noviembre era jueves y no se cambió la parrilla habitual. Aquella noche comenzó con el mini-espacio religioso "La familia por dentro" y continuó con el musical nostálgico "Canciones de sus recuerdos" dirigido por Eugenio Pena y presentado por Jorge Arandes. La gran estrella, no obstante, era el abogado "Perry Mason" interpretado por Raymond Burr, una de las primeras series norteamericanas rotundo triunfo en nuestra tele.


Los programadores... ejem, perdón, en aquella época no existía tal cargo... los directivos pensaron que lo lógico era esperar al día siguiente e incluir la representación del Tenorio en su espacio teatral de los viernes, "Primera fila". No sólo tenía más lógica sino que además se aseguraban de que mucha más audiencia (de la escasa que todavía tenían en aquellos primeros años televisivos) disfrutara de un programa que suponía un esfuerzo técnico (y económico). Don Juan comenzó a las 22.30, tras el programa "Los viernes, concierto", y finalizaría una hora más tarde así que eso obligaba a realizar una adaptación breve, se tenía que suprimir casi una hora de texto.


José María Seoane fue el elegido esta vez para interpretar al veterano y egoísta seductor. Era un clásico de la escena del país de la que había llegado a ser primerísima figura en los años 40. No era la primera vez que encarnaba este papel, de hecho llevaba casi 20 años haciéndolo así que la elección tenía mucho sentido y fue casi un "fichaje estrella". En la foto lo vemos revisando el vestuario unos días antes de la emisión en directo dirigida, adaptada y realizada por Federico Ruíz y producida por Fernando García-Tola, popularísimo en los 80 con su "Si yo fuera presidente". María del Puy (la voz de Carol Burnett) fue Doña Inés, Paco Morán Don Luis, José Luis Coll fue Ciutti y José María Escuer Don Gonzalo entre otros.

El debut de Mari Carmen García Vela

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Quizás no la reconozcáis pero la protagonista de esta portada de febrero de 1962 llegaría a ser una figura icónica de los informativos de los ochenta y noventa. Esta jovencita que posaba por primera vez para la revista decana de televisión tras ganar el concurso de noveles "Caras nuevas" de TVE es ni más ni menos que Mari Carmen García, el rostro más emblemático de "Informe Semanal" (con permiso de Rosa María Mateo) y el que más años estuvo al frente del programa.


Ese concurso servía para buscar nuevos locutores televisivos casi desde los inicios y en su primera edición el ganador había sido Miguel de los Santos (que ante una mejor oferta radiofónica cedió su puesto a José Luis Uribarri). Mari Carmen era una joven de 19 años que tras finalizar el bachillerato universitario estaba cursando el laboral al tiempo que trabajaba en una oficina. Decía de sí misma que era tímida pero que sabía dominarse y que aunque había acudido a las pruebas en el Paseo de la Habana muy nerviosa "cuando estuve antes las cámaras se me quitó el miedo. Me mandaron improvisar y lo hice como Dios me dio a entender, sobre el estudio que los padres deben hacer en la psicología de los hijos. Ya en la calle no terminaba de preguntarme cómo había podido hablar de esto.  Ahora no sería capaz". En la segunda fase tuvo que entrevistar a un compositor argentino y parece que durante un segundo se quedó en blanco: "Se me vino el mundo encima. Miré al papel, no veía las letras, seguí entonces como me pareció. Salí muy disgustada". Esa prueba se realizó en directo ante los espectadores que parece que no notaron esa duda porque de los catorce mil y pico votos que enviaron los lectores de "TeleRadio" (que eran los votantes autorizados), más de la mitad fueron a parar a Mari Carmen. Hubo otras pruebas que no fueron retransmitidas y en una de ellas demostró su seguridad de forma aplastante. García Vela sufrió una lesión infantil que le dejó secuelas, por eso cuando el jefe de realización, José Lombardía, le pidió que anduviera por el plató ella no se amilanó y lo disimuló "con coquetería". Decía el periodista Mariano R. Villén en la revista: "María del Carmen opina justificadamente que ese su leve balanceo al andar en nada puede mermar las facultades de una posible locutora de TV". Y tenía toda la razón. 
   "Academia TV" fue su debut oficial como presentadora de la Casa y desde entonces compaginó tele con radio y con sus estudios. Sería a mediados de los 70 cuando despuntó en programas divulgativos como "El canto de un duro" e informativos. Hoy muchos seguimos echándola de menos en "Informe Semanal". 
  























¿Por qué sigue vigente Hanna-Barbera?

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Pioneros en la programación infantil televisiva, inventores de nuevos conceptos de series de animación, perpetuos vencedores en la batalla de las audiencias, primeros en estrenar dibujos animados en prime-time… y todo eso viniendo del cine donde también habían triunfado. Bill Hanna y Joseph Barbera (o lo que es lo mismo Hanna-Barbera) desarrollaron para la tele personajes que siguen vivos: Los Picapiedra, Scooby-Doo, Yogui, Los Supersónicos, La Hormiga Atómica, Autos Locos… y hasta un canal de televisión que triunfó en los 90, Cartoon Network con series tan rompedoras como Las Supernenas o El Laboratorio de Dexter salidas directamente de la factoría H.B. Un nuevo libro ahonda en la herencia de la productora que cambió la manera de hacer televisión para niños (y también para adultos, ¿por qué no?), “De Tom y Jerry a Las Supernenas” del escritor y periodista mexicano Mauricio-José Schwarz, editado por Dolmen.

- Es curioso comprobar como la marca “Hanna-Barbera” sigue viva y con mucha salud a pesar de que, como tal, su última producción fuera Las Supernenas. ¿Qué es lo que lo que nos ha dejado en el ideario colectivo? ¿Por qué productos de hace más de 40 años siguen gustando?
No pretendo saberlo, pero especulo que se debe sobre todo a que, como toda obra cultural perdurable (y sí, son parte de nuestra cultura), echan mano de universales humanos, de asuntos, situaciones y personalidades con las que todos nos podemos identificar. La grandilocuencia de Pedro Picapiedra la encontramos en gente a nuestro alrededor aunque nuestro entorno no sea el suburbio estadounidense de los 60 idealizado. Nos pasa con la literatura y el cine, también. Lo universal queda y Hanna-Barbera supo llevar muchos de esos universales a la pantalla.




-Últimamente el erial bibliográfico sobre esta productora ha empezado a poblarse. Autores de distintas procedencias, edades y culturas escriben (escribís) sobre el legado de Joseph y Bill. ¿Cuál ha sido tu motivación para lanzar tu libro?
Mi gusto por Hanna-Barbera, sobre todo. Suelo reunirme a comer con Jorge Iván Argiz (editor y crítico de cómic) varias veces al año y en algunas ocasiones comentamos asuntos de dibujos animados. Le relaté mi relación con el doblaje de las series al español, mi conocimiento de los implicados y mi afición por esta forma de entretenimiento. De él vino la idea de hacer el libro y me pareció una forma excelente de contar cosas que me apasionan. Debo reconocer que no sabía si había o no libros en español sobre HB, mi investigación fue exclusivamente en inglés.
- Con los años imagino que tus preferencias hannabarberianas han ido cambiando. ¿Cuáles eran tus personajes preferidos de niño y cuáles te gustan más ahora?
De niño, Los Picapiedra y Don Gato, por supuesto, y en menor medida los personajes relacionados con Juancho el Lagarto y Los autos locos. De adolescente me hice fan de Scooby-Doo, que me sigue pareciendo brillante, y mis últimos amores hannabarberianos fueron, sin duda, El laboratorio de Dexter y Las Supernenas.


- En tu libro explicas detalladamente cómo la poderosa productora nació realmente de la necesidad, con el desmantelamiento de la división de dibujos animados de MGM para la que producían y dirigían los cortos de Tom y Jerry…
Sí, es un punto de inflexión para el cine y una de las grandes revoluciones del entretenimiento y el arte... La televisión marcó finales y principios a nivel de toda la sociedad de un modo que hoy encontramos difícil de valorar. Quizá un paralelismo sería la invención de la imprenta, que igual democratizó la palabra escrita que dejó desempleados a los copistas de toda Europa. La industria del cine se vio obligada a cambiar profundamente para no desmoronarse debido al golpe que representó la televisión. Hanna y Barbera tuvieron que inventarlo todo con base en su experiencia y un capital realmente exiguo.

- Aunque ellos no inventaron la animación limitada sí que fueron los que sacaron más provecho de ella. ¿Cuáles fueron sus claves para sacar partido de “un problema” como era la falta de tiempo y presupuesto en televisión?
Una muy importante quizá fue que descubrieron que el tipo de toma que favorecía la animación limitada se veía mejor en televisión que los fluidos movimientos de la animación fotograma a fotograma. La sencillez –obligatoria- del diseño de fondos y los frecuentes close-ups de los personajes eran magníficos para su animación y para la televisión. Pero tal vez lo determinante, por supuesto, es la habilidad con que dieron el giro de la comedia “física” (Tom y Jerry no hablaban, eran herederos directos del cine mudo) a la comedia verbal, con retruécanos, juegos de palabras, dobles intenciones y una plétora de brillantes actores de la voz impulsados por un equipo de guionistas impresionante que crearon todo un estilo. Si lo piensa uno, el cambio es tan radical que resulta admirable que lo hayan conseguido casi de un día para otro. Ruff and Reddy, por ejemplo, ya tiene diálogos que enganchan y divierten. Y la serie aparece en televisión incluso antes de que se estrene en las salas de cine el último corto de Tom y Jerry.

- Quizás muchos no recuerden que los cortos de Yogui, por ejemplo, formaban parte de otro show, nos hemos acostumbrado a verlos independientemente y como “relleno” en cientos de canales pero H-B idearon un nuevo concepto de show infantil que se asemejaba a la publicidad por su brevedad y concisión…
En realidad lo que hicieron fue adaptarse a las reglas de la televisión estadounidense, que asigna un tiempo fijo a la publicidad y a la programación. No existe el concepto “25 minutos de publicidad antes de las últimas escenas de la película” que la televisión española ha consagrado como summum del abuso al espectador. Los “actos” de 7 minutos por 3 de publicidad siguen siendo la norma de las grandes cadenas. Y resultó que ese tiempo se adaptaba bien a la capacidad de atención de los niños, así que sus cortos eran historias completas en 7 minutos, presentando 3 en media hora o 6 en una hora.


 
- Los Picapiedra supuso una nueva etapa no sólo para la productora sino para la historia de la televisión…
Sí, porque se hizo para adultos directamente, sin las concesiones habituales para los dibujos animados. Es claro que los cortos animados del cine, de todas las productoras, estaban orientados a niños y adultos... tenían que gustarle a ambos, aunque se escudaran en ser “infantiles”, cosa que además permite al adulto perdonarse por disfrutarlos (“lo veo por los niños”) y andaban siempre en una cuerda floja. Es más notable en la animación hablada como la de Warner Brothers, donde los chistes y las situaciones llegaban a ser realmente picantes y sugerentes. Los Picapiedra ni siquiera intentaron ser infantiles (aunque los veamos así hoy) y demostraron la madurez de los dibujos animados en la televisión y nuevos caminos para la comedia cuando se estaba renovando el concepto de la sitcom o comedia de situaciones.
- Sin embargo sus siguientes apuestas para el prime-time, Don Gato y los Supersónicos, no funcionaron tan bien a pesar de que eran buenos productos, ¿cuál es tu hipótesis al respecto?
No tengo nada sólido. La única especulación que me parece razonable es que se esperó que fueran Los Picapiedra y desanimaron a los anunciantes, que eran quienes controlaban la programación. Don Gato no era familiar y Los Supersónicos se parecía mucho a Los Picapiedra pero no lo suficiente (faltaba el contrapunto, por ejemplo, de la segunda pareja contrastante).


- Jonny Quest también se emitió en prime-time pero forma parte de una nueva “división” dentro de la empresa, las series de aventuras con dibujo más realista. Una revolución que fue un éxito de audiencia pero… que no se renovó…
Jonny Quest fue, como lo cuento en el libro, víctima de sus altos costos de producción y además de organizaciones moralistas que no veían con buenos ojos la violencia de la serie, el que hubiera muertos en las aventuras, por ejemplo, o que el peligro fuera mucho más sólido que los de pega que vivían los personajes infantiles. Sigue siendo una serie ejemplar en muchos sentidos, sin embargo, desde el antirracista hasta el científico.


- Lo cierto es que JQ abrió una nueva ventana para H-B y con la entrada en el estudio del genio Alex Toth se lanzaron nuevas series muy distintas de las que habían hecho a la productora la más poderosa en el terreno infantil televisivo.
Yo pensaría, repito que especulo, que el modelo del animal antropomórfico en situaciones de aventura-comedia llegó a sus límites y el paso a personajes “humanos” o “realistas” con aventuras más tangibles era inevitable en ese momento, resultaba refrescante para público y anunciantes y aprovechaba la capacidad creativa de Toth y del equipo que encabezó. Hay que pensar que por esos mismos años (1960-61) el cómic mismo sufre una revolución en cuanto a su realismo con la aparición de Los Cuatro Fantásticos, los héroes con fallos humanos con los que Stan Lee renovaría el medio. Innovaciones simultáneas que responden también a los cambios del público.
- Hay que valorar la valentía de Joseph y Bill a la hora de innovar, buscar nuevos caminos y atreverse a vender ideas distintas. Si no fuera por el éxito de sus primeros shows las cadenas no hubieran comprado estas “ideas rompedoras”…
Es muy importante, creo yo, anotar que eran artesanos dedicados y enamorados de su artesanía. No se veían como grandes artistas (aunque lo fueran) ni como magnates, sino como tipos que hacían lo que querían y, cuando los echaron, se rebelaron ante la idea de volver a trabajar en un banco o vendiendo autos usados. Su audacia no es sino la lucha por hacer sobrevivir su oficio, y su éxito representó una vida nueva para actores, guionistas, animadores y toda la gente que había trabajado en los departamentos de animación de los grandes estudios.


 
- Con Scooby-Doo se inicia otra tendencia dentro del estudio, son innumerables las series que han imitado esta fórmula y personajes. ¡Y sigue funcionando! ¿Cuál es su secreto?
Obviamente si lo supiera lo repetiría y me llenaría de dinero y admiración. Creo que es, como otros muchos casos, difícil de explicar incluso en retrospectiva. Los principales personajes son un desastre, ni siquiera son los héroes, Shaggy y Scooby. La que resuelve las cosas no es la guapa pelirroja, sino la sosa regordeta de las gafitas (Velma o Vilma, que tiene una base de fans que la consideran la verdadera sex-symbol de la serie y hacen fanart y cosplay con ella, cosa que casi nadie hace con Dafne)... todo parece al revés de lo esperable y sin embargo, efectivamente, funciona.
- Llegados a este punto Bill y Joseph seguían formando un dúo mágico pero no eran amigos (ni tampoco enemigos).
Nunca fueron amigos, fueron buenos compañeros de trabajo que se respetaban pero que mantenían sus diferencias en todo, el descendiente de inmigrantes irlandeses que amaba los scouts y el bosque y el descendiente de inmigrantes italianos que amaba la buena vida y las fiestas de Hollywood... Ésta es una constante que funciona en muchos duetos exitosos. Pienso actualmente en Penn Jilette y Teller, dos magos que revolucionaron su oficio y son de los más exitosos en Estados Unidos. Se estiman, se respetan pero no son amigos y fuera del trabajo tienen vidas muy independientes.


- Y cuando parecía que la productora estaba a la deriva en cuanto a creatividad… aparecen Los Pitufos y se consigue un éxito global difícilmente imaginable (y repetible). Tal fue el éxito que le costó la salud a su creador, Peyo, poco habituado a lidiar en este tipo de negociaciones sobre la esencia de sus personajes…
Y es totalmente inesperado para la propia productora, al ser idea de un ejecutivo de la televisión. Un elemento de márketing (un peluche) lleva al cómic y a la idea de convertirlo en dibujos animados. Lo que me llama la atención es que en general el cómic europeo no ha sido exitoso en Estados Unidos, sus fórmulas no se llevan bien con la visión estadounidense. HB hizo un gran trabajo para traducir culturalmente a los pitufos y reuniversalizarlos al estilo estadounidense.
- En los 90 H-B se reinventa con la aparición de Cartoon Network y de nuevo conquista el mercado internacional con una fórmula novedosa.
Sí, porque es finalmente la marca que representa “dibujos animados” para la generación que hace Cartoon Network, y que es en gran medida la mía. Creciste viendo sus dibujos animados y probablemente ésos te inspiraron para volverte dibujante y animador... es lógico que poder trabajar bajo su escudo, su nombre, sea una fuerte motivación para cualquier creador. Y para un ejecutivo como Fred Seibert que hizo el audaz proyecto “What a Cartoon!” y que es de la misma generación. Los animales son ahora menos ideales, como en “Dos perros tontos” o “Vaca y Pollo”, los gustos y los estilos han cambiado, pero la intención de hacer buenos dibujos animados permanece y continúa.


- En tu libro explicas muy bien los movimientos finales de la productora y cómo se convierte en una marca más dentro de un conglomerado de empresas. ¿Tenemos H-B para rato o ya sólo debemos confiar en que sepan cuidar su legado?
No, creo que la historia de HB está concluida. Ni siquiera hay planes de reanudar la producción bajo su sello. Cuidar su legado y comercializarlo sin desvirtuarlo demasiado sería más que suficiente. Pero no olvidemos que para los dueños de los derechos y los accionistas de las empresas que los administran, el valor sentimental que nosotros le adjudicamos a la marca y sus productos es episódico, quizá respetable pero en modo alguno base para tomar decisiones... lo que les interesa es rentabilizarlos al máximo. Eso puede ser una bendición o una maldición. En todo caso, nadie le puede quitar al estudio y a sus dos creadores su lugar en la historia.

Del trazo al píxel

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"Del trazo al píxel" es un gozoso recorrido por la historia de la animación española en su centenario. Este ciclo de proyecciones producido por el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB) y Acción Cultura Española (ACE) se estrenó en el festival francés de Annecy (el más importante del mundo en cuanto a animación) en junio de este año. En diciembre se proyectará en Barcelona y en febrero en Madrid pero está previsto que recorra los principales museos y festivales próximamente así que os recomiendo que estéis muy atentos por si pronto visita vuestra ciudad. Pero si el ciclo no os pilla cerca se puede disfrutar del pack de DVD que ha editado Cameo que acompaña y completa esta muestra. Una cincuentena de cortos de todas las épocas, desde los inicios a principios del siglo XX hasta la actualidad y además un largometraje rompedor, “Historias de amor y masacre”, todos sometidos a una limpieza que hace que los veamos como nunca. ¿Y por qué hablamos de este proyecto en un blog televisivo? Pues porque sus responsables han tenido la maravillosa idea de recuperar un buen número de los spots creados por los Estudios Moro que no sólo se emitían en los cines sino que desde finales de los 50 estaban pensados especialmente para televisión.

 

En esta selección nos encontramos con joyas dirigidas por José Luis Moro y por sus “fichajes estrella” Pablo Núñez, Paul Casalini y Francisco Macián, premiados en festivales internacionales y difíciles de ver hoy en día. La comisaria del proyecto, Carolina López, nos explica por qué se incluyen en este recopilatorio: “Encontrar estos spots en cine y poder ofrecerlos en buena calidad fue uno de mis motores para embarcarme en este proyecto. Nunca podré agradecer lo suficiente a Movierecord su generosidad y me alegra enormemente que hayan decidido depositar su archivo en la Filmoteca Española para que pueda estar accesible a todo el mundo. Esos spots son una maravilla de diseño y animación, pero sobretodo son el reflejo de una época muy determinada en una España que dejaba atrás la posguerra y experimentaba un boom económico.”

 

Y es que el propósito de recuperar los cortos y los largometrajes estaba muy claro para Carolina y su equipo: “que la gente pudiese verlos, porque por mucho que se escriba sobre cine, si no se ven las películas, el cine no existe”. Para ella este proceso de recuperación comenzó, en realidad, hace décadas: “La búsqueda podría decir que es un tema que me acompaña desde hace tiempo En 1992 escribí mi tesis (en una escuela inglesa ¡y ganó un premio en Estados Unidos!) sobre animación española. Ya entonces empecé una búsqueda que ha culminado con el trabajo de estos dos últimos años. Hemos echado mano de todo tipo de archivos públicos y privados para la documentación y en cuanto a la restauración, remasterización y digitalización de materiales las filmotecas, sobre todo la de Cataluña y la de Madrid nos han ayudado a recuperar los materiales históricos en la mejor de las condiciones posibles, también ha colaborado alguna empresa privada como 360 BCN. Cada caso ha sido distinto; desde un telecine, al escaneado frame a frame con corrección de color, remasterizaciones de video, audio…”

 

No todo lo que se puede ver en el DVD se proyectará y viceversa: “Hay películas que coinciden en ciclo y DVD (sobre todo las de los primeros tiempos), para el resto, simplemente la consideración de qué podía funcionar mejor en un soporte u otro y en algunos casos contados temas de derechos. De un mismo autor a veces hemos elegido una película para la gran pantalla y otra para la pequeña. En cuanto a los largos, por ejemplo, elegimos “Historias de Amor y Masacre” para el DVD, porque nos parece, además de una obra de gran actualidad, que al haber sido hecha a base de cortos, se podía consultar muy bien en ese formato”. En Annecy, la primera proyección, se reivindicó el primer largometraje de animación europeo en color, realizado en nuestro país. El público del festival pudo descubrir obras totalmente olvidadas y la respuesta ante su ingenio y calidad fue muy positiva: “Creo que ese descubrimiento también se ha dado entre los propios creadores, las nuevas generaciones de animadores han descubierto títulos y nombres de los pioneros que fueron abriendo un camino nada fácil. La reacción ante el programa ha sido de mucha curiosidad y sorpresa al poder ver, por ejemplo "Garbancito de la Mancha", el primer largo a color europeo o el impresionante talento de nuestros jóvenes autores y autoras. Ha sido muy emocionante ver a gente de nacionalidades muy distintas asistir a las sesiones y vibrar e interesarse por nuestra cultura y nuestra animación.”

 

Por qué nuestra televisión tardó tanto en apostar por nuestros artistas es un misterio, teniendo en cuenta que desde los 40 había varias compañías que realizaban cortos para el cine dirigidos por genios como Escobar, Muntañola o Tur y que ya en los 50 se realizaron varios largos (algunos perdidos hoy), sorprende que la primera serie española de dibujos animados para TVE se produjera en 1967, “Molécula” de Cruz Delgado, y además fuera una excepción que no tuvo continuidad. “Imagino que quienes tenían que tomar esas decisiones estaban por otras cosas o no miraban lo que ocurría en otros países más avanzados en este terreno. No obstante, la primera serie de televisión de Japón, Astroboy, no nació hasta 1963 y es un país importante en la producción de series de animación para TV” reflexiona Carolina López.
“Del trazo al píxel” es una oportunidad hasta ahora inédita de estudiar la evolución de nuestra animación y, sobre todo, de disfrutar de ella. Un paseo por distintas épocas, técnicas y sensibilidades que merecía esta reivindicación.

Recuperando "Plinio", una serie maltratada

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En marzo de 1972 comenzaba la emisión de una de las grandes apuestas en ficción de la TVE de la época, "Plinio". Basada en las populares novelas de Francisco García Pavón, relataba las investigaciones de un policía municipal de Tomelloso, un hombre de edad rayana en la jubilación, gesto adusto, pocas palabras, mirada inquisitiva y maneras antiguas pero un auténtico lince en el comportamiento humano que le permitía resolver crímenes no sólo de su zona sino también de la capital de la provincia, requerido por sus jefes, muy conscientes de su buen hacer.

El autor junto al protagonista durante el rodaje en Tomelloso
El personaje había aparecido por primera vez en 1953 en un relato de la revista "Ateneo". Su autor, García Pavón, no era consciente entonces del juego que le iba a dar y, de hecho, tardaría 12 años en retomarlo en la novela corta "Los carros vacíos". En esa década de los sesenta es cuando desarrolla el carácter de este policía en distintos relatos y novelas cortas hasta que en 1968 la crítica se rinde a sus esfuerzos y queda finalista del Premio Nadal con su primera novela larga de Plinio, "El reino de Witiza". Será sólo el comienzo, al año siguiente consigue el Premio de la Crítica de Narrativa por "El rapto de las sabinas" y el Nadal por "Las hermanas Coloradas". Y todo con unos textos de género policíaco, algo muy poco habitual, lo que confirmaba que aquellas historias de Tomelloso eran mucho más que eso. 


Giménez Rico dirige a sus actores protagonistas
 No es por lo tanto extraño que TVE eligiera estas aventuras para realizar su primera serie rodada en cine, en 35mm ¡y en color! Aunque ya había habido varios experimentos probando distintos sistemas de color, sobre todo destinados a concursos internacionales o a emisiones para toda Europa (como el festival de Eurovisión del 69) en nuestro país no se abandonaría totalmente la producción en blanco y negro hasta finales de los setenta y en muchas casas no llegarían los primeros receptores "a colorines" hasta la siguiente década. Lo que parecía un privilegio para esta serie se convertiría en un regalo envenenado, y no sólo por la lucha interna de sistema elegido (PAL o SECAM) sino por cuestiones mucho más prácticas para la audiencia. El director de cine Antonio Giménez-Rico adaptaría visualmente las historias de García Pavón y él mismo escribiría el guión junto a José Luis Garci.


 

Antonio Casal, un actor de cine de sobradísima experiencia, galán desde finales de los treinta hasta los cincuenta, especializado en comedia pero muy hábil cambiando de registro hacia el drama en una misma escena, sería Plinio. Alfonso del Real, ubícuo en producciones teatrales y televisivas desde los sesenta, Don Lotario, el veterinario del pueblo, fiel amigo del policía y ayudante en sus pesquisas, una suerte de Watson con más sorna y bastante más respetado por su amigo que el doctor británico. 


La serie se rodó en escenarios naturales, principalmente en Tomelloso. Producía José María González Sinde y dirigía la fotografía José Luis Alcaine, un genio de la luz premiado con 5 Goyas y requerido para producciones internacionales. Todo parecía indicar que la serie se convertiría en un éxito y que la decisión de rodarla en cine y en color permitiría que se repusiera constantemente y además facilitara sus ventas al exterior. Pero no fue así, la serie fue considerada un fracaso absoluto y la crítica la masacró. Sirva como resumen lo que dice el gran cronista de nuestra television, Baget-Herms, en su Historia publicada en 1973, todavía reciente la cicatriz: "La expectación que rodea esta adaptación de las novelas de García Pavón se convierte muy pronto en una gran decepción. Carente de todo ritmo cinematográfico, e incluso de interés, las aventuras de Plinio pasan sin el menor éxito por la pantalla y hacen realmente un flavo favor a García Pavón y a la ciudad de Tomelloso. Tampoco se salva la actuación de Antonio Casal, en quien el público no sabe "reconocer" el héroe de estas novelas". El propio director, Giménez Rico, realiza declaraciones a finales de los setenta culpándose por no haber sabido llevar a buen puerto este proyecto. Sin embargo, en 2003, en una entrevista que me concedió durante el rodaje de "Hotel Danubio" me confesaba que, con el paso del tiempo y su emisión en Canal Nostalgia, sentía que quizás habían exagerado con el vapuleo general y que quizás no estaba tan mal como decían en aquella época.


¿Qué pasó realmente? ¿Por qué una serie tan mimada en su concepción desilusionó a tanta gente? La respuesta es muy sencilla: era imposible verla bien. Así de simple. Una serie rodada en color, en cine, con mucho contraste y con multitud de escenas nocturnas no era la adecuada para su emisión en pantallas televisivas en blanco y negro. Lo que el espectador se encontraba en pantalla casi todo el tiempo era una mancha oscura. Afortunadamente hoy podemos hacer justicia a este serie avanzada a su tiempo gracias a la edición en DVD de 39 Escalones (la misma compañía que ha editado otras series históricas de nuestra tele como "Este señor de negro", "El conde Montecristo", "Los tres mosqueteros" o "El quinto jinete"). Remasterizada, "Plinio" es otra cosa. Posiblemente quienes la vieron en su momento no la reconocerían, y para los nuevos espectadores supone una agradable sorpresa. No todos los capítulos son brillantes, ni mucho menos, y el ritmo a veces se nos antoja un poco lento, sí, pero no olvidemos que ha cumplido los 43 años y que ha envejecido mucho mejor de lo esperado teniendo en cuenta su recepción inicial. Merece la pena recuperar la interpretación de Casal, tan criticada en su momento y que hoy se ve muy moderna, contenida y realista. Muy recomendable para curiosos del género policíaco televisivo. 





Festival de la OTI 1977

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El 12 de noviembre de 1977 se celebró la VI edición del festival de la OTI (Organización de Televisiones Iberoamericanas), nacido a imagen y semejanza del de Eurovisión, al igual que la propia unión de distintas emisoras televisivas, un sistema de intercambio de noticias y programas. Este encuentro musical era simplemente uno más de aquellos programas aunque, posiblemente, fue el que más fama alcanzó durante sus primeros años. En 1977 todavía estaban en pleno apogeo los festivales en toda España y parece que los espectadores no sólo los aceptaban de buen grado si no que incluso los demandaban. El de la OTI nació ya con un grave problema: el de intentar unir culturas totalmente distintas, sólo afines en cuanto a la lengua. Y otro incoveniente (puramente televisivo éste): el horario. El prime-time de aquí era el day-time de allá. A pesar de todo esto, aquel encuentro del 77 venía precedido de cierta expectación en nuestro país, el año anterior lo había ganado María Ostiz con su "Canta, cigarra" y, siguiendo las normas, el anfitrión sería el ganador, es decir, España.

El lugar elegido como escenario sería el Centro Cultural de la Villa de Madrid, a todas luces insuficiente ya entonces para albergar un certamen de este tipo. Durante una semana el equipo de TVE intentó acomodar sus equipos lo mejor posible y preparar una escenografía sencilla en la que la orquesta estaba sobre el escenario y servía de fondo continuo a los intérpretes. Los presentadores eran dos de las estrellas de la Casa, Mari Cruz Soriano y Miguel de los Santos. La primera había ascendido del Centro Territorial del País Vasco a Prado del Rey para sustituir a Isabel Tenaille en "Gente". Ese programa le dio una tremenda popularidad y hasta finales de esa década sería la "chica para todo". Unas semnas antes del evento fue portada de varias revistas anunciándolo, lo que da una idea del interés de la audiencia por la OTI. De los Santos era uno de los profesionales más bregados en festivales musicales, tanto en radio como TV de la época. Además había presentado programas de éxito como "La gran oportunidad", dirigido por él mismo y retransmitiría el de Eurovisión unas cuantas veces.


La orquesta estaba dirigida por el maestro Rafael Ibarbia, otro icono audiovisual de los 60-70. Había sido el director de la agrupación de "Galas del Sábado" entre 1968-70 y posteriormente también se encargaría de la del ómnibus "Todo es posible en domingo" y la de "Gente Joven". Era junto a Augusto Algueró y Waldo de los Ríos, un  fijo de la Casa en estos menesteres aunque los otros dos fueran también reputados compositores y arreglistas. Ibarbia sonreía continuamente y parecía estar siempre disponible para llevar la batuta en cualquier programa.


Por España participó el grupo Trigo Limpio con la canción "Rómpeme, mátame" compuesta por Juan Carlos Calderón del que no hace falta resumir su brillante trayectoria aunque desde luego esta canción no forma parte de lo mejor de su repertorio. El título ya augura lo que dice la letra y como el romanticismo (afortunadamente) ha cambiado bastante no hagamos leña del árbol caído. El trío estaba formado por Amaya Saizar que con tan sólo 19 años tenía gran aplomo sobre las tablas porque tenía experiencia como cantante desde sus tiempos de bachillerato (una cosa que existía hace años, amiguitos, y que no era mucho peor que B.U.P. o E.S.O.), Carlos Gil e Iñaki de Pablo. Sus preferencias estaban muy claras: John Denver, Linda Rondstadt, Neil Diamond... era uno de aquellos grupos españoles que hacían folk patrio aprovechando unas perfectas armonías vocales para interpretar piezas muy acordes con la Transición. Se deshizo poco después, Amaya paticipó en Eurovisión con Bravo y Trigo Limpio también pero con otra cantante, Patricia. Hoy todavía siguen litigando por el nombre original en distintos países. En esta OTI consiguieron un magnífico tecer puesto. Y menos mal que no ganaron porque teniendo en cuenta la pobreza y la desgana latentes en la organización de ese año no parece que TVE tuviera ganas de comerse el marrón una vez más.   

Aquel 1977 el Centro Cultural de la Villa albergó (como pudo) a los representantes de 21 países y junto a los clásicos de este concurso como Portugal, Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Nicaragua, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Perú, Puerto Rico, Uruguay y Venezuela (prácticamente fijos) nos encontramos otras naciones que sorprenden en la lista, por ejemplo, Antillas Holandesas. Ced Ride (en la foto) participó con la canción "Gente eres tú", un título típico de la OTI, unión de los pueblos, qué bonito es nuestro mundo, la lengua es común, bla bla bla... Vale, todo eso está muy bien pero repito: Antillas Holandesas. Ahí queda el dato. Ah,  consiguió un solo voto, más de lo que obtuvieron Guatemala, Honduras, Brasil y México.

Otro país que rechina un poco entre los participantes (año 77, insisto): Estados Unidos. Lissette Álvarez (en la foto) con "Si hay amor... volverá" (tócate las narices, encima tengo que esperar a que esté de mejor humor para demostrar su amor) fue la representante norteamericana en una época en la que Don Francisco todavía no emitía desde Miami y, por lo tanto, el concepto de "latinos, sed bienvenidos... y vuestros votos más" no estaba vigente. Pero era una época de ilusiones, de hermandad y U.S.A. se apuntaba a todo. Lissette tenía orígenes cubanos y porto-riqueños y en la siguiente década ganaría cierta fama con su versión de "Eclipse total de amor". En la OTI quedaría en segundo lugar empatando con República Dominicana con Fernando Casado y su "Al nacer cada enero". Destacan, entre el resto de concursantes, la canción peruana "Lando" compuesta por Chabuca Grande e interpretada por Cecilia Bracamonte y el portugués Paulo de Carvalho que había presentado a su país en Eurovisión tres años antes.


El ganador fue Eduardo González (más adelante conocido como Guayo González) de Nicaragua con la canción "Quincho Barrilete" compuesta, atención, por Carlos Mejía Godoy (el de los de Palacagüina, o sea, el que alucinaba con tus perjúmenes, mujer) que, por cierto, en el 80 participaría también como cantante. Este tema es, aparentemente, infantil y musicalmente no es gran cosa pero... en realidad  esconde una crítica a la penosa situación de su país en la que los hermanos mayores tenían que trabajar para ayudar a la economía familiar. Quizás gracias a esa supuesta inocencia que destilaba la sencilla tonadilla consiguió pasar la censura del dictador Anastasio Somoza y los votos, posiblemente, premiaran su valentía. 






La marca del Zorro. 1961

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El sábado 4 de marzo de 1961 los privilegiados chavales que tenían tele en su casa invitaron a sus amiguitos menos afortunados para presenciar en pandilla el estreno de la nueva serie infantil de TVE, "La marca del zorro", definido por sus responsables como "un héroe californiano, humanitario, valiente y decidido". Sus aventuras comenzaban a las 18.30, tras "El mundo de los animales" y "Aventura de hilitos", los otros espacios que conformaban el llamado "Programa infantil" que se iniciaba a las 18h tras la Carta de Ajuste. La serie, basada en las famosas aventuras del Zorro (posiblemente sin pagar derechos de autor), estaba guionizada, dirigida y realizada por Fernando García de la Vega y Carlos Muñiz que, a su vez, se encargaban de otras adaptaciones similares pensadas especialemente para ese público previo a la adolescencia. Los intérpretes eran también comunes, una especie de compañía de repertorio que tan pronto encarnaba a unos espadachines como a unos descubridores: Paco Morán (el héroe de doble identidad), Ignacio de Paúl, Joaquín Pamplona, Alfredo Muñiz, Pablo Sanz, Manuel Torremocha, Blas Martín y María Luisa Rubio como protagonista femenina. Estos intérpretes también eran fijos en otros programas dirigidos por García de la Vega, como "Escala en HI-FI". En el caso de Morán era omnipresente, el hombre se pasaba los días en el Paseo de la Habana cambiando de papel hasta que decidió dejar la tele para dedicarse al teatro con grandísimo éxito, sobre todo en Barcelona, donde triunfó no sólo como actor sino también como empresario. 
   "La marca del Zorro" precedió en nuestro país a la serie Disney del mismo personaje estrenada en EE.UU en 1957. Por supuesto los medios eran ínfimos, se realizaba en directo desde el Paseo de la Habana, incluidas las escenas de acción (poquitas y muy limitadas en espacio); nada que ver con la que vimos después (hasta coloreada en los 90), rodada en cine, exteriores y con sus protas cabalgando continuamente. Eso sí, hasta que esos niños pudieron comparar ambas al menos disfrutaron con la modesta (pero seguro que esforzadísima) adaptación patria

Mina en "Gran Parada". 1962

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Enero de 1962. Mina es una de las grandes estrellas de la canción en Europa, es requerida por todas las televisiones del continente y es capaz de interpretar temas en español y francés para contentar a sus fans en esos países. En TVE había debutado el verano del año anterior en el programa "Gran Parada", el gran espacio de variedades de la Casa. El éxito fue enorme y por eso fue contratada de nuevo para actuar ante el público del Teatro del Fomento de las Artes, alquilado para realizar programas de mayor envergadura, como éste. Mina acababa de regresar de América. En los países latinos había intervenido en todos los grandes programas y en Norteamérica había practicado el turismo según confesaba al periodista Mariano R. Villén de la revista "TeleRadio". En Venezuela había pasado un tiempo y había aprendido español, según aseguraba no sólo para cantar sino porque "me es simpático". 
   Aprovechando sus conocimientos del idioma ese sábado cantaría dos temas en español. En total interpretaría cinco canciones, las otras tres en italiano. La expectativa era máxima y los fotógrafos acudieron a su ensayo en el que  lucía jersey amplio, pantalones negros ajustados y botas cortas. Para su actuación en directo llevaría un traje negro de lentejuelas, de esos que daban muy bien en la pantalla en blanco y negro, simple pero efectivo. Mina era joven pero una veterana televisiva así que sabía muy bien cómo cuidar su imagen. Estaba inmersa en la primera etapa de su larga y prolífica carrera, una época directamente ligada a la televisión donde tendría sus propios programas o presentaría títulos míticos de la RAI como "Canzoníssima" o "Milleluci" (junto a Raffaella Carrà, por cierto). Nada que ver con la actualidad donde sigue lanzando discos desde la tranquilidad de su hogar, totalmente alejada de los medios, de conciertos, de giras, casi enclaustrada.


En "Gran Parada" Mina volvió a llamar la atención, tanto del público presente en el Teatro como de la audiencia en casa, los siguientes días muchos de ellos enviarían cartas a TVE o "TeleRadio" para felicitar a la cadena por el fichaje de la italiana para ese programa y solicitando su regreso pronto. Esa petición no pudo ser satisfecha pronto porque justo después de esta actuación Mina regresó a Roma para presentar varios espacios televisivos, después a Viena y Mónaco para grabar discos y posteriormente a Japón para rodar su primera película, según contaba a la prensa de la época. Los espectadores tendrían que esperar hasta junio de 1963 para volver a verla en nuestra tele pero esta vez sería desde los estudios de Barcelona y en el programa "Amigos del martes", la competencia de "Gran Parada". 
   Por cierto, ese mismo sábado que Mina actuaba ante las cámaras de TVE, los italianos estaban viéndola en "Studio Uno" de la RAI. Allí ya estaba normalizado el uso del "video-tape" y había grabado su intervención justo antes de llegar a Madrid.

"El premio", la serie de Chicho sobre los Nobel.

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En 1968 Chicho Ibáñez Serrador era considerado uno de los grandes creadores de TVE. Había finalizado su etapa con las famosísimas "Historias para no dormir" y triunfado en varios festivales europeos con su especial "Historia de la frivolidad". Nada hacía prever que su siguiente proyecto para la Casa no alcanzara las mismas cotas de popularidad y prestigio que los anteriores pero "El premio" dececpcionó a sus seguidores.

 

Estrenada el 14 de octubre pretendía contar la historia de algunos de los más célebres ganadores del Nobel. La idea quizás pecó de didáctica y aunque la crítica destacó su profesionalidad habitual y la espectacularidad de la ambientación y lo ajustado de su realización, a los espectadores la cosa les supo a poco. Quizás esperaban algo más del estilo que lo había encumbrado en nuestra tele: suspense, misterio y terror, los mimbres que habían articulado sus series "Mañana puede ser verdad"(y dentro de este título "N.N. 23" y "Los bulbos") y, por supuesto, las ya mencionadas "Historias para no dormir". El primer episodio estuvo dedicado a glosar la figura del propio Alfred Nobel, interpretado por el actor Julio Peña. El título fue "El gran asesino", no olvidemos que Nobel inventó varias armas y la dinamita sin pensar en su potencial para las guerras. Por esa culpabilidad latente creó los premios, para premiar a gente que sí hiciera algo positivo por la humanidad. 


 En realidad esta serie era un remake de una que él mismo había dirigido en 1958 para el canal 7 de la TV Argentina y que había protagonizado su padre, Narciso Ibáñez Menta, toda una estrella del país que también recalo con éxito en el nuestro, entre otras cosas gracias a los programas dirigidos por su hijo a su mayor gloria. En esta nueva tanda, don Narciso sólo intervino en uno de los capítulos, el dedicado al escritor George Bernard Shaw, el autor de "Pigmalión" (en la que ese basaría posteriormente la obra musical "My Fair Lady").

El actor Javier Loyola interpretó al escritor Albert Camus en el capítulo titulado "El hombre que vio las ratas". Quizás el lector más avezado lo reconozca por su papel de padre de Enrique Pastor en "La que se avecina", su último trabajo antes de de morir. 
   Precisamente el reparto era una de las grandes bazas de la serie, todos los grandes actores habituales de la tele de la época pasaron por ella, desde Luis Prendes a Emilio Gutiérrez Caba, de Lola Herrera a Carmen de la Maza, pasando por Mónica Randall, Maruchi Fresno, Mayrata O'Wisiedo, Julio Núñez, José María Caffarel, Carlos Estrada, Rafael Navarro, Paloma Valdés, Maria José Alfonso, Julio Núñez y, por supuesto, sus habituales Tomás Blanco, Estanis González, Luis Morris o Pedro Sempson (que en 1976 sería uno de los Tacañones y hasta su fallecimiento la voz de Mr. Burns en "Los Simpsons"). 
   Además, para este proyecto Chicho decidió centrarse en la dirección y realización y encargó los guiones a importantes autores como Jaime de Armiñán, Manuel Pombo Angulo, Alonso y Bartolomé Soler, Alfonso Paso, Alejandro Núñez Alonso o Juan Tébar. Quizás ahí radicó el problema de "El premio", era una serie correcta, bien hecha, interesante, que combinaba divulgación con espectacularidad pero... era poco personal, no era un producto "Chicho" y la audiencia es lo que esperaba de él. Finalizó en enero de 1969.
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