Nunca antes la televisión había sufrido un escándalo de tales dimensiones y, posiblemente, nunca más se removieron tanto los cimientos de la industria como en 1958 cuando se destapó "The Quiz Show Scandal", o sea, el escándalo de los concursos. El más popular y más perjudicado fue "Twenty-One", un juego basado levemente en el blackjack en el que dos concursantes eran aislados en cabinas desde las que debían responder a complejas preguntas. Lo importante era alcanzar la puntuación del título lo antes posible y eso requería un altísimo nivel intelectual además de serenidad y estrategia y... para los productores televisivos, cierto carisma ante la audiencia.
El concurso llevaba apenas un año en antena y formaba parte de una estrategia desesperada de la NBC para conseguir colocar alguno de sus productos en el panel de los más vistos de la semana, copado casi por entero por la CBS. Tan sólo el show del cantante Perry Como conseguía un noveno puesto. Los concursos habían probado su eficacia en la radio, eran baratos y provocaban la inmediata identificación de la audiencia. En la cadena rival "The $64,000 Question" era un éxito así que "Twenty-One" era una solución... que funcionó. Su primera emisión fue un desastre, el nivel que se le exigía a los participantes era tan alto que los dos primeros apenas fueron capaces de responder alguna pregunta. Los productores decidieron que eso había que solucionarlo y comenzaron a pasar las respuestas a algunos concursantes escogidos. Como no había límite de permanencia podían decidir cuando cambiar de protagonistas del juego y fue uno de ellos, Herbert Stempel, el que accedió a declarar ante la Cámara de Representantes en una investigación iniciada sobre otro concurso, "Dotto", también producido por Barry-Enright y que se emitía, bajo una curiosa fórmula, por la mañana en la CBS y por la noche en la NBC.
El escándalo arrastró a todos los concursos y aunque algunos se salvaron de la denuncia por falta de pruebas, cerraron sus puertas por la falta de confianza de los espectadores. Van Doren pidió disculpas, fue despedido de la NBC y nunca más halbló del tema. El presentador fue exculpado por su compañero, que aseguró que estaba al margen de la maniobra, pero tardó casi una década en volver a la tele nacional. Con Enright pasó algo similar aunque ya en los 70 ambos se hicieron millonarios con otros concursos.
Robert Redford consiguió un gran éxito con "Quiz Show", la película basada en estos hechos. También existe un interesante documental sobre el tema, aquí tenéis una parte:
Este es el programa en el que se enfrentaron Stempel y Van Doren:
Y este es el programa de "Dotto" que generó las primeras sospechas. Durante esta emisión en concreto uno de los concursantes suplentes encontró en el camerino de su oponente una cuaderno con las respuestas. Al enfrentarse a los productores recibió un soborno pero posteriormente declaró ante la justicia:
Jack Barry, conocido fundamente por el público infantil, presentó y produjo junto a Dan Enright, el programa que catapultó a la fama a Charles Van Doren (a la derecha en la foto) profesor de inglés de la Universidad de Columbia. Era el concursante ideal, atractivo para las mujeres (al menos las norteamericanas de los años 50, no juzguemos su belleza por los cánones actuales), admirado por los hombres, prestigioso entre sus colegas, proveniente de una estirpe de autores, poetas y profesores universitarios... Cuando finalizó su brillante (y sospechosa) carrera en el programa recibió una oferta para colaborar en el matinal "Today Show" como colaborador cultural del presentador Dave Garroway.
El concurso llevaba apenas un año en antena y formaba parte de una estrategia desesperada de la NBC para conseguir colocar alguno de sus productos en el panel de los más vistos de la semana, copado casi por entero por la CBS. Tan sólo el show del cantante Perry Como conseguía un noveno puesto. Los concursos habían probado su eficacia en la radio, eran baratos y provocaban la inmediata identificación de la audiencia. En la cadena rival "The $64,000 Question" era un éxito así que "Twenty-One" era una solución... que funcionó. Su primera emisión fue un desastre, el nivel que se le exigía a los participantes era tan alto que los dos primeros apenas fueron capaces de responder alguna pregunta. Los productores decidieron que eso había que solucionarlo y comenzaron a pasar las respuestas a algunos concursantes escogidos. Como no había límite de permanencia podían decidir cuando cambiar de protagonistas del juego y fue uno de ellos, Herbert Stempel, el que accedió a declarar ante la Cámara de Representantes en una investigación iniciada sobre otro concurso, "Dotto", también producido por Barry-Enright y que se emitía, bajo una curiosa fórmula, por la mañana en la CBS y por la noche en la NBC.
El escándalo arrastró a todos los concursos y aunque algunos se salvaron de la denuncia por falta de pruebas, cerraron sus puertas por la falta de confianza de los espectadores. Van Doren pidió disculpas, fue despedido de la NBC y nunca más halbló del tema. El presentador fue exculpado por su compañero, que aseguró que estaba al margen de la maniobra, pero tardó casi una década en volver a la tele nacional. Con Enright pasó algo similar aunque ya en los 70 ambos se hicieron millonarios con otros concursos.
Robert Redford consiguió un gran éxito con "Quiz Show", la película basada en estos hechos. También existe un interesante documental sobre el tema, aquí tenéis una parte:
Este es el programa en el que se enfrentaron Stempel y Van Doren:
Y este es el programa de "Dotto" que generó las primeras sospechas. Durante esta emisión en concreto uno de los concursantes suplentes encontró en el camerino de su oponente una cuaderno con las respuestas. Al enfrentarse a los productores recibió un soborno pero posteriormente declaró ante la justicia: