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El Quijote en la voz de Tello Zurro

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Ahora que está finalizando el año Cervantes y en plena resaca se estrena la TV-Movie "Cervantes contra Lope" es justo que recordemos una iniciativa más que curiosa llevada a cabo en 1978 por un famoso locutor de TVE, Tello Zurro, uno de los primeros (sino el primero) audiolibro de nuestra historia. Durante tres meses compaginó su trabajo en los informativos de la tele con la grabación del Quijote para ser comercializado en formato cassette junto a una cuidada edición de la famosa novela en cuatro volúmenes. 12 cintas que que duraban en total 48 horas en las que se narraban punto por punto las vicisitudes del famoso hidalgo al que se le había secado el cerebro de tanto leer libros de caballería. 


Tello Zurro era definido en la prensa de la época como una de las voces "más importantes de TVE" y su trabajo era calificado de magistral. En realidad no es de extrañar que su labor alcanzara esos halagos porque Tello venía con una experiencia importante: había sido la voz de referencia de la emisión radiofónica de la Universidad a Distancia así que sabía perfectamente cómo debía entonar para captar la atención del oyente. En el año en el que se presentaba este Quijote con sonido, Zurro era uno de los locutores de "Redacción Noche", el único noticiario de la Segunda Cadena, del que ya hemos hablado aquí. Había ingresado en la tele cinco años antes para presentar, atención, un programa de humor, "Vuela, fantasía", aunque su prestigio y popularidad los adquirió en los informativos a los que estaría adscrito hasta su jubilación. 


Esta edición de la obra más famosa de Miguel de Cervantes era un proyecto personal que se había gestado dos años antes. Pío Cabanillas, ministro de Cultura por entonces, apoyó la idea y fue patrocinada por su Ministerio. Además recibió el auspicio de la ONCE pero como declaraba a TeleRadio el presentador: "Debo señalar que no hemos trabajado sólo para los invidentes sino para todos aquellos que por circunstancias del tren de vida que se lleva en la actualidad, no tengan tiempo para dedicar su ocio a la lectura." Una de las dificultades que tenía este trabajo era el de mantener la homogeneidad en la narración: "Desde el primer capítulo grabado hasta el último, lleva el mismo timbre de voz. He pretendido "comunicarme" con todos aquellos que habrían de escuchar. El Quijote yo no lo he leído y narrado para mí sino para todos aquellos que tengan presdisposición en conocerlo a través del oído. Si lo he conseguido, me sentiré feliz y si no, pues lo lamentaría mucho". 


Gala 50 años TVE

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Laura Valenzuela apareció por primera vez en TVE en 1956, pocos meses después de su inauguración oficial el 28 de octubre. La famosa locutora que alcanzó su mayor éxito con "Galas del Sábado" entre 1968 y 1970 junto a Joaquín Prat regresó a la pantalla de la pública de forma excepcional en 2006 para presentar la Gala del 50 aniversario acompañada de Anne Igartiburu y Paula Vázquez. Fue un guiño al pasado necesario e imprescindible en un evento de estas características, un encuentro entre veteranos que hacían un guiño a las cinco décadas de éxitos (y fracasos) televisivos. 


Grabada el 25 de noviembre en el auditorio del Fórum de Barcelona ante 3.000 personas, se emitió el 7 de diciembre. La poderosa Gestmusic se encargó de producir este especial, como ha vuelto a hacer con la del 60 aniversario que se podrá ver esta misma noche en la 1 y la 2. En esta ocasión se contó con profesionales de todas las épocas para presentar vídeos recopilatorios de momentos históricos y actuaciones musicales. Alfredo Amestoy, José Luis Barcelona, Concha Cuetos, Constantino Romero, Ana Rosa Quintana y Ana Blanco, entre otros, representaron distintas generaciones de comunicadores que han pasado por nuestra tele. Y sí, también estaba Raffaella Carrà que esta noche será una anfitriona de excepción. 


Pero no sólo hubo presentaciones en solitario, especialmente significativa fue la unión de tres corresponsales eméritas, Núria Ribó (tantos años informando desde Nueva York), Paloma Gómez Borrero (proclamada primera corresponsal fija de TVE, lustros desde Roma) y Carmen Sarmiento (enviada especial a lugares en conflicto y comprometida directora de documentales sobre los marginados del mundo) compartieron presentación para rememorar el buen trabajo de los Servicios Informativos. Sorprendente fue la pareja formada por Carmen Sevilla y Lorenzo Milá, hilarante diálogo en el que apenas se siguió el guión. 


Las inevitables actuaciones musicales estuvieron encabezadas por Julio Iglesias, la gran estrella de la noche en este aspecto, y por varios cantantes salidos de "Operación Triunfo" (el último gran programa fenómeno emitido en TVE con permiso de "Masterchef") en duetos imposibles aprovechando la tecnología, David Bisbal con Antonio Molina y Rosa con Rocío Jurado. Además, Malú se atrevió con Lola Flores y la eurovisiva infantil María Isabel con Marisol. Y el humor no faltó pero esta vez con sketches parodiando la propia historia de TVE, Josema Yuste como Hermida explicándole a Florentino- Armstrong como debía pisar la Luna, un casting imposible para encontrar a la "Encanna" perfecta con Constantino o Karina de participantes o un memorable vídeo en el que Maya Gómez Kemp y Jordi Estadella participaban en el "Un, dos, tres" de Kiko Ledgard. 


Precisamente el gran momento de la noche fue el homenaje al gran maestro Chicho Ibáñez Serrador, reconociendo el innegable valor de sus trabajos para España, desde "Historias para no dormir" a "Hablemos de sexo" pasando por "Waku, Waku", "El semáforo" y, por supuesto, el concurso de la Ruperta, la Botilde, el Chollo y el Antichollo y el Boom y el Crack. Un contenido Estadella y una emocionada Paula Vázquez le entregaron una placa conmemorativa ante la ovación general de los presentes en el Fórum. 


Y, por supuesto, fin de fiesta grupal en el escenario de los copresentadores de la Gala aplaudiendo a la historia de la Casa, esa pantalla que es de todos aunque algunos gobiernos se empeñen en que nos divorciemos de ella. Casi 5 millones de espectadores, un 33,9% de share de media, hicieron de este espectáculo un éxito que hizo que muchos recordaran que juntos hemos vivido grandes momentos. Pena que esos instantes de magia televisiva cada vez sean más raros.

   Así comenzaba:

Y en este enlace podéis verla completa: 
 http://rtve.es/v/1334491

"España ante el portal", la Nochebuena de TVE en 1963

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Folklore español en Nochebuena. Ése fue el menú televisivo para tan destacada noche en 1963. Bajo el título "España ante el portal" se emitía un capítulo extraordinario del espacio musical "Ronda de España" presentada y dirigida por la cantante Antoñita Moreno. Con la idea de representar a todas las comunidades del país se reunió a varios grupos regionales que cantaban villancicos populares de su geografía. Desde las 23h y durante 45 minutos, el plató del Paseo de la Habana se convertía en un portal al que se iba a cantar al niño Jesús antes de la conexión a través de Eurovisión con la Misa de Nochebuena desde la ciudad belga de Brujas. La promoción del programa en la revista oficial de la tele rezaba: "Para toda la familia de espectadores de TVE saltará al aire, desde los estudios madrileños, un gran programa especial en la emisión nocturna de ese día repleto de ternura y humanidad para el orbe cristiano, en que conmemoramos nada menos que el nacimiento del Dios Niño". Un texto discretito, nada rimbombante, como era habitual en la época. 


Decía Antoñita Moreno a la revista TeleRadio una semana antes: "Esta Ronda de España no tiene nada que ver con las que normalmente hacemos. TVE nos encargó que cuidásemos especialmente la intervención de todas las regiones con objeto de que en esa extraordinaria noche toda España viva frente al televisor una velada repleta de solidaridad católica, sin distingos regionales. Hemos seleccionado las mejores músicas navideñas de nuestro riquísimo folklore y por ello estarán representadas todas las comarcas que, en un solo bloque, con una única intención, cantarán al Niño Jesús en su nacimiento". Dejemos aparte el tufillo patriótico y la religiosidad exacerbada de la cantante para reconocer que, teniendo en cuenta el momento, la idea era bastante ingeniosa y hasta justificada para una emisión navideña de la prehistórica tele. 


Bajo la realización de Ramón Díez actuaron la Ronda de los Pastores de Casavieja (Ávila), los Campanilleros Sacramento de Utrera, el grupo de Coros y Danzas del Centro Asturiano, la Casa de Extremadura de Madrid y la propia Moreno representando a Andalucía entera (y olé). La orquesta Tello dirigida por el maestro Olmedo y el guitarrista Antonio García Alonso ponían fondo musical a estas agrupaciones. 


Además el guionista Ricardo Fernández de Latorre (muy prestigioso posteriormente gracias a sus documentales históricos) seleccionó una serie de piezas literarias de poetas anónimos medievales y de escritores del siglo de Oro como Lope de Vega o Góngora que eran interpretados por actores como Mari Carmen Goñi (sí, la futura Valentina de los Chiripitifláuticos), Ángel Soler (ambos en la foto), Carlos Ruiz y Sergio de Frutos. 
   Este especial navideño fue uno de los primeros en ser grabados y eso permitió que los trabajadores de la Casa libraran tal día. En años anteriores se había optado por emitir una película para evitar que los empleados tuvieran que cenar en los estudios del Paseo de la Habana. 

Navidades Philips 1961

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La Navidad de 1961 en TVE fue un auténtico alarde de madurez audiovisual. Tras 5 años de balbuceos, la tele nuestra aprovechaba el patrocinio de una gran multinacional, Philips, para ofrecer a sus (todavía escasos) espectadores dos programas especiales emitidos dos sábados consecutivos, el 16 y el 23 de diciembre desde los estudios de Miramar en Barcelona. La proximidad con Francia permitió que se contratara a varios artistas del país vecino que ya triunfaban en toda Europa: Sacha Distel y el grupo cómico-musical Les Cinq Pères (fotografía inferior) además de la primera figura del Liceo de París (fotografía superior) que interpretó la muerte del cisne.


En la gala del 23 las verdaderas estrellas del show fueron Carmen Sevilla y su marido, el afamado compositor y pianista Augusto Algueró que debutaban ante las cámaras de TVE como artistas (ya habían aparecido antes como entrevistados). De esa gala ya hemos hablado aquí así que no reincidiremos. Quienes habían puesto el acento patrio en la primera emisión fueron otra pareja de artistas reconocidos ya mundialmente, Lola Flores y Antonio Flores, "El Pescaílla". 


La Flores y compañía cerraron el espectáculo del día 16 en el que también había intervenido Helmut Zacharias, el violinista más popular del momento en Europa. Este alemán había alcanzado el número 12 en el Billboard USA en 1956 y más adelante, un número 9 en la lista de Reino Unido. Antiguo niño prodigio, sus melodías al violín vendieron más de 14 millones de copias y sus 400 composiciones fueron banda sonora no sólo de decenas de películas sino también de la memoria sentimental de dos décadas. 


En cuanto a Sacha Distel poco hay que añadir. Popularísimo hasta bien entrados los 80 en Europa, sus canciones fueron versionadas a otros idiomas (como el español) por él mismo. ¿Qué cincuentón no recuerda aquello de "La manguera ¿dónde está? ¿Dónde está la escalera? ¡No perdamos el control!". Distel tuvo su propio show en la tele francesa durante 8 años y llevó una carrera paralela como instrumentista de jazz. Siguió en activo y con mucho éxito hasta su muerte en 2004 por cáncer. Tan sólo tres años antes había protagonizado la versión francesa del éxito de Broadway (y también de Hollywood) "Chicago". En 1961 fue la primera vez que coincidió en un plató con Lola Flores pero no sería la última. En el especial de Nochevieja "Viva 87" dirigido por Navarrete y presentado en directo por Concha Velasco protagonizarían un momentazo al darse el relevo en el escenario. La complicidad entre ambos era evidente y quizás se había fraguado en este "Navidades Philips 1961". 

De cuando "Espejo público" era semanal

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El 20 de octubre de 1996 a las 20.30 h  Pedro Piqueras estrenaba un nuevo formato en Antena 3. Su nombre era "Espejo Público" y durante 10 años se mantendría esta cita semanal cada domingo. La idea no era original: presentar varios reportajes en profundidad sobre distintos temas de actualidad. ¿Les suena? Efectivamente, la referencia ineludible era "Informe Semanal" aunque había una gran diferencia: la selección de contenidos. Si en el programa señero de TVE se trataba de hacer un resumen de los asuntos de mayor relevancia internacional durante la semana, en Antena 3 se buscaban historias más peculiares, curiosas, ajenas a la primera plana en muchas ocasiones y con un enfoque que, en ocasiones, rayaba el sensacionalismo aunque se procuraba no sobrepasar ese límite. El día del estreno se hablaba de la boda entre el ministro Álvarez Cascos y Gemma Ruiz, las candidatas a ocupar el corazón del por entonces Príncipe de Asturias y se ofrecían unas imágenes exclusivas grabadas con cámara oculta sobre un exorcismo. Pues eso.


Dos años después, Piqueras regresó a los informativos pero no dejó el fin de semana porque ése fue su nuevo destino. Primero formó pareja con Miriam Romero y después con Sandra Barneda aunque justo antes de asumir las mañanas de la cadena con el brevísimo "A plena luz" presentó en solitario las dos ediciones del sábado y el domingo. Para sustituirle al frente de "Espejo público" se eligió a un joven veterano de la casa, Roberto Arce. Cuatro años se mantuvo en este espacio de reportajes consiguiendo una gran estabilidad de la audiencia y varios reconocimientos públicos. 


También serían cuatro los años que permanecería como presentadora Sonsoles Suárez. La hija del expresidente del Gobierno Adolfo Suárez, había adquirido gran popularidad como sucesora de Marta Robles en "A toda página" en 1995. "Espejo" sería su retorno a la primera línea tras una época en Mozambique dedicada a la ayuda humanitaria. Aunque a su regreso a Antena le habían adjudicado un programa de sucesos, "Las caras del crimen", fue en este semanal donde encontró su perfil más ajustado. Sin embargo, en 2006 la cadena tenía en mente una revolución para este formato que ya era un clásico en su parrilla.  


En diciembre de 2006 "Espejo público" comenzaba una nueva etapa como matinal informativo con Susanna Griso como conductora principal auxiliada por Emilio Guillín, proveniente de TVG y con experiencia como reportero en el canal aunque aquí había sido seleccionado a través de un concurso. Ramón Arangüena ponía la nota surrealista y colaboradores de todo tipo (incluida Massiel) aportaban una sensación de tertulia distendida que transcurría en un cuco saloncito. Del formato original sólo se conservaba el título en un intento de mantener el prestigio que la marca había generado durante una década. Griso supo hacerse con las riendas del espacio y hoy es un infoshow puro, donde la tensión es continua. Teniendo en cuenta sus audiencias parece que tenemos Espejo para mucho tiempo. 

Adiós a José Luis Barcelona

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Sereno, gentil, sonriente. Esas eran las tres armas principales de José Luis Barcelona ante la cámara pero tenía muchas más. El pasado día de Reyes fallecía a los 84 años el pionero de la televisión desde Cataluña, aquel que supo ser cercano pero no pesado, el profesional polivalente al que nunca se le dio la gran oportunidad pero que aprovechó cada encomienda para destacar. El eterno secundario que se convirtió en estrella aunque sus jefes no se dieran cuenta. El público le quería, era el yerno perfecto para las señoras, el tío simpático y cómplice para los más pequeños, el amigo que nunca te falla para los hombres. Y si la audiencia lo miraba con cariño, sus compañeros no sólo le respetaban, le veneraban. Quienes han compartido plató con él sólo tienen palabras buenas para recordarle y quizás eso es lo que quede: era un hombre bueno y eso es mucho decir.


Aunque era zaragozano de nacimiento, en concreto de Borja, fue la ciudad de su apellido la que se convertiría en su hogar desde que finalizó los estudios y se trasladó allí para trabajar en banca mientras hacía sus pinitos como actor aficionado. Aquella pasión por las tablas fue la que le permitió entrar en Radio Miramar en su cuadro de actores para los famosos radio-teatros. Ante los micrófonos descubrió otro amor: la comunicación y se apuntó a Radio Juventud para prepararse, más tarde ése fue su primer medio ya como profesional. Un anuncio de la apertura de los estudios de TVE en Miramar le llevó a aventurarse en algo totalmente desconocido. Superó las pruebas pertinentes y de golpe fue nombrado el primer presentador oficial de la cadena en Barcelona y eso tenía su premio, un curso acelerado en Madrid a cargo de las grandes estrellas del momento, Jesús Álvarez, David Cubedo y Matías Prats. 


Barcelona aprovechó muy bien aquella oportunidad y el 14 de julio inauguró los flamantes estudios de Miramar, un antiguo hotelito remodelado en platós de lujo desde donde competir en buena lid con el Paseo de la Habana primero y Prado del Rey después. Aquel día de verano José Luis presentó "Balcón del Mediterráneo", el primer programa realizado desde ese centro de producción, todo en exteriores aprovechando la terraza y sus excelentes vistas a la Ciudad Condal. De esa emisión en directo sólo se conservan fotografías (que se pueden ver aquí) pero gracias a la memoria prodigiosa de nuestro homenajeado, 50 años después se pudo recrear esa escena con las mismas palabras que había utilizado antes. Fue entrañable verle junto a Ana Blanco en el Telediario exactamente a la misma hora pero medio siglo después. La diferencia es que en 2009 pudimos ver a don José Luis micrófono en mano y en el 59 sólo escuchamos su educada voz que, por cierto, se convertiría en uno de sus sellos junto a esa media sonrisa permanente que sólo podía significar que íbamos a pasar un buen rato viendo sus programas. En aquellos primeros años se bregó en todos los géneros: variedades, musicales, retransmisiones, informativos. Gracias a eso su carrera fue larga y aunque no fue una gran estrella sí que fue una presencia constante durante más de tres décadas.


Su mayor éxito fue, sin duda, "Reina por un día" (más información aquí), uno de los espacios más exitosos de la primera época de nuestra tele. Adaptación de un programa norteamericano (del que también hemos hablado aquí) con unas cuantas diferencias y mejoras con respecto al original, tiene el dudoso honor de ser el primer reality emitido en España pero yo diría era un programa escapista de una realidad demasiado dura como para ser contada. A Barcelona le pusieron un acompañante, Mario Cabré, torero, poeta, actor y seductor al que siempre le dedicó cariñosísimos recuerdos. Lo que podía haber sido una lucha de egos fue el nacimiento de una amistad que duró hasta la muerte del polifacético matador. Pero esta pareja se había estrenado casi un lustro antes en un programa veraniego realizado en el exterior de los estudios catalanes, "Club Miramar". La conexión entre ambos fue inmediata y cuando repitieron al frente del "Reina" pudieron afinar aún más esos dos personajes contrapuestos pero perfectamente complementarios que ya habían ensayado aquella primera ocasión. 


A Barcelona muchos espectadores que superan los 50 años lo recuerdan por los musicales. Él fue el que acuñó el término "Eurofestival" para referirse al concurso de la canción organizado por la red Eurovisión y presentó algunas de las primeras selecciones de artistas. "Música en su pantalla" y "Discorama" fueron otros formatos de finales de los 50 y principios de los 60 que él comandó ante las cámaras y además fue presentador de dos talent-shows aunque en aquella época no se denominaban así sino programas de noveles: "Primer aplauso" (1959-60), alternando emisión con Madrid con Uribarri de compañero, y "Salto a la fama" ya en 1964. Tres años más tarde condujo el curioso "Musical 14.30" con una jovencísima Paca Gabaldón (en la foto), un programa previo al Telediario 1ª Edición pensado para la juventud, modesto pero mucho más dinámico e informal que otros de gran presupuesto.

Fotografía de Gabriel Sendra @arxiusendra. Todos los derechos reservados.
Con el final de la década de los sesenta, este profesional demuestra que puede pasar del espectáculo a los informativos sin ningún problema y transmitiendo la misma serena seguridad que le había hecho popular. Un día presenta el Festival de la Canción Infantil y al siguiente una nueva entrega de "Kilómetro lanzado" o conectaba con los informativos para contar la última hora desde Cataluña. Su versatilidad fue, aunque suene contradictorio, una de las razones para no haber sido la gran estrella que merecía ser, era el comodín perfecto y en Miramar se aprovecharon de ello sin darle grandes oportunidades. No tiene sentido que después del enorme éxito de "Reina por un día" no sólo no renovaran más temporadas sino que además no le ofrecieran otro espacio de prime-time con presupuesto. Barcelona fue la cara de mil y un formatos de todo tipo y a todos ellos les aportó su simpatía, incluso a los que no lo merecían.


En 1979 tuvo una de esas escasas oportunidades de destacar, fue en "Canciones de una vida" (al que también hemos dedicado un post). Junto a la exazafata del "Un, dos, tres" Aurora Claramunt recordaron grandes éxitos de décadas anteriores junto a sus intérpretes y ayudaron a revitalizar la carrera de algunos como el Dúo Dinámico. Aurora estrenó su twitter casualmente el día que se hizo pública la muerte de José Luis y le dedicó un ""Adeu amic y company" (Adiós amigo y compañero) Aquel nostálgico espacio fue un éxito muy bien valorado en el panel de aceptación de la audiencia y renovó por una segunda temporada. Podía haber sido el inicio de una segunda etapa en la carrera de Barcelona pero... no fue así.

Fotografía de Gabriel Sendra @arxiusendra. Todos los derechos reservados.
Quizás a la Casa le interesara más tener a un profesional de esta valía dispuesto para cualquier emergencia o es posible que no encontraran un formato que se adaptara a su amable personalidad para ofrecerle después de su reciente éxito (ejem). Vuelta a las conexiones con los Telediarios, los reportajes para "24 horas" u otros programas de corte informativo hasta que le encargaron la dirección de "Tot i més", un magazine para el circuito catalán presentado por Silvia Tortosa en el que se permitió el lujo de dedicar secciones al arte y la poesía. Poco después dirigió y también presentó "Primera fila" sobre los espectáculos que se podían ver en Cataluña, de nuevo para TVE sólo en la región. Y así hasta que en 1992 le llegó la jubilación. 


A partir de entonces fue maestro de presentadores, colaborador de programas en radios y televisiones catalanes y eterno invitado en todas las celebraciones de los aniversarios de Televisión Española, ya fuera en las galas de los 40 o 50 (en la foto), en el especial "Tiempo al tiempo" de Concha Velasco por los 45 años o su papel como hado madrino de "Disculpin la interrupció" de Carolina Ferre. 
   Siempre dispuesto a ayudar, concedía entrevistas a quien las solicitara, por ejemplo este humilde servidor, pero le gustaba hablar de sus compañeros. En una conversación radiofónica en 2006 me contaba que todavía recordaba con la ilusión de un niño las actuaciones de Marlene Dietrich y Luis Mariano en los estudios de Miramar, los dos astros que más le impresionaron por su aura estelar y su profesionalidad alejada de divismos (a pesar de lo que pudiera esperarse de la germana). 
   De José Luis Barcelona nos quedará precisamente eso que él admiraba en los demás: la profesionalidad y yo añado su impenitente humildad. Se ha ido un maestro al que le debemos un gran homenaje que, por cierto, su casa, TVE, no le ha dedicado estos días. 

Aquí está el "Canciones de una vida" dedicado al Dúo Dinámico: 

Adiós a Paloma Chamorro, la musa televisiva de la Movida

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Fue la imagen de la Movida en la tele porque ella fue la que se atrevió a trasladar el espíritu caótico de ese movimiento liberador y contracultural a un espacio tan supuestamente organizado como un plató. Paloma Chamorro ha fallecido y a pesar de llevar años retirada de la vida pública hoy parece que todo el mundo la conocía y hasta la echaba de menos de la pantalla. Seguramente, ella tendría una respuesta vitriólica a tanta alabanza a destiempo. Ella fue la más moderna de una tele encorsetada desde sus inicios, cuando en 1973 comenzó a colaborar en un espacio dirigido por Fernando Méndez Leite titulado "Galería" al que le siguió "Cultura 2". Cuando fue requerida para el trascendental "Encuentros con las artes y las letras" en el 76 ya era "la chica del arte" en Prado del Rey y cuando el macro-espacio se desgajó ella continuó con "Trazos" junto a Ramón G. Redondo y, posteriormente, ya como directora y presentadora "Imágenes". Como de todo estoy ya hemos hablado en este blog no quiero extenderme demasiado pero sí dejar claro que Paloma era ya un icono de la cultura con mayúsculas antes de convertirse en personaje popular. 


Eso sería a partir de 1983 gracias a (o "por culpa de" diría ella) "La edad de oro", el espacio más transgresor y libre de la tele aunque ella, como máxima responsable, no tuviera esa intención. Ingenuamente quería informar de todo lo que se estaba moviendo en Madrid al resto del país y, por qué no, que esa creatividad desbordante se contagiara a través de las ondas hercianas. Pero a fuerza de presentar a los más importantes músicos del momento en Europa y de (intentar) entrevistar a los más iconoclastas artistas en un estudio lleno de humo (sospecho que no del incienso o del hielo seco que se solía utilizar para eso) la Chamorro devino también en símbolo. Su pelo, ese que no se peinaba porque, simplemente, no tenía tiempo porque prefería dedicar cada segundo a hacer de su programa la joya catódica en la que se convirtió, fue motivo de imitación pero ella tenía otras preocupaciones, como afrontar una denuncia por ofensa religiosa de la que no se libró hasta los 90. Todo por permitir que un artista provocador se riera de la simbología religiosa. Ella lo permitió todo en su espacio... pero aquello no era un billete de ida y vuelta. 


Tras el abrupto final de "La edad de oro" en 1985 se le cerraron muchas puertas, tal y como ella contó en varias ocasiones y sin ningún tipo de pudor. Tuvieron que pasar dos años hasta que comenzar la emisión de "La estación de Perpignan" (del que también hemos hablado aquí), un programa con largas entrevistas monográficas a artistas de todos los géneros entre los que también había músicos así que, puntualmente, se recuperaba el espíritu de su programa anterior con conciertos muy cuidados estéticamente aunque con cantantes muy distintos de los que habían agotado su paciencia un par de años antes. 


Un año más tarde llegó "La realidad inventada", otro programa sobre arte que ha dejado para el archivo de TVE entrevistas hoy ya históricas. Y después... el silencio. Un par de documentales más para la Casa, uno sobre la pintora gallega Maruja Mallo y otro sobre Goya, fueron sus dos únicas aportaciones a la tele de los noventa. Desde hacía tiempo sufría de migrañas que sumadas a la decepción y el cansancio por el ninguneo constante de los gerifaltes hacia su trabajo consiguieron que esta "filósofa de la acción" se hartara de pugnar por un hueco en la parrilla. Hoy todo el mundo la valora pero incluso en su período de apogeo tuvo que enfrentarse a las críticas de los envidiosos que consideraban que no estaba "preparada" para dirigir un musical, al boicot de ciertos operadores de cámara demasiado viejos para aguantar a una juventud desfasada y a las continuas quejas de los jefes. Paloma Chamorro es otro ejemplo de profesional totalmente desaprovechada. Afortunadamente el archivo se nutre de algunas de sus contribuciones más valiosas. Gracias, Paloma, por habernos permitido soñar con una tele sin complejos y libre. Al menos... soñar. 

Algunos ejemplos de su brillante trabajo: 


Ángel de Echenique, el primer hombre-concurso

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Foto cedida por @ArchivoRTVE

Entre las brumas del pasado televisivo, ése de nuestros pioneros más pretéritos, rescatamos hoy la figura de un presentador que alcanzó enorme popularidad gracias a la radio, medio en el que permanecería hasta su muerte, pero que ayudó a cimentar las bases del entretenimiento en nuestra tele, Ángel de Echenique. Él fue nuestro primero hombre-concurso, a él le cabe el honor de inagurar el género con "Tele-mímica", el primer juego semanal de TVE (más allá de concursitos puntuales y sin título o escenario propios). Incluido en el macro-programa "Festival Marconi", fue el primero concebido específicamente para ser desarrollado ante las cámaras y no era una mera adaptación de las competiciones radiofónicas. Su nombre lo dejaba bien claro, dos equipos se enfrentaban entre sí para conseguir el mayor número de respuestas posibles utilizando la mímica y la complicidad con el compañero. Nada menos que 10.000 pesetas de la España de 1958 era el premio final. Aquel concurso consiguió el 5º puesto en el primer panel de aceptación entre los espectadores realizado en la televisión del país, por encima de otros con mucho más presupuesto como "Teatro Apolo", la novela "Oliverio Twist" u otro concurso más ambicioso "¿Jugamos?". La simpatía de don Ángel fue la clave.  


Dando la alternativa a Isabel Bauzá, que después sería una afamada presentadora en TVE
Y es que este caballero de eterna sonrisa ya conocía muy bien los entresijos de la comunicación porque fue uno de los pioneros de la edad de oro de la radio española. Siguiendo la senda marcada por Bobby Deglané, Echenique supo dar a los oyentes aquello que pedían: escapismo. En los 40-50 fue una de las estrellas más fulgurantes del medio con programas como "Rueda la bola" (cuatro décadas en antena). Fue el primero en conducir un espacio patrocinado en RNE, "Climator", para el que traía semanalmente desde París a Bernard Hilda y toda su orquesta. De allí pasó a la poderosa Radio Madrid (Cadena SER) con "Desfile de Variedades" cara al público desde el cine Proyecciones. Más adelante, "Música para todos" donde dio la primera oportunidad a artistas que después adquirieron gran fama como Nati Mistral y todo eso compaginado con los infantiles, género en el que había comenzado con el personaje de "Esparadrapito" junto a los popularísimos entonces Pototo y Boliche. Se ganó entre la chavalada el apodo del "Tío Cheni". Dejó la SER para inaugurar Radio Intercontinental, en la que seguiría trabajando hasta el final. El micrófono fue su primer amor y al que dedicó prácticamente toda su trayectoria, aunque había comenzado como maestro de escuela y había estudiado Filosofía: "He tenido el placer de ser el primero que ha sacado la radio a la calle. Utilicé el teléfono... toda una serie de cosas hechas en esa época bonita en la que los de la radio teníamos entusiasmo y afición que aún sobreviven en muchos profesionales. La contrapartida está en una cosa que devora las iniciativas en todas las profesiones y en todo. Es cuando surge esa señora gorda y repelente que se llama "Doña Burocracia". ¡Lo estropea todo! Tal vez ahora todo sea más perfecto, más aprovechable, más susceptible de sacarle más jugo pero pierde esa esponteaneidad, ese espíritu necesario. Vamos, es el play-back de la vida moderna. La radio se ha burocratizado. Lógicamente, un minuto vale mucho dinero y todo tiene que llevar un ritmo" se quejaba, no sin razón, ante el periodista Antonio D. Olano en enero de 1976 en la revista "TeleRadio".

Junto a Blanca Álvarez (en el centro) y una concursante en "Hacia la fama". Foto cedida por @ArchivoRTVE

Si bien la radio fue ese amor estable, la televisión fue un romance que duró algo más que un verano para Echenique. Pionero de los concursos de noveles, consiguió no sólo éxito entre la audiencia sino también reconocimiento de la crítica: "Yo soy uno de los fundadores de la TV en España. El primer premio internacional que obtuvo TVE lo gané yo en Roma, en la RAI. Y se llamaba "El primer aplauso", un programa patrocinado por Marconi que duraba una hora. Nosotros ganamos el concurso, trasladando todo el equipo a la RAI, luchando contra todas las televisiones del mundo" decía en la citada entrevista. Reincidió en el género en "Hacia la fama" junto a Blanquita Álvarez (en la foto superior) y en 1960 presentó "La subasta" desde el Paseo de la Habana. En aquel entonces daba las claves de su forma de entender la comunicación: "Estamos atravesando un momento crítico, tanto en la radio como en la televisión. En la actualidad, sin duda por el gran ritmo de vida que tenemos que soportar, el espectador o el oyente no puede aguantar gritos y presentaciones altisonantes y sí, en cambio, acepta con verdadero agrado a la personas que logran hablarle con naturalidad y sencillez, puesto que al hacerlo le ayuda a conseguir esa tranquilidad e intimidad de la vida del hogar, tan necesaria en nuestros días" (TeleRadio nº 150, noviembre de 1960).

Ángel de Echenique en Radio Intercontinental en 1976

Poco a poco las colaboraciones de Echenique se fueron espaciando y de ser una de las estrellas del medio durante su primer lustro, pasó a ser una sombra del pasado. "Entonces no cobrábamos un duro por hacer televisión. Se nos decía que más adelante obtendríamos compensaciones. ¡Algún día! ¡Cumplieron su palabra de darnos puestos preferentes! A todos los que hicimos la televisión nos echaron a la calle. No hice nada por volver porque llevando un montón de años de profesionalidad, creo que son ellos los que tienen que acordarse de uno, sin que uno mendigue nada a nadie" se quejaba en 1976.
   El tío Cheni fue reconocido en 1994, un año antes de morir, con la Antena de Oro. En 1957 había conseguido el Ondas como mejor locutor gracias a su trabajo en Radio Intercontinental, cadena en la que continuó trabajando hasta su fallecimiento. Su último programa fue "Feliz fin de semana" junto a su mujer, la también locutora María Teresa Vico.

"Ambó Ató", el programa infantil de 1960

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Cada jueves de 1960 a eso de las 17.30 h comenzaba en TVE "Ambó Ató", el programa infantil por excelencia de la temporada, sobre todo si tenemos en cuenta que ese día los niños no tenían cole por la tarde y que todos procuraban reunirse en la casa del vecino para ver el único espacio destinado para ellos hasta el fin de semana: el sábado "Recreo" y al día siguiente "Hoy es domingo" (¡que incluía las fantásticas aventuras del perro "Rintintín"!). Este programa era la secuela del exitoso "A la rueda, rueda" dirigido por el mismo equipo y que el año anterior había logrado el Ondas. La única gran diferencia era el título, ¿por qué cambiar el nombre de algo ya popular? ¡Ahhh... misterios de la tele!


Manolo Bermúdez, "Boliche", era el comandante de aquel barco auxiliado por "Papá Garzón" y Evaristo López, que hacía de Charlot sin pagar derechos de autor ni nada. Además, la orquesta de Manolo Gracia estaba al quite para amenizar la tarde con música. Era éste el programa de mayor duración de la parrilla, nada menos que hora y media, un cuarto de hora más que "Gran Parada", el célebre show que en aquella temporada se emitía los domingos por la noche. El formato variaba cada semana, sólo unas secciones fijas como "Baile al compás de España", el guiñol de Doña Urraca y Don Benigno, "La pizarra mágica de Summers" (juraría que era Guillermo Summers que antes de hacerse famoso en los 80 con "Y sin embargo te quiero" fue guionista y dibujante pionero de la tele) o "El personaje famoso" se alternaban con breves concursos en los que participaban decenas de niños cada semana. 


Decía Francisco Garzón, "Papá Garzón", aseguraba en la revista "TeleRadio": "Nuestro propósito siempre ha sido y sigue siendo el de presentar cada semana a los niños un programa nuevo y distinto que reúna las dos condiciones que nos hemos propuesto: la de divertirles y educarles al mismo tiempo. Y estamos, por tanto, contentos ya que hemos comprobado por muchas cartas que un buen número de niños,gracias a nuestras pequeñas reprimendas en broma, han empezado a estudiar más en serio de lo que lo hacían y también vemos cómo ríen los peques que presencian los programas". 
   La popularidad radiofónica de Boliche, junto a Pototo, que incluso se trasladó al cine, se mantuvo intacta en la televisión e incluso llegó a tener su propio cómic, publicado en TeleRadio, dibujando nada menos que por uno de los maestros de "Pulgarcito" y "Tío Vivo", Peñarroya, autor de "Don Pío" y "Pitagorín". "Ambó Ató" se mantuvo en antena hasta el año siguiente pero Manolo Bermúdez no cesó su actividad televisiva, creó dúo junto a Joaquín Portillo, "Chapinete" (y también tuvieron su propia historieta "peñarroyana") y juntos presentaron en la temporada 1962-63 "Silla de Pista". Más adelante pasaron del Teatro del Fomento de las Artes, donde habían realizado sus primeros programas televisivos, a Prado del Rey donde fueron habituales en la programación infantil hasta mediados de los sesenta. 

Mujeres en la historia

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En el verano de 1995 se estrenó, casi de tapadillo, una serie documental que, de forma intermitente, se emitiría en la 2 hasta 2009. Su autora, María Teresa Álvarez, es una de las veteranas de TVE bregada primero en la radio de su tierra, Asturias, y después como pionera del Centro Territorial en su comunidad. Allí fue la primera presentadora de su magazine en los setenta y por su buen hacer fue seleccionada por Maruja Callaved para sustituir a Mari Cruz Soriano en el popular "Gente" en verano de 1979 (tal como contamos aquí). Tendrían que pasar casi 8 años para que Mª Teresa fuera trasladada definitivamente a Torrespaña como subdirectora de Cultura y Sociedad en los Telediarios. Al tiempo comenzó a dirigir documentales para la segunda cadena, siempre desgranando temas históricos quizás poco conocidos o bien pequeños aspectos de la historia con mayúsculas que no habían sido convenientemente divulgados. Con ese espíritu comenzó a pergeñar en 1993 una serie reivindicando el papel de  mujeres fundamentales en nuestro devenir que prácticamente eran anónimas para el gran público. Para dejar bien claro su propósito la primera fue Leonor Plantagenet, hija de los Reyes ingleses Enrique II y Leonor de Aquitania y Reina de Castilla tras su enlace con Alfonso VIII. 


Juana la Beltraneja, María Pacheco, Isabel de Farnesio, Concepción Arenal fueron algunas de esas primeras mujeres homenajeadas en el verano de 1995 hasta completar 9 capítulos. Hubo que esperar hasta junio del 98 para que se reanudara la emisión con algunos episodios que agrupaban varias féminas de las que había menos documentación, como el dedicado a la Ilustración o a las Románticas del siglo XIX. Diez semanas ocupó esta segunda parte en la que la famosa princesa de Éboli se alternó con otras casi ocultas en los papeles como  Rosario de Acuña o Teresa Cabarrús. Y ese fue el gran acierto de la directora, combinar biografías populares con otras que necesitaban salir a la luz después de décadas, o incluso siglos, de ocultamiento. Una tercera temporada entre 2003 y 2004, un único capítulo en 2006 (Victoria Eugenia de Battemberg) y una última (y breve tanda) en 2009 completan este legado televisivo sobre las mujeres que han escrito páginas brillantes en los anales. Combinando grabados, retratos, páginas de la prensa o de escrituras históricas con recreaciones en los edificios reales o en plató y exteriores de las localidades donde vivieron estas valientes, se consiguió un digno producto que hoy ya es un clásico de la 2. 

Aquí tenéis todas sus historias:

http://www.rtve.es/alacarta/videos/mujeres-en-la-historia/

La huella del crimen

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"La historia de un país es también la historia de sus crímenes, de aquellos crímenes que dejaron huella" afirmaba rotundamente la imponente voz de Claudio Rodríguez al comienzo de cada capítulo de "La huella del crimen" sobre un fondo negro como un pozo del que poco a poco emergía una huella dactilar ensangrentada. Es curioso que fuera la voz de Willy Fog la que anunciara lo que se nos venía encima el 12 de abril de 1985 tras la emisión del "Un, dos, tres" en la primera cadena. Pasadas las 23 h se abría un tiempo de recuerdos, de malos recuerdos, esos que habían marcado las páginas de sucesos de periódicos como "ABC" a finales del siglo XIX y principios del XX y propiciado la aparición de un diario sensacionalista como "El caso" a mediados de los 50, los asesinatos más sangrientos de la España reciente, aquellos que incluso habían generado coplillas. 

Victoria Abril y José Cerro en "El crimen del capitán Sánchez" dirigido por Vicente Aranda 

El productor, director y guionista Pedro Costa ponía en marcha este proyecto en 1982, aprovechando la victoria del PSOE en las elecciones generales y la entrada de Calviño en la dirección del Ente televisivo. Costa, que había estudiado Dirección en la Escuela Oficial de Cinematografía, se había bregado en el tema de lo sanguinolento en la redacción de "El Caso" a finales de los sesenta y en la revista "Interviú" desde su creación en 1977. Al presentar la idea de esta serie se había asegurado la firma de varios cineastas reconocidos como J.A. Bardem, Vicente Aranda, Ricardo Franco, Angelino Fons y Pedro Olea, que inauguró la serie con "El caso de las envenenadas de Valencia" protagonizada por una descarnada Terele Pávez que regresaba así a la actuación tras uno de sus parones voluntarios. El propio Costa se reservó para sí mismo "El caso del procurador enamorado" con Carlos Larrañaga y Ana Marzoa en los papeles principales aunque la visión global de la serie está impregnada de su espíritu y no sólo porque ejerciera de férreo productor. 

Sancho Gracia como Jarabo

Y es que para Pedro Costa éste era mucho más que un proyecto televisivo, era SU proyecto. Por eso supo lidiar con todos los problemas que surgieron durante el rodaje con mucho entusiasmo. Para empezar, el presupuesto era demasiado bajo para un producto de estas características, poco más de un millón de euros. Para evitar una mala ambientación o tener que prescindir del extraordinario elenco de actores previsto, por no hablar de un solvente equipo técnico, se decide rodar en Súper 16 mm y no en 35 mm, el formato cinematográfico habitual ya por entonces para las grandes series de la época. A pesar de tener que rodar casa episodio en sólo tres semanas, Costa contagia a su gente y con la complicidad del director artístico Wolfang Burmann se consigue una ambientación extraordinaria que es uno de los sellos que refrenda la calidad de esta antología macabra. Con el caso de el "Jarabo" se llega al culmen de esta primera tanda, la dirección de Bardem y la impresionante interpretación de Sancho Gracia consiguen excelente audiencia y mejor crítica, a pesar del excesivo gusto por esa sangre rojo-tomate que fue muy criticada por morbosa y que retrotraía al espectador a aquellas viejas pelis de la Hammer con Peter Cushing y Christopher Lee permanentemente enfrentados, ya fuera con Drácula, Frankestein o la Momia como monstruos en primera línea.

Silvia Tortosa y Sergi Mateu en "El caso de Carmen Broto" de Pedro Costa, perteneciente a la segunda temporada

Pero el del Jarabo era sólo el cuarto capítulo, aún quedaban "El crimen de la calla Fuencarral" con Carmen Maura y "El caso del cadáver descuartizado" con Juan Echanove y José María Pou. Este último incluía una trama homosexual que hizo que inicialmente TVE incluyera un rótulo de disculpas y advertencia para los televidentes "sensibles". Ante el éxito de audiencia y el revuelo provocado  por los 6 episodios, todo hacía suponer que se encargaría inmediatamente una segunda temporada pero no fue así. Costa echó la culpa a Pilar Miró y la acusó públicamente de favorecer a sus amigos a costa de otros profesionales ajenos a su "cuadrilla". Hubo que esperar hasta el 13 de febrero de 1991 para ver más historias de la España negra. Ricardo Franco, Imano Uribe, Rafael Moleón y Antonio Drove dirigieron a actores como Fernando Guillén Cuervo, Aitana Sánchez-Gijón, Juanjo Puigcorbé, Gabino Diego o Emma Penella. Costa se guardó el último capítulo para dirigirlo, "El caso de Carmen Broto" con Silvia Tortosa. Ángel de Andrés y Sergi Mateu de protagonistas. Había otro crimen previsto para esta segunda entrega pero el avispado productor se lo reservó para llevarlo directamente a la gran pantalla con Vicente Aranda de director y Victoria Abril, Jorge Sanz y Maribel Verdú como cabezas de cartel. La película se llamó "Amantes" y fue una de las más exitosas de los primeros noventa. 
   Aún habría una tercera (y breve) temporada entre 2009 y 2010, con crímenes recientes para cerrar esa historia del país a través de sus crímenes. El de los marqueses de Urquijo, Anabel Segura y los asesinatos de Castellón cometidos entre 1995 y 1996 fueron los elegidos para finiquitar una serie que usó lo más canalla de la condición humana para hablar de un país y de sus vaivenes políticos y sociales, bajo una nada disimulada crítica hacia nuestro sistema (cualquiera de ellos) y a nosotros mismos. 

   "La huella del crimen" ha sido editada por primera vez al completo por 39 Escalones con libreto explicativo incorporado y una limpieza de imagen y sonido que es de agradecer. Además, podéis verla en la web de RTVE (no con la misma calidad, obviamente).


La Mary Poppins televisiva de 1949

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Julie Andrews no fue la primera Mary Poppins de la pantalla aunque sí será la que quede en el recuerdo para siempre (y con méritos más que demostrados). 15 años antes de que se estrenara el famosísimo film producido por Walt Disney que marcó un punto de inflexión en el cine familiar, ya se había emitido en televisión una adaptación de la obra de P.L. Travers. Esto puede sorprender incluso a los más acérrimos fans de la película dirigida por Robert Stevenson porque no es un dato muy divulgado, quizás por los intereses comerciales de la poderosa productora californiana o porque este programa no se conserva. Lo cierto es que ya es hora de otorgar a Mary Wickes el honor de haber sido la primera Poppins que pudieron ver los espectadores.

Eso sucedió el 19 de diciembre de 1949 en el espacio "Studio One" de la CBS. Referencia indiscutible de nuestro "Estudio 1", este contenedor de adaptaciones de clásicos de la literatura primero y de textos escritos ex profeso para él después, es un clásico de la televisión que durante sus diez de emisión (1948-1958) congregó millones de espectadores y dio su primera oportunidad a muchos directores que más tarde se convertirían en grandes cineastas y a guionistas que marcarían el devenir de la primera edad de oro del medio. Por supuesto no podemos comparar los medios con los que se realizó esta primera versión de las aventuras de la niñera británica con los que Stevenson contó en los sesenta gracias al entusiasmo de Disney por este proyecto. A pesar de que el programa se emitió en directo, con todos los inconvenientes que eso supone, no se arredraron e incluyeron una escena con el inevitable vuelo de la Poppins. Por supuesto, y a tenor del magnífico testimonio que nos ofrece la foto superior, la cuerda que sujetaba a la actriz fue evidente para la audiencia a pesar de la poca definición que ofrecían los monitores a finales de la década.


La Mary encarnada por Wickes (también Mary) no tenía mucho que ver con la de Andrews (Julie). Estaba mucho más cercana a la de los libros originales de Travers (Pamela), es decir, una niñera estricta, displicente con los adultos, ligeramente cínica y poco empática con los niños... y aún así, entrañable. Sobria pero... encantadora. La versión fílmica dulcificó muchísimo esta imagen y eso fue motivo de discusión entre la escritora y el productor, tal y como se explica en la película "Saving Mr. Banks" con Emma Thompson y Tom Hanks de protagonistas. Allí, por cierto, en las secuencias en las que la autora recuerda su infancia, vemos a la tía que le inspiró el personaje y comprobamos que era mucho más arisca que la niñera prácticamente perfecta que habíamos amado gracias a la interpretación de Julie y, por lo tanto, se asemeja mucho más a la versión primigenia de este "Studio One".

 

A Wickes le acompañaban en el plató E.G. Marshall como el patriarca, posteriormente famoso gracias a la serie "The Defenders" y al que muchos recordamos como el Presidente de los EE.UU. de "Superman II" y los más cinéficos como uno de los jurados de "Doce hombres sin piedad" de Sidney Lumet (adpatación fílmica de otro "Studio One"), Valerie Cossart como su mujer (sin entonar la canción sufragista que sería compuesta por los hermanos Sherman para la película), David Opatoshu como Bert, que en esta ocasión no sería un deshollinador y hombre-orquesta sino un vendedor de cerillas y los niños Iris Mann y Tommy Rettig como Jane y Michael Banks. Tommy sería cinco años más tarde el protagonista de la primera serie de "Lassie", casualmente el director de esta Mary Poppins se encargaría de la segunda etapa de esa serie canina, la de 1964, ya con otro protagonista. 

   Mary Wickes tuvo una amplísima carrera hasta su muerte, poco después de haber puesto la voz a una de las gárgolas de la versión disneyana de "El jorobado de Notre Dame" y encarnar a la hermana Mary Lazarus en "Sister Act" pero nunca perdonó que Disney no le diera la oportunidad siquiera de hacer una prueba para su película. Ella siempre consideró que tenía derecho a, como mínimo, intentar repetir su papel para la gran pantalla. 

   Como no se conserva esta Poppins del 49, os ofrezco un bonus, la adaptación rusa de 1983. Sí, no me he confundido, versión RUSA y de los ochenta. No hace falta entender el idioma para comprobar que es un sindiós tan bestial que hipnotiza a los espectadores más sensibles a encontrar la belleza entre la mugre: 


La unión hace la fuerza

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"La unión hace la fuerza" fue el primer gran concurso de TVE. Seis años se cumplían desde el inicio de la tele en nuestro país y los espectadores se habían cansado ya de concursos culturales donde había que demostrar un conocimiento exhaustivo de la historia, la naturaleza, la geografía o la actualidad. Amén de algunas excepciones en las que se jugaba al azar o usando el ingenio, la retentiva o la mímica, los concursos en nuestro país eran bastante simplones. Por eso, en octubre de 1964 y oteando los espectaculares programas de países vecinos, TVE realiza un ímprobo esfuerzo para adaptar un gran éxito francés, "La tête et les jambes" y añadirle un elemento del italiano "Campanile Sera". Del primero se utilizaba la fórmula básica: un equipo respondía a preguntas y cuando fallaba era auxiliado por un deportista, es decir la fuerza ("les jambes", las piernas) ayudaba a la cabeza ("la tête") y sólo su unión podría llevarles al triunfo. Eso sí, cada vez que se acudía al deporte, se exigía un esfuerzo superior con lo que el cansancio acumulado podía ser enorme, de ahí que a las semanas del comienzo, los deportes elegidos por los participantes requirieran menor desgaste, como el tiro con arco. Del formato italiano se usó la idea de enfrentar a dos poblaciones que, en el caso español, representaban a su provincia y no sólo a su pueblo. El concurso, pues, se dividía en dos partes, la intelectual se realizaba desde un plató y la física desde un estadio donde se ubicaba una unidad móvil, todo un alarde técnico para una tele todavía muy modesta. 


El programa comenzó con Alberto Oliveras de presentador, popularísimo por su radiofónico "Ustedes son formidables" pero novato ante las cámaras. Teniendo en cuenta la dificultad de este programa, con continuas conexiones con el exterior y sus correspondientes retardos, la elección de alguien sin experiencia televisiva sonaba arriesgada. Si a eso añadimos la pasión de los equipos que, ante cualquier fallo, se despertaba furibunda y susceptible, tenemos el cocktail perfecto para enervar al pobre Oliveras y así sucedió enseguida, con una reclamación en directo del representante valenciano, según cuentan las crónicas "extemporánea y fuera de tono". Otras discusiones y protestas se sucedieron y antes de cumplir el mes en antena, el comunicador dimitió de su cometido. Le sustituyó Mario Beut (en la imagen superior) demostrando una templanza inaudita. Su serenidad y diplomacia ayudaron a que el concurso continuará hasta su final casi dos años después con enorme éxito pero con las mismas dificultades.   


Uno de los momentos más emocionantes se produjo en los cuartos de final que enfrentaron a Mallorca y Navarra representados en la parte física por un ciclista, Guillermo Timoner, y un aizkolari, Patxi Astibia. El ciclista superó al cortador de troncos aunque a la final llegarían A Coruña, con el nadador Carlos Bremón, y Zaragoza con el piragüista Martín Martín que se llevaría el gran premio. 
   "La unión hace la fuerza" fue seguido con emoción por la audiencia pero el enorme gasto y las complicaciones técnicas no animaron a la directiva a renovarlo. Tendríamos que esperar hasta 1968 para encontrar otro concurso de igual éxito, "Un millón para el mejor". Como se realizaba en directo y no era habitual guardar copias, no se conservan imágenes o, al menos, no están localizadas. 

Al galope

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¿Se puede hacer un programa sobre hípica? Y, parafraseando a los Hernández y Fernández, yo aún diría más: ¿se pueden incluir pronósticos para la Quiniela en ese espacio? Eso debieron pensar los gerifaltes de TVE en 1984 porque desde enero colocaron a las 20 h cada viernes (un excelente horario) "Al galope" que ofrecía precisamente eso, información sobre las carreras de caballos y los vaticinios para la siguiente semana para la recién estrenada QH, o sea, la Quiniela Hípica. Nada fue casual en esta apuesta por la divulgación repentina de este deporte. El principal promotor de esta idea fue el director de la Primera Cadena en aquella época, Gonzalo Vallejo que a la sazón era copropietario de una cuadra de caballos y, atención, socio de la Sociedad de Fomento, es decir, el organismo que regulaba las carreras. Eso sí, TVE no regaló esta publicidad al hipódromo español que, por cierto, no se encontraba precisamente en su mejor momento, sino que se llegó a un acuerdo para que el 10% de las ganancias de los beneficios de la Quiniela fuera a parar a las arcas (siempre ávidas de dinero) de la tele. Teniendo en cuenta que ya en la segunda semana de emisión los datos afirmaban que la recaudación se había incrementado un 30% con respecto a la semana anterior, no debió ser mal negocio. 


Dos veteranos de la pantalla pusieron rostro y voz a este programa que, sobre todo, pretendía divulgar y popularizar las carreras de caballos, Marisa Abad y Daniel Vindel. Locutora fija de la Casa ella con grandes éxitos recientes en su trayectoria como "Gente joven", "Cosas" y "Blablabla" y colaborador intermitente desde los 60 él con clásicos juveniles como "Cesta y puntos", "Subasta de triunfos" y "Torneo" en su cartera, la pareja demostró su buen hacer a pesar de su inexperiencia en este terreno tan especializado. En la segunda temporada se incorporó un nuevo elemento, la yegua "Doña Trote", una marioneta de Alejandro Milán (responsable también de los Electroduendes y Lorenzo Pinchadiscos, entre otros) retirada de la competición por su edad a la que su veteranía le daba carta blanca para los pronósticos con comentarios, por cierto, muy ácidos sobre sus antiguos compañeros de cuadras. Sorpresa produjo la elección del director, Octaviano Griñán, especialista en caballos por afición, absoluto novato en la televisión y de profesión inspector de policía. Afortunadamente el subdirector y realizador, Francisco Sastre, no sólo suplía esa carencia sino que además tenía bastante experiencia domando cámaras. 
   El esquema de "Al galope" era sencillo: los primeros quince minutos eran informativos y divulgativos y el último cuarto de hora se dedicaba a la Quiniela. Este programa se complementaba con la retransmisión de las carreras desde el Hipódromo de Madrid, el de Sevilla y el de San Sebastián dependiendo de la época del año. 
   Para Marisa Abad este programa supuso un importante cambio en su vida puesto que se enamoró del director y contraerían matrimonio. Además, fue su primer contacto con Loterías y Apuestas del Estado, su siguiente y longevo destino profesional. "Al galope" se mantuvo hasta 1987 en antena. 

Teatro: "Las entretenidas" de Mihura

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En 1976 la grabación de espacios dramáticos había disminuido considerablemente en los estudios de TVE. Recién estrenada la Transición (con mayúsculas) los programas de debate y entrevistas habían copado el interés de los programadores y, sobre todo, del público. El famoso "Estudio 1" había perdido su periodicidad y por eso cada vez que se emitía una nueva adaptación teatral se adscribía a epígrafes tan generales y simples como "Teatro". Este es el caso de "Las entretenidas", uno de los escasos ejemplos que encontramos en el último trimestre del año junto a "El burlador de Sevilla". Además, otro cambio se estaba produciendo en Prado del Rey, la utilización progresiva del color en los programas de entretenimiento y más paulatina en los informativos. Esta versión de la obra de Mihura fue una de las primeras grabadas ya con este sistema. 


Julia Martínez era Fanny, la protagonista, una "entretenida", o sea, la amante de un respetable médico o, más bien, su mantenida puesto que el hombre ni siquiera estaba casado. Después de cuatro años juntos se enfrenta a una desagradable noticia, Pepe quiera dejarla y eso ella no puede permitirlo. Las argucias de él para romper la relación sin escándalo y de ella para evitar la ruptura forman el grueso de la trama pero la cosa aún se complica más cuando aparecen el futuro suegro (o no) de Pepe y otras mantenidas. Además, la doncella de Fanny está dispuesta a levantar al vecindario (parece ser que lleno de "entretenidas") en armas ante la injusticia. ¿Acaso no es su señorita una mujer mona, divertida y cumple con lo que se espera de ella? ¡Pues entonces con qué derecho la va a abandonar!
   Este texto es un perfecto ejemplo del desbordante talento de Miguel Mihura para la comedia más disparatada partiendo de la más fina observación de la realidad. Es testimonio veraz (aunque exagerado hasta el absurdo) de unas costumbres muy arraigadas en la España de 1962, fecha en la que se estrenó en el Teatro de la Comedia de Madrid. Y precisamente por eso hoy quizás resulte complicada para el público más joven. Es una obra tan coyuntural que difícilmente se puede convertir en "universal".




A pesar de que es tremendamente graciosa, no es uno de los clásicos indiscutibles del maestro y resulta sorprendente su elección para ser representada ante las cámaras precisamente en plena Transición.
   El otro gran protagonista de la obra es Ricardo Merino, un habitual de los dramáticos televisivos que debido a su prematuro fallecimiento en 1994 con tan sólo 59 años no es muy reconocible hoy en día. Siempre eficaz, con una voz inconfundible (en sus últimos años también se dedicó al doblaje) y con una habilidad especial para la comedia, consigue en esta adaptación una perfecta sincronía con su compañera Julia Martínez sin llegar a la exageración habitual en las representaciones mihurianas. Como secundarios de lujo nos encontramos a dos excelentes actores, de esos que cada vez que aparecían en un dramático televisivo sabías que iban a clavar su papel al tiempo que su arrolladora personalidad iba a estar muy presente, o sea, lo que en la profesión se llama "robaplanos". Hablo de Julia Trujillo y Valeriano Andrés, prestigiosa actriz de teatro ella y pionero de la tele él. No me resisto a recordar un dato bien conocido, fue la voz de Herman Munster en el doblaje realizado para "La bola de cristal".


Otro atractivo para los espectadores de TVE era el reencuentro ante las cámaras de dos miembros de famosísima "La casa de los Martínez". Mari Carmen Yepes, la doncella, había interpretado durante 4 años a la hermana de Julia, por entonces Julita. Otra pequeña sorpresa era la intervención en un brevísimo papel de Elena Fernán-Gómez, hija de María Dolores Pradera y Fernando Fernán-Gómez que tan buenos (y surrealistas) momentos nos ha brindado en las Galas de los Goya al recoger los premios en nombre de su padre. 
   Luis Calvo Teixeira dirigía y realizaba "Las entretenidas", que se emitió el lunes 27 de diciembre de 1976 a las 21.35 h entre "Estudio Estadio" y el informativo "Última hora". 



"Dora, Dora", Dame Edna a la española

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Joan Monleón como Dora acompañada por el director del programa y  Gracita Morales. Foto cedida por @ArchivoRTVE

Ricachona descarada y snob. Soberbia, clasista y totalmente ajena a los sentimientos ajenos. Vividora de rentas en un mundo totalmente paralelo a la realidad diaria de la clase media. Así era Dora, el personaje interpretado por el actor valenciano Joan Monleón en un magazine estrenado en la medianoche del 22 de abril de 1994 en la Primera Cadena de TVE. Con tales virtudes era difícil que esta antipática anfitriona consiguiera triunfar y, efectivamente, así fue. Aunque el programa completó el ciclo contratado de 13 programas (una temporada) no alcanzó la audiencia deseada ni tampoco cumplió el propósito de divertir al espectador con una tertulia distendida con famosos en los que la presentadora espoleaba a los invitados con sus continuas impertinencias. En realidad, todo se quedó a medias a pesar de los buenos propósitos iniciales. La idea, sobre el papel, era buena: darle una vuelta al género del magazine en una época en la que en la cadena pública proliferaban este tipo de espacios. El exponente más popular era, sin duda, "¡Hola Raffaella!" pero en otros formatos también se incorporaba un sofá con importantes personalidades, como en "¿Qué apostamos?". En este caso se pretendía parodiar el género y buscar el lado más canalla y atrevido de los convidados, permitiéndoles apearse de su medida imagen pública y jugar con la connivencia del ingenio demoledor de Joan Monleón travestido en insoportable señorona. ¿Qué fue lo que no funcionó? 


El invento falló por una razón muy simple: no era un proyecto ideado por Monleón ni por el director del programa sino la versión (descafeinada) de un famosísimo programa en el mercado de habla inglesa. Dora era la españolización de Dame Edna, un personaje creado por el humorista australiano Barry Humphries en los 50 y que había ido creciendo poco a poco durante décadas. En los 70 ya había aparecido en varios especiales televisivos de la BBC y en los 80 ensayó distintas fórmulas de programas comandados por esta insoportable (y por eso mismo descacharrante) mujer que culminaron en "The Dame Edna Experience" en la cadena privada inglesa ITV y en "Dame Edna's Hollywood" ya en los 90, inmediatas referencias de nuestro "Dora, Dora". 


La propia Edna definía sus programas como un monólogo continuamente interrumpido por extraños. Esos "extraños" eran actores, cantantes o comediantes tan famosos como Sean Connery, Cher, Roger Moore... A la dama le sonaban de algo pero para evitar confusiones solía ponerles una pegatina en el pecho, como si fueran concursantes del "Un, dos, tres" vaya... Ese gag también se incorporó a la versión española pero no fue el único. Desde el vestuario (incluidas las estrambóticas gafas), la amiga del internado suizo que hacía las veces de criada y que nunca soltaba una palabra, el decorado que simulaba un ostentoso dúplex, todo eso aparecía en "Dora, Dora". El problema es que era una adaptación y faltaba personalidad propia. Joan Monleón era muy popular en Valencia desde los 70 y gracias a Canal 9 y sus inefables concursos se había convertido en un famoso televisivo pero... no era Barry Humphries y Dora no era Dame Edna.
   No obstante, este programa dejó algunos momentos memorables y divertidas conversaciones con personajes tan reconocidos como Mónica Randall, María José Cantudo, Francisco, Armando Manzanero, Lucho Gatica, Adamo, Miriam Díaz-Aroca, Emma Ozores, Juanjo Puigcorbé, Ágatha Ruíz de la Prada, Raúl Sender o Fernando Romay.
   Por cierto, quizás la idea más inteligente de esta adaptación fue la elección de la actriz que interpretaba a la "amiga" muda de Dora: Gracita Morales que tan famosa se había hecho por su aguda voz.

Así se promocionó el programa:


Y así era una emisión cualquiera de Dame Edna, personaje que sigue apareciendo en cadenas inglesas y americanas con bastante asiduidad:
 

El mapamundi del Telediario

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Telediario, mapamundi de fondo. Una cosa va ligada a la otra de forma inmediata para el espectador veterano porque la relación entre esa cabecera y el uso del atlas como decorado viene de lejos, prácticamente desde el inicio de la televisión. Si bien en los primeros informativos de nuestro país (todavía sin el nombre que después se populizaría y que se convertiría en marca exclusiva de TVE) una simple cortina o un tablero eran el único decorado, a partir de 1957 ya se comienza a usar el planisferio, primero pintado y después con un mínimo relieve tal y como se puede percibir en esta foto de Jesús Álvarez, pionero de estos servicios de noticias televisivos. 


A principios de los 60, ya superada la etapa primigenia de la tele nacional, el Telediario ya tiene tres ediciones de una duración aproximada de media hora cada una. Como no se dispone de un equipo de reporteros y la técnica y escasos medios no permitían reportajes sobre cada noticia ni conexiones en directo había que añadir secciones a la habitual lectura del parte de RNE (el único aprobado por la dictadura) con alguna foto como única imagen de apoyo. Por eso era habitual la inclusión de entrevistas o la colaboración de "analistas" afectos al régimen que daban la visión gubernamental de la actualidad. La presencia de más personas en el estudio además del locutor obligaba a ampliar el exiguo decorado y hacerlo un poco más atractivo así que el mapa se hace más grande, las dos dimensiones se hacen más evidentes y se colorea de forma adecuada para que en la emisión en blanco y negro se note bien la diferencia (técnica que hoy muchos desconocen). En la foto vemos a Eduardo Sancho con un invitado en 1960. 


Durante una temporada larga que abarca desde finales de los 60 hasta principios de los 80, el globo terráqueo desaparece de las escenografías del TD aunque no de otros programas informativos. Predominan las maderas, los fondos neutros y, sobre todo, las cortinas. En los 70 comienza a generalizarse el uso de las pantallas, bien de enorme tamaño (1971-72) o en chroma key (1975-77) y también se reparten los monitores televisivos en decorados llenos de relojes. Puntualmente encontramos algún planisferio como en esta fotografía de Pedro Macía a principios de los 70. No nos engañemos, la mayoría de las veces era una proyección en la pantalla para indicar que comenzaba la sección de Internacional. 


A mediados de los 80 una nueva generación de periodistas aparece en pantalla. Manuel Campo Vidal, Concha García Campoy (en la foto), Ángeles Caso, Elena Sánchez, María Escario, Paco Lobatón ponen cara a la revolución informativa en TVE y las escenografías también cambian. Y, cómo no, vuelve el atlas, esta vez en tonos grisáceos sobre una cuadrícula, una idea que se reutilizará en los noventa. 


Tras una temporada en la que se simula un control de realización, un decorado con tonos azules, grises y maderas sirve de fondo para las noticias y casi al final de esa época se incorpora un mapa de forma muy sutil y elegante, un silueteado con bombillas minúsculas tal y como se puede apreciar en esta imagen del TD3 con Pedro Altares y Muntsa Balfegó.


En 1994 se estrena uno de los decorados más recordados del Telediario, un diseño de María Jesús M. Iruretagoyena que es a la vez una modernización del usado 9 años antes y la versión patria del que tenía en aquella época el noticiario nocturno de la NBC presentado por Tom Brokaw. Debido a las prisas por estrenar nueva etapa no se llegó a tiempo de colocar el mapa físico en relieve y los primeros días los espectadores sólo veían la base que lo albergaría, sin ningún tipo de volumen. En realidad este fondo sólo aparecía en los planos generales y durante el fin de semana en algunos medios puesto que en los laterales había dos líneas de monitores. De este precioso decorado se hicieron adaptaciones para los Informativos Territoriales, la primera vez que se unificaba la imagen de las noticias de la cadena pública. 


Ricardo Vallespín diseñó la siguiente escenografía con la petición expresa del flamante director de SS.II. de la Casa, Sáenz de Buruaga, de "americanizarlo". Así tuvimos la interpretación patria de la imagen CNN imperante en 1996. Por supuesto, no faltó el mapa, primero en amarillo sobre fondo azul y más tarde (tal y como se ve en esta foto con Almudena Ariza y Pedro Sánchez Quintana) con la misma fórmula que unos años antes, con iluminación que silueteaba los bordes. En este mismo decorado se incluía otro enorme atlas a la derecha en azul oscuro sobre claro que se veía en los planos generales y también servía de fondo para los deportes de la tercera edición con J.J. Santos. 


Ese decorado a la americana fue heredado por el equipo de Urdaci que más adelante lo cambió por otro presidido por varias pantallas gigantes pero... a la derecha (¡sorpresa!) había un mapa en relieve totalmente infrautilizado.
   El actual set del Telediario, del que ya hemos conocido tres versiones partiendo de la misma base, ha incorporado un mapa físico en varias capas, con iluminación entre ellas para potenciar la dimensionalidad y en el Matinal vemos otro en la gran pantalla tal y como se puede comprobar en esta foto de la presente temporada.
   Estos son los ejemplos más reconocibles pero no los únicos y es que desde siempre en todas las cadenas del mundo este patrón es el más habitual hasta tal punto que damos por hecho que si hay un mapa de fondo, estamos ante un informativo.

"Sin fronteras", las entrevistas vía satélite de Soler Serrano

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Si hubo un profesional reputado en el género de la entrevista televisiva entre los 70 y los 80 fue, sin duda, Joaquín Soler Serrano. Su ímprobo trabajo en el programa semanal "A fondo" durante varios años fue reconocido en su momento y hoy en día constituye un documento excepcional, un catálogo de lujo de conversaciones íntimas con grandes personajes del siglo XX. Pero en ese inmenso listado faltaba un tipo muy concreto: el del estadista internacional, el político que decidía, el hombre (no había muchas mujeres que ejercieran ese rol por entonces) cuya palabra era tenida en cuenta no sólo en su país sino en la esfera mundial. Por eso, el inquieto y estajanovista trabajador que era Soler Serrano se inventó un nuevo título para añadir a su currículum, "Sin fronteras". Y el programa cumplía lo prometido: "Pretendía aproximarnos de modo vivo y vía satélite a los personajes definitorios del mundo noticioso y crítico en que se inscribe nuestra realidad. Ir a las fuentes, sin fronteras ideológicas o físicas, para ver y conocer, haciendo de vehículos a treinta millones de españoles que también quieren y deben ser informados, y entrar en contacto con los personajes a quienes correspondió el privilegio de escribir la historia" decía el propio Joaquín en su libro "Personajes a fondo" (Planeta, 1987). En definitiva, se trataba de presentar de forma mensual una charla en directo desde cualquier lugar del mundo con un político de gran relevancia. 


El primer invitado fue Henry Kissinger, ex secretario de Estado Norteamericano que respondió a las preguntas (sin límites) del periodista español desde los estudios de la International Communications Agency en Washington, justo frente a la Casa Blanca. Precisamente usando ese fondo comenzaba su emisión "Sin fronteras" el 25 de enero de 1980 en directo. Allí, el presentador explicaba al espectador cuál era el propósito de su nuevo proyecto y daba pasa a una semblanza de Kissinger que ya esperaba en el estudio... aunque esa silla podría haber estado vacía: "El programa estuvo a punto de ser suspendido al avisarme TVE desde Madrid que la hora convenida (...) se retrasaría unos 60 minutos debido a no sé qué problemas surgidos con el alquiler del satélite que debía utilizarse para la conexión. Kissinger mandó llamar a su secretaria para cancelar su compromiso ante esta falta de seriedad. Tuve que ir a su oficina para ver si era posible que el hombre reconsiderase su decisión, lo que me obligó a hacer un montón de llamadas telefónicas para consensuar el retraso de unas reuniones previstas en el Capitolio con gran antelación" explicaba el comunicador en el ya citado libro.  


Finalmente, a las 22.30 hora española comenzó el programa realizado desde Washington por David Cohen en el que se abordaron cuestiones de estricta actualidad que el poderoso ex Secretario de Estado supo campear para no decir nada que le granjeara grandes problemas en su país pero simulando ser muy claro y directo en sus respuestas. No en vano, estamos ante uno de los hombres que más poder acumuló durante dos Presidencias del Gobierno y que supo nadar entre cuantas aguas fueran necesarias y sobrevivir inteligentemente a pesar de acumular unas cuantas polémicas en su historial. 


Este primer programa fue el que marcó la dinámica que seguirían los siguientes de la serie. Se utilizaron dos sets para dividir también estéticamente las dos partes de la conversación que estaban separadas entre sí por una pausa publicitaria. De los siguientes programas tan sólo uno más se realizó en un plató televisivo, el de Joseph Luns, secretario general de la OTAN en aquel momento. Pero hay que aclarar que tan sólo se realizaron cuatro "Sin fronteras". Los otros invitados fueron el rey Hussein de Jordania (mayo de 1980) desde el Palacio de Ammán y Omar Torrijos, expresidente de Panamá desde su casa a orillas del mar en la base militar del Farallón. 


El porqué de la breve vida de este programa es sencillo: TVE no ayudó a que esta emisión tan especial, quizás no confió en sus posibilidades o, simplemente, le pareció algo demasiado complicado alterar la programación cuando los invitados confirmaban con tan poca antelación y la contratación de los tiempos de conexión vía satélite exigía una producción muy eficiente. En definitiva, faltaron ganas y confianza en un producto que merecía mimo. Como cuenta Joan Munsó en la biografía que escribió sobre Soler Serrano para Planeta en 2003: "poseyó la calidad, y por supuesto el atractivo, de las grandes entrevistas de Joaquín pero no tuvo una continuidad regular. Sólo se emitió cuando fue posible dialogar con algún personaje de excepción y cuando la conjunción de los "astros" de Prado del Rey (siempre imprevisibles) favoreció la salida al aire de una nueva edición."

   Recientemente Archivo TVE ha colgado en su web el primer programa de "Sin fronteras" lo que nos da una idea del esfuerzo que supuso ponerlo en marcha en 1980: 


Adiós a Paloma Gómez Borrero

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En 1980 al recibir el premio Calabria entregado por el Presidente de la República de Italia. Foto revista TeleRadio
Tenía 82 años pero seguía en la brecha, tal y como ella misma presumió al recoger hace tan sólo cinco meses el Premio Iris a Toda una vida otorgado por la Academia de la Televisión. Y no era presunción banal, Paloma Gómez Borrero aparecía frecuentemente en "Amigas y conocidas" de la Uno y colaboraba con la COPE y 13TV retransmitiendo eventos religiosos desde el Vaticano. Ayer falleció tras un cáncer de hígado detectado hace tan sólo 15 días. Fueron las compañeras de maquillaje de TVE las que la convencieron de que visitara a un médico porque aquel día "tenía mal color". Desde los años setenta era un rostro habitual de la tele, el medio que la convirtió en popular aunque cuando llegó a Prado del Rey ella ya había librado muchas batallas en los medios. 

Informando desde la corresponsalía italiana en 1976
Madrileña del 34, había sido enviada especial del prestigioso semanario "Sábado Gráfico" en Reino Unido, Alemania y Austria. Cuando fue nombrada corresponsal de TVE en Italia en 1975 ella ya conocía bien el país e incluso había participado en una película protagonizada por Marcello Mastroiani en 1956, "Il momento più bello". Apenas aparecía unos segundos en el papel de una enfermera, ¡pero tenía frase! Ella siempre contaba que había llegado a ese cameo de forma casual, al haber leído la mano al astro de la pantalla tras una entrevista, cosa que a él le había hecho mucha gracia, por eso fue Marcello quien le ofreció ese rol y no el director. Y sí, han leído bien, otra faceta de la que presumía Paloma era la de quiromante, porque en su día había estudiado Quiromancia aplicada a la Psicología. Raro era aquel periodista que la entrevistara a quien ella no le terminara analizando a través de las líneas de la mano. 

Durante una crónica para TVE a finales de los setenta
 Habrán oído mil veces (incluso en ocasiones de su propia boca) que ella fue la primera corresponsal de nuestra tele. No es verdad, ese honor le correspondió a Ana Isabel Cano (de la que hablaremos próximamente) en 1968 pero Paloma sí fue la primera periodista de nuestro país en informar desde el Vaticano y quizás esa es la imagen que quedará para siempre en el espectador español. Pero Gómez Borrero también informó desde Roma de su convulsa política, las acciones de la Mafia o de la decadencia de Cinecittà. Las dos noticias que más impacto le produjeron fueron el asesinato del ex Primer Ministro y Presidente de Democracia Cristiana Aldo Moro en 1978 y el atentado a Juan Pablo II en la Plaza de San Pedro en 1981. Conocida es la especial amistad que entabló con ese Papa al que acompañó en todos sus viajes como Pontífice. Parecía que la Borrero iba a eternizarse en el Vaticano, donde había conseguido mimetizarse hasta tal punto que algunos creían que era monja y se sorprendían cuando se enteraban de que tenía marido e hijos. Pero en 1983 un nuevo Director llegaba a RTVE, José María Calviño, y un 8 de diciembre era informada de que a partir del 1 de enero dejaba su puesto en Roma y la Santa Sede. Parece ser que le ofrecieron irse a Atenas pero que ella no aceptó el cambio, ya tenía su vida hecha en Italia. 

En "El primero de la clase" en 2006. Foto TVE.
Por entonces se dijo que esta destitución se debía a una caza política propiciada por el propio Calviño a quien, se aseguraba, no le gustaba la forma tan pía en la que esta periodista informaba de los asuntos vaticanos. Fue Pilar Urbano quien soltó la liebre de que el Director había advertido a su antecesor que "a esa me la cargo yo" y Paloma, con el paso de los años, había dado por buena esa versión y nunca más se habló del ofrecimiento de una corresponsalía en Grecia (ni para confirmar ni para desmentir). Teniendo en cuenta la pasmosa facilidad de Urbano para conseguir declaraciones escandalosas desmentidas después por los afectados, permítanme que ponga en cuarentena esta información. Lo que es cierto es que su etapa en la sede romana de TVE había acabado y que al no aceptar otro destino finalizó también su colaboración con la Casa pero eso no fue problema para esta periodista que enseguida fichó por la COPE y comenzó a trabajar también como freelance para medios hispanoamericanos. 

En el programa "Desexos cumpridos" de TVG en 2014. Foto de Alejandro Macías
A finales de los 80 regresó al Ente para participar periódicamente en los programas de María Teresa Campos, esa colaboración se extendió a lo largo de los años en todos sus magazines, tanto en Telecinco como Antena 3. Su sección "Paloma viajera" es también un clásico de los programas de la Campos. En 2006 participó en el efímero programa "El primero de la clase" presentado por Antonio Hidalgo en el que ocho famosos apadrinaban a un niño con el objetivo de que consiguieran una beca de estudios por valor de 48.000 euros (repartidos en ayudas anuales, eso sí). Y mientras seguía de corresponsal de la COPE (hasta 2012 aunque siguió retransmitiendo actos especiales) fichó también por Popular TV y después por 13TV. 


Y la escritura, siempre la escritura, más de una docena de libros y no sólo sobre temas religiosos sino también de cocina (con truquitos de amigas como Sofía Loren) o sobre fantasmas, sí, fantasmas, tema al que era muy aficionada. No en vano, afirmaba haber tenido uno en casa, como Margarita Landi. 
   En los últimos años había vuelto a los platós para ser una de las "Amigas y conocidas" del mediodía de la Uno. Regresaba a Prado del Rey para demostrar que, a pesar de sus ideas conservadoras en temas como la influencia de la religión en la vida del país o la familia, podía ser mucho más moderna que cualquiera de sus compañeras de mesa (algunas 40 años menores que ella). 
   Su sonrisa sempiterna, su amabilidad y una mirada inquisitiva que se tornaba en cómplice en cuanto había analizado a su interlocutor, serán echadas de menos, no sólo por sus compañeros sino también por el espectador. 

Ana Isabel Cano, la primera corresponsal de TVE

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Su nombre se ha diluido en el tiempo a pesar de ostentar el honor de ser la primera mujer en ocupar una corresponsalía de TVE. Ana Isabel Cano fue la periodista que informó desde 1968 hasta 1972 de todo lo que concernía a los países del Este desde el cuartel general que nuestra tele había montado en Viena por su cercanía a otros países estratégicos en plena Guerra Fría pero en los que parecía totalmente imposible tener un dispositivo permanente. ¿Y por qué no la recordamos hoy en día? Quizás porque su carrera posterior transcurrió casi siempre tras las cámaras y porque la popularidad posterior de la recientemente fallecida Paloma Gómez Borrero desde su sede en Roma hizo que se olvidara la figura de esta auténtica pionera. Con el tiempo se dio por buena la afirmación de que Paloma había sido la primera corresponsal televisiva, como si fuera poco mérito haber sido la primera periodista española en informar desde el Vaticano. Hace unos años el documental "La noche del Telediario" rescató por primera vez imágenes de Cano, poniéndola por fin en el lugar privilegiado que merece en la historia de nuestra tele. 


Ana Isabel pertenece a la primera generación de corresponsales de la Casa, esa en la que José Antonio Plaza y Eduardo Sancho saludaban desde Londres, Jesús Hermida y Cirilo Rodríguez desde Nueva York o Luis Pancorbo y Francisco Narbona desde Roma. Sus crónicas se grababan en formato cine, como los reportajes, con una fotografía de gran tamaño con monumentos representativos de la capital, y cuando era necesario conectar en directo debido a una última hora de especial relevancia su voz con sonido telefónico se escuchaba sobre unas imágenes enviadas por la red de Eurovisión. En aquella época los corresponsales ejercían en realidad de "enviados volantes", según la terminología de la época, es decir, que viajaban por su zona de influencia y no sólo se ocupaban de su sede oficial. Pero la Cano no era novata en TVE, en 1965 había sustituido al omnipresente Victoriano Fernández Asís en la presentación de "Foro TV", el único debate que por entonces se permitía en una controladísima emisora dependiente del Gobierno. De esta forma se convertía, además, en la primera mujer en moderar un debate ante las cámaras y también en la primera en dar cara a un formato informativo aunque sería Blanca Gala quien debutara en el Telediario unos años más tarde. 
   A la vuelta de Viena, Cano siguió trabajando en televisión pero no fue hasta 1983 que los espectadores se reencontraron con ella. Sería de nuevo al frente de una tertulia pero en este caso sobre temas históricos en la nueva etapa de una serie documental que había logrado cierto prestigio a finales de los 60 y que regresaba reconvertida en coloquio con reportajes incluidos, "La víspera de nuestro tiempo". En la siguiente temporada fue sustituida por Cristina García Ramos y más adelante continuarían su labor José Antonio Silva y Pedro Meyer. Desde entonces no he encontrado ninguna referencia más sobre esta periodista a la que debemos homenaje. 
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