Raffaella en los 70, sus inicios como show-woman televisiva |
Raffaella cantante, Raffaella presentadora, Raffaella emprendedora, en definitiva... Raffaella mito. "Nada es eterno salvo la Carrà" (Dos Bigotes Editorial) es el descriptivo título del libro con el que el periodista y comunicador Pedro Ángel Sánchez homenajea a su ídolo. Fue a él a quien la italiana más española concedió su última entrevista radiofónica (para su programa en la radio autonómica de Castilla-La Mancha). No fue algo casual, ella sabía que se estaba despidiendo y eligió a un periodista pero también a un fan. Nunca daba puntada sin hilo, controladora hasta el final de su propia imagen.
-¿Por qué un libro sobre Raffaella? ¿Es una deuda con el pequeño Pedro Ángel que la miraba fascinado o una responsabilidad autoimpuesta por el periodista que le hizo la última entrevista en España?
Una mezcla de ambas cosas. Que me regalara esa última entrevista creó en mí la necesidad de agradecérselo de alguna manera y la publicación de una biografía para reivindicar todo lo que significó Raffaella para el mundo de la música, de la televisión y del espectáculo era la mejor manera.
Pedro Ángel Sánchez con su libro en la Feria del Libro de Madrid |
- Has elegido escribir de forma no lineal, con muchos saltos de tiempo y creando una narrativa alrededor de la historia de Raffaella y nuestra propia historia. ¿Por qué esta elección? ¿Surgió durante el proceso o lo tenías claro desde el principio?
Surgió de manera natural. Realmente comencé a escribir dejándome llevar por los conocimientos que tenía sobre ella, completándolos con documentación, entrevistas de la propia Carrà y los más de una veintena de testimonios que me han ido asomando a la parte más desconocida de Raffaella, de la que nunca se había hablado. Hasta yo mismo me he sorprendido del paralelismo de su carrera con la evolución de nuestro país desde el fin de la dictadura franquista hasta nuestros días.
Con Nino Ferrer en "Io, Agata e tu..." en 1970 |
- Muchos sitúan su primer Canzonissima y aquel ombligo al aire como el inicio de su estrellato pero tú, muy acertadamente, explicas que aquellos cuatro programas especiales de Nino Ferrer ("Io, Agata e tu...") fueron realmente decisivos, ¿por qué?
Raffaella aceptó la invitación de acudir al show de Ferrer con la condición de que le “regalaran” tres minutos para hacer lo que ella quisiera. Esa actuación le sirvió como escaparate para demostrar a toda Italia que Raffaella era un soplo de aire fresco para la pequeña pantalla, provocando de inmediato que los directivos de la RAI vieran en ella la presentadora perfecta para "Canzonissima", el programa estrella de la tele pública. Ella siempre presumió de intuición, y en este caso sin lugar a dudas también le funcionó.
A principios de los 80, cuando comienza a evolucionar hacia una presentadora más completa |
- En tu libro vas desgranando las circunstancias que la convirtieron en la mayor show-woman de la televisión en Europa. ¿Cómo llegó ella a la conclusión de que la tele era el medio ideal para sus talentos?
Creo que ahí tuvo mucho que ver “Pronto, Raffaella?”. Un programa que cambió por completo su rumbo profesional, dejando desde ese momento las giras internacionales para centrarse en su labor como presentadora. El éxito que cosechó con este programa fue tan brutal que desde ese momento ella comprendió que su sitio estaba en la pequeña pantalla y que la música había pasado a ser un complemento. En ese momento nace el personaje de Raffaella Carrà tal y como hoy lo conocemos, pasando a otra dimensión.
En su primera aparición en TVE, "Señoras y señores", 1975 |
- Tras su debut en nuestro país como invitada estelar de “Señoras y señores” en 1975 (aún en blanco y negro) el fenómeno Carrà fue alimentado con sus cuatro programas (el cuatro de nuevo, por cierto) en “La hora de…” que fueron un éxito… y también una polémica. ¿Qué supusieron aquellos especiales para Raffaella?
Fue el pistoletazo de salida a su carrera en España. A raíz de ahí llegaron sus primeras canciones ya adaptadas al castellano. Pero curiosamente también serían los culpables de su éxito en Argentina, ya que estos fueron vendidos a aquel país, transformándola de inmediato en todo un ídolo de masas al otro lado del océano. Esos especiales no fueron fáciles de grabar pero merecieron la pena. Demostró que una nueva forma de hacer televisión en España era posible.
En "Pronto, Raffaella?" el teléfono se convirtió en su medio de comunicación directo con la audiencia |
- A lo largo de los años probó que era una emprendedora nata y una mujer independiente y luchadora. En tu libro explicas cómo el éxito clamoroso de “Pronto, Raffaella?” (1983-85) se convirtió también en una muestra del machismo imperante aún en esos primeros ochenta.
Isabel Gemio me decía que no debió de ser fácil destacar en un mundo imperantemente masculino, siendo encima una mujer sexy y atractiva como era su caso. Sin embargo, lo consiguió a pesar de verse envuelta en escándalos como el que llegó al Congreso italiano a consecuencia del sueldo que exigió a la televisión pública. Había conseguido multiplicar por cinco la audiencia de la RAI, era coherente que su caché también se multiplicara por cinco. Curiosamente nadie alzó la voz cuando un año después Pippo Baudo, firmó un contrato de las mismas características. ¿Tendría que ver que ella fuera mujer?
Con Ricardo Fernández Deu en "La fiesta del Mediterráneo", una coproducción entre la RAI y TVE |
- Raffaella fue una trabajadora incansable y mucha gente ha olvidado que en nuestro país hizo más programas que “Hola, Raffaella” en los 90. ¿Qué significaron “La fiesta del Mediterráneo” y “Sevilla Sueña” para ella? ¿Fueron decisivos para que firmara un programa semanal más tarde?
Realmente aquellos programas fueron una primera toma de contacto. No sólo con el público español que se reencontraba con ella tras años sin cesar de trabajar en Italia, sino también con muchos de los guionistas que posteriormente trabajaron con ella en “Hola, Raffaella”. Entre ellos, por ejemplo, estaba Alberto Maeso, que con el tiempo se transformaría en uno de sus pilares indiscutibles en España y uno de sus más fieles y leales amigos.
Loles León, Ramón García y Raffaella en el telemaratón "Contigo", 2004 |
- Otro programa olvidado, este mucho más reciente, fue un telemaratón. ¿Era quizás una forma de testar un posible retorno a TVE?
Por entonces ella llevaba varios años luchando por traer a España el formato de “Carràmba”, con el que batió todos los récords de audiencia en Italia, sin embargo varios factores hicieron que finalmente nunca pudiera aterrizar en nuestras pantallas. Desgraciadamente aquel telemaratón no funcionó demasiado bien. Sin embargo, ella siempre positiva, se quedó con la satisfacción de haber logrado que miles de niños fueran apadrinados por el público español.
"Mamma per caso" (1997) supuso su vuelta a la ficción |
- Sus regresos a Italia eran siempre un acontecimiento y nunca dejó de sorprender a sus fieles, bien fuera en programas como “Carràmba” o volviendo a la actuación en una serie de los 90. Era una profesional inquieta y en continua reinvención como has podido constatar con los testimonios de sus amigos y compañeros…
Siempre tuvo el don de conectar con el público quizá porque siempre supo que sus programas tenían que ir evolucionando a la par que la sociedad. También fue muy inteligente permitiendo descansar a su personaje en determinados momentos, dejando Italia durante varios años para trabajar en España, y a la inversa. Eso provocó en el público de ambos países ganas de Carrà, garantizando esa “sed” de Raffaella.
Gracias a "A raccontare comincia tu" consiguió cumplir su sueño de entrevistar a Sofia Loren en 2019 |
- Amén del éxito de “The Voice” a mí me parece especialmente interesante su último programa que es una adaptación del “En tu casa o en la mía” aunque ella, en realidad, ya había hecho eso mucho antes como sección de su Show para Berlusconi…
Es que ella se adelantó a muchas de las cosas que hoy en día se hacen en televisión. De hecho ahora es muy habitual ver a determinados personajes pasar por el aro y dar cierto espectáculo para promocionar algún proyecto en un programa de televisión. Pero es que eso ella ya lo hacía 30 años atrás, cuando eso no era nada habitual. Es el caso de esas entrevistas televisadas desde las casas de los artistas. Es más, en su caso, ella hacía la entrevista en el domicilio del invitado y posteriormente éste le devolvía la visita acudiendo al plató para terminar la charla.
- Durante este proceso de inmersión total en el Raffaellismo, ¿qué es lo que más te ha sorprendido de ella?
Su otra cara. La más desconocida. La que nos muestra a una Carrà no tan expansiva como la que veíamos en la televisión o en su faceta como cantante. La que se refugiaba en su casa del Argentario para hacer cenas con sus amigos y jugar a las cartas. La que daba al botón del “off” de la popularidad para ser una más en un pequeño pueblecito pesquero de la Toscana. Y la que nadie llegó a conocer del todo, manteniendo en silencio una enfermedad de la que nadie supo nada, ni siquiera algunos de sus familiares más íntimos para no hacerlos sufrir.
- ¿Qué legado televisivo nos ha dejado la Carrà?
La televisión que unía a toda la familia. A los abuelos, los padres y los niños. Nos ha dejado la televisión diversa e integradora, en la que también tenía cabida la ironía y los dobles sentidos, en la que todos y todas nos sentíamos seguros. Era la televisión del carisma, de la naturalidad, de la espontaneidad. Era el sello Carrà, por eso fue pionera y una maestra. Y me atrevería a decir más, siendo italiana, la mejor presentadora que hemos tenido en España.