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40 años de TV infantil

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De las marionetas de Herta Frankel a los Lunnis, de las aventuras de los Chiripitifláuticos a las travesuras de los Electroduendes, de las canciones de los Payasos de la Tele al Leti-Rap, de los edulcorados dibujos de Disney a los irreverentes de Cartoon Network, de los amables consejos de María Luisa Seco a las lecciones ecologistas de David el Gnomo. Desde 1956 a 1996 la televisión cuidaba su programación infantil y Jorge San Román ha recopilado la historia de esas cuatro décadas con cariño, respeto y mucha documentación. Los lectores recordarán con esta lectura a sus personajes favoritos pero también conseguirán recuperar del olvido series que, quizás en su día, había disfrutado cada tarde. Entrevistamos a este estudioso de la tele y también del cine y de la animación tal y como nos ha demostrado en sus libros anteriores, también editados por Diábolo. 

- La TV infantil es un género casi olvidado en la programación a pesar de que existen varios canales dedicados al público más joven. ¿Cómo le explicarías a alguien de unos 10 años en qué consistía la programación para los niños hace 40 años más allá de los dibujos animados?

Habría que empezar por explicarle que, no hace tanto, los teléfonos eran sólo de mesa o pared, y que tenían una rueda para marcar el número. En esos tiempos no tan lejanos, había hogares en los que ni siquiera había tele, y si ese fuera su caso, para verla tendría que ir a un escaparate de un comercio donde se vendiesen electrodomésticos, o a casa de un amigo cuya familia tuviese una. Aún teniendo tele en casa, sólo habría dos canales, y los dos en blanco y negro. A partir de ahí, quizá pueda formarse una idea de lo que suponía ver un programa de dibujos animados para quienes crecimos en aquellos años. Durante la semana, la programación Infantil concluía justo antes de la segunda edición del Telediario, y los fines de semana, en especial la mañana de los sábados, suponían un verdadero festín de series juveniles, telefilmes de aventuras, música, juegos y concursos.  

La careta de presentación de "Un globo, dos globos, tres globos" en su etapa en B/N

- Hasta los 90 la programación infantil funcionaba como una mini-parrilla adulta: tenía programas de puro entretenimiento, concursos, divulgativos, series de imagen real... ¡Se destinaba un buen presupuesto y había gente que se planteaba un organigrama equilibrado!

Cuando yo contaba 10 años, a mediados de los años 1970, la programación dirigida a los niños era excelente. Recuerdo en especial "Un globo, dos globos, tres globos", un programa-contenedor que empezaba a emitirse cuando llegábamos del cole, y en él se incluían espacios como "El taller de los inventos", donde el presentador Alberto Méndez nos enseñaba, por ejemplo, a construir un cohete espacial en miniatura, que se impulsaba con una mezcla de vinagre y bicarbonato. O a reproducir la superficie de la luna en la tapa de una caja de zapatos, empleando harina. Un globo, dos globos, tres globos incluía también una serie de dibujos que me encantaba, "Vickie el vikingo", que trataba sobre un imaginativo niño que gracias a su inteligencia solucionaba los problemas que surgían en la aldea vikinga. Recuerdo también "Las canciones del desván", que recorría España de la mano de la chiripitifláutica Mari Carmen Goñi en busca de la música popular de las diferentes regiones. Los sábados por la mañana podíamos pasar toda la mañana viendo "La Guagua", otro espacio-contenedor conducido por Torrebruno, que cada semana presentaba actuaciones infantiles, concursos, cuenta-cuentos, y series infantiles como "El pato Saturnino". El festín de los sábados continuaba en la sobremesa con Heidi, una novedosa serie de dibujos costumbrista y exenta de toda violencia, que logró reunir a toda la familia en torno a la tele. Y se completaba, por la tarde con "Los Payasos de la Tele", que introdujeron el circo mediante una forma de hacer televisión como nunca hasta entonces habíamos visto, sin fieras ni látigos, y sí con muchas canciones, aventuras, diversión y risas. La música clásica también tuvo cabida en aquella programación Infantil, gracias a Mari Ángeles Morales y al maestro García Asensio, que conducían "El mundo de la Música". Y por supuesto el Deporte, que no podía faltar, de la mano de Daniel Vindel, en "Torneo", un programa que presentaba una mezcla de competiciones deportivas y pruebas de atletismo enfrentando los equipos de diferentes colegios. Lo que más me gustaba de aquel programa era su música de cabecera, nada menos que una sección del disco “Tubular Bells” de Mike Oldfield.

"Cesta y puntos", uno de los concursos más populares de los 60

- Para realizar este volumen imagino que te has pasado mucho tiempo buceando en todo tipo de archivos, ¿cómo ha sido ese proceso?

La primera parte del libro, la que abarca los orígenes y el nacimiento de TVE, es la más difícil de documentar, ya que no existen grabaciones. Gracias a las hemerotecas, y a Blogs de investigación como  vuestro “Carta de Ajuste” han salido a la luz programas que habrían estado condenados al olvido. La parte que se desarrolla desde finales de los años 1960, cuando me convertí en telespectador, hasta mediados de 1980, cuando progresivamente dejé de ver la tele (no sólo la programación Infantil), es la que he podido contar desde mi propia vivencia como telespectador. La tercera parte llega hasta 1996, cuando se cumplieron 40 años desde la inauguración oficial de TVE, y este es un período del que existe mucha información en toda clase de formatos.

- ¿Por qué tu estudio se detiene a mediados de los 90?

El subtítulo del libro es “Cuarenta años de programación Infantil en TVE”, porque esa cifra de “Cuarenta años” ha tenido unas connotaciones muy especiales en la reciente historia de España, aunque en este caso la mitad del relato se desarrolla durante el anterior régimen, y la segunda, en el nuevo. Además, es a mediados de la década de 1990 cuando comienza el principio del fin de la programación Infantil, tal como la habíamos conocido.

- ¿Cómo eran los programas infantiles en los inicios de TVE? ¿Había una planificación?

Seguro que la había, tenía que haberla. Pero a mediados de los años 1950 los medios técnicos con que contaba el recién nacido medio televisivo sólo permitían una incipiente programación Infantil, compuesta por espectáculos de circo o de títeres, emitidos desde el antiguo plató del Paseo de la Habana de TVE, con una cámara fija, y sin cortes ni otra clase de posproducción.

Boliche y Chapinete en un programa de 1962

- Las primeras estrellas de aquellos espacios distan mucho de las que lo que fueron en los 90, Walter, Boliche y Chapinete...

Aquellas primeras estrellas televisivas nacieron con el medio, alguna de ellas, como el caso de Walter, se habían forjado en la radio, que fue el gran medio de comunicación y entretenimiento hasta mediados los años 1960, y a través de las ondas llegaron a convertirse en verdaderos ídolos de masas.

- Muchos piensan que la tele infantil nació con los Chiripitifláuticos o, con suerte, con Herta Frankel, hay un total olvido de los pioneros...

Es que no existen grabaciones de aquellos primeros tiempos, de algunos programas y presentadores se conservan unas pocas fotografías, pero de otros, ni siquiera eso. Y esto sucede hasta mediados los años sesenta, cuando el Video Tape llega a TVE. Podemos hallar capítulos de series infantiles históricas emitidas en TVE a finales de los años 1950 o principios de los 1960, pero proceden de las cadenas americanas que las programaron antes. Queda, eso sí, la memoria colectiva, aunque son cada vez menos quienes quedan para recordar los tiempos en los que en Madrid había sólo seiscientos aparatos de televisión.

Herta Frankel en el programa de 1972 "Vuestro amigo Quique" con el loro que daba nombre al espacio

- Hablando de Frankel, las marionetas fueron una constante en los programas infantiles durante esos primeros 40 años...

Los títeres, el guiñol y las marionetas siempre han ejercido una fuerte fascinación entre los más pequeños, y, al igual que el circo, estuvieron presentes en la programación Infantil desde el principio. La marionetista y ventrílocua Herta Frankel es uno de los rostros más recordados y queridos, hizo famosa a la ratita Violeta y, sobre todo a la perrita Marilyn. Entre los creadores de personajes destaca el muñequista “oficial” de Prado del Rey, Alejandro Millán, que mucho antes de los Electroduendes de “La Bola de Cristal” ya había dado vida a Don Procopio y otras marionetas que aparecieron en “Televisión Educativa”, a finales de los años 1960.   

Los protagonistas de "Bonanza", una de las series más famosas y longevas de la TV

- En los 60, a tenor de las encuestas, la mayoría de la chavalada prefería las series que venían de EE.UU., como Bonanza, antes que los espacios destinados para ellos. Teniendo en cuenta que se consideraban "programas infantiles" algunos religiosos quizás no sea de extrañar...

Aquella España era en blanco y negro, y no me refiero sólo a la tele. Los telefilmes norteamericanos, cargados de emoción, suspense y aventuras podían trasladar al espectador a mundos lejanos sin salir de casa, proporcionando así momentos de evasión. Y abandonar la rutina y poder soñar,  era entonces algo muy necesario.

- Los dibujos animados eran y son parte imprescindible de la parrilla y en tu libro dedicas una parte especial a las producciones españolas (incluidas las que se realizaban en Taiwán o Corea).

La animación española siempre ha gozado de muy buena salud, de hecho algunos incluso afirman que los dibujos animados se inventaron en España, y que fue el aragonés Segundo de Chomón el creador de las primeras secuencias animadas. Entre 1966 y 1967 TVE participó en la producción de las series de animación “Villancicos de España y América” y “Molécula”, ambas obra del animador madrileño Cruz Delgado, que en 1979 vería estrenada su serie de dibujos “Don Quijote de la Mancha”. Es a partir de la década de 1980 cuando la animación española se internacionaliza, gracias sobre todo al productor Claudio Biern Boyd (“Ruy el pequeño Cid”, “David el Gnomo”, “D’Artacán”...), que planteó sus series de un modo menos artesanal, y transformó la animación española (aunque hecha fuera) en una industria muy competitiva.

Valentina, Locomotoro y el Capitán Tan en 1967

- ¿Podríamos decir que los Chiris fueron realmente las primeras estrellas de la programación infantil? ¿Qué tenían para arrasar como lo hicieron?

“Antena Infantil” renovó el entretenimiento infantil televisivo gracias a la imaginación de su creador, el productor Oscar Banegas, que introdujo en el programa un personaje que cautivó de inmediato a la audiencia: el Capitán Tan. A este le siguieron Valentina, Locomotoro, el tío Aquiles, y toda una saga que fue apareciendo en las sucesivas etapas del programa, que terminó titulándose “Chiripitifláutico” debido al éxito que sus protagonistas habían alcanzado. El Capi viajaba a lo largo y ancho de este mundo; Locomotoro (conductor de todo menos del codo), era como un niño grande vestido de ferroviario; el tío Aquiles, que tenía sobrinos a miles, aparecía vestido como un tirolés; los Hermanos Malasombra decían ser malos de verdad, pero todo les salía al revés; y Valentina representaba la cordura, y era quien ponía orden en el disparatado grupo. Después llegarían Poquito, Barullo, y Fileto Capocómico. A parte del carisma de los actores que les daban vida, los Chiris presentaban nuevas canciones cada semana, y terminaron ofreciendo conciertos multitudinarios en estadios de fútbol, como si de estrellas de Rock se tratase.

Milikito, Miliki, Gaby y Fofito en los setenta

- ¿Fueron los Payasos de la Tele sus sucesores en cuanto a cariño y estrellato? ¿No podrían haber convivido?

Hubo un tiempo en que compartieron sus espacios en la parrilla, un programa se emitía a continuación del otro, y aquello no tenía mucho sentido, pues los Payasos, por ejemplo, incluían en su espacio una aventura, como hacían los Chiris en el suyo. Finalmente se produjo el relevo, como establecen las reglas no escritas de la televisión, y años después los propios Payasos también terminarían por desaparecer de la programación.

Walt Disney en la presentación de unos de sus shows para TV

- Disney y Hanna-Barbera fueron estrellas de todas las televisiones, pero aquí, además, se usaban como relleno ante cualquier eventualidad. Cada productora tenía sus características propias...

Los desajustes de programación que se producían en horario de mañana o de tarde era lo bueno que tenían, si ponían dibujos animados los niños corríamos hacia la tele, porque resultaban un bien escaso. Hoy día, que existe una oferta tan amplia de dibujos que se emiten durante las 24 horas en diferentes canales, resulta difícil concebir la ilusión que aquello nos hacía. Hanna-Barbera se dedicó por completo a la animación televisiva, que emplea procedimientos técnicos y artísticos diferentes a los del cine. Los cartoons de Warner, alocados e irreverentes, contrastaban con la producción de Disney, que iba no sólo dirigida al público infantil, sino a toda la familia. Antes de que llegase el mercado del vídeo doméstico, en los años noventa mi pasión por Disney me llevaba a destinar cintas completas de vídeo para grabar los cortos que con cuentagotas se emitían en la Segunda cadena, y al finalizar “Club Disney” en la Primera, los sábados por la mañana.

- Los 70 suponen una verdadera edad de oro en la programación infantil, ¿qué sucedió en esa década para que hubiera tantos programas (y de tal calidad) destinados a la juventud y en buenos horarios?

Estos son años en los que TVE se encuentra plenamente consolidada, cuenta con un importante número de técnicos y profesionales que han ido formándose y creciendo a la vez que el medio. Además, están los estudios de Prado del Rey y de Miramar, las unidades móviles, y una cobertura de emisión que abarca todo el país. Todos estos elementos hicieron posible una programación de gran calidad, y no sólo en el apartado Infantil. 

María Luisa Seco y Manolo Portillo, presentadores de "Un globo, dos globos, tres globos"

- Los 80 no van a la zaga pero se da un paso más, si antes se trataba a los niños desde el papel de la tía simpática y cómplice (María Luisa Seco, por ejemplo), aparecen espacios transgresores como "La Bola de Cristal" que les tutean y les hacen sentir adultos...

La tele evolucionaba con el país, aquellos efervescentes y creativos años 1980 trajeron una nueva forma de comunicación con los telespectadores, se trataba – o eso debía parecer –, de que los niños aprendiesen a pensar por sí mismos, de que se les tratase como a “mayores”, aunque eso ya lo hicieron los Chiripitiflaúticos cuando se dirigían a la audiencia diciendo “Señores Chicos”… 

El Hada Vídeo de los Electroduendes

- "La Bola de Cristal" convivía en la programación con programas más clásicos como "Dabadabadá", era realmente una tele plural...

Muy cierto, además, aparecieron una serie de comunicadores que supieron sacar todo el partido al medio televisivo, por ejemplo el mago Juan Tamariz, o el ilustrador José Ramón Sánchez, que conectaron con la audiencia a las mil maravillas.

- En esa década, además, se emitían con asiduidad series europeas de procedencias poco habituales antes, como Checoslovaquia...

Cómo no recordar los dibujos animados checoslovacos, de una delicadeza abrumadora, aquellos que terminaban con el rótulo “Koniec”; nada que ver con la desenfrenada locura de Bugs Bunny y el pato Lucas. Además de las series venidas “del Este”, también llegaron películas cuya estética y sensibilidad eran completamente distintas a la de los telefilmes y los dibujos animados norteamericanos, que habían primado hasta el momento. Recuerdo en especial una, esloveno-yugoslava nada menos, titulada “Kekek” o “El hábil Kekec”, que vi en la Primera Cadena en 1976 o 1977, cuya melodía de apertura me ha perseguido y sigue resonando en mi cabeza después de tantos años.  

Juanjo Pardo rodeado de niños en la primera temporada del "Club Disney", 1990

- ¿La llegada de las privadas fue el principio del fin de la tele infantil tal como la conocíamos?

Al final así fue, porque la llegada de los canales privados supuso una guerra de audiencias que con el tiempo terminaría transformando las preferencias de los telespectadores, siguiendo criterios meramente comerciales. Aunque no hay que olvidar que cuando “las Privadas” comenzaron sus emisiones, trataron de copiar de alguna manera el formato de programación Infantil de TVE, y ese período y esas programaciones infantiles merecerían que se le dedicase un libro aparte.

- ¿Tendrían cabida hoy programas y no sólo series en canales como Clan TV?

Aquellos programas-contenedor que se emitían los sábados por la mañana tenían un encanto especial, alternaban dibujos animados con series juveniles, y los presentadores organizaban juegos y concursos, o proponían manualidades. Es difícil saber si espacios así hoy tendrían o no audiencia, aunque no creo que hoy pudiera adoptarse la “vieja fórmula”. Eso dependería de las cadenas de televisión, que se han esforzado por conseguir que las franjas horarias que antes ocupaba la programación Infantil ahora se dedique a sectores de público como amas de casa y jubilados, que son quienes hoy día pasan más tiempo delante de la tele.

Como complemento de esta charla os proponemos un viaje audiovisual a nuestra infancia con la entrega del programa "Cómo hemos cambiado" dedicada al asunto. Podéis verlo aquí


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