La 44ª edición del Festival de Cine de San Sebastián se iniciaba el 19 de septiembre de 1996. Canal Plus emitiría la ceremonia de apertura en directo, por eso su magazine "Lo + Plus" había comenzado un poco antes y duraría menos de lo habitual. Ese año el programa había trasladado su plató a la ciudad (como ya hemos contado aquí), la cadena se había volcado en la promoción del veterano certamen cinematográfico y sus cámaras se repartían por los puntos de interés. Máximo Pradera y Fernando Schwartz daban paso a Ana García-Siñeriz, encargada de los estrenos y noticias del séptimo arte en el propio espacio y presentadora de "Magacine", para introducir a los espectadores en la transmisión. Allí estaba ella, en la primera planta del Teatro Victoria Eugenia, cerca de los palcos donde se habían instalado varias cámaras. Lo que no se podía imaginar es que, apenas unos minutos después, la señal tendría que irse a negro.
La ceremonia estaba presentada por los actores Rosana Pastor y Nacho Novo (en plena fama ambos) y la periodista Edurne Ormazabal, clásica del festival y que, tres años más tarde, sustituiría en la retransmisión de los Oscar a la Siñeriz por su baja maternal. Entre la audiencia estaban presentes Diego Galán, director del festival; el alcalde de la ciudad, Odón Elorza; el lendakari José Antonio Ardanza y la ministra de cultura, Esperanza Aguirre. Los conductores del acto daban paso al homenaje al director Eloy de la Iglesia, al que se le dedicaba una retrospectiva y... zas, el protocolo se fue a la porra.
Apenas le dio tiempo al famoso creador a iniciar su discurso cuando el espectador televisivo comenzó a escuchar unos ruidos lejanos, el realizador pinchó un plano general y vimos que unos manifestantes habían invadido el escenario con unas pancartas. Era difícil leer lo que aparecía escrito en ellas pero lo que sí quedaba claro es que el público del teatro no apoyaba aquella protesta. Se escuchaban pitadas, pateos y unos gritos que, desde casa, parecían decir "¡Fuera, fuera!".