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Luchando en la sombra, 1961

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A principios de los 60, en torno a las 18.50h, los estudios del Paseo de la Habana se convertían en escenario para la aventura. Un equipo comandado tras las cámaras por Fernando García de la Vega y por el actor Paco Morán como protagonista de las historias hacía soñar a los espectadores más pequeños de la casa con adaptaciones de clásicos como "La isla del tesoro" o "Marco Polo" o con historias propias escritas ex profeso para la tele. Era una especie de compañía de repertorio, siempre los mismos pero con distintos personajes y ambientación. La audiencia infantil lo aceptaba y sabía que cada 2 ó 3 meses cambiarían su vestuario para convertirse en un tipo distinto al que se habían acostumbrado durante varias semanas. En noviembre de 1961 comenzaba una nueva serie que recibía el nombre de "Luchando en la sombra" y que aguantaría en pantalla hasta febrero del año siguiente cuando sería relevada por "El falso mendigo" (sospecho que una adaptación de "El príncipe y el mendigo").


Esta serie estaba protagonizada (¡cómo no!) por Francisco Morán en el papel de un abogado que había triunfado en sus años mozos como atleta, Alfredo Muñiz (más tarde reconocido realizador de dramáticos) como un periodista y Joaquín Pamplona de cirujano. García de la Vega y Carlos Muñiz escribían los guiones basándose ligeramente en las novelitas de "La sombra" y "Doc Savage", mitos del pulp norteamericano de los años 30/40, que también fueron editadas en España. 

           
La principal diferencia con aquellos personajes es que estos nunca se tomaban la justicia por su mano: "Para eso está la Policía, donde no pueda llegar ella llegarán estos tres hombres. No sólo harán justicia sin intervenir en la labor de la Policía sino que también ayudarán a la gente en sus problemas" aseguraba García de la Vega al periodista Martínez Redondo en la revista TeleRadio. De paso aclaraba el por qué de los llamativos (por no decir ridículos) uniformes que lucían en sus aventuras: "La idea es servir a la justicia luchando en la sombra. Viven una vida sencilla y corriente hasta que descubren el mal en alguna parte y comprenden que pueden eliminarlo con su actuación. Entonces utilizan unos trajes especiales que tienen unas posibilidades de defensa muy peculiares y que les permiten luchar sin que se conozca su verdadera identidad". 

              
Se anunciaba "amenidad y acción pero sin violencia", escaladas, persecuciones en automóvil, peleas e intriga... y ahora tengamos en cuenta que se realizaba en directo en una parte del exiguo plató del Paseo de la Habana mientras en otro lado esperaba ¿pacientemente? el Padre Urteaga para dar la charlita a los adolescentes en su programa "Sólo para mayores de 16 años". Quizás exageraban un poco al prometer tanto con tan pocos medios pero los espectadores sabían a qué atenerse e imagino que conociendo los límites no esperaban mucho más. Eso sí, me parece un poco cruel que la serie que precedía a "Luchando en la sombra" fuera el "Robin Hood" de la ITV protagonizado por Patrick Troughton (segundo Doctor Who), rodada en formato cinematográfico y con profusión de exteriores. La comparación era odiosa, claro, pero a los profesionales de TVE eso no les arredraba y semana tras semana durante varios años se empeñaron en realizar sus propias adaptaciones (muy libres, eso sí) de grandes hazañas universales. 


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