¿Se puede hacer un programa sobre hípica? Y, parafraseando a los Hernández y Fernández, yo aún diría más: ¿se pueden incluir pronósticos para la Quiniela en ese espacio? Eso debieron pensar los gerifaltes de TVE en 1984 porque desde enero colocaron a las 20 h cada viernes (un excelente horario) "Al galope" que ofrecía precisamente eso, información sobre las carreras de caballos y los vaticinios para la siguiente semana para la recién estrenada QH, o sea, la Quiniela Hípica. Nada fue casual en esta apuesta por la divulgación repentina de este deporte. El principal promotor de esta idea fue el director de la Primera Cadena en aquella época, Gonzalo Vallejo que a la sazón era copropietario de una cuadra de caballos y, atención, socio de la Sociedad de Fomento, es decir, el organismo que regulaba las carreras. Eso sí, TVE no regaló esta publicidad al hipódromo español que, por cierto, no se encontraba precisamente en su mejor momento, sino que se llegó a un acuerdo para que el 10% de las ganancias de los beneficios de la Quiniela fuera a parar a las arcas (siempre ávidas de dinero) de la tele. Teniendo en cuenta que ya en la segunda semana de emisión los datos afirmaban que la recaudación se había incrementado un 30% con respecto a la semana anterior, no debió ser mal negocio.
Dos veteranos de la pantalla pusieron rostro y voz a este programa que, sobre todo, pretendía divulgar y popularizar las carreras de caballos, Marisa Abad y Daniel Vindel. Locutora fija de la Casa ella con grandes éxitos recientes en su trayectoria como "Gente joven", "Cosas" y "Blablabla" y colaborador intermitente desde los 60 él con clásicos juveniles como "Cesta y puntos", "Subasta de triunfos" y "Torneo" en su cartera, la pareja demostró su buen hacer a pesar de su inexperiencia en este terreno tan especializado. En la segunda temporada se incorporó un nuevo elemento, la yegua "Doña Trote", una marioneta de Alejandro Milán (responsable también de los Electroduendes y Lorenzo Pinchadiscos, entre otros) retirada de la competición por su edad a la que su veteranía le daba carta blanca para los pronósticos con comentarios, por cierto, muy ácidos sobre sus antiguos compañeros de cuadras. Sorpresa produjo la elección del director, Octaviano Griñán, especialista en caballos por afición, absoluto novato en la televisión y de profesión inspector de policía. Afortunadamente el subdirector y realizador, Francisco Sastre, no sólo suplía esa carencia sino que además tenía bastante experiencia domando cámaras.
El esquema de "Al galope" era sencillo: los primeros quince minutos eran informativos y divulgativos y el último cuarto de hora se dedicaba a la Quiniela. Este programa se complementaba con la retransmisión de las carreras desde el Hipódromo de Madrid, el de Sevilla y el de San Sebastián dependiendo de la época del año.
Para Marisa Abad este programa supuso un importante cambio en su vida puesto que se enamoró del director y contraerían matrimonio. Además, fue su primer contacto con Loterías y Apuestas del Estado, su siguiente y longevo destino profesional. "Al galope" se mantuvo hasta 1987 en antena.