Era un viernes, 3 de febrero de 1978, 21.45h. Había finalizado el capítulo correspondiente de "El hombre y la tierra" y en vez del "Un, dos, tres" los espectadores se encontraron con un nuevo programa en antena. Kiko Ledgard había despedido etapa y comenzaba algo nuevo... o no tanto. La cabecera mostraba imágenes de la España más cañí. El título del flamante espacio era "Cantares", sólo estuvo en pantalla 8 meses pero el éxito y la repercusión lo convierten en uno de los programas emblemáticos de TVE.
El barroco Lauren Postigo era su guionista y presentador pero no su director (como solía dar a entender años después). Miguel de la Hoz, un profesional muy vinculado a los espacios infantiles, dirigía y realizaba esta reivindicación de la copla, de la canción tradicional española. Al día siguiente del estreno las críticas fueron terribles, se acusaba a la tele de reaccionaria, de querer volver al franquismo más exacerbado... Poco tiempo después "Cantares" había sabido vencer prejuicios y el público comprendió que si bien la dictadura se había apropiado del cante popular español, éste era libre y ya triunfaba antes de la asunción de Franco del poder. Las folklóricas y los autores respiraron tranquilos.
Juanita Reina fue la primera invitada, Lola Flores la segunda, en la tercera cita se apostó por una joven tonadillera que ya jugaba con otros géneros, Rocío Jurado. Paquita Rico fue la siguiente y en el quinto capítulo encontramos a un hombre, Rafael Farina. Y así hasta casi los cincuenta, de Isabel Pantoja al último invitado, Manolo Escobar, encontramos cantantes de distintas épocas y estilos: Estrellita Castro, Gracia Montes, María Jiménez, Joselito, Mikaela, Antonio Molina, Marifé de Triana, La Niña de la Puebla, Concha Márquez Piquer (con entrevista exclusiva a su madre retirada), Conchita Bautista, Lolita Sevilla...
El Corral de la Pacheca, un conocido tablao flamenco de Madrid era el escenario. Las cámaras captaban el ambiente real de un lugar donde se amaba la canción española y el público jaleaba a sus artistas. Miguel de la Hoz jugaba especialmente con los planos generales desde todos los ángulos posibles: derecha, izquierda, cenitales y un travelling interrumpido por las vigas de madera cada pocos segundos.
Pero además del concierto de media hora del cantante de la semana, uno de los momentos preferido por la audiencia era la entrevista que realizaba Lauren. Delirante a más no poder, la conversación podía ir del halago sobresaturado de azúcar al sarcasmo más cruel. Con pose de galán francés de los 50 (o eso pretendía), Postigo era al periodismo lo que la Cantudo al teatro.
El programa comenzó sus grabaciones meses antes así que sus responsables se hicieron conscientes del éxito un poco tarde. Dudas hubo sobre su emisión, cuatro meses de retraso con respecto a lo previsto, y también sobre si sería más adecuado colocarlo en la 2. Finalmente, los directivos decidieron apostar a lo grande por la reivindicación de un género denostado en aquella España democrática que quería romper radicalmente con lo anterior. Era un órdago... y salió bien.
La orquesta situada a la izquierda del escenario (desde la visión del artista) era parte fundamental. Daba empaque a unas canciones que muchos habían escuchado sólo con el acompañamiento de una guitarra. El Corral cambiaba cada semana el decorado pero manteniendo siempre la esencia de "lo español": mucho patio andaluz, mucha maceta con geranios y hasta utensilios de la cocina tradicional.
Con el tiempo el programa se fue sofisticando y homenajeaba a autores de letras y compositores ante un público en el que también había alguna celebridad, imitando el formato de "Esta noche... Fiesta" de Íñigo aunque con un nivel inferior.
"Cantares" finalizó el 1 de diciembre de 1978 pero en Fin de Año una parte del Especial fue realizada por el mismo equipo, desde el mismo lugar, con Postigo de anfitrión y con unas cuantas folklóricas peleándose por el micro.
La mítica intervención de la Faraona, segundo programa:
Gracias a este programa, el archivo de TVE atesora actuaciones de Estrellita Castro:
La impagable entrevista exclusiva a Concha Piquer, ego contra ego:
El barroco Lauren Postigo era su guionista y presentador pero no su director (como solía dar a entender años después). Miguel de la Hoz, un profesional muy vinculado a los espacios infantiles, dirigía y realizaba esta reivindicación de la copla, de la canción tradicional española. Al día siguiente del estreno las críticas fueron terribles, se acusaba a la tele de reaccionaria, de querer volver al franquismo más exacerbado... Poco tiempo después "Cantares" había sabido vencer prejuicios y el público comprendió que si bien la dictadura se había apropiado del cante popular español, éste era libre y ya triunfaba antes de la asunción de Franco del poder. Las folklóricas y los autores respiraron tranquilos.
Juanita Reina fue la primera invitada, Lola Flores la segunda, en la tercera cita se apostó por una joven tonadillera que ya jugaba con otros géneros, Rocío Jurado. Paquita Rico fue la siguiente y en el quinto capítulo encontramos a un hombre, Rafael Farina. Y así hasta casi los cincuenta, de Isabel Pantoja al último invitado, Manolo Escobar, encontramos cantantes de distintas épocas y estilos: Estrellita Castro, Gracia Montes, María Jiménez, Joselito, Mikaela, Antonio Molina, Marifé de Triana, La Niña de la Puebla, Concha Márquez Piquer (con entrevista exclusiva a su madre retirada), Conchita Bautista, Lolita Sevilla...
El Corral de la Pacheca, un conocido tablao flamenco de Madrid era el escenario. Las cámaras captaban el ambiente real de un lugar donde se amaba la canción española y el público jaleaba a sus artistas. Miguel de la Hoz jugaba especialmente con los planos generales desde todos los ángulos posibles: derecha, izquierda, cenitales y un travelling interrumpido por las vigas de madera cada pocos segundos.
Pero además del concierto de media hora del cantante de la semana, uno de los momentos preferido por la audiencia era la entrevista que realizaba Lauren. Delirante a más no poder, la conversación podía ir del halago sobresaturado de azúcar al sarcasmo más cruel. Con pose de galán francés de los 50 (o eso pretendía), Postigo era al periodismo lo que la Cantudo al teatro.
El programa comenzó sus grabaciones meses antes así que sus responsables se hicieron conscientes del éxito un poco tarde. Dudas hubo sobre su emisión, cuatro meses de retraso con respecto a lo previsto, y también sobre si sería más adecuado colocarlo en la 2. Finalmente, los directivos decidieron apostar a lo grande por la reivindicación de un género denostado en aquella España democrática que quería romper radicalmente con lo anterior. Era un órdago... y salió bien.
La orquesta situada a la izquierda del escenario (desde la visión del artista) era parte fundamental. Daba empaque a unas canciones que muchos habían escuchado sólo con el acompañamiento de una guitarra. El Corral cambiaba cada semana el decorado pero manteniendo siempre la esencia de "lo español": mucho patio andaluz, mucha maceta con geranios y hasta utensilios de la cocina tradicional.
Con el tiempo el programa se fue sofisticando y homenajeaba a autores de letras y compositores ante un público en el que también había alguna celebridad, imitando el formato de "Esta noche... Fiesta" de Íñigo aunque con un nivel inferior.
"Cantares" finalizó el 1 de diciembre de 1978 pero en Fin de Año una parte del Especial fue realizada por el mismo equipo, desde el mismo lugar, con Postigo de anfitrión y con unas cuantas folklóricas peleándose por el micro.
La mítica intervención de la Faraona, segundo programa:
Gracias a este programa, el archivo de TVE atesora actuaciones de Estrellita Castro:
La impagable entrevista exclusiva a Concha Piquer, ego contra ego: