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El programa de Hermida, el estreno del maestro en Antena 3

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A finales de septiembre de 1991 Jesús Hermida comenzaba una nueva etapa profesional que le llevaba a ser uno de los pioneros de las privadas en nuestro país. En julio se despidió de TVE donde presentaba el Telediario 2 para enfrentarse a un nuevo reto, cubrir las tardes de los fines de semana en la todavía balbuceante Antena 3. Hermida fue uno de los fichajes definitivos para levantar la audiencia de la cadena y dotó de prestigio y credibilidad a un emisora que ya empezaba a despuntar tímidamente en franjas como las mañanas. 

Foto cedida por Atresmedia

Jesús Hermida volvía pues al gran magazine, al ómnibus, un programa de varias horas de duración, en directo y con la presencia de público en plató, orquesta y varios copresentadores que podían hacer de todo, desde entrevistar a alguien afectado por el conflicto en el Golfo Pérsico a hacer de rapsoda o bailar junto al cantante de moda. Aquello, una vez más, era un máster para los elegidos para la gloria, los seleccionados por el gran maestro para acompañarle (y también sufrirle). En aquella ocasión se rodeó de hombres en un principio, entre los que destacan Carlos García Hirschfield, Miguel Ortiz, Juan Carlos Cerezo y Domi del Postigo y poco a poco fueron ganando su puesto Belinda Washington (que según ella misma cuenta empezó llevando vasos de agua a los invitados) y Miriam Reyes. 


Muchos años antes que Ana Rosa, Hermida se dio cuenta de que el nombre de su espacio daba igual, al final todo el mundo lo conocería como "el programa de..." así que lo más práctico era dar el trabajo hecho al espectador, su nuevo espacio tendría precisamente ese nombre, sin más misterios. El estreno, el 28 de septiembre, vendría acompañado de mucha curiosidad y cierta expectación en los medios. Se anunciaba la presencia de más de 30 invitados de todos los ámbitos entre el sábado y el domingo: políticos como José María Aznar o Leopoldo Calvo Sotelo, actores como Adolfo Marsillach o Lina Morgan, cineastas como José Luis Garci, cantantes como Miguel Ríos o Ramoncín, periodistas como José María García o Javier González Ferrari y escritores como Nativel Preciado. Lo nunca visto para un programa de las tardes del fin de semana, una franja que en los últimos años se destinaba, fundamentalmente, a películas.  


Hermida no defraudó. Supo dotar de espectáculo a un show que comenzaba en una cadena todavía modesta. Su aprendizaje visual de la tele norteamericana durante su larga etapa en la corresponsalía de Nueva York para TVE y su práctica en las mañanas y tardes de finales de los 80 en la pública con "Por la mañana" y "A mi manera" fueron fundamentales para afrontar este nuevo reto. Cada sección parecía llegar de sorpresa y nunca se sabía qué iba a pasar después. 


Tras una entrevista íntima con Andrés Pajares se iba, sin solución de continuidad, a un mini-concierto de la orquesta Platería, a un concurso con la gente del plató, una tertulia de reconocidos intelectuales o una rueda de prensa de un político acosado por populares periodistas. Todo era posible en este macro-programa que hoy ha quedado oscurecido en el propio currículum de Don Jesús o en la historia de Antena 3, quizás porque en aquella época la penetración de la cadena en la audiencia era escasa y ni siquiera llegaba a todo el territorio nacional y también porque otros títulos como "Con Hermida y Compañía" harían olvidar lo anterior. Quizás sólo quede en la memoria del espectador la tensa entrevista con Latoya Jackson hablando de los supuestos abusos de su hermano Michael a menores y algunas imágenes de los inicios televisivos de los pupilos del genial comunicador en programas de aniversario. Para él, este era el comienzo de una fructífera etapa en la privada donde alcanzaría puestos directivos. A partir de abril del año siguiente abandonó poco a poco su propio programa y aparecería sólo los domingos y en la siguiente temporada estrenaría "La noche de Hermida" que posteriormente recibiría el nombre de "Con Hermida y Cía", posiblemente su formato más reconocido en Antena 3.






"Tribunal", el concurso para bachilleres con José Luis Uribarri

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En la temporada 1959/60 un centenar de estudiantes de los últimos cursos de Bachillerato se presentaron a un concurso que durante ocho meses iría pasando distintas fases para encontrar a los más sabios en Historia, Música y Literatura. En realidad no era un programa sino una sección dentro del espectáculo "Pantalla amiga" primero y "Primer aplauso" después. A pesar de eso, consiguió entidad propia por la relevancia que alcanzó entre la, por entonces, escasa pero fiel audiencia de TVE. 


De las centenares de solicitudes que llegaron al Paseo de la Habana, se seleccionaron 35 concursantes de Historia, 34 de Música y 39 de Literatura que se presentaron ante el público del Teatro del Fomento de las Artes desde donde se realizaba "Pantalla Mágica" el 5 de diciembre de 1959. Convenientemente ataviados con traje de mayor y vestido de señorita fina, los participantes vencían sus nervios y durante esa larga temporada se iban eliminando unos a otros en distintas fases que hoy nos parecerían interminables pero que entonces servían para que el espectador se fuera familiarizando con ellos y eligiera a sus favoritos, algo fundamental en cualquier concurso de larga duración.


El todoterreno José Luis Uribarri presentaba esta sección que, como decíamos, se pasó de un programa a otro y que definitivamente se asentó en el concurso de noveles (hoy diríamos talent show) "Primer aplauso". Los miércoles a eso de las 22.30 h (la puntualidad era sólo teórica en aquella época) se alternaban las actuaciones de cantantes de música ligera, zarzuela y regional con esta competición cultural. El 29 de junio de 1960 finalizaron ambos concursos y de "Tribunal" resultaron vencedores Luis Álvarez Mata en Historia, Luis de la Paz en Música y Manuel Taramona en Literatura, que quede registro por si algún familiar se encuentra en la sala.

"La ruleta de la fortuna", el primer concurso de Antena 3

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Foto cedida por Atresmedia

"La ruleta de la suerte", el imbatible concurso presentado por Jorge Fernández cumple 12 años en Antena 3, excusa perfecta para recordar que, en realidad, sus inicios en nuestro país se remontan nada menos que 28 años atrás y que, por entonces, tenía otro nombre. "La ruleta de la fortuna", en traducción literal del formato norteamericano "Wheel of Fortune", tiene el honor de ser el primer concurso (incluso algunos se aventuran a decir que el primer programa) emitido por la primera cadena privada española, Antena 3. Una estrella incuestionable de los juegos televisivos fue su primera anfitriona: Mayra Gómez Kemp.


Tras dos años en barbecho por el final inesperado del "Un, dos, tres" y con la ventaja de pertenecer a la plantilla de Antena 3 Radio, la famosísima presentadora fue el primer fichaje sonado de un canal todavía en pañales y cuya difusión no alcanzaba todo el país. Mayra pagó el pato de la bisoñez de la emisora. Los paneles se cambiaban "digitalmente", es decir (y como ella siempre repite con mucho humor en las entrevistas), con los diez dígitos de la mano y con la ayuda de un destornillador. Las grabaciones de aquella media hora diaria se alargaban y era imposible contar con público en el plató, esencia de un concurso como este tal y como se ha demostrado en la última etapa. La comunicadora, además, fue vilmente engañada por los directivos de la cadena. Ella había aceptado presentar La ruleta a cambio de tener su propio talk-show pero aquello fue un regalo envenenado. El programa se llamó "Simplemente Mayra" y el nombre ya vaticinaba lo simple que sería, no le dieron equipo ni presupuesto, a los jefes sólo les interesaba que condujera el concurso. A las ocho semanas cancelaron el espacio de entrevistas y música y en su lugar, los domingos por la noche, ubicaron una edición especial del juego de marras con llamadas en directo para que participaran los espectadores. 


A pesar de todo eso, Mayra continuó con las grabaciones de La Ruleta que se emitía de domingo a viernes a las 21 h, compitiendo con el poderoso Telediario de La Primera. Llegó el verano y Ramón García sustituyó a la dama de la pantalla. Según contó años más tarde, Ramontxu fue quien grabó el piloto de este concurso y también de "El Gordo". Procedente de la ETB, donde triunfaba con "Tal cual" (similar a "Vivan los novios" o "El Flechazo"), esta fue la primera oportunidad nacional del vasco y la aprovechó bien, poco después fue fichado por TVE para suceder a Jordi Estadella en "No te rías que es peor" que, a su vez, se iba para presentar junto a Miriam Díaz-Aroca el nuevo "Un, dos, tres". 


Y, mientras tanto, en los despachos de Antena 3 se preparaba la gran traición. Gómez Kemp volvía de su merecido descanso vacacional y en ese primer día de regreso al trabajo, tal y como cuenta en su autobiografia "¡Y hasta aquí puedo leer!" le anuncian su despido inminente y le aconsejan que diga que es ella quien ha tomado la decisión de abandonar el programa. En otra sala y al mismo tiempo, se presentaba a Irma Soriano como nueva conductora. Para la ex chica Hermida esta fue una oportunidad de oro para demostrar que podía hacerse cargo en solitario de un concurso. Se adelantó su horario una hora y como la cadena iba poco a poco llegando a más puntos de la geografía La ruleta empezó a subir su audiencia lentamente. En realidad no estuvo mucho tiempo al frente, en la temporada siguiente sustituyó a José Coronado en "El Gordo", que se emitía en prime-time. Los llantos desconsolados de la Soriano el día de su despedida son ya historia de la tele (no quiero imaginar qué pasaría si hubiera cumplido los doce años ahí como Jorge Fernández). 

Foto cedida por Atresmedia

Con este cambio llega una pareja al formato, Edmundo Arrocet (más conocido como "Bigote" Arrocet) y Mabel Lozano y también se mudan de los estudios de San Sebastián de los Reyes a los que tenía entonces Antena 3 en Hospitalet de Llobregat. Bigote llevaba años fuera de España donde se había hecho muy popular como humorista en distintas etapas del "Un, dos, tres" primero con Kiko Ledgard y después con Mayra, Mayrucha chachachá le cantaba a su antecesora en el concurso que ahora heredaba. En un intento inútil de que la gente olvidara esa época se afeitó al poco de comenzar La ruleta. Estaba acompañado por Mabel Lozano que tenía una sección llamada "El crucigrama", ¿adivinan de qué iba?

Foto cedida por Atresmedia

Siguiendo la estela marcada desde el comienzo, en la siguiente temporada aparecería otra presentadora, en este caso Belén Rueda, recién llegada de Tele 5 por una disputa económica con Valerio Lazarov. Allí había copresentado "Vip Noche" con Emilio Aragón, el "Telecupón" y "Tele 5, ¿dígame?". Quizás dolido por el abandono de una figura que él mismo había creado, Lazarov se aprovechó de la falta de previsión de Antena 3 a la hora de renovar los derechos del formato para robárselo. A partir de enero de 1993 y sólo unas semanas después de que Rueda llegara a los estudios de San Sebastián de los Reyes, le quitaban el programa. Para ella se creó "A otra cosa" y La ruleta viajó hasta Fuencarral para debutar en el otro canal privado con Fernando Esteso pero esa ya es otra historia que contaremos otro día. 


En 2006, nueve años después de su final en Tele 5, regresaba a su cadena original la famosa ruleta aunque con otro apelativo, la "de la suerte". Desde entonces ha liderado sus franjas y digo franjas porque hace unos meses dejaba su horario habitual de las 12.30 obligado por la ampliación de "Espejo Público" durante la crisis del Procés en Cataluña y ahora se ha asentado con el mismo éxito donde antes vivían "Los Simpsons". Y ya que estamos nostálgicos, recordemos el día del 25 aniversario de la emisora, cuando Irma Soriano regresaba emocionada al que considera uno de sus programas favoritos. He de confesar que me dio la impresión de que ella iba a hacerse fuerte en el plató, se amarraría a la rueda y de allí no la sacaría nadie. 

"Telemuñecos", de Herta Frankel a los Lunnis

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- Esta vez el reto que te has impuesto ha sido aún mayor porque sobre este tema no se había escrito antes así que has tenido que crear tú mismo la base documental.
Efectivamente, el hecho de que existiera tan poca información acerca del mundo de los muñecos de la tele, especialmente de los que han surgido de manos españolas, fue motivador a la hora de hacer un homenaje a tantos profesionales que se han dedicado a tan noble oficio. He tenido que indagar mucho para localizar a los responsables de cada muñeco y hacer labores de investigación para descubrir datos de algunos de ellos ya que ni en una hemeroteca tan amplia como Internet hay apenas historial de ello.

- Creo que te ha sorprendido descubrir la cantidad de muñecos que han pasado por nuestra tele, no pensabas inicialmente que fueran tantos.
En origen pensaba que la historia de la tele se contaría en unos cincuenta muñecos pero la lista fue engordando cada vez que le daba un buen repaso a mis revistas o vídeos. El ordenarlos por fechas y temáticas me sorprendió enormemente. No solo superaban las doscientas piezas sino que podrían aumentar aún más si tenemos en cuenta ejemplos muy pasajeros o puntuales. Habiendo cerrado la edición en enero, aún he localizado más nombres. Los muñecos han tenido una presencia fundamental en programas infantiles, musicales, concursos y en la publicidad. Y me maravilla la cantidad de criaturas que se han visto en otros países y de los que nunca nos han ofrecido imágenes aquí, propuestas muy originales y de todo tipo.

Don Procopio, la marioneta de la Televisión Escolar creada por Alejandro Milán

- Los muñecos están presentes desde las primeras etapas de TVE aunque la falta de imágenes los hayan proscrito al olvido.
Lamentablemente la historia de la televisión se reescribe en base a los documentos que se hayan conservado. Hay muchos programas que prácticamente quedan fuera de los espacios de archivo porque no ha quedado ninguna grabación, por lo que puede considerarse que van quedando en el olvido "Gran parada", "La unión hace la fuerza" o "Reina por un día" al no haber imágenes que ofrecer. De otros que no fueron relevantes sí quedan y parece que eso les sirva para considerarlos éxitos cuando tal vez no lo fueron. En este caso "muñequil" sólo los más mayores recordarán al pequeño Pedrito Corchea que acompañaba al violinista Walter, a la mascota del programa de Torrebruno "Concertino" o al estático don Decibelio. Igualmente sólo se conserva un NODO de la TV Escolar para poder disfrutar del Don Procopio que instruía a los más peques, una simpática marioneta. 

"Fantasía", programa de éxito en las noches de principios de los 60

- En los primeros sesenta incluso hubo programas de marionetas en prime-time (Fantasía y Ventana mágica)-
Eso es. Muy bien documentado, como siempre, en este blog y gracias a las fotografías de "Tele Radio", una joya que sirve para ver en fotos aquello que se ha perdido para siempre. Sin las fotos sería un leve recuerdo para los memoriones. El inicio de la televisión en nuestro país tenía un carácter de sala de fiestas nocturna en la que mostrar aquellos shows limitados a las personas que vivieran en las grandes ciudades y con buen poder adquisitivo. En cualquier pueblo al que llegara la tele, ver a unas marionetas hablando con el presentador u ofreciendo un espectáculo se convertía en un acontecimiento para acompañar ballets, actuaciones musicales o números de magia. "Fantasía" y "Ventana mágica" fueron muy elaborados y allanaron el terreno para los espacios que vinieron después en ese género. 


- De esa primera época tenemos que destacar sin duda alguna a Herta Frankel por su longevidad en antena y por el impacto que tuvo.
Sin duda, una de las grandes artistas de este país en los 60 fue Herta Frankel. Sus actuaciones con la perrita Marilín y su numerosa familia de trapo se hicieron un hueco muy importante en el corazón de los españoles de aquella época, que disfrutaron de espacios como "Fiesta con nosotros" o la gran serie de la ratita Violeta, "El país de la fantasía". Herta tenía la gran habilidad de no mover la boca mientras charlaba con sus personajes, siendo muy realista. No sólo los más pequeños creían que estaban viendo a un ser vivo sino que los papás disfrutaban igualmente con esa perrita debido al buen acabado del muñeco. Es un punto importante en la valoración de cada personaje que sale en el libro el considerar si estaba bien hecho o si se notaba que era un trozo de trapo. Los de Herta eran de calidad y el libro quiere ser un homenaje a aquellos Vieneses que tanto alegraron a nuestros padres y abuelos. 


- Es curioso el caso de Topo Gigio, presente desde los 60 y popular en los 90 de nuevo.
El topito ha vivido tres fases en la historia de nuestra tele. En los 60 fue popularísimo en los shows de prime time hablando con las presentadoras de la época, al igual que hacía en países de todo el mundo, donde charlaba con presentadores de la talla de Ed Sullivan o Raffaella Carrá. En los 70 se fue alejando su recuerdo pero Enrique y Ana cantaron algún tema con él y volvió a ganarse el cariño de los peques por su aspecto tan simpático, chaparrito, orejudo, tímido pero muy "salao". Los 80 fueron la década de muchos personajes de producción propia en TVE y seres de calidad como "los Fraguel" pero la llegada de las privadas nos devolvió al topo con doble ración. Principalmente por el "Xuxa Park" de la brasileña Xuxa, a la que siempre pedía un besito de buenas noches, e incluso con una serie de dibujos animados igualmente en Telecinco. Por lo que no se descarta una cuarta vuelta por todo lo alto. 

Torrebruno y Sonia Martínez con Paco Micro, otra creación de Milán

- En tu libro también destacas la trayectoria de algunos creadores de muñecos como Alejandro Milán o Don Redondón...
Alejandro Milán fue parte de mi motivación para hacer este libro. El haberle conocido a través de Facebook me ha hecho querer saber más acerca del responsable de personajes como Horacio Pinchadiscos, los Electroduendes o Paco Micro. Es un hombre maravilloso, amable, cariñoso e ingenioso. Ya desde los tiempos pretéritos de la tele estaba trabajando para los peques. El mencionado don Procopio, las mascotas de "La casa del reloj" o los presentadores de "El espejo mágico". Pero lo curioso es que además de otros, como la yegua de "Al galope", surgían nombres y nombres que también le correspondían y que ni él mismo recordaba  haberlos hecho, como el MIM con el que hablaba Isabel Gemio, Garbí, en "Los sabios". Don Redondón fue otro ilustre de nuestra tele, habitual en infantiles de Torrebruno o con marionetas para "El mundo de la música". Se hizo muy popular. Y también fue importante, Talio, Natalio Rodríguez, con muchos personajes para programas como "La mansión de los Plaff" o para la ventrílocua Mari Carmen. 


- Los 80 fueron una época dorada para los muñecos televisivos con Espinete a la cabeza y todos sus sucesores o primos.
Espinete puede ser el gran nombre de esta historia. Tiene un magnífico acabado, mucho más bonito que el pariente israelita de aspecto menos "bonito". Bien es cierto que hasta el modelo que todos asociamos con Espinete hubo varios más que no tenían tan buen acabado, especialmente el que se usó para el programa piloto de nuestro "Barrio Sésamo". Chelo Vivares fue el remate con su voz y sus gestos. Caponata, Bluki, Petete o Yupi son dignos nombres en la historia de los infantiles, que resultaban creíbles y divertidos. En los 80 se fue perfeccionando el género, con programas en forma de series en el que los pedagogos ejercían su labor con eficacia, con tramas muy simpáticas, buen elenco de actores rodeándoles y cancioncillas que se han conservado en la memoria. 


- En esa época había espacio para muñecos "alternativos" como los míticos Electroduendes.
Los Electroduendes son un caso muy especial, porque siendo muñecos, en principio destinados al público infantil, se ganaron el cariño de los adolescentes de la movida, riendo con sus ocurrencias, amparadas en un lenguaje muy enrollado. Los más pequeños apenas entendíamos lo que decían la bruja Avería y sus amigos-enemigos pero su estrafalario aspecto y sus movimientos bruscos nos resultaban muy atractivos. Incluso el decorado que los rodeaba, tan tecnológico y televisivo. Curiosamente "La bola de cristal" tuvo varias etapas también y cuando se politizaron al extremo perdieron bastante gracia, además del cambio de aspecto, demasiado estilizado para su grotesca apariencia inicial. Lolo Rico recuperó la idea para dos producciones posteriores, "Detrás de la puerta", con los Detritus campando en la basura, que emitió Telemadrid, y "Los Bu", del programa "¿Quieres que te lo cuente?" que duraron solo unas emisiones en 1992. Sería una gran idea recuperar a los Electroduendes para alguna serie o como homenaje con algunos especiales, ya que aún viven algunos de sus actores de doblaje. 


- Mención especial merece, obviamente, Jim Henson.
Jim Henson es el dios de esta historia. Un compañero de editorial ya escribió un gran libro sobre la historia de ese creador de Muppets por lo que yo me he limitado a contar levemente cómo llegaron los Teleñecos a nuestra tele, en origen conocidos como "los Chifloteleñecos". El show de la rana Gustavo gustó mucho a los pequeños pero no demasiado a los adultos de finales de los 70, por lo que se les dejó de ver de manera regular, salvo en algún especial. Con su salto al cine cambiaron la pequeña por la gran pantalla pero Canal Plus y A3 nos los recuperaron en los 90 con famosos de la época para jugar en sus sketches. Henson nos dio series tan dignas como "Los Fraguel" o "El cuentacuentos". Ya fallecido nos dejó en legado la gran "Dinosaurios", con ese Pequesaurio que le pegaba al padre bajo el grito de "tú no mami". Es un nombre a reivindicar que también nos regaló un personaje en exclusiva para TVE, el Pepe Soplillo de "El kiosco", que aún en diciembre pasado, a días de morir, el propio Ramón Pradera, director de aquel programa, me comentaba lo mucho que le costó conseguir convencer a Henson que le hiciera un muñeco para un programa que no era de su Compañía. 


- Y también explicas la intrahistoria de producciones patrias como Yupi y Los Aurones.
"Los mundos de Yupi" bebía directamente de la etapa de Espinete en "Barrio Sésamo" puesto que el director era el mismo, el plató donde se grababa se renovó, el equipo era el mismo y muchas tramas se parecían. A ello se debe que haya una especie de competencia entre Yupi y Espinete pero lo cierto es que con Yupi se quiso liberar del alto coste que había que pagar a los propietarios de la marca "Barrio Sésamo" haciendo algo muy similar. Pero Yupi fue una especie de "Star Trek" infantil, muy interesante en sus dos etapas, con muchos actores puntuales que luego han hecho gran carrera, como Penélope Cruz o Roberto Álvarez, y que yo también reivindico. "Los Aurones" fue un trabajo largo y costoso que Josep Viciana realizó con gran talento, con pocos medios pero con mucha ilusión. Pese a que tenga detractores y admiradores por igual, la serie permanece en lugar de honor de programas recordados de los 80, con sintonía, Poti Poti y marionetas transformadas en frutas al grito de "zas, zas, lanzarayos" como ejemplos. 


- Otro apartado especial en tu libro es para los ventrílocuos.
Muchos han sido los ventrílocuos que se han asomado a nuestras pantallas pero pocos los que han sido capaces de ganarse el cariño para sus "hijos". Me he encontrado con muchos que no mueven la boca pero cuyos guiones son muy pobres y no producen nada de gracia. Esa labor no es válida. Tener una habilidad, la de hablar con el vientre, pero no tener improvisación ni gracia fue la tumba para la mayor parte de ellos. Sin embargo, José Luis Moreno y Mari Carmen han sobresalido de manera destacable. En el caso de Mari Carmen, pese a mover los labios, sus guiones siempre han sido muy divertidos, su improvisación ha sido perfecta, consiguiendo la carcajada general en shows en directo y galas. Doña Rogelia, Macario, Nikol y Rockefeller son nombres principales en el libro, muy queridos aún. Moreno venía de familia de ventrílocuos y su tío, el señor Wences, es todo un tótem en Estados Unidos. Muchos lectores se van a sorprender con  su historia, el desconocer que un señor de Salamanca tiene una calle en Nueva York y fuese admirado por gente como Jim Henson. 

- También recuperas los títeres satíricos nacidos tras el éxito internacional de Spitting Image.
Los Spitting Image son parte de la cultura popular de los años 80. Es difícil explicar la tele de la época sin nombrar aquellos personajes que satirizaban a políticos, famosos y monarquía de una manera descarnada. En España hubo un primer intento en "La bola de cristal" aunque Lolo Rico no consiguió sacar adelante a unos Spitting españoles, "los Pepones". Fueron los Muñegotes de "¿Pero esto qué es?" los primeros en reírse de los políticos españoles, incluso compitiendo con los "Guguqús" en Telecinco, a quienes ponían voz Cruz y Raya. La moda de estas criaturas hizo que Canal Plus triunfara por completo con sus guiñoles de "Lo más plus", luego independizados. El programa tenía mucho trabajo detrás, como me comentaban dos de sus manipuladoras. Fueron tremendamente populares en nuestro país, acaparando portadas de revistas y periódicos y haciendo muy entrañable a Hilario Pino con su saludo de "buenas noches, a todos todos". 


- Dos producciones USA de esa época tienen finales terribles que quizás los espectadores hayan olvidado: Alf y Dinosaurios.
Es curioso cómo los guionistas a veces le dan un final traumático a producciones que en principio no parece que encuadraran en sus tramas. ALF terminó siendo pillado por las autoridades y los Dinosaurios se enfrentaban a su terrible sino con la congelación del planeta Tierra. Si ya nos machacaron el corazoncito con el último capítulo de "David el gnomo", estos dos ejemplos nos acabaron por rematar. En cualquier caso se trata de dos series "de primera", por las que no pasa el tiempo. Están muy bien realizadas y sus muñecos podrían volver perfectamente a la actualidad si se hiciera un buena serie o tv movie. 

- Hoy en día casi nos tenemos que conformar exclusivamente con Los Lunnis.
Hay muñecos en el programa más visto de la tele, "El hormiguero". Trancas y Barrancas son dignas herederas de tanto muñeco del pasado. Pero también podemos ver muñecos cada dos por tres en anuncios de televisión o acompañando a Arguiñano. En verdad, "Los Lunnis" es la única gran producción con numerosos muñecos, los más duraderos de toda la historia de nuestra tele. Hay un equipo detrás estupendo y han conseguido crear toda una factoría. El hecho de que en 2005 en su telediario "TeleLunnis" hablaran de tipos de bodas y trataran la boda gay da cuenta del buen trabajo que han realizado. 


- El repaso es enorme pero seguro que, conociendo a los nostálgicos televisivos, ya ha habido quien se ha quejado de la ausencia de su personaje favorito.
En este caso he trabajado mucho para que no se quedara ningún ejemplo fuera. Bien es cierto que en 60 años de televisión ha habido tantos ejemplos de muñecos que se puede haber quedado alguno fuera que haya estado poco tiempo en emisión. Los payasos de la tele sacaron alguno que otro pero es imposible mostrar incluso a los que menos aparecieran. Ya lo hago con nombres como el Boinas de "No te lo pierdas", el Pegote de "El show de la Primera" o el pajarraco de "En la naturaleza". Igualmente en publicidad habría decenas de ejemplos más que Mimosín, los Pelochos, el conejito de Duracell o el Pipo de Ausonia. Casos como el Hambrosio de Danio, de Danone, duraron tan poco que no podían restar protagonismo al resto.

- Confiesa, ya estás trabajando en otro libro. Sé que no vas a decir sobre qué pero tus lectores fieles merecen alguna pista.
Pues la colección de libros retrotelevisivos puede quedar mucho más completa si pensamos en precuelas más que en secuelas, por lo que, tomando como idea la cronología de "Star Wars", hay muchos títulos televisivos que podrían quedar perfectos si enlazamos con la tele que abrió mi faceta de escritor. Más allá de los 80 hubo televisión...

"365 días antes", el primer programa de Barcelona 92

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En 1987, cinco años antes de que se celebraran los Juegos Olímpicos en Barcelona, TVE coprodujo un extraño programa que tendría el honor de ser "la primera manifestación televisiva de carácter olímpico de la Barcelona 92" tal y como se definió en el Anuario oficial de la Casa. Extraño porque se realizaba en colaboración con la TV de Corea del Sur, que un año más tarde ofrecería la señal oficial de los JJ.OO. de Seúl, y porque se emitía en directo a través de Mundovisión para el país colaborador y Lausana (Suíza), Los Angeles (EE.UU.), Manila (Filipinas) y Atenas (Grecia). En nuestro país, sin embargo, sólo se pudo ver a través de TVE Catalunya que además ofrecería un resumen el 18 de septiembre. Constantino Romero y Jair Pont (que había sido azafata de "Si lo sé no vengo" y la temporada anterior había presentado "Directo en la noche) serían los anfitriones de un macroprograma realizado desde el Parque Güell  y que duraría tres horas de las que la tele pública se encargaría de producir hora y media. La gran estrella de la cita sería la soprano Montserrat Caballé que actuaba acompañada por la orquesta Solistes de Barcelona. También colaboraron Els Comediants, Esbart Dansaire de Rubí, la Guardia Urbana Montada de la Ciudad Condal, unos aficionados al Taekwondo (imagínense la cara de los coreanos al ver esto) y 200 niños formando los aros olímpicos. Constantino seguiría ligado al gran evento olímpico español, no olvidemos que sería su poderosa voz la que presidiría la inauguración y la clausura. 

Pedro Erquicia, el obstinado innovador

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Cualquier periodista quisiera tener en su currículum dos títulos: "Informe Semanal" y "Documentos TV". Si a ello añadimos una corresponsalía en Nueva York, el matinal "Buenos días" o la dirección de Telemadrid, la trayectoria parece impecable y así era la de Pedro Erquicia, fallecido ayer a los 75 años. Aunque para los más jóvenes su nombre sonará a parodia de Corbacho en "Homo Zapping" y muchos medios hayan resumido su trayectoria con un "y fue el responsable de que los Reyes se conocieran", este periodista vasco se merece un obituario más justo y un homenaje inmediato por parte de la que fue su Casa durante cuatro décadas, TVE. Como me temo que no vamos a ver una cosa ni otra, intentaremos hacer algo de justicia aquí. 


A Erquicia casi podríamos considerarlo un niño prodigio del periodismo porque con tan sólo 22 años y antes de graduarse en la Escuela Oficial de Periodismo ya estaba colaborando con TVE. A finales de los sesenta, tras su ingreso oficial, ya formaba parte del equipo de programas como "Panorama de Actualidad" que serían claros antecedentes de la que más tarde se convertiría en su especialidad, los espacios de reportajes. En los 70 ya tenía el cargo de redactor jefe del Telediario y fue en esa época cuando el Director de los Servicios Informativos le encargó una versión patria de los programas que estaban triunfando en EE.UU a imitación del "60 minutes" de la CBS. Así nació en 1973 "Semanal Informativo", renombrado poco después como "Informe Semanal", decano de los reportajes de análisis de la semana en toda Europa y título más longevo de la parrila de nuestra tele. Entre 1976 y 1978, tras un ligero recorte de sus largas melenas, se atrevió a ponerse por fin delante de la cámara para presentarlo al alimón con Rosa María Mateo. 


Pero había llegado el momento de emprender una nueva aventura y con el regreso de Jesús Hermida a España, Erquicia acepta su cargo de corresponsal en Estados Unidos y Canadá y se muda a Nueva York de forma precipitada: "He tenido que aprender el oficio de corresponsal. Durante cinco años y medio, que es bastante tiempo, había estado haciendo un tipo de labor en la profesión: dirigir un programa. De repente, de la noche a la mañana, te encuentras de corresponsal... Los dos primeros meses fueron muy duros. Dejando a un lado los problemas profesionales, el oficio, los contactos, la mecánica del trabajo, están los personales. Tienes que buscar una casa..." decía en la revista TeleRadio. El periodista estaba luchando entonces para convencer a TVE de la necesidad de evolucionar técnicamente. Se quejaba de que eran los únicos que todavía seguían usando soporte cinematográfico para los reportajes y que para las conexiones urgentes se usara la línea telefónica: "Las películas están bien para el contexto español pero cuando te vas a un país que lo tiene superado, te encuentras con un handicap. Televisión tendrá que reciclar absolutamente todos sus sistemas técnicos". Y lo consiguió, él fue quien introdujo el vídeo en las corresponsalías.  


Esa fue una de las características principales del trabajo de este obstinado vasco, la innovación. Desde sus inicios en la tele, Erquicia quiso ir siempre un paso más allá, forzando la máquina pero siempre con la complicidad de sus equipos. Precisamente cuando fue a Nueva York se llevó a tres compañeros de "Informe Semanal" (entre ellos a la reportera Ana Cristina Navarro) y más tarde se demostraría la lealtad de su gente en etapas complicadas. 
   En su larga etapa en EE.UU. se produjo una breve pero importante pausa, en 1981 regresó a Prado del Rey para ser subdirector de Informativos en la época de Gabilondo como director, y poco después ya como máximo responsable. ¿Les suena el año? 1981... 23F. Sí, él fue quien tuvo que ir a escondidas a grabar el famoso mensaje del Rey. 
   En 1985 regresa definitivamente a España. Su primer programa es el olvidado injustamente "Europa, Europa". En 1987 se pone al frente de "Buenos días", sucediendo a José Antonio Martínez Soler. Erquicia ayudó a "americanizar" un poco el formato, es decir, a hacerlo más entretenido y menos formal. Como él decía entonces, quería introducir los cambios paulatinamente y hacer que prevalecieran "las noticias calientes y blandas", para diferenciarse de los Telediarios. 


Tras una temporada en el matinal se le asigna la creación de un nuevo formato para los fines de semana y el resultado fue "48 horas", una mezcla entre magazine e informativo que sustituía a los tradicionales Telediarios y que duraba varias horas pero que iba troceando su emisión durante el día. Desde el principio la cosa no funciona. Los errores en pantalla son continuos y las desavenencias con el realizador sonoras hasta el punto de que cierto día se niega a presentar la edición nocturna del noticiario tras exigir, sin éxito, la sustitución inmediata del responsable técnico. En enero del 88 es destituido por su, hasta ese momento, amiga Pilar Miró y el director de informativos Julio de Benito (al que había había nombrado su subdirector hacía años). El día de su cese, un 9 de enero, presentó el programa porque se consideraba un caballero. La mayor parte de su equipo dimitió en solidaridad.

 

 Aquello fue un duro golpe para el periodista que como consecuencia directa supuso la aceptación de un reto: ser el primer director de Telemadrid. En aquel cargo se mantuvo un par de años en los que la cadena autonómica destacó por la valentía y calidad de sus Telenoticias. El regreso a TVE, no obstante, supuso otro hito en su carrera: la dirección y presentación de "Documentos TV" que llevaba un par de años en antena sin una personalidad clara. Hasta su jubilación en 2008, Erquicia hizo de esta cabecera un título ineludible para "espectadores como usted", esos que querían informarse con profundidad. Además de conseguir los mejores documentales del mundo introdujo la producción propia y, de nuevo, consiguió lo impensable: crear otro clásico televisivo. En 1999 lo intentó en la Primera y con Lorenzó Milá. "En clave actual" llegó en un mal momento y no se permitió su asentamiento. Eran los años en los que dirigía el Área de Programas de Actualidad e Investigación, etapa extraordinaria para el periodismo televisivo. 
   A Erquicia quisieron prejubilarlo a los 50 y se negó. Aguantó, con muchas presiones y ninguneamientos constantes hasta los 65. El día que se despidió de su audiencia, a muchos nos emocionó. Con él se va una forma distinta a la actual de entender la información desde la búsqueda de la verdad como baluarte principal pero con el ojo puesto en la comprensión de todos los públicos, sin prejuicios. 


20 años de "Tardes con Ana" en TVG

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Si en Galicia nombras a Ana Kiro es como mentar a una abuela queridísima a la que echas de menos. Quizás sea la cantante que más veces recorrió la comunidad con un repertorio que satisfacía a un público amante de las verbenas tocando con mucho acierto la vena folklórica más sentimental y combinándola con otros temas festivos y picantones que hoy causan entre risa y rubor. ¿Por qué resumir (muy brevemente, sí) la carrera musical de esta mujer de sempiterna sonrisa en un blog televisivo? Pues porque además de triunfar con la música en su tierra, Ana Kiro fue a finales de los noventa una de las más populares presentadoras de la TVG y además se cumplen 20 años de uno de sus espacios más recordados. 



La relación con la tele de esta artista viene de lejos, de 1968 cuando formaba parte del grupo de vocalistas de "Galas del Sábado" en TVE que versionaba en castellano aquellos temas que estaban triunfando en el extranjero y de los que, por unas u otra razón, no se podía llevar al plató a su intérprete original. Aquello la convirtió en una cara popular aunque de forma efímera, en la segunda temporada el cuarteto desapareció y a Ana prácticamente no se la volvió a ver en la tele... hasta que se estrenó la cadena autonómica gallega. En aquel momento Ana ya se había pateado Galicia de arriba a abajo con sus bolos, era una época en la que tenía un centenar de conciertos anuales así que no es de extrañar que desde el principio de las emisiones fuera una invitada habitual. Por supuesto, ella estuvo en el primer "Luar" de la historia, programa que, por cierto, continúa en antena 26 años después. En 1997 tuvo su primera oportunidad como presentadora de su propio show. El título era "Toda unha vida", se emitía en prime-time y era el típico formato de cantante famosa conduciendo un programa con música, breves charlas con los invitados y algo de humor. Vamos, lo que se llevaba viendo en otros países desde los 60. Ana Kiro fue, salvando las distancias, la Núria Feliu gallega. Lo que la catalana ya había hecho en 1983 en el circuito catalán de TVE con "Al caliu de la Feliu" lo hizo la Kiro catorce años más tarde.


El programa tuvo un gran éxito y eso propició que se pensara en ella para un talk-show vespertino al estilo de los que se estaban ofreciendo tanto en cadenas nacionales como autonómicas en aquella década. El 16 de marzo de 1998, hace ahora veinte años, se estrenó a las 15.30 h "Tardes con Ana", una producción de la poderosa Gestmusic para TVG (algo poco habitual, normalmente eran y son productoras gallegas las que se encargan de cubrir la programación). El formato no tenía grandes novedades con respecto a la competencia: testimonios sobre un tema, tertulia ("faladoiro" en gallego), participación del público en el plató y más tarde desde casa a través del teléfono, algún invitado popular y un pequeño concurso. Lo que diferenciaba este espacio de otros similares es que Ana no olvidaba aquello que la había hecho famosa: la música. Una orquesta en el estudio acompañaba a la cantante que no tenía ningún problema en interpretar uno o dos de los temas de su discografía por programa. 


La primera temporada alcanzó cuotas del 18% de share, levantando las tardes de la Galega a niveles desconocidos hasta entonces. Cuatroaños estuvo en antena y fue introduciendo cambios poco a poco. Si al principio Ana se enfrentaba a las más de horas de duración prácticamente en solitario, a partir de la segunda temporada se la rodeó de colaboradores que la apoyaban, sobre todo en las secciones de actualidad, y el concurso pasó a manos de Carlos Roma, joven comunicador que provenía de la Radio Galega. Este fichaje, según se cuenta, fue idea de la propio Kiro a la que "el chico" le hacía mucha gracia. Por cierto, si preguntan a un gallego como se registraban los aciertos del concurso es muy probable que responda con una sonrisa: "¡con Kiropuntos!".


Aunque el espacio fue perdiendo fuerza con los años, la audiencia seguía siendo más que interesante para una cadena regional así que el anuncio del final fue toda una sorpresa. La propia estrella aclaró que necesitaba un descanso. Y lo tuvo durante un año. Los intentos de sustituirla en la franja no funcionaron y la cadena recurrió de nuevo a ella en 2002 con "Que boa tarde!", un programa que ya estaba en marcha sin éxito. Kiro consiguió que los índices subieran pero aquel no era un formato pensado para ella y se notaba que no estaba cómoda. Unos meses después y por desacuerdos con la dirección renunció y Yolanda Vázquez la sustituyó. 
   Ana Kiro abandonó la presentación de programas y probó con la interpretación en 2004 protagonizando su propia serie, "A miña sogra máis eu", en la Galega también, claro. No tuvo éxito y poco a poco se retiró de la vida pública hasta que anunció que tenía cáncer. Falleció en 2010 pero todavía hoy la que fue su televisión sigue dedicándole homenajes y hace unos meses se inauguraba una estatua en su honor en su localidad natal, Arzúa. 

José María Íñigo, el bigote que modernizó la tele

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El anuncio de que este año José María Íñigo no retransmitiría Eurovisión causó sorpresa pero aún más llamativo fue que el propio comunicador aclarara que fue él mismo quien decidió renunciar a la tarea. A eso se sumaba un evidente cambio físico en sus recorridos gastronómicos en "Aquí la tierra" y sus intermitentes ausencias del programa del fin de semana de RNE "No es un día cualquiera". Precisamente ha sido la directora Pepa Fernández quien ha informado esta mañana del fallecimiento de su "maestro, amigo y cómplice". 


La primera vez que lo vimos en un programa de televisión fue en un invento de Pedro Olea e Iván Zulueta emitido en la UHF en 1968 con el poderoso título de "Último grito". Aquello era lo más revolucionario que se podía ver en una pacata televisión, los grupos más modernos eran presentados a la audiencia juvenil que lo seguía casi a escondidas de una manera totalmente rompedora. Aquella primera experiencia ante las cámaras, tras una larga etapa en la radio que incluso le llevó a "la BBC de Londres", fue premonitoria: sus siguientes programas fueron agitadores de fórmulas anquilosadas.


Podemos obviar su siguiente programa, "Ritmo 70", porque fue simplemente un paso previo sin apenas repercusión pero que le permitió practicar en un plató porque su anterior proyecto se grababa en formato cine y en localizaciones. "Estudio Abierto" fue su verdadero bautismo para el público general... y eso que se emitía en la por entonces (eso no ha cambiado mucho) marginal Segunda Cadena. Nunca la UHF había tenido tanta audiencia y posiblemente nunca más la tuvo. Se calcula que en aquellos primeros setenta alcanzó la increíble cifra de los 15 millones de espectadores y eso que ni siquiera se podía ver en todo el territorio nacional. Él fue quien trajo a España un formato clásico de la tele mundial, el talk show. Entrevistas y música, nada más... y nada menos. Lo importante era cómo hacerlo y el bilbaíno supo encontrar el punto perfecto de cocción. Aunque las nuevas generaciones puedan encontrarlo muy sobrio al revisar las viejas grabaciones en la web ArchivoRTVE hay que ponerlo en contexto. Era la primera vez que en un estudio de TVE se unían en un mismo espacio famosos con anónimos y estos eran mucho más naturales que los primeros. Eso, señores, se hacía en directo y en esos días te ponían una multa o te suspendían de empleo y sueldo a la mínima.


A Íñigo eso le afectaba lo justo, forzó la máquina hasta la máxima potencia, engañó continuamente al censor y se hacía el ingenuo cuando algo se salía de madre. A pesar de los "disgustos" que ocasionaba a los jefes con tanta libertad autoconcedida (pero conociendo muy bien los límites que no podía cruzar), enseguida se hizo evidente que había nacido una estrella. Hubo un "ascenso" a primera división con "Hoy 14.15", un magazine matinal previo al TD1, también en directo pero ya en la 1. Funcionó y le dieron el prime-time de los sábados en 1975, "Directísimo". Sólamente una temporada en antena sirvió para pasar al ideario colectivo. El día que Uri Geller dobló cucharas y arregló a distancia miles de relojes en todo el país supuso un hito para la historia de TVE. Por cierto, ese programa no se conserva, las imágenes que hemos visto mil y una veces son de un informativo. 


En sus programas siempre había famosos, de hecho, consiguió llevar al Estudio 1 de Prado del Rey a los más populares y prestigiosos actores, escritores, cantantes y hasta astronautas del mundo entero. Por primera vez el español medio podía ver en directo a personajes de renombre internacional y algunos hasta chapurreaban en español para deleite de todos. La lista es interminable así que mejor no citar a nadie pero es muy posible que si piensas en alguien importante de los últimos 50 años haya sido entrevistado por José María. 


Su siguiente proyecto fue también una innovación total. Sacó las cámaras de la comodidad del plató a la sala de fiestas Florida Park del Retiro madrileño para montar un espectáculo de variedades en el que no se sabía si eran mejor mirar al escenario o a las mesas del público. Cada martes se congregaba allí la "beautiful people" para disfrutar de la música, la magia y el humor más populares en 1976/77 o para arropar a su hijo en su debut televisivo, caso de Lucía Bosé y su ex marido Dominguín reunidos para morbo de la audiencia para ver a su hijo Miguel cantando. Allí pasó de todo, desde que Lola Flores perdiera un pendiente a que un torero se liara a bofetadas con los que había por allí indignado por una actuación de Raffaella Carrà que él consideraba una burla al flamenco. Por cierto, no era la primera vez que en uno de sus programas, un matador la montara gorda. El año anterior, en "Directísimo", Sebastián Palomo Linares y Paco Camino terminaron en comisaría tras un enfrentamiento ante las cámaras.


En esa época comenzó su colaboración con Hispano América. Su programa se emitía en varios países de EE.UU., Centro América y Sudamérica y además viajaba cada semana a Puerto Rico para presentar allí "Estudio 2" en el Canal 2 de Telemundo. En 1978 dio un paso más en su carrera al encargarse de la larga tarde del domingo con "Fantástico", un ómnibus en directo, cómo no, que duraba horas y horas y que se mantuvo cuatro años en emisión. Y después, vuelta a su formato más popular, "Estudio Abierto" en una nueva etapa ochentera que dio una vez más en la diana y que le afianzó como uno de los presentadores más populares. Pero no se acomodó, implantó algunas novedades a la vieja fórmula, la más impactante en el momento fue la incorporación de las preguntas de los espectadores a través del teléfono... sin censura. El invento nos dejó momentos impagables como la cara de Rocío Jurado al escuchar que una señora le decía que "a veces parece tontita". Mención aparte merece su afeitado de bigote, del que ya hemos hablado aquí. 


Íñigo también fue un pionero de los autonómicas, tuvo su propio programa a mediados de los ochenta en una primitiva ETB. El porqué fue apartado de la primera línea es un tema un tanto oscuro. Tuvo que ser precisamente en plena libertad democrática (o eso parecía) cuando le prohibieron, por ejemplo, un debate entre el fachoso Blas Piñar y el comunista Santiago Carrillo que ambos habían aceptado mantener ante las cámaras. Ser de Bilbao marca carácter y eso ayudó a que supiera reconvertirse. Aunque tuvimos que esperar a 1993 para verlo de nuevo a nivel nacional con las mañanas de Telecinco y después en Antena 3, dedicó esos años a escribir libros, editar revistas sobre viajes y gastronomía y presentar mil y un proyectos a varias cadenas. 


La radio volvió a su vida y se convirtió en la mano derecha ante el micrófono de Pepa Fernández durante lustros. Su aparición como invitado en la nueva década en "El Show de Flo" demostró que aún estaba en forma y en 2003 copresentó con Jesús Vázquez "Vivo cantando" en Telecinco. Al año siguiente regresó a la pública con "Carta de ajuste", una revisitación a sus clásicos programas de entrevistas pero con un puntito más canalla y un toque nostálgico muy autocrítico. 


En 2006 apareció con la cabeza totalmente descubierta en "Supervivientes: Perdidos en el Caribe" encargándose de la parte de la Isla, parece ser que a petición de Jesús Vázquez que presentaba desde plató. De nuevo sorprendía a sus seguidores, no había registro que no fuera capaz de asumir. También regresó a las autonómicas en 2012, en concreto a la Castilla -La Mancha y lo veíamos en "¡Qué tiempo tan feliz!" junto a la Campos por citar sólo dos de sus últimos trabajos ante las cámaras. 


Con José María Íñigo se va un rebelde, un innovador, un entrañable gruñón pero sobre todo, un profesional honesto que en una época en la que la tele era en blanco y negro consiguió sacarle los colores. Él, siempre tan realista y pragmático, decía que uno en la tele vale lo que su último programa. No, maestro, usted vale mucho más.



II Festival de la Canción Española, la selección Eurovisiva de 1970

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Mucho antes de que "Operación Triunfo" fuera el programa del que saldría el representante de nuestro país en Eurovisión, incluso antes del famoso "Pasaporte a Dublín", aquel programa repleto de estrellonas de la época del que se escogió a Karina en 1971, ya había otros espacios que seleccionaban a los cantantes o grupos para este certamen musical europeo. En 1970, tras dos años ganando el encuentro (aunque el año anterior fuera por cuádruple empate), TVE organizaba el II Festival de la Canción Española para designar candidato. 


Entre el 12 y el 13 de febrero, en dos galas consecutivas, se presentaron veinte temas de los que diez participarían en la gran final del sábado 14. Tras esa última presentación de las canciones a concurso, una breve pausa para el informativo "24 horas" que finalizaría con una conexión desde la entrada a la sala en la que el periodista Joan Lluch (aunque en aquella época era renombrado como Juan) entrevistaba a tres ganadoras de Eurovisión, una imagen inusual y con cierto morbo. Allí estaban Gigliola Cinquetti, Massiel y Salomé, faltaba una cuarta invitada de la noche, Sandie Shaw que no sé si se había perdido entre bambalinas o quizás ni siquiera se pensó en charlar con ella porque no hablaba español. 


"El suntuoso marco" (tal como rezaban las crónicas de la época) para esta selección era el Palacio Nacional de Montjuic en Barcelona. El programa estaba dirigido, cómo no, por un experto en estas lides, Artur Kaps. Él había comandado tanto en el escenario como desde el control de realización programas como "Amigos del lunes" de enorme éxito en los 60 y también varias preselecciones eurovisivas. Además, sus excelentes contactos con estrellas internacionales propiciaron este encuentro de vencedoras del Festival que fue una auténtica exclusiva en toda Europa. 


Y si Kaps era la elección lógica para dirigir, Laura Valenzuela y Joaquín Prat lo eran para presentar. Ella había brillado en 1969 conduciendo el Festival de Eurovisión desde el Teatro Real y ambos eran la pareja de moda gracias al popularísimo "Galas del Sábado". Además, teniendo en cuenta que esta final se emitía precisamente ese día de la semana, se mantenía una cierta estabilidad con la parrilla habitual hasta el punto de que su despedida fue "hasta la próxima semana". 


Entre los participantes de las jornadas del jueves y el viernes encontramos una lista más que interesante con cantantes de fama como Nino Bravo, Cristina (sin los Stop), Voces Amigas o Rosalía y otros totalmente desconocidos aunque más tarde triunfarían en otro ámbito, me refiero al humorista Eugenio y su esposa por entonces, que cantaron como dúo (ya hemos hablado aquí del asunto). El fin de fiesta del viernes estuvo amenizado por la orquesta de RTVE dirigida por el prestigioso Frank Pourcel y también por la actuación de la siempre enérgica Rita Pavone. Pero los fuegos artificiales se reservaron para la última jornada. Las cuatro mujeres triunfadoras de años anteriores interpretaron las canciones ganadoras pero también otras de su repertorio más reciente, toda una promoción ante millones de espectadores.


Un espectáculo exclusivo que servía de intermedio para que los quince jurados provinciales de las emisoras de RNE contabilizaran sus votos. Y no era cosa fácil, sin entrar a juzgar el nivel de los temas presentados, cada uno de ellos había sido defendido por dos cantantes para que así (teóricamente) se pudiera decidir si la canción era buena independientemente de su intérprete. Esto podía llevar a una situación incómoda: que fuera seleccionada una composición pero no su autor si este era además el cantante. 


Y justamente eso es lo que podía suceder con la canción favorita desde el principio, "Gwendolyne" compuesta por Julio Iglesias que fue entonada por el propio Iglesias y por la francesa de origen armenio Rosy Armen. Los votos lo dejaron claro, fue la vencedora por amplísima mayoría y dos de las canciones ni siquiera obtuvieron puntos. Entre los cantantes de aquella final estaban dos que años después sí participarían en Eurovisión, Jaime Morey y el grupo Mocedades. 


Julio Iglesias acudiría a la cita en Amsterdam el 21 de marzo de aquel año y quedó en un meritorio cuarto puesto empatado con Francia y Suiza. La ganadora fue Irlanda con una jovencísima Dana y su "All Kinds of Everything". Para el cantante español, según él mismo ha comentado en varias ocasiones, fue una extraordinaria oportunidad y el inicio de una carrera internacional de la que no hace falta contar mucho más.


Antonio Mercero, el creador de emociones

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Hablar de Mercero es hablar de televisión con emociones, de retratos de una infancia idílica que quizás nunca existió, de un pueblo en el que todos quieren ayudarse, del miedo a una sociedad que se aísla y pierde la perspectiva, de la preocupación por el devenir de la humanidad y su pérdida de valores. Antonio Mercero falleció ayer aunque ya hacía años que había dejado de estar en este mundo por culpa del Alzheimer. La huella que deja en televisión es indeleble, para empezar sigue ostentando un honor exclusivo hasta ahora: es el único director español que ha conseguido un Emmy Internacional por su mediometraje "La cabina". Pero no sólo eso, las estanterias de Prado del Rey tienen unos cuantos galardones europeos como la Ninfa de Oro gracias a este vasco que hace sólo una semana cumplía los 82 años. Junto a Chicho y Lazarov fue uno de los más activos realizadores en la famosa Operación Premio que pretendía ganar prestigio para TVE en una época en la que el franquismo pesaba demasiado en la imagen que Europa tenía de nuestro país. 


Hijo único de una viuda, se licenció en Derecho pero nunca ejerció. Una vez finalizada la carrera que su madre quería, decidió cumplir su sueño de dedicarse a lo que realmente le apasionaba y se apuntó a los cursos de cine que se ofrecían en la única escuela que existía por entonces que recibía el pomposo nombre de Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas. A pesar de que consigue varios reconocimientos con sus cortometrajes y con su proyecto fin de carrera, no tuvo la suerte que esperaba con la industria, lo que le llevó a descubrir el que sería el medio en el que se encontraría más libre. Así lo contaba en 1976: "Empecé a hacer televisión por razones profesiones y subsistenciales. Yo, en 1963 hice una película que se llamaba "Se necesita chico", un filme de humor, que pasó sin pena ni gloria. La crítica me la puso bien pero a nivel popular no funcionó, no tenía actores conocidos, estuvo hecha de una forma muy franciscana. Yo seguí mi lucha intentando hacer cine, escribiendo guiones, moviéndome entra las productoras... pero no salía esa película que yo tenía en mente. Entonces en el 66 o en el 67, cuando empezó a funcionar la Segunda Cadena, me llamaron para hacer documentales, a la vista de que no había manera de hacer nada en el cine y había que vivir, me puse a hacer televisión. Vamos, en realidad lo que hacíamos era cine. Hacía documentales de la serie "Víspera de nuestro tiempo", "Los históricos del balompié", "Fiesta", "Luz Verde"... ".



Tuvo que esperar unos años para que le dieran la oportunidad de dirigir ficción: "En el 69, con "Simposio para la paz", que fue un programa de 16 mm. en blanco y negro con una idea de Pérez Calderón en la que yo colaboré porque escribimos juntos el guión. Fue a Montecarlo y le dieron una especie de premio, una mención de la UNDA, creo. Después yo seguí con mi lucha por hacer cine, en el fondo, creo, todos tenemos una gran vocación, una tremenda pasión por el cine, pero no salían las cosas. Estuve a punto de hacer una película con Tip y Coll, "La garbanza negra, que en paz descanse". Colaboré en el guión incluso, pero, por una serie de razones, por esas extrañas faenas que hace la gente en el cine, terminé por no hacerla. Me quedé en blanco y, justo en ese momento, me cogieron para hacer el piloto de "Crónicas de un pueblo" (...) Yo era consciente de que era un programa oficial, legalista, planteado desde las altas esferas... pero yo lo cogí como una especie de práctica profesional (...) Intenté durante toda la serie desoficializarla todo lo que pude, a base de meter ternura y humor... Esa fue mi labor".


Con "Crónicas de un pueblo" consigue el éxito popular con mayúsculas, lo que era un regalo envenenado, un marrón para cualquier autor, se convierte en su gran plataforma. Y no sólo como director sino también como actor aficionado puesto que se reservó el papel de cura. Gracias al éxito y a su buen hacer introduciendo el Fuero de los Españoles con una cucharada de azúcar, los jefazos le permiten tantear otros géneros y así surge "La cabina" que en realidad nació como un gag sin desarrollar y después formaría parte de una idea que pergeñaba junto a José Luis Garci para una serie de ciencia ficción y misterio con el título provisional de "13 pasos por lo insólito". De esa antología nunca producida rescatarían también el guión de "La Gioconda está triste", otro de esos telefilmes que dejaban al espectador pensativo. Con estos programas especiales, el director podía ensayar  nuevas fórmulas y permitirse lujos como rodar un musical como "Don Juan", uno de sus trabajos favoritos, o un drama generacional como "La noche del licenciado", que en cierto modo era su propia historia. "Televisión tiene unos límites, marcados por el hecho de que es un aparatito que está en todos los hogares españoles, sabes que hay ciertos temas que no se pueden tocar. Pero partiendo de eso, hay mucho campo para hacer y experimentar. Televisión, una vez aprobado el guión, te da una absoluta libertad para todo lo demás: buscar actores, contar las cosas como tú quieras... Eso no lo tienes en el cine. Yo, por ejemplo, "La cabina" jamás podría haberla hecho en medio" decía en una entrevista en "TeleRadio". 



Mercero fue un Guadiana televisivo, siempre que tenía la oportunidad dirigía una película y con algunas tuvo un enorme éxito, pero al final siempre volvía a la tele. Su independencia era proverbial, fue un director popular en ambos medios pero siempre iba por libre, incluso cuando a mediados de los setenta se especuló con una reforma en TVE para hacer fijos a los colaboradores veteranos: "Por estas cosas de los contratos laborales se ha planteado la posibilidad de que, teniendo en cuenta los años que llevamos trabajando, podamos ser hombres de plantilla, de horario y sueldo fijo y hacer los programas que sean. A mí me da la sensación, y que conste que respeto la opinión contraria, de que es convertirnos un poco en oficinistas y lo apasionante de nuestro trabajo es esa sensación de libertad. No sé, no lo veo claro y me preocupa. Por eso he preferido mantener la libertad y seguir haciendo los programas que pueda. De todas formas, los que mantenemos esta postura somos minoría porque los otros son casi un 90 o 95%. Lo que sí creo es que los que lo piden tienen todos los derechos laborales a su favor. Pero a mí no me interesa" explicaba en 1976. 


Gracias a esa independencia podía presentar proyectos en televisión que le interesaban por una u otra razón . De sus series y especiales entresacamos sin demasiada dificultad sus intereses vitales: preocupación por la infancia, por la ecología, por una sociedad ajena a los problemas de sus vecinos... En "Los pajaritos" conocemos a dos viejecillos que intentan salvar a dos aves en una ciudad dominada por la polución. En "La Gioconda..." la humanidad ha perdido la capacidad de sonreír, en "La noche del licenciado" el protagonista quiere abandonar un futuro prometedor para dedicarse a hacer feliz a la gente, en "La cabina" un individuo se queda atrapado y nadie puede (o quiere) ayudarle lo cual le hace sentirse aún más abandonado, algo similar sucede en "La habitación blanca" (su último trabajo en TVE), en "El pueblo sumergido" se hace un canto a la ecología, que también se repetirá (incluso con María Garralón como amiga de los niños) en varios capítulos de "Verano azul", en muchos episodios de "Farmacia de Guardia" aparecen personajes desvalidos, solos en la vida, pero que son protegidos por sus vecinos, como la desmemoriada doña Paquita... y así podríamos seguir buscando hilos invisibles pero evidentes en toda su obra. 


Quizás su serie más realista y combativa sea "Turno de oficio", emitida originalmente en la 2 y postergada por lo tanto a una audiencia minoritaria, se aupó en los primeros puestos de audiencia con temas como la violencia de género o la drogadicción. Si en "Verano Azul" había tratado por primera vez en una serie familiar de nuestra tele asuntos de alcance pero con cierto disimulo, en esta se empleó a fondo. Además, hizo de Irene Gutiérrez Caba un trasunto de su madre y de Juan Echanove un sosias de lo que, quizás, él habría sido como abogado, doble homenaje. En 1979 contaba que cuando anunció que nunca se dedicaría a las leyes: "Hubo una cierta decepción de mi madre, ilusiones que se vienen abajo. Pero ella supo comprender y aceptar. El balance hoy es positivo, absolutamente. Y eso sin hacer abstracción de los malos tiempos, de las rachas en las que tuve que ir de productora en productora, con mis guiones bajo el brazo, sin encontrar un hueco, machacado. Y eso que no entraba dinero y los hijos iban llegando sino porque llegas a cuestionar tu propia valía. Es muy fácil pensar, en esas circunstancias: "Soy un imbécil, un incapaz. ¿Qué es lo que estoy intentando? Esto no es lo mío. Me equivocado". Bueno, pues a pesar de todo eso el balance es rotundamente positivo". No es para menos. Mercero tocó la fibra del público como pocos han sabido hacerlo. Además, se rodeó de un equipo que le entendía y con el que se complementaba a la perfección. Uno de sus colaboradores más recurrente, el guionista Horacio Valcárcel, falleció la semana pasada. Ambos escribieron algunas de las páginas más brillantes de la tele patria y Antonio, el gran Antonio, supo insuflarles vida con la cámara. 

Estravagario

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En 1958 Pablo Neruda publicó su poemario "Estravagario". El famoso poeta chileno había nacido en 1904 y 100 años después TVE estrenaba un nuevo programa literario en la 2 para sustituir al veterano "Negro sobre Blanco" de Fernando Sánchez Dragó que llevaba siete años en antena. Para conmemorar el centenario del nacimiento del autor de "Veinte poemas de amor y una canción desesperada" se decide usar ese término de su invención para bautizar al nuevo espacio.


La idea fue de su director y presentador, Javier Rioyo, guionista, escritor y colaborador radiofónico y periodístico en medios como "El País" o la SER (que no es decir lo mismo aunque ambos pertenezcan al mismo grupo). Sus crónicas literarias en el "Hoy por hoy" de Gabilondo fueron excelente entrenamiento para este nuevo programa que pretendía revitalizar el formato (quizás un poco básico y anquilosado) de Dragó. 



En realidad, los cambios fueron más bien estéticos y de ritmo, la fórmula estaba inventada desde hacía años, muchos años, y poco había cambiado desde los tiempos de "Encuentros con las letras", lo importante era la pasión y la profundidad o superficialidad con la que se tratara el tema. "Estravagario" mantenía el esquema básico: entrevista con un autor con libro nuevo en cartera en un decorado, eso sí, mucho más luminoso y moderno que el que venía mostrando en sus últimas temporadas "Negro sobre blanco" pero tampoco en esto se innovaba mucho: los libros eran el atrezzo protagonista, volúmenes de mentira combinados a la perfección por su cromatismo. 


La segunda parte tenía una tertulia como base con tres o cuatro invitados relacionados directa o indirectamente con el mundo editorial o la literatura. Desde esa "mesa redonda" (como concepto, porque ya veis que la mesa era rectangular) se daba paso a varias secciones como "La biblioteca de...", "El tiempo recobrado" (un reportaje sobre un autor generalmente ya fallecido) o "Las listas" que eran elaboradas con las votaciones de los espectadores. La música también tenía cabida en este programa y aunque la sintonía era una composición de Frederic Mompou en una versión al piano de Rosa Torres, también se creó un tema específico con el mismo título escrito por Luis García Montero, Benjamín Prado, Felipe Benítez Reyes y Joaquín Sabina que musicó esa letra y la interpretó. La canción se estrenó en el primer programa y el cantautor ya aprovechó para quedarse al debate. 


Hubo muchas promesas desde el principio, cuando se anunció su emisión se hablaba de darle todos los medios de un programa de prime-time y se aseguraba que comenzaría a las 22 h. Eso no se cumplió ni siquiera en la primera semana, aquel 4 de octubre de 2004 comenzó a las 23.30 h. Durante los tres años que estuvo en la 2 su horario fue retrasándose hasta llegar en alguna ocasión a las dos de la madrugada. En agosto de 2007 parte del equipo estaba trabajando para renovarse en la siguiente temporada que comenzaría en septiembre, con un programa más pegado al público y a las novedades, más moderno. Se le había adjudicado un huevo horario, los domingos de 19 a 20 h y eso obligaba a ciertos cambios, entre ellos, "abrirlo a públicos más amplios" en busca de una mayor audiencia. El día 4 de ese mes se hizo pública la cancelación del programa y fue el propio Rioyo quien explicó que había sido por teléfono y mostró su enfado y decepción públicamente. Por entonces la directiva de la cadena ya le había buscado sucesor, "Página 2" que sigue en la parrilla. 

María Garralón, de un Verano Azul a una Farmacia de Guardia

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El título de este post es llamativo pero excluyente, lo reconozco. En cada trabajo televisivo del recientemente fallecido Antonio Mercero había una presencia constante. Prácticamente en todas sus series y mediometrajes aparece una actriz a la que sería precisamente él quien le daría la oportunidad de demostrar su versatilidad. Hablar del Mercero televisivo supone hablar, inevitablemente, de María Garralón. Aunque sólo fuera por aquel precioso pero difícil papel de Julia en "Verano Azul" ya merecería la pena comentar la complicidad entre ambos pero si repasamos su carrera nos daremos cuenta de que esa química tuvo que ser inmediata y desde ahí se inició una de las relaciones profesionales más estables (y bellas) de nuestro panorama audiovisual... aunque quizás sea una de las menos comentadas.


Desde el principio la carrera de María está asociada a la de este entrañable creador de emociones. Su primer crédito (lo que no significa que fuera su primer papel) es en una obra de Mercero, "Los pajaritos" en 1974. Y ese mismo año también apareció en otro de aquellos geniales mediometrajes que se realizaban para competir en festivales televisivos internacionales, "Don Juan", en la foto es la segunda empezando por la derecha, junto a otra jovencísima actriz que todavía estaba empezando pero ya era una musa del cortometraje español, Carmen Maura. Por supuesto, este trabajo también tenía firma merceriana. 


Muy contento debió quedar el director porque el siguiente año contó de nuevo con ella en dos trabajos distintos. El primero,  la película "Manchas de sangre en coche nuevo", que estaba protagonizada por José Luis López Vázquez, actor principal de "Este señor de negro", el segundo proyecto en el que colaborarían los tres en la misma temporada.  Esta vez María tenía ya un papel más importante, de hecho era un rol fijo y con cierta enjundia, la empleada de la joyería del señor del título. El personaje pasó a la historia en un memorable capítulo como la primera soltera embarazada de nuestra tele.


En 1979 se inicia el rodaje de una de las series más populares de todos los tiempos. Era un proyecto de Mercero y esta vez se había reservado para María un papel muy especial. La serie, por supuesto, era "Verano Azul" y ella era Julia, una mujer con una historia de superación (no quiero hacer spoilers, no sea que alguien TODAVÍA no la haya visto) que se convierte en la amiga y cómplice de aquellos chavales que veraneaban en Nerja. Su emisión en la temporada 1981-82 fue todo un acontecimiento que debería haber convertido a a la actriz en una estrella... pero no fue así. A pesar de haber intervenido en decenas de dramáticos (únicos o seriados) de todos los géneros, María no ha alcanzado la categoría de prima donna, ni falta que le hace porque pertenece a ese grupo excepcional de secundarios (o actores de reparto, que suena mejor) que hacen grandes sus intervenciones por pequeñas que sean. 


En 1983 Mercero y Garralón volvieron a unirse en un mediometraje con ecos "veranoazulianos" del que hablaremos próximamente, "El pueblo sumergido", una peliculita pensada para el público infantil y que formaba parte de una iniciativa europea. Aquí se unían dos variables habituales en el trabajo de Mercero: la ecología y, cómo no, María que a estas alturas ya era integrante fija de sus repartos. 


Y como tal, era lógico que en el regreso del realizador a TVE tras una etapa cinematográfica ella también reapareciera. Fue en 1986 y para la Segunda Cadena con "Turno de oficio", una de las series más comprometidas de la época. Confío en su amiga para un papel complicado. María aceptó el reto y aprovechó la ocasión para demostrar que dominaba el drama tanto como la comedia. De nuevo asumía un rol inédito hasta esa fecha, el de una mujer maltratada por su marido que finalmente se atrevía a denunciarlo. 
   En 1991 Mercero dirigía su primer trabajo para una televisión privada, Antena 3 y, qué sorpresa, Garralón tendría papel fijo en "Farmacia de Guardia", ¿quien no recuerda a la agente de la policía María de la Encarnación y su "para dentro, Romerales"? Era un personaje nada dulce, muy lejana quedaba aquella Julia de veraneo en Málaga, sabía adaptarse a géneros y ritmos bien distintos.
   Hace unos días vimos como la actriz acudía al tanatorio donde se velaba el cadáver de su amigo. Era evidente el dolor que le había causado la noticia. Y no es para menos, posiblemente ningún director ha cuidado de ella tanto como Mercero lo hizo durante más de tres décadas.  

Teledomingo, 1963

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En octubre de 1963 se inició un formato que después se convertiría en habitual durante los setenta, el ómnibus, un largo programa de fin de semana con un montón de pequeños espacios unidos entre sí por un equipo de presentadores. Este balbuceante comienzo en una TVE todavía muy limitada en cuanto a medios y cobertura nacional recibió el nombre de "Teledomingo" con la referencia ineludible (pero no reconocida) del "Tele-dimanche" de la cadena francesa ORTF que había empezado su larga andadura en 1959. La idea era simple: unir espectáculo (lo que entonces se llamaba "variedades") y fútbol. Ese sería el formato básico de los títulos que en la década siguiente llenarían las tardes del final de la semana: "Siempre en domingo", "Tarde para todos" y "Todo es posible en domingo" y también del breve precedente que abrió de nuevo la barrera para todos ellos en 1969: "Fórmula Todo" (renombrado a las pocas semanas como "Todo"). El director- realizador y guionista principal sería Fernando García de la Vega que triunfaba a lo loco con "Escala en HI-FI", programa que ahora se incluiría dentro de este macro-espacio. En realidad esa era la base del invento, se contrató a cinco nuevas "Chicas Hi-Fi" (también llamadas "Tele-Guapas") y se reforzaba el musical con dos ballets e incluso la aparición de "primeras figuras de la canción", lo que se distanciaba de la idea original de usar el play-back con actores para cubrir la ausencia de los intérpretes originales. Todo fuera por darle nuevos aires a un formato que ya llevaba dos años en antena. 


Además habría un HI-FI Hit, una lista elaborada por los propios espectadores de sus canciones favoritas (¿quizás el primer hit-parade televisivo? según mis datos sí), los Payasos HI-FI (que presumían de ser un versión mucho más moderna del clásico clown) y un noticiario musical. Y por si todo esto fuera poco regresaba a los estudios de TVE tras ocho meses de obligado reposo el actor Pablo Sanz, primer presentador de Escala y que aquí volvería a ejercer de conductor del show tras haberse centrado en su faceta como intérprete en las temporadas anteriores. 
   Además, José Luis Coll se encargaba de escribir una serie de sketches titulada "El hombre ideal" que más adelante sería sustituida por "Teatro Popular" (donde se representaron obras como "La tonta del bote"), un concurso desde Barcelona realizado por Eugenio Pena, las intervenciones de Topo Gigio, que se presentaba como la mascota del programa, y la información deportiva en una serie de cortos flashes con los resultados futbolísticos de la jornada. Decía su creador que pretendía que el espectador se reuniera con amigos ante el televisor: "es un programa para verlo y comentarlo en grupos, una especie de "amigos de HI-FI", pequeños clubs de gente joven o no que aprovecharán las tardes dominicales para reunirse ante el televisor con un motivo: Teledomingo". Se emitiría de 20.30 a 22.15 h. Todo eran buenas intenciones pero los críticos sólo destacaron "los nervios, el desbarajuste y la improvisación y otros muchos defectos que dinamitan el propósito original" (Baget-Herms en su "Historia de TVE"). Si eso fuera poco, periódicamente era suprimido o reducido por las retransmisiones futboleras así que tanto esfuerzo por hacer un programa de ciento quince minutos (todo un alarde en la época) en directo no merecía la pena. En enero de 1964 desapareció de la parrilla pero "Escala en HI-FI" permaneció unos cuantos años más en la parrilla. 

El español y los siete pecados capitales

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¿Cómo pecan los españoles? ¿Cuál es la relación entre el españolito medio y las infracciones graves contra la fe católica? ¿Somos, por ejemplo, más envidiosos que los ingleses pero tenemos menos gula que los franceses? Algo así se había planteado en 1970 el historiador y escritor Fernando Díaz-Plaja con una reflexión seria pero bajo una forma que no se alejaba demasiado de la ironía. Diez años más tarde se presentaba a bombo y platillo (portadas en TeleRadio y TP incluidas) una serie de televisión basada libremente en aquel texto. Sería el viernes 24 de octubre de 1980 a las 21.30 h cuando se emitiera el primer capítulo de una serie de siete. La soberbia ocuparía las dos primeras semanas (se ve que es el más grave de nuestros defectos) mientras que la avaricia y la gula compartirían la media hora de duración de la tercera entrega.


Dos actores muy reconocidos por el público que en aquel momento formaban pareja cómica en cine y teatro, Juanjo Menéndez y Jesús Puente, serían los protagonistas de esta serie que había sido adaptada para televisión por el guionista Juan Miguel Lamet que años más tarde se haría popular para el público de la 2 gracias a sus habituales colaboraciones como sabio contertulio en "¡Qué grande es el cine!" aquella escuela para ver películas dirigida por José Luis Garci. Un bregado director cinematográfico sería el que pondría imágenes a aquel guión, José María Forqué que, curiosamente, sólo había tenido una puntual contribución a TVE anteriormente, "El sombrerito" en 1970 y basada en un texto de Antonio Gala, premio en Montecarlo por cierto. Entre el elenco de 30 actores contratado destacaba un tercero que junto a los citados tenía un papel fijo, Rafael Alonso


Cada episodio se introducía con la conferencia de Don Marcelino Fernández Carballo (Puente) encargada por el director de un centro cultural, Margallo (Menéndez), viejo amigo con el que ahora tiene una difícil convivencia porque la sana rivalidad con la que comenzó su relación se ha ido tiñendo con los años de una amargura que la ha mutado en continua competición. Alonso interpreta a un amigo común que intenta mediar (sin mucho éxito) en sus desavenencias. 


Tres meses y medio tardó en rodarse en formato cine y con profusión de exteriores esta serie que fue producida por una compañía independiente con un presupuesto de 45 millones de pesetas, cifra que en aquel momento se consideró muy ajustada porque se aseguraba que si hubiera sido llevada a cabo por la propia TVE hubiera costado el doble. Este dato se reconocía sin rubor en la nota de prensa oficial, como si ese ahorro no desvelara un sobrecoste exagerado por la propia tele o bien un trabajo muy por debajo de convenio (si es que lo hubiera) por parte de la productora. Decía Forqué de sus protagonistas: "Tanto el uno como el otro hacen un trabajo brillantísimo, lleno de inteligencia. No se trata de un simple papel cómico o de una interpretación normal. Hay que tener en cuenta que a lo largo de la serie interpretan cientos de personajes distintos" y es que la estructura de esta antología se basaba en pequeños sketches que servían para ejemplificar las teorías del orador. A pesar de la publicidad que se dio a este estreno y al indudable atractivo que suponía para la audiencia la pareja Menéndez-Puente no obtuvo el éxito esperado aunque tampoco fue un fracaso. 

Gran Teatro: En Flandes se ha puesto el sol

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En la temporada 1959-60 los dramáticos ocupaban buena parte de la parrilla de una muy incipiente TVE. "Fila Cero" era el programa estrella, el que agrupaba el estreno semanal de una obra representada en directo desde el minúsculo plató del Paseo de la Habana pero se alternaba con otros contenedores como "Teatro de la familia" y breves entremeses bajo distintos apelativos por no hablar de las series de producción propia en antena, "Galería de esposas" y "Palma y don Jaime" entre otras. El 25 de enero del 60 se produce un hito en el devenir del "tele-teatro" español con la inauguración de "Gran Teatro". La revista "TeleRadio" (nº 109) lo dejaba muy claro en el reportaje que informaba del estreno: "Un programa teatral nuevo, distinto a todos los demás que pretende recoger las obras más importantes de la escena universal, bien por su clasicismo, bien por su carácter extraordinariamente significativo." La obra elegida para aquella primera cita era "En Flandes se ha puesto el sol" de Eduardo Marquina "en la que se ensalzan las virtudes heroícas de la raza" afirmaba hinchando pecho 
el periodista (sin firmar) de la publicación. Con una fotografía del ensayo y un titular altisonante se anunciaba esta pieza protagonizada por Guillermo Marín, Luisa Salas, Manuel Díaz Velasco, Manuel Soriano y José María Escuer. 


Un par de semanas después reproducía esta foto de la representación en directo ante las cámaras. Lo cierto es que, más allá del aire triunfalista de la apertura, "Gran Teatro" sí que se convertiría en una cabecera fundamental en la historia de nuestra tele porque por primera vez la duración de una obra superaba los 30 minutos llegando a los 90 en este caso y más adelante incluso a los 100. Es decir, se pasaba de escoger escenas clave del texto elegido y, a ser posible, en un mismo decorado para adaptarlas a un tiempo verdaderamente exiguo a otorgar un espacio en la programación que permitía representarlas con mucha más fidelidad y respetando (o casi) su duración. Además, por primera vez se planteaba un proyecto ambicioso para este género: difundir los textos clásicos y en verso. Como decía Baget en su "Historia de TVE""hasta entonces habían permanecido un tanto relegados a causa de la precipitación con la que se montaban las obras". Eso sí, esto obligaba a tener más ensayos y, por lo tanto, se planteaba como emisión trimestral aunque casi desde el principio fue mensual en su primera temporada y semanal en las dos siguientes. También se dieron cuenta enseguida los jefes de la necesidad de ampliar el número de decorados e, incluso, de grabar algunos bloques en el recién llegado video-tape Ampex para enriquecer los escenarios y permitir cambios temporales y, atención, incorporar exteriores grabados en formato cine (16 mm), cosa que algunos críticos definieron como "soluciones espúreas" porque consideraban que la tele tenía que ser en directo y el celuloide era para las salas y no para las pantallas. Juan Guerrero Zamora fue su director más habitual. Otras versiones memorables de este contenedor fueron "Julio César", "Otelo" y "Edipo" (del que ya hablamos aquí). 


I Festival de Canciones Infantiles

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En 1963 comenzó a celebrarse un concurso que más tarde sería cita anual, el Festival de Canciones Infantiles. Aquella primera ocasión este certamen se incluyó dentro del programa infantil de los domingos "Fiesta con nosotros" presentado y dirigido por un histórico de la radio catalana, Juan Viñas, pionero también de los concursos y espacios para niños en la tele realizada desde Barcelona. Esta sería la primera vez que se organizaba un concurso de cantantes noveles menores de 12 años y a pesar del éxito los jefes de la TVE de entonces no aprovecharon la oportunidad para repetir al año siguiente. Fue en 1967 cuando se retomó esta idea y con un ligero cambio en el nombre (Festival de la Canción Infantil, en singular) se presentó como espacio independiente, con galas de selección y semifinales incluidas. Se mantuvo en antena hasta 1970 y regresó de forma excepcional en el 73.


Pero volviendo a ese primer encuentro que nos ocupa, esta sección de "Fiesta con nosotros" comenzó en marzo y celebró su final en julio. A esa última fase llegaron 6 niños y entre ellos había dos hijas de famosos, una era Rosa que ya había logrado incluso un éxito en las listas de ventas el año anterior con su padre José Guardiola y aquel empalagoso "Di, papá" y la otra era Nuria Montoliu, hija del extraordinario intérprete y compositor de jazz Tele Montoliu y la cantante cubana de boleros Pilar Morales. Sin embargo, ninguna de ellas se alzó con el primer premio. Fue Charito Bartolomé, una niña de 11 años proveniente de Aranda de Duero (Burgos) la que se llevó un viaje a Roma con su padre a gastos pagados donde además se les presentaría al Papa en una audiencia privada, vamos, la ilusión de cualquier niño... Charito siguió presentándose a concursos musicales y participó en varios festivales de moda en la época como el Hispano-Portugués de la Canción del Duero pero su carrera no llegó a despegar profesionalmente. Eso sí, hoy sigue como profesora del Coro de la Iglesia de Santa María de su tierra.

"¿Y quién es él?" entrevistas veraniegas con Mari Pau Domínguez

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En verano de 1994 Mari Pau Domínguez regresaba a TVE tras cuatro años de ausencia y una salida del Ente que había estado teñida de cierta polémica. Su retorno a la pública se producía para dirigir y presentar un programa de entrevistas sólo a hombres, de ahí el título "¿Y quién es él?" rememorando la famosa canción de José Luis Perales. Literatos como Vargas Llosa o Antonio Gala, deportistas como Jorge Valdano, artistas como Nacho Duato o Forges, toreros como Ortega Cano o cantantes como Víctor Manuel acudieron a la llamada de la periodista que se había dado a conocer a nivel nacional primero en el programa de Jesús Hermida "Por la mañana" y poco después en el Telediario.  


Precisamente tras una breve etapa en el TD 3 había "ascendido" a la edición de Fin de Semana en 1990 junto a Francine Gálvez pero pocos meses después decidió aceptar una oferta de Catalunya Ràdio porque se sentía frustrada por su papel de mera presentadora. Aquel abandono saltó a la prensa en plena guerra de fichajes entre cadenas pero Mari Pau intentó restarle importancia y justificar su decisión como un reto profesional. En realidad aquella etapa radiofónica con anuncio de futuro programa en TV3 incluido duró poco porque en 1991 regresó al área de informativos pero esta vez en Telemadrid donde presentó sus Telenoticias hasta 1993. 


"¿Y quién es él?"era un programa pensado inicialmente para el verano (de ahí los cactus del decorado en julio y agosto) pero aguantó en la parrilla hasta mediados de noviembre. Emitido inicialmente los miércoles después de "Sesión de Noche" terminó su andadura los domingos tras "La película de la semana", es decir, en ambos casos bien entrada la medianoche. El formato era sencillo: breve reportaje de presentación, entrevista en profundidad y después tertulia entre el invitado y varias colaboradoras, entre ellas Cayetana Guillén Cuervo, Sol Alonso y Amalia Enríquez. De vez en cuando también había actuación musical. El programa tampoco se libró de la controversia al salir a la luz que en el último momento se había cancelado una entrevista a El Gran Wyoming (sustituido por Juanjo Puigcorbé) para evitar que promocionara su nueva serie en Antena 3. Eran tiempos en los que la relación entre canales era de todo menos cordial. 
   Mari Pau no tuvo continuidad en TVE tras este programa y, de hecho, se quedó un tiempo en barbecho televisivo (no sé si autoimpuesto) hasta que en el 97 regresó a la autonómica madrileña con "La hora de Mari Pau", un programa de testimonios que sustituía a otro espacio similar presentado por Gemma Nierga (que a su vez suplía el hueco dejado por Ana García Lozano tras su fichaje por Telecinco). A Mari Pau la vemos ahora muy habitualmente como contertulia en programas de actualidad demostrando que mantiene esa serenidad que imprimía a todos sus formatos en los noventa. 

Las chicas de hoy en día

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Nada más leer el título de esta serie muchos espectadores que hoy rondan los cuarenta estarán tarareando su pegadiza sintonía, con rap incluido. Una de las composiciones televisivas más recordadas de los noventa obra de Cáelo del Río, Bernardo Fuster y Luis Mendo, los dos últimos fundadores del grupo Suburbano, autores de "La puerta de Alcalá" o "Arde París" y también de la banda sonora de "Makinavaja". Era una época en la que (todavía) las cabeceras duraban un minuto y sus músicas eran fundamentales para adelantar y reafirmar la personalidad de la serie. Y a buena fe que ésta lo consiguió. 


Nuri y Charo, barcelonesa una y sevillana la otra, ambas aspirantes a actriz, se encuentran en el Madrid post-movida, una ciudad todavía viva, luminosa, divertida y, sobre todo, sorprendente. En ese escenario en el que lo inesperado se convierte en cotidiano se hacen amigas a pesar de competir en decenas de castings y de sus caracteres totalmente contrapuestos. Es lo diferente lo que las hace complementarias y por eso sus desventuras (que superan con mucho las aventuras) son tan divertidas incluso ahora, cuando casi han pasado 30 años desde su estreno. 


Carme Conesa como Nuria Rocamora (la rubia) y Diana Peñalver como Charo Baena (la morena) encabezaban un amplio reparto que capítulo a capítulo, hasta completar las dos temporadas, 26 en total, daban brillo a unos guiones atrevidos, chispeantes y muy políticamente incorrectos vistos hoy en día. Por cierto, viva esa incorrección. María Luisa Ponte como propietaria del lujoso pero anticuado piso en el que se alojarían bajo régimen de alquiler y Juan Echanove como su mimado hijo y perpetuo vecino pesado completaban el reparto de fijos pero entre los secundarios y episódicos aparece una pléyade de estrellas del cine patrio como Marisa Paredes, Julieta Serrano, Antonio Resines, Bibi Andersen (ahora Bibiana Fernández) o Florinda Chico. 


Este fue el debut televisivo de un afamado y exitoso director de cine, Fernando Colomo que además también ejercía de productor. La mayoría de los capítulos estaban dirigidos por el propio Colomo pero también estaban tras la cámara otros como Mariano Barroso o Manuel Iborra. Los guiones estaban escritos por el omnipresente Fernando, Joaquín Oristrell (actualmente en "Cuéntame cómo pasó") y Pedro Febrero (detrás de los sketches de Martes y Trece y Cruz y Raya pero también guionista en "Un, dos, tres" o "¿Pero esto qué es?"). Aunque en principio sorprendió que se emitiera en la 2 y no en la Primera, lo cierto es que este trabajo se acercaba más a los predicamentos de la cadena de la inmensa minoría donde desde el 30 de septiembre del 91 a las 21.25 y hasta el 16 de marzo del 92 consiguió aglutinar una excelente audiencia y en sus periódicas reposiciones (incluida una en la Primera) ha mantenido el interés y, lo más importante, sorprendido a una nueva generación que la ha visto tan moderna como el día de su estreno. 

La tenéis completa en rtve.es:

"Vídeos de Primera", lo viral antes de Internet

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Mucho antes de que cualquier vídeo colgado en youtube o una red social se hiciera viral y generara (de forma lenta pero constante) millones de visitas en todo el mundo, existía un programa que, sólo en España, a principios de los noventa tenía unos 4 millones de espectadores de una tacada y si tenemos en cuenta que algunos de sus vídeos ya habían sido emitidos en Japón, EE.UU. y otros países europeos, acumulaban cientos de millones de televidentes en medio mundo. Aquel espacio recibió el nombre en su estreno el 18 de septiembre de 1990 en TVE de "Vídeos de Primera" haciendo un juego de palabras con el nombre de la cadena en la que se difundía. Este formato en el que se reflejaba la faceta más torpe del ser humano (y algunas gracietas de animales también), estaba basado directamente en "America's Funniest Home Videos" de la ABC que, a su vez, se inspiraba en otro japonés de la Tokyo Broadcasing System del que os voy a ahorrar el nombre porque posiblemente, cometería algún error en la transcripción. 
   "Vídeos de Primera" era un programa de vídeos caseros, ni más ni menos, pero se vestía de concurso para animar al televidente a enviar los suyos. Se insistía mucho en que se enviara la cinta original y no una copia porque entonces se perdería calidad. Esto hoy puede sonar a arameo a los millenials así que tendrán que preguntar a sus padres (o incluso a sus abuelos) qué era eso de una vídeo-cámara, qué significa VHS y otras lindezas que aquí nos ocuparían demasiado tiempo. 


En su primera temporada en la ABC fue Bob Saget el presentador, o sea, el protagonista de "Padres forzosos", trabajo que aparecía reflejado en la trama de la propia serie. Aquí se eligió a Alfonso Arús que ya había conducido con éxito en la 2 un concurso absurdo entre familias llamado "La casa por la ventana" (del que hemos hablado aquí) y se había hecho un nombre en la radio humorística y en el circuito catalán de TVE con "Força Barça". Arús no ejercía de simple introductor de los vídeos sino que además narraba, con mucha ironía, lo que sucedía en ellos. Su paso a "primera división televisiva" se saldó con una enorme popularidad que le permitió abandonar el programa a las dos temporadas y en pleno éxito para fichar por Antena 3. Allí presentaría su propio show, "Al ataque", un formato creado por él y su equipo en el que desarrollaba plenamente su peculiar sentido del humor o no tan peculiar en realidad porque en aquellos inicios de la década arrasó. 
   Tras su partida le sucedieron Juan Carlos Martín "Benavides", Mariano 1.85 y Nathalie Seseña (la esposa del Rancio en "La que se avecina") en la temporada 93/94; Bermúdez con Penélope Velasco en 1996 y el trío Asunción Embuena, Alonso Caparrós y Cárdenas en 1996/97 con especiales veraniegos incluidos grabados en exteriores y presentados en bañador (no comment). El éxito de los tropezones videográficos propició la aparición de imitadores más o menos afortunados como "Olé tus vídeos" en las autonómicas (1991-93) o "Vaya fauna" en Antena 3 (1992) centrado en animales. 



Gatos en el tejado

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Manolo Beltrán es un cuarentón famoso por su programa televisivo "El humor es algo maravilloso". Separado desde hace doce años, mantiene una relación más bien distante con sus dos hijos y aparentemente cordial con su ex mujer, casada de nuevo y con un hijo de 8 años fruto de ese matrimonio. Cierto día, Manolo recibe la visita inesperada de su padre, que tres décadas atrás había ido a buscar tabaco para no volver hasta ahora. Ese mismo día le informan del fallecimiento en un accidente de tráfico de su ex y su esposo así que de repente se encuentra con la obligación (al menos moral) de hacerse cargo de sus hijos y del hermanastro de estos que, además, es autista y, por lo tanto, incapaz de mostrar ningún tipo de emoción ante el suceso. Este es el punto de partida de "Gatos en el tejado" una serie dirigida por Alfonso Ungría estrenada el 7 de septiembre de 1988 a las 21.15 h antes del popular contenedor "Viernes Cine". 


Su protagonista es José Sacristán, poco habitual de la tele hasta aquel momento aunque en los 90 protagonizaría un sonado éxito con "¿Quién da la vez?" en Antena 3 (y un sonoro fracaso en la temporada siguiente con  "Éste es mi barrio"). Un extraordinario elenco le acompaña en esta serie de 13 capítulos en el que destaca Alberto Closas como su retornado padre, Emma Cohen en el papel de representante, Gabino Diego y Beatriz Santana como sus hijos, Julieta Serrano como asistente y Ferrán Rañé en el rol de guionista. El jovencísimo Francisco Valero encarnaba al hijastro y compartiría escenas y tramas con Sacristán de mucha ternura. 


Aunque en algún sitio se puede leer que esta es la primera "dramedia" de la ficción española el dato no sólo no es exacto sino que además olvida a otras series tan importantes como "Anillos de oro" o "Segunda enseñanza" (ambas con guión de Ana Diosdado que también fue su protagonista) donde el drama y la comedia se entremezclaban a la perfección, como en la vida real. No obstante, "Gatos en el tejado" es una serie muy destacable por varias razones: el regreso a TVE de Sacristán y Ungría, el guión de Joaquín Oristrell que crea una historia original, divertida pero con un punto realista y además que consiguió familiarizar al espectador con un concepto que después se haría muy popular gracias a "El club de la comedia" pero que entonces era algo totalmente inédito en nuestras pantallas: la stand up comedy, que era la profesión del protagonista. Además fue una de las poquísimas ficciones estrenadas en nuestra tele en 1988, un año especialmente escaso en este género. Fue bien recibida por la crítica y se llevó tres TP de Oro (Mejor serie nacional, actor para Sacristán y actriz para Cohen) y un Fotogramas de Plata para el protagonista además de dos nominaciones para Closas y Rañé. Quizás la breve cosecha tiene algo que ver con tanto galardón, no lo niego, pero lo cierto es que todos ellos realizan un trabajo extraordinario. A pesar de ser la verdadera apuesta de aquella temporada en cuanto a series y que tuvo una audiencia considerable, no ha permanecido en el recuerdo, posiblemente porque no ha sido repuesta. Eso sí, la tenemos al completo en la web del Archivo RTVE. 

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