Hoy es bastante habitual que las estrellas del cine y la TV tengan su propia productora y que su fama sirva de reclamo para vender sus productos pero en los años 60 eran muy pocos actores los que se atrevían a meterse en estos berenjenales. El importante precedente marcado por Charles Chaplin, Douglas Fairbanks, Mary Pickford y David Wark Griffith en 1919 al fundar su propia compañía, United Artists, quizás inspiró a Dick Powell, David Niven, Charles Boyer y Joel McCrea para fundar Four Star Television en 1952. En realidad estos cuatro actores de renombre estaban más imbuidos del espíritu negociador de Desi Arnaz y Lucille Ball que con su Desiluz Productions alcanzarían éxito y cierta independencia. Fue Desiluz la que lanzó "I Love Lucy", protagonizada por ellos mismos, y "Los intocables", por ejemplo.
De Four Star surgieron unas cuantas series muy populares en la década de los cincuenta y en varias, como la antología "Four Star Playhouse" sus fundadores también aparecían como actores, generalmente en rotación. Con esa misma idea surgió en 1964 "The Rogues" protagonizada por los socios Charles Boyer y David Niven. Para completar el elenco se recurrió a Gig Young, Gladys Cooper y Robert Coote, estos dos últimos fueron nominados a los premios Emmy.
Emitida originalmente en la NBC la temporada 1964/65, llegó a TVE unos meses después de su final. Sus 30 capítulos se emitieron los jueves a las 22 h (excepto en fechas señaladas como en Semana Santa) con cierta relevancia a tenor de la hemeroteca. Curiosamente en esa franja sustituía a la serie inglesa "El Santo" con Roger Moore a la que le unía un más que notable parecido en su trama. Si Simon Templar, el Santo, era una mezcla entre detective y ladrón de guante blanco que al estilo de Robin Hood robaba a los ricos para dárselo a los pobres, los Bribones tenían como lema "Honor antes que honestidad".
Estos personajes eran el resultado de la unión de dos familias de estafadores (por definirlos de alguna manera) de rancio abolengo: los Fleming y los Saint Clair que en cierto momento de la historia unieron su sangre. En los 60 estaban desperdigados por el mundo, robando joyas con tanta clase que daba pena denunciarlos. Como Niven y Boyer estaban a tope de trabajo en Hollywood tenían mucha menos presencia que Gig Young, de hecho en la mayoría de los episodios no compartían pantalla y buena parte de sus intervenciones se rodaban allá donde estuvieran trabajando.
La serie fue bien recibida en nuestro país, prueba de ello es su privilegiada ubicación en la parrilla pero no consiguió superar la audiencia de su predecesora en ese lugar, entre otras cosas porque su única temporada en antena impedía una fidelización. Aún así no merecía el olvido en la que hoy se encuentra relegada.