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Pilar Cañada, elegante sobriedad

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Pilar Cañada a mediados de los setenta. Foto @ArchivoRTVE

El pasado 12 de febrero fallecía la locutora y presentadora Pilar Cañada. Durante más de tres décadas formó parte de TVE y cuando se jubiló era una de las poquísimas veteranas que permanecía en la Casa y que había pasado por las sedes del Paseo de la Habana, Prado del Rey y Torrespaña. Quizás nunca fue una estrella pero adquirió una gran popularidad entre los sesenta y setenta por sus apariciones diarias como locutora de continuidad y su presencia esporádica en otros programas de más fuste e, incluso, como presentadora de algún Festival. Durante los ochenta seguíamos viéndola anunciando los programas de la mañana, la tarde o la noche (según el turno que le tocara) e incluso a principios de los noventa su voz seguía presente, como una especie de nana familiar que llevábamos años y años escuchando. En esa última etapa aún tuvo alguna aparición puntual en imagen pero sólo era reconocida por los mayores del hogar. 

Foto promocional de finales de los setenta @ArchivoRTVE

Que no fuera una de esas presentadoras famosas por un programa de éxito o que no tuviera un currículum brillante no es razón para que su muerte haya sido ninguneada por los medios y, mucho menos, por el que fue su lugar de trabajo durante tanto tiempo. Me temo que tengo el dudoso honor de haber sido el periodista que anunció su pérdida a través de Twitter y lo hice hace tan sólo unos días, el pasado lunes, cuando por fin pude confirmar la noticia. No siento ningún orgullo por ello, más bien me produce pena. Sí puedo decir, sin embargo, que me alegra mucho la repercusión que ha tenido el hilo en el que resumía (brevemente) su carrera y los mensajes de espectadores que la recordaban con cariño. Hoy toca repasar esa trayectoria con un poco más detalle acudiendo, además, a sus propias palabras recogidas en entrevistas aparecidas, fundamentalmente, en la revista TeleRadio. Es de justicia que recordemos a Pilar Cañada porque fue, sin duda, una de las caras más habituales de TVE y pocas han llegado a sus años de servicio ante las cámaras. 

En 1963, cuando ya había cumplido dos años en TVE

Segoviana (de Cedillo de la Torre) de nacimiento, su familia se fue a Madrid siendo ella jovencísima. Sus primeros pasos artísticos los dio en el teatro en obras como "No habrá guerra de Troya" y en piezas de teatro de cámara. Poco después probó en el cine como figurante o en papeles ínfimos. El crítico Jaume Figueras suele recordar cada vez que se repone en "Espartaco" en alguna cadena que se la puede distinguir como extra. Desde luego no triunfó en la gran pantalla pero, oigan, trabajar junto a Kirk Douglas en una película dirigida por Kubrick no puede decirlo cualquiera. Fue su amiga Maruja Callaved, ya por entonces locutora de TVE, la que la animó a probar en el nuevo medio. Así lo recordaba en 1973 en una entrevista a Camino Ciordia para la Historia de la TV coordinada por Baget Herms: "Un buen día un grupo de amigos me dijeron en el Café Gijón que por qué no iba a hacerme unas pruebas, que estaban buscando presentadoras nuevas (...) Fueron unas pruebas muy largas que duraron un mes aproximadamente. El realizador era Lombardía y me animó mucho, me dijo que tenía buenas aptitudes."

Septiembre de 1961, una de sus primerísimas fotos como presentadora de "Escuela TV"

Finalmente fue seleccionada para ser una de las presentadoras de un ambicioso proyecto, "Escuela TV", el primer experimento divulgativo con intención de estabilidad en la programación. De este programa ya hemos hablado aquí así que no me extenderé pero hay que reseñar que fue un máster acelerado para Cañada. Al poco tiempo el espacio tuvo un "spin-off" (no sería el único), "Academia TV", y Pilar también intervenía en él. Dos años después fue nombrada locutora suplente lo que se unía a su labor en ambos programas así que semanalmente hacía turnos en el locutorio y educaba a través de la tele en secciones como "Historia de las cosas" y "En aquel tiempo". 

Ejerciendo de locutora de continuidad en los setenta

Aparentemente el trabajo como locutora era más sencillo aunque mucho más pesado pero para Pilar esa nueva faceta de su carrera televisiva comenzó con dificultades tal y como le confesaba a M. Roldán en junio de 1963: "Tiene gracia pero estas dos actividades son completamente distintas. Al hacer de locutora los nervios me han vuelto otra vez. Supongo que es cosa de sugestión. No es que me confunda al hablar sino que olvido la palabra y, al recordarla, la quiero decir tan deprisa que me sale mal". En esa misma entrevista daba cuenta de sus desvelos: "Me preocupo por lograr lo que yo creo que es el secreto de una buena locutora: la sencillez. Huyo de impresionar a la gente con gestos que no sean los normales" y también confesaba que "generalmente caigo seria" (TeleRadio nº 284). Como vemos era muy consciente de algo que, posiblemente, sería uno de los condicionantes de su devenir en la tele. 

Su sobriedad podía ser malinterpretada como seriedad o, incluso, como frialdad. ¿Era una rubia gélida al estilo Hitchcock? Quizás... pero no podemos olvidar que en esa época las locutoras estaban absolutamente encorsetadas y no se les permitía mostrar la más mínima naturalidad. En el caso de Pilar no podemos negar que era más seria que el resto y que su voz grave y profunda la hacía "mayor" pero también era una de sus características más destacadas. Ese tono acariciaba al espectador, incluso me atrevería a decir que tenía cierta sensualidad, dentro de lo que se podía denominar "sensual" en pleno franquismo, claro. En todo caso su elegancia no pasaba desapercibida. Era pura aristocracia televisiva. 

Pilar con Miguel Blasco a finales de los sesenta

Miguel Blasco ha compartido con nosotros algunos de sus recuerdos de esta locutora. Se conocieron en pleno proceso de cambio en "Siempre en domingo" allá por 1972. Blasco después tendría cargos de gran responsabilidad en TVE como Director de Programación y Emisiones, de Centros Territoriales o de Programas en TVE Internacional por citar sólo algunos. Él incide mucho en su carácter retraído: "Era muy discreta y poco dada a hacer ostentación en su vida personal. Pilar era una persona poco comunicativa y muy celosa de su intimidad. Muy pocos sabían de su relación con Tino Grandío, sólo se filtró a través de un artículo de prensa de Francisco Umbral y por alguna visita al Café Gijón. Además todas las locutoras de Continuidad se sentían muy observadas por los espectadores y se cerraban. Yo tenía buena relación con todas ellas pero amistad sólo con algunas. Eran muy diferentes y algunas más abiertas y expansivas como Marisa Medina, Marisa Naranjo o Eva Gloria López."

Un anuncio de "Tele-Club" en 1965

Volviendo a su carrera, un día normal de febrero de 1964 llegaba al Paseo de la Habana a las 13.45 h. Después de maquillaje iba al locutorio donde anunciaba los programas de sobremesa y se quedaba de guardia hasta que a las 18 h presentaba "Academia TV" hasta las 19 h. Así lo explicaba a "TeleRadio" (nº 320) pero en unos meses iba a cambiar sus rutinas porque en septiembre comenzaría "Tele-Club" en el que permanecería tres años junto a Antolín García, uno de los presentadores populares del momento gracias a sus retransmisiones deportivas y grandes concursos como "La unión hace la fuerza"

Marisol González, Federico Gallo y Pilar Cañada en el Festival de la Canción Mediterránea 1964

Ese mismo año tuvo el honor de copresentar el Festival de la Canción del Mediterráneo desde Barcelona junto a Federico Gallo (megaestrella de TVE gracias, entre otras cosas, a "Ésta es su vida") y una casi debutante Marisol González con la que coincidiría ocho años más tarde en "Siempre en domingo", una gran oportunidad para ambas. Ese festival, nacido al rebufo del de San Remo en Italia, tuvo una vida efímera (1959-1967) pero bastante repercusión y en él participaban países mediterráneos como, además del nuestro, Italia, Francia Grecia, Chipre, Egipto, Israel, Malta, Argelia y Mónaco. 

Portada de la revista "TeleRadio" en marzo de 1966

"Se ganaba muy poco y, además, necesitabas atender a una serie de necesidades que no se tienen en otro tipo de trabajos. Te tienes que cuidar de la presencia física, de la ropa, de los pelos... Y esto suponía un enorme gasto adicional. En mis primeros tiempos me parece recordar que lo que ganaba una de nosotras era la bonita cantidad de 6.000 pesetas (unos 36 euros). Con eso vive, come, vístete y péinate... Teniendo en cuenta que en cualquier momento te podía llegar una nota diciendo que renovaras el vestuario o cosas por el estilo (...) Un buen día pedimos un complemento, 5.000 pesetas al mes. A las demás compañeras les parecía mucho, mejor dicho, les parecía que a los encargados de dar el visto bueno les iba a parecer una cantidad excesiva. Afortunadamente no ocurrió así y, desde entonces, además del sueldo, nos daban 5.000 ptas. para trapos" le contaba a Camino Ciordia en 1973 al respecto de su situación a mediados de la década de los sesenta. 

Pilar tuvo el honor de ser portada de "TP" en noviembre de 1967

Tras su etapa en "Tele-Club" llegó otro programa poco ambicioso pero junto a un compañero estrella, José Luis Uribarri, "TVE es noticia" y en la siguiente temporada "Fin de semana" sucediendo a su compañera Marisa Medina que también se había estrenado en "Escuela TV". Por supuesto, no abandonaba las presentaciones de continuidad. Recuerden ahora esas palabras que habíamos recuperado sobre sus inseguros inicios como locutora suplente. No podía pensar entonces que esa sería su función principal y más recurrente durante treinta años ante las cámaras. 

Presentando un especial con los Coros y Danzas en 1968, uno de los programas más antiguos de Pilar que se conserva en el Archivo de TVE

"La mayor diferencia es que si eres locutora-presentadora tienes un turno diario y si eres presentadora tienes únicamente tu programa. Estamos distribuidas en turnos de cinco horas por prescripción facultativa. Normalmente los turnos son de seis horas pero el ambiente no es muy sano que digamos en un sitio totalmente cerrado, sin apenas ventilación" explicaba a C. Ciordia en la entrevista ya citada. Miguel Blasco me contaba estos días que "se preparaba sus intervenciones concienzudamente porque en Continuidad no se podía improvisar" y él puede atestiguar esto porque durante su etapa como Jefe de Emisiones Pilar estaba a su cargo. 

Elegante y moderna en "Siempre en domingo" en 1972

En 1972 se produce un terremoto en TVE, uno de los buques insignia de la temporada cambia de equipo al completo tras la dimisión de su director, Manuel Martín Ferrand. "Siempre en domingo" era lo que entonces se denominaba "ómnibus", un contenedor que duraba varias horas (unas seis generalmente) que incluía otros espacios y retransmisiones deportivas. Ahí es cuando le llega una gran oportunidad a Pilar Cañada porque es seleccionada junto a Isabel Bauzá y Marisol González para presentar con el nuevo director, Juan Antonio Fernández Abajo. Por fin podrá librarse del maldito locutorio de continuidad y sus aburridos e insanos turnos y demostrar sus habilidades como conductora. No sucedió así. Tenía un papel secundario en comparación con sus colegas que, además, tenían sus propias secciones como "Mundo Camp" en el caso de Isabel y "A todo ritmo" en el de Marisol. Hasta su excompañera de "Escuela TV" Clara Isabel Francia que sólo aparecía en "Zooloco" tuvo muchísima más repercusión. 

Imagen de "Revistero", 1976

Al finalizar este macroprograma (aquí podéis ver el único que se conserva) volvió a sus labores de continuidad que, de vez en cuando, combinaba con programas amables pero intrascendentes como "Revistero" en la temporada 1975-76. Precisamente en septiembre de 1975 se confesaba en la sección "A bombo y platillo" de Antonio D. Olano en "TeleRadio" (nº 924) sobre sus aspiraciones en televisión: "Sinceramente, esperaba algo más. No por cuestión económica, que jamás he tenido ambiciones en este sentido y me conformo con lo que gano. Me refiero a las oportunidades, a que se me hubiese ofrecido un programa estelar como presentadora. Y esa oportunidad no llegó nunca... ¡o no me ha llegado todavía! Estuvimos a punto de conseguirlo varias compañeras y yo cuando íbamos a presentar un programa con el denominador común de 'Mujeres'. Nos distribuíamos contenidos, iba a ponerse en la pantalla y hasta habían designado como realizador a Pedro Amalio López. Largas esperas. Y, al final, se hizo un programa semejante sin utilizarnos a nosotras, con personas distintas. Quedamos bastante desilusionadas. Y aprendí una lección: que las ideas te las pueden pisar otros. Y, de hecho, en televisión, se pisan". 

Una simpática fotografía de principios de los ochenta, el principio de su olvido televisivo

Pero también entendía que debería haber pausas: "La TV puede quemar cuando la gente te ve demasiado. Nosotras pasamos períodos de meses en los que apenas salimos en pantalla. Es bueno este alejamiento que concede un descanso al espectador que, acaso, se había cansado de ver la misma cara. De todas maneras he de decir, por mi propia experiencia, que no conozco casos de fatiga sino de amabilidad por parte de la gente. En una de las épocas en que permanecí apartada de las cámaras visité Galicia, Extremadura, Andalucía... Todas las preguntas que me dirigían eran en torno a mi ausencia que lamentaban sinceramente. Los espectadores acaban familiarizándose, encariñándose con una". 

Un look poco habitual para este foto de los setenta @ArchivoRTVE

Esa conversación con Olano parece casi a tumba abierta y más teniendo en cuenta que era la revista oficial de RTVE. En otro momento reflexiona con cierta amargura sobre la evolución de sus ilusiones de los primeros tiempos: "Comencé siendo una vocacional, una idealista. Después fui evolucionando, sin que ello quiera decir que haya perdido la vocación, hacia una actitud más profesional, llevada a ese terreno por la obligatoriedad de una tarea". Más adelante, ante una provocación del periodista, sobre las nuevas caras que llegan pisando fuerte dice: "No me preocupa que vengan "pegando" otras. Es natural. En otra ocasión era yo la que llegaba. ¡No se va a parar todo en mí!". En este sentido le pregunté a Miguel Blasco por qué Pilar no llegó a despegar del todo y él respondió sin dudar: "No era tan ambiciosa como otras de sus compañeras, tampoco buscó mas notoriedad". También pudo influir la muerte en 1977 de su pareja: "Tras la muerte de Tino atravesó un periodo de tristeza y luego se casó con un compañero técnico más joven que ella pero siempre fue muy discreta." Además, a pesar de tener ofertas cinematográficas una vez que comenzó su fama televisiva, reconocía a Olano que "no acepté hacer cine ni teatro porque en televisión soy yo misma, no tengo que desdoblarme en otro personaje" aunque sí accedió a realizar un cameo en "El padre Coplillas" (1968), vehículo de lucimiento para Juanito Valderrama y Dolores Abril. En definitiva, no parecía perseguir la gloria y no quiso (o no supo) aprovechar oportunidades para aumentar su "caché". 

"Hacia el Eurofestival", un programa extraordinario de "Voces a 45" que serviría para seleccionar al cantante Braulio como representante de TVE en Eurovisión 76

En 1976 presentó junto a Jana Escribano la preselección eurovisiva de la que salió vencedor Braulio no sin una sonada polémica. Ya en 1971 había tenido una mínima relación con el festival de festivales porque fue la locutora encargada de dar paso a un documental previo al concurso de la canción sobre Dublín, sede de aquel año, y después a la propia retransmisión vía Eurovisión. En esos años hubo varios pilotos de programas que nunca salieron adelante como "Usted dirá, vosotros diréis" que, curiosamente, se conserva en el Archivo. 

En los ochenta anunciando un concierto de la Orquesta Sinfónica de RTVE

En los 80 Pilar se dedicó exclusivamente a las locuciones de continuidad, no sólo en pantalla sino también en off (es decir, sólo voz). Fueron tiempos de muchos "Sean bienvenidos a TVE, la programación de hoy está compuesta por los siguientes espacios", unos cuantos "Rogamos disculpen esta interrupción por causas ajenas a nuestra voluntad" y demasiados "Hasta aquí nuestra programación de hoy, esperamos hayan disfrutado y les emplazamos a mañana tras la carta de ajuste". Además de esa tarea, necesaria pero poco estimulante, a la veterana profesional también le tocaba anunciar conciertos, muchos conciertos, sobre todo de música clásica. El 27 de noviembre de 1983 Salas y Summers le ofrecieron una participación especial en "Y sin embargo te quiero", el irreverente avance de programas que era la digievolución de aquel lejano "TVE es noticia" que la propia Cañada había presentado casi dos décadas antes. "Hola, buenas tardes, espero que alguno de ustedes me conozca y que otros muchos se pregunten qué hace una presentadora como yo en un programa como este". Humor no le faltaba. 

Pilar en Telepasión 1991, una de sus escasas intervenciones en pantalla en esa década

Se inaugura nueva década y ella sigue inasequible al desaliento demostrando su profesionalidad en las tareas residuales que le van encomendando en un momento en el que las presentaciones de continuidad van desapareciendo. De los noventa tenemos que rescatar dos apariciones tan inesperadas como estelares. En la Navidad de 1991 la vimos junto a las también veteranas (pero no tanto) Isabel Baeza, Angelines Morales y Mari Cruz Fernández dando paso a la actuación de... ¡Matías Prats emulando a Jeremy Brett en "My Fair Lady"! Al final de la canción todas ellas (e Isabel Borondo) abrazaban al presentador del Telediario. Y como diría Super Ratón: "No se vayan todavía, aún hay más". El 15 de febrero de 1995 se emitía en La Primera el capítulo 16 de la comedia "Villarriba y Villabajo". Os recomiendo vivamente ir al siguiente enlace y pinchar aproximadamente en el minuto 46.10 para disfrutar de una hilarante intervención de nuestra homenajeada autoparodiándose a sí misma. Viendo esto me cuestion lo que podía haber dado de sí la Cañada si se hubiera confiado más en ella y la  alentaran a no ser tan formal. 

La última vez que la vi en TVE fue en el acto de celebración del 50 aniversario (2006) durante la actuación de Amaral en el Pirulí. Durante el rápido recorrido de la steadicam por las decenas de profesionales de distintas épocas que saludaban alegremente la distinguí para mi sorpresa. Fue algo demasiado fugaz. Su fallecimiento ha pasado totalmente inadvertido, quizás ella misma lo prefirió así pero creo que muchos espectadores la recuerdan hoy con cariño. Desde luego yo tengo su voz grabada en mi cerebro de espectador agradecido. 


Alicia Moreno y Miguel Blasco han sido de gran ayuda para la elaboración de este post por su documentación y testimonio respectivamente. 


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