Su nombre era Rocío y su apellido Espinosa y esa es la mujer que falleció el viernes a los 92 años. Rocío Espinosa tenía un alias que es con el que se hizo popular y se convirtió en una de las presentadoras y actrices más queridas del país, Laura Valenzuela. En realidad ese era su segundo nombre y su tercer apellido así que no había buscado más allá de su libro de familia. Laura, Laurita, no ha muerto porque ya forma parte de nuestro imaginario sentimental y eso no es fácil de alcanzar ni se borra de un día para otro, aunque llevara casi una década sin aparecer por esa pantalla que tanto quiso. Siempre dijo que, a pesar de haber hecho mucho cine, su verdadero amor era la televisión y, desde luego era un amor correspondido porque la cámara la quería. Y la audiencia también.
Pionerísima de TVE, cuando comenzaron las emisiones regulares el 28 de octubre de 1956 ella ya llevaba allí más de un año presentando "en pruebas" para un público reducidísimo, apenas unos cientos de personas en Madrid... pero unas cuantas de ellas muy poderosas. Su trabajo en televisión fue de ida y vuelta porque ya había debutado en el cine en 1954 y compaginaría su trabajo en ambos medios hasta que abandonó el pequeño plató del Paseo de la Habana para frecuentar otros bastante más grandes y mejor equipados. Fue José Luis Dibildos, guionista y productor cinematográfico, quien la animó a centrarse en el cine y, poco a poco, fue encontrando papeles más sustanciosos, no sólo aquí sino también en otros países europeos gracias a las coproducciones.
Laura no tenía ni idea de qué era la tele y de cómo se hacía pero es que en los cincuenta en España prácticamente nadie la tenía. Nunca la había visto porque no había tenido la oportunidad de viajar fuera del país así que cuando se presentó por primera vez ante una cámara para presentar algo ni siquiera era consciente de que aquello era en directo y lo estaba viendo gente fuera del estudio. Tiró de sus recursos: naturalidad, simpatía y una elegancia innata que sería su gran arma. Durante los últimos veinte o treinta años ha contado las mismas anécdotas porque siempre le preguntaban lo mismo. Por eso acudo a una de las primeras entrevistas nostálgicas que concedió para encontrar unas palabras menos "memorizadas". Se la hizo Lourdes Mateos para la "Historia de la Televisión" que coordinó Baget Herms y que se publicó en el suplemento Tele-Día en los setenta. Decía entonces: "Me llamaron de Televisión Española. Buscaban gente. Hice una prueba, naturalmente en directo, aprovechando que había que presentar a alguien o anunciar algo. Y me quedé. Esa época ha sido la base de todo lo que he hecho después porque cuando todo está muy naciente todavía, el aprendizaje es mucho mejor. Ahora, si haces un programa puedes ser sólo presentadora, si no te preocupan otras cosas. Antes, incluso tenías que aderezarte tu propio programa".
Federico Gallo, Laura Valenzuela y Alberto Closas en el I Festival de la Canción Mediterránea celebrado en 1959. Ella ya había dejado TVE para dedicarse al cine. |
Para ser justos, hay que decir que no sólo había probado el cine y, por lo tanto, ya sabía cómo era el trabajo en un estudio, por muchas diferencias que hubiera entre ambos medios. Además Laurita, como se la conoció durante años y años, había rodado ya unos cuantos anuncios de los que se emitían antes de las películas en las salas de cine y había trabajado como modelo y maniquí (de las que pasean las prendas ante las señoronas que acudían a las importantes casas de modas). Especialmente recordado es el spot de cierto coñac en el que una mujer que sufría malos tratos acude a una vidente para saber qué debe hacer para evitar las bofetadas de su marido. La solución está en emborracharlo. Lo podéis ver aquí (bajo vuestra responsabilidad).
Con Jesús Álvarez en uno de los primeros concursos para los espectadores de TVE |
Sus primeros compañeros en el Paseo de la Habana fueron Paco Valladares, Jesús Álvarez y David Cubedo. Un poco más tarde llegaría Blanquita Álvarez porque sí, en esos días a las mujeres se las trataba con diminutivo. Ambas presentaron juntas de todo, por supuesto en directo: "El peligro, la belleza del directo... Mira, era tener siempre presente que podía pasar algo y que había que improvisar lo que fuera. Decían: 'Cuando llegues aquí, entrará un telecine' y no sabías si aquel telecine entraría del derecho o del revés." Tan pronto tocaba dar paso a una actuación musical que a un pequeño concurso, que hacer una breve entrevista o un anuncio en directo de una fabulosa nevera o de los juguetes que patrocinaban la serie infantil "Diego Valor".
Blanca Álvarez presenta a las hermanas Fleta mientras Laura sale de plano despiporrada. Así era la tele de los cincuenta, improvisada. Foto inédita del archivo de la propia Blanca. |
Y claro, si en un lado del plató estaban Laurita y Blanquita contando cualquier cosa, a menos de metro y medio se estaba preparando un cambio de decorado mientras se traía un piano: "Pasaban tantas cosas anecdóticas que ya lo encontrabas lógico. Era normal que un señor pasara con un tablón por delante de la cámara porque no había sitio para pasar por otro lado. Entonces no había cosas importantes. Todo lo era. Se trabajaba algo así como en un quirófano, a vida o muerte. El poder hacer una pequeña cosa y quedara bien ya era un triunfo" (entrevista citada).
Laura en la época de "Cantamos contigo" |
Cuando regresó a TVE diez años más tarde las cosas habían cambiado mucho. Ahora la producción se había trasladado a Prado del Rey, un gigante en comparación con el chalecito donde se había iniciado todo (y que, por cierto, ya no existe). Volvía como figura estelar con un programa que no lo fue tanto: "Cuando dejé La Habana todavía no existía el vídeo. Regresé para un programa en directo, "Cantamos contigo", pero del que se iba a hacer un piloto grabado. Me dio un miedo horroroso. Estaba nerviosa. Cortaban, volvían a empezar. Sólo pensaba: 'Me quiero ir a mi casa'. Pero llegó la revancha en el segundo programa: directo. Estábamos cuatro de la época antigua ¡y tan tranquilos! Es curioso, pero el directo sigue dándome una tranquilidad que nunca he sentido en las grabaciones".
Joaquín Prat, García de la Vega, Laura y Enrique de las Casas, Director de Programas de TVE |
Su siguiente programa sí fue un éxito, uno de los mayores que se recuerda de la historia de nuestra tele, "Galas del sábado". Era grabado pero contó con la complicidad de Joaquín Prat como compañero ante las cámaras y de Fernando García de la Vega (otro pionero) detrás. Allí se formó una de las parejas con más química y carisma de la televisión. Tal era la complicidad que muchos pensaban que eran pareja en la vida real. De aquel programa ya hemos hablado aquí en varias ocasiones así que no me extiendo. No fue el único proyecto de la pareja profesional. También presentaron la preselección Eurovisiva del 70 de la que salió vencedor Julio Iglesias. Además compartieron micrófono en la radio. La amistad perduró para siempre.
Joaquín y Laura en el primer programa de "Galas del Sábado" |
En aquella época Laura volvió a ser pionera. Su seguridad, elegancia y desparpajo no eran las habituales. Otras locutoras de la Casa no podían permitirse el lujo de comportarse con naturalidad, la "fijeza" las obligaba a estar encorsetadas en el guión y a ser muy muy correctas, nada de salirse por la tangente. Pero ella ya no era "de la tele" exactamente. Venía del cine y había compartido pantalla con Sofia Loren (poco) y con Alain Delon (más, en "El Tulipán Negro", ya en los 90 se reencontraría con él en "¿Qué apostamos?") así que era un fichaje estrella y aprovechó las circunstancias. Estéticamente era la más moderna. Llevaba minifaldas antes que las azafatas del "Un, dos, tres" y usaba pelucas sin pudor, una semana aparecía con melena larga oscura y a la siguiente con cabello corto y rubio. Incluso se pintaba pecas décadas antes de que se pusiera de moda un filtro similar en el móvil.
Una esplendorosa Laura en el Teatro Real de Madrid durante el comienzo del Festival de Eurovisión 69 |
"Galas del sábado" finalizó en 1970 pero antes había sido la elegida para presentar el primer (y por ahora único) Festival de la Canción de Eurovisión realizado en España. Fue en 1969 en el Teatro Real y demostró su temple, no sólo ante el cuádruple empate. Unos minutos antes la avisaron de una amenaza de bomba que finalmente fue una falsa alarma pero cuando salió al escenario sólo el director, el realizador y ella tenían ese dato. Al resto del equipo no se le comunicó para evitar los nervios... y, desde luego, tampoco a los delegados de la UER y a la prensa extranjera que cubría el evento. Fue el segundo realizado en color para toda Europa y la primera transmisión en este sistema de TVE. Aquí se vio en blanco y negro así que los españoles se perdieron a una Laurita espectacular en tonos menos grises.
Laura y Tony Leblanc (sin peluquín) en "Canción 71" |
En 1971 presentó "Canción 71" junto a su amigo y compañero cinematográfico Tony Leblanc. Abandonó el programa para casarse (así era la cosa entonces) y ese mismo año también dejó el cine pero a lo grande con su magnífico papel en la memorable "Españolas en París". Curiosamente cuando ella se fue Tony quedó en un segundo plano y se formó una nueva pareja: la de su amigo Joaquín Prat con Marisol González. Además de la "imposición" de Dibildos para que abandonara la profesión y su propia decisión de dedicarse por completo a su hija (hay que tener en cuenta que iba a ser madre con cuarenta años en un tiempo en el que eso se consideraba de riesgo) posiblemente pesaran otras cuestiones. Todo había cambiado en la tele y quizás no para mejor: "Aquellos años -decía justo después de su retiro profesional- tenían sus inconvenientes pero una gran ventaja: vivías más todos los problemas. Reconozco que aquella "anarquía organizada" es imposible hoy en Prado del Rey. TVE hoy requiere una organización y con ella viene una frialdad. No es posible tener aquel sistema y va en perjuicio de la antigua camaradería pero es lógico. Yo, acostumbrada a La Habana, tuve que asombrarme muchas cosas por cosas mínimas... Recuerdo que en "Cantamos contigo" a no sé a quién que estaba a mi lado le brillaba la nariz y dijeron: 'que venga la maquilladora'. Yo, como la cosa más natural le tendí mis polvos pero siguió diciendo: 'No, que venga una maquilladora'. Me dejó muy sorprendida. Con la técnica se ha perdido el espíritu de colaboración la humanidad. Allí decían ¿quién sabe tocar el piano? y siempre había una voz que insinuaba el "yo" y ya había uno que había picado: Bueno, pues empuja el piano...".
Laura entrevista a Chicho durante uno de los especiales por el XXV aniversario de TVE |
Abandonó puntualmente su retiro para presentar programas especiales por el XX y el XXV aniversario de TVE y la Gala de Nochebuena de 1980. Estuvo a punto de volver con algo más estable en 1989 para presentar "Waku Waku" pero algo falló entre Chicho y Laura durante las primeras pruebas y su regreso se frustró. Eso sí, más tarde demostró que no había mal rollo entre ellos y acudió como invitada. Posó con Consuelo Berlanga, la conductora finalmente elegida, con una gran sonrisa ante una prensa que buscaba la foto, "esa foto". Pura elegancia.
Íñigo y Laura en "Las mañanas de Tele 5" en 1993 |
Es de su poner que aquello despertó de nuevo el gusanillo de la cámara a Laura Valenzuela porque en 1990 aceptó la propuesta de Lazarov para presentar el magazine "Tele 5, ¿dígame?". Después llegarían otros espacios como "Se acabo la siesta", las Campanadas, especiales... En 1993 presentó "Las mañanas de Tele 5" con otro histórico de la tele, José María Íñigo pero el programa no podía competir contra la Campos en La 1 y Pepe Navarro en Antena 3, por eso al año siguiente hubo una remodelación y Laura presentó un espacio efímero, "Mi querida España" (y eso ya lo hemos contado aquí).
Teresa Viejo, Laura, Tate Montoya y Lara Dibildos en "Mañanas de Primera" |
Era cuestión de tiempo, Laura tenía que retornar a su Casa, en la que se inició todo y cuando María Teresa Campos fue fichada por Tele 5 para encargarse de sus mañanas, TVE le devolvió la jugada a la "cadena amiga" robándoles a Valenzuela que había sido también pionera de la privada. 25 años después de su último programa seriado se pondría al frente de "Mañanas de Primera" junto a Tate Montoya, Teresa Viejo y su hija Lara Dibildos.
Madre e hija en el decorado del efímero "Entre tú y yo" |
El programa no tuvo la audiencia esperada pero nos deja para el recuerdo el especial del 40 aniversario de TVE lleno de reencuentros y presentado, precisamente, por su primera locutora. A los pocos meses se dividió la jornada matinal en "Saber vivir", "Así son las cosas" y "Entre tú y yo" en el que Laura hacía amables entrevistas y su hija reportajes, fue visto y no visto.
Laura se convirtió entonces en la invitada perfecta para cualquier programa pero no volvería a presentar un espacio periódico. Precisamente su último trabajo ante las cámaras fue la Gala del 50 aniversario de TVE. La condujo con Paula Vázquez y Anne Igartiburu. Tras recoger su premio Iris a toda su trayectoria otorgado por la Academia de la Televisión en 2012 decidió desaparecer definitivamente de la tele. Fue una bella despedida. Lo he dicho en twitter y me reafirmo aquí, de Laura Valenzuela me quedo con su elegancia, su sonrisa imperturbable ante las dificultades del directo y su innato talento para mirar a cámara con complicidad. Además, nunca tomó al espectador por tonto y lo trataba de tú a tú, una Escuela que se está perdiendo.