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Feliz 1971, cotillón desde Madrid y Barcelona

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José Luis Barcelona, Luc Barreto y Truss en el especial Feliz Año Nuevo desde Barcelona

¡Gran cotillón para inaugurar 1971 en TVE! Así se anunciaba el especial que daba final a la década y comienzo a la siguiente aunque, en realidad, la tele había celebrado el año anterior la llegada de los setenta (y lo comentamos aquí), algo que incluso en el cambio de milenio seguía generando debate. El caso es que se decidió repetir la fórmula que tan bien había funcionado el año anterior: repartir las grabaciones entre los dos grandes centros de producción: Prado del Rey en Madrid y Miramar en Barcelona así que la fiesta se dividía en dos "garitos". Aquel año se prepararon nada menos que tres programas distintos e independientes entre sí que comenzaban tras las Campanadas desde la Puerta del Sol de Madrid. 

Torrebruno en el primer especial de la primera noche de 1971

El primero lo realizaba Fernando García de la Vega en los estudios de Prado del Rey y lo presentaba Torrebruno antes de convertirse en el favorito de los niños y niñas. Actuaban, entre otros, Luis Aguilé, Elsa Baeza, Los Payos, Rosalía (pionera yeyé sin ninguna relación con la actual, por si acaso hay dudas), Andrés do Barro (que llevó el gallego a los primeros puestos de la lista de ventas), Elsa Baeza, Basilio y Luciana Wolf. 

José Luis Barcelona e Irene Mir

De una a dos de la madrugada era el turno de Barcelona. En el estudio más grande de Miramar se preparó una "boîte" que es como se llamaba entonces a las salas de fiestas molonas donde se reunía gente de postín para tomar una copa mientras la música sonaba de fondo y el ambiente se llenaba de humo de tabaco. El concepto discoteca, tal como lo conocemos hoy, es posterior. Allí los anfitriones eran sus dos presentadores más famosos: José Luis Barcelona (el pionero) e Irene Mir. Esta queridísima locutora ha querido compartir con nosotros su experiencia en este programa especial del que guarda un cariñoso recuerdo. Estos días he podido hablar con ella vía telefónica y su voz denotaba la emoción al rememorar un momento crucial en su carrera. "Fue una alegría que me eligieran, aquel fue un año muy bueno para mí porque además del Fin de Año hice una gira por Europa para presentar un programa de Navidad para todos los españoles que trabajaban fuera y que nos veían en esos países. Incluso estuvimos en la Embajada en Bélgica saludando a Balduino y Fabiola; la gira fue por ese país, Suiza, Holanda y Alemania. Fue muy bonito, muy emotivo. Nos recibieron con mucho cariño, fue un éxito total." 

La Terremoto canta el Achilipú en el decorado de "El último café"

Y, por último, hasta las tres de la madrugada, Madrid había montado el cotillón en el decorado de la serie "El último café" que había "robado" (esa es otra historia) el hueco en la parrilla de la famosísima "La casa de los Martínez" y parte de su popularidad. Los actores habituales de la serie eran los anfitriones de la fiesta madrileña: Antonio Garisa, Tip y Coll, Joaquín Roa, Aurora Redondo, Diana Sorel, Joaquín Pamplona... a los que se añadían otros actores invitados que interpretaban pequeños sketches que se unían a través de una trama intrascendente: Antonio Casal y Mercedes Sampietro eran dos de ellos. Valerio Lazarov fue el realizador. 

Irene Mir

Cada espacio se grabó de forma independiente y sin relación entre ellos a pesar de que los dos últimos tenían en común el punto de partida, un fiestón. Así lo recuerda Irene Mir: "Nosotros no vimos lo de Madrid hasta que se emitió, no había una comunicación directa en ese sentido. Grabamos lo nuestro sin contar con lo que se estaba haciendo allí, no veíamos imágenes ni nada de eso." Desde Barcelona se encargó Julio Herrero, un realizador con experiencia en estas lides y mucha solvencia. La grabación duró sólo dos días y eso obligaba a tenerlo todo organizado con antelación y cumplir los horarios a rajatabla. "Los primeros recuerdos que me vienen a la cabeza es que empezábamos a grabar a las tres de la tarde y acabábamos a las diez de la noche. Antes de esa hora estábamos con la preparación en maquillaje, en vestuario, hablábamos con los artistas. Eso sí, a las 15 h ya estábamos en plató con todo dispuesto para grabar y la verdad es que no recuerdo que hubiera repeticiones. En realidad, fue como si grabáramos un directo, fue muy ágil. José Luis y yo llevábamos el guión muy bien preparado." 

Juanito Valderrama y José Luis Barcelona

El plató de Miramar albergaba los dos sets del decorado, uno el que representaba una pequeña sala de fiestas y su barra servía para las presentaciones y breves entrevistas a algunos invitados. Al otro lado, un gran ciclorama con farolas festivas era el escenario para la mayoría de las actuaciones. En el caso de Madrid los artistas tenían que conformarse con la pequeña escenografía de la mencionada serie y entre el reparto, los cantantes, los bailarines y los extras allí no cabía nadie más. 

Machín y sus maracas en el decorado de Miramar

Entre los artistas invitados en Madrid destacaban Lola Flores, Carmen Sevilla, Perlita de Huelva, Donna Higthtower, Pedro Ruy Blas, La Terremoto y Peret. Desde Barcelona actuaban también primerísimas figuras como Antonio Machín, Juanito Valderrama y Dolores Abril (por separado), Maruja Garrido, Los Mismos, Los Tres Sudamericanos, Los Diablos, Conchita Bautista, Rudy Ventura y su prodigiosa trompeta y Rosa Morena que por entonces triunfaba con su pasional versión del clásico "Échale guindas al pavo" (al pavo échale). Mención aparte merece Luc Barreto que se había hecho célebre en la lucha libre y aprovechó esa popularidad para hacer lo que realmente quería, ser cantante. Aquí interpretó uno de sus mayores éxitos, "María José" y recibió la sorpresa de la cantante belga Truss que la versionaba en flamenco. 

La conga con todos los artistas que participaron en el especial realizado en Barcelona

Irene tiene vívidos recuerdos de las dos jornadas de grabación compartidas con todos ellos: "Machín era encantador, cariñoso, dulce… a Valderrama no lo traté mucho pero tenía otro carácter. Los Mismos eran también muy cercanos, agradables… nos hicimos muy amigos. Algunos guardaban más las distancias pero en general eran todos fantásticos. A raíz de esto hice mucha amistad con Rudy Ventura y le invité a mi boda y tocó la trompeta, por supuesto. Era una maravilla de persona." Aunque, posiblemente, lo más divertido para la presentadora fue la conga comandada, precisamente por Ventura. "Me animé a bailarla con los artistas. Me hizo tanta ilusión… No sé por qué José Luis no se animó, yo lo pasé pipa. Además, como era muy amiga de todos se convirtió en un fin de año muy bonito."

Mikaela en el peculiar primer plano del especial desde Madrid 

La mayoría de artistas que participaban en cada uno de los tres especiales estaban ya consagrados, a ellos se les unían otros que estaban en su mejor momento de popularidad (quizás pasajera) y, por último, también había alguno que intentaba hacerse un hueco. Está también el caso excepcional de una cantante que hoy está casi olvidada y que merece una reivindicación, Mikaela. A ella le tocó intervenir en el cotillón de "El último café". Desde hace años el filólogo Álvaro Beltrán investiga su figura y le he pedido que nos explique qué lugar ocupaba esta gran artista en 1970: "Mikaela se encuentra en plena madurez artística tras haber abordado dos de sus mejores proyectos musicales: el primero dedicado a García Lorca y un LP con poemas de Rafael Alberti. Igualmente, cabe citar los muchos éxitos cosechados en el plano más folclórico adaptando boleros o rancheras con arreglos de rumba flamenca. Aunque, sin duda, su mayor éxito comercial lo consigue con “La luna y el toro”, alzándose con la Placa de Oro de Radio España y logrando ser el disco más vendido de 1965, permaneciendo numerosas semanas en las listas de ventas."

Imposible lucirse en una actuación tras una puerta pero Mikaela lo consiguió

Por aquel entonces ya había rodado varias películas en distintas partes de Europa y de todo tipo de géneros, no era la típica folclórica que interpretaba dramas a lo Florián Rey. Además, continúa Beltrán, "asiste habitualmente a eventos sociales y culturales, es portada en incontables ocasiones de las publicaciones más señeras de la década de los sesenta, amadrina eventos e incluso es propuesta en 1963 para representar a España en el Festival de Eurovisión. No es de extrañar que en 1967 fuera una de las artistas españolas invitadas a la Coronación del Sha de Persia y Farah Diba o que hubiese actuado por medio mundo: México, Puerto Rico, Argentina, Italia, Portugal, Grecia, Israel e incluso en Tokyo. Durante 1969 y 1970, el caché de Mikaela en Televisión Española –según los contratos conservados– es de 75.000 pesetas (por dos o varios números musicales), de ahí que su participación en la Gala de Nochevieja rondara esa cifra." 

   El porqué un realizador tan habituado al movimiento espasmódico como Lazarov decidiera enfocarla continuamente desde el exterior de la puerta de entrada de la cafetería es algo sorprendente. Esa curiosa elección impedía ver su espectacular vestido y limitaba enormemente su movilidad, además, la nieve artificial que caía continuamente delante de la cámara tampoco ayudaba a verla con nitidez. Contratar a una artista de enorme fama y prestigio para coartar su actuación es algo que me resulta incompresible. 

José Luis Barcelona e Irene Mir en 2007

En 2007 el programa de TVE Catalunya "Memòries de la tele" de Raül Díaz y Nicolás Albéndiz homenajeó al Especial Feliz Año Nuevo 1971 para su último programa del año. Recrearon una parte de la escenografía, la que correspondía a la barra de la boîte, y convocaron de nuevo  a sus presentadores, Irene Mir y José Luis Barcelona. La propia Irene nos cuenta cómo recibió aquella propuesta: "Yo pensé: qué alegría poder volver a hacerlo con José Luis. Estábamos muy ilusionados, muy contentos. Cuando entramos en el plató y vimos la reproducción en pequeño del decorado de 1970 estaba muy feliz, me sentía privilegiada por poder hacer lo que me gustaba en el momento que yo quería y cómo quería y al lado de un compañero que para mí ha sido muy importante. Sólo te puedo transmitir la felicidad. Y después de tantos años seguía la misma química de siempre. No se habían perdido las ganas, ni la ilusión ni la vocación."

Y es que J.L. Barcelona fue mucho más que un compañero para Irene: "Fue un hermano para mí. Desde el momento en que yo entré en TV, que era muy jovencita y él un poco mayor, me ayudaba, me enseñaba, me decía… Tuvimos una amistad tan bonita, tan profunda… yo le quería muchísimo y sentí mucho su muerte (el 9 de enero de 2017) porque, insisto, fue un hermano más que un amigo o compañero." Esa relación especial trascendía y en casa los espectadores lo notaban en cada uno de los muchos programas y festivales que presentaron juntos: "Teníamos mucha conexión, casi telepatía. Conectábamos enseguida sólo con una mirada, podíamos improvisar sobre la base del guión. Es que José Luis era muy buen compañero. Hicimos tantos programas juntos… En aquella época éramos muy vocacionales, teníamos tanta vocación que aunque no nos hubieran pagado, lo habríamos hecho igual."

Irene deseó a los espectadores de TVE 1971 en aquel programa especial y ahora lo hace con el nuevo año para los lectores de este blog, me sumo a sus palabras, ¡Feliz 2023!


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