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Tico Medina (a la izquierda) anima el concurso del sillón dentro de "Cuarta dimensión" |
Si hubo un programa que intentó romper con el formalismo de TVE en sus inicios ese fue "Cuarta dimensión". Su título ya prometía ir más allá, hacia una dimensión desconocida (nada que ver con la serie norteamericana que aún no había llegado a nuestras pantallas). Se estrenó el 8 de octubre de 1960, en la noche del sábado, la más codiciada de la parrilla televisiva y que estaba reservada a los grandes espectáculos de variedades. Sin embargo, este espacio no era un musical, aunque tenía música, ni un espectáculo si bien pretendía hacer de lo cotidiano algo espectacular. Explicar en qué consistía es difícil porque no se conserva y las referencias de la hemeroteca son bastante ambiguas pero vamos a intentarlo.
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Medina con el famoso hostelero Perico Chicote que creó un cocktail para el programa |
El programa tenía cuatro cabezas pensantes: los guionistas Tico Medina (que también ejercía de presentador), Ricardo Fernández de Latorre y Eduardo Delgado y el realizador Fernando García de la Vega. Todos eran jóvenes pero ya tenían experiencia en aquella tele que todavía andaba a gatas y su juventud y entusiasmo les llevó a pergeñar una hora trepidante de ritmo, en la que un contenido sucedía a otro casi sin transición. Los rótulos eran mucho más pequeños de lo normal, duraban muy poquito y además eran en letras minúsculas, las secciones se presentaban con adjetivos rimbombantes, todo era "formidable" en una época en la que los presentadores eran más bien sobrios y encorsetados. Además, los invitados famosos no iban a hablar de su última película o disco, Carmen Sevilla acudía para hablar de su día a día, El Cordobés no diría una palabra de toros, La Chunga pintó en vez de bailar y Natalia Figueroa se atrevió a tocar la guitarra ante las cámaras por primera (¿y única?) vez.
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Decía Tico Medina a la revista "TeleRadio" tras su estreno: "Cuarta dimensión pretende ser una feria de noticias, un cajón de sastre, una sucesión de variedades informativas y, sobre todo, ritmo". Él mismo había hecho una declaración de intenciones ante las cámaras, aseguraba que querían buscar "el ángel de las personas y el duende de las cosas". Entrevistas sorprendentes, concursos divertidos, contenidos que se organizaban sólo para una emisión y sorpresas como la proyección de una película de animación de la categoría de "A Chairy Tale" (1957), el corto de Norman McLaren de guión abstracto e imágenes surrealistas. Y ese era el sentir general de la audiencia: aquello era algo surrealista.
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El muñeco Don Decibelius, mascota del programa, en la portada de "TeleRadio" |
Para recalcar aún más su carácter moderno y rompedor, la sintonía era electrónica (toda una innovación) y a cada invitado se le regalaba un muñeco llamado Don Decibelius que llegó a ser portada de la revista TeleRadio. Este personaje era un diseño de Manuel Summers (que también realizaba caricaturas en directo del famoso de turno que estaba en el plató) realizado por Elvira de Loyzaga, que ese mismo año también elaboraría a la perrita Marilín para Herta Frankel.
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Coque Valero, presentadora pionera de TVE, con Don Decibelius |
La propia TVE tenía mucho interés en que este espacio gustara y en su revista oficial se podía leer a la semana del estreno: "Éxito total, pues, de TVE al lanzar un programa de esta envergadura que nos muestra algo más que la dimensión corriente del conformismo y la reiteración, se ve aquí una novedad y una 'dimensión' especial que supone equiparar el programa de los más amenos y amables que se puedan producir en los mejores canales del mundo de la televisión". Toma castaña. Sin embargo, las críticas fueron terribles desde el principio y no sólo por parte de los expertos de la prensa. En diciembre la misma revista, TeleRadio, se vio obligada a dedicar dos páginas, nada menos, a recopilar opiniones de sus abonados (los espectadores que recibían en casa la publicación). Algunos ejemplos: "Soy un muchacho de 14 años (...) es un programa que parece una tomadura de pelo. Nuestra petición es que si tanto les gusta a ustedes lo pongan en otro día diferente del sábado ya que a nosotros, la gente menuda (sic), es el único día que nos permiten estar delante de los receptores toda la noche. He preguntado a muchos de los compañeros de colegio y todos han opinado lo mismo que yo" Carlos Costa de Barcelona. "A mí y los que me rodean nos parece un horrible monstruo. No voy a pedir que sea suprimido, aunque sí lo deseo" Juan Bautista de Barcelona. "Es un programa que no se comprende y aburre y yo, la verdad, como no lo entiendo prefiero marcharme a dormir cuando lo hacen" Manuel Frígola de Madrid. "Es un programa de deficientes mentales (sic). Dicen que les gusta a los jóvenes pero no lo crean. Yo sólo tengo 22, no son muchos, ¿verdad? y lo encuentro de lo peor." Gloria Romero (no indica procedencia).
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Tico Medina en uno de los concursos incluidos en "Cuarta dimensión" |
TVE adoptó una solución salomónica: no lo canceló pero lo cambió de horario. En las últimas semanas se emitió por la tarde y reducido a media hora. Fue una muerte lenta, tal como la definió el cronista Baget-Herms, y el 28 de febrero de 1961 finalizó sin pena ni gloria y convertido en algo muy diferente a lo que habían pretendido sus creadores unos meses antes. El programa que podía haber sido la avanzadilla de una tele más natural, menos formalista y, desde luego, más moderna se quedó en nada, en una anécdota de la que sus protagonistas preferían no volver a hablar.