2 de octubre de 1984. En la discoteca Studio 54 de Barcelona todo está preparado para comenzar en directo el programa "Àngel Casas Show" de TV3, el espacio revelación de la primera época de la cadena autonómica catalana, una de las pioneras junto a ETB (País Vasco) y TVG (Galicia). Su combinación de famosos propios con astros de la pantalla de Hollywood, Francia o Italia mezclados con música, buena música, estaba consiguiendo que muchos espectadores se acercaran con curiosidad a un canal que había comenzado sus emisiones el 10 de septiembre de 1983. La gran estrella internacional de la velada era Rock Hudson. Justo un año después moría el astro de la pantalla.
"En aquel tiempo no se hablaba para nada de sida, todavía. Nos habían dicho que Hudson tenía un problema de corazón y que había sido visitado en París, de donde venía, y que, por tanto, procuráramos tratarlo con cierto mimo. Según pude contrastar mucho tiempo después, con su amante de los años postreros, Marc Christian, sí que Hudson venía de París pero no de vigilar su corazón, sino de visitarse en el Instituto Pasteur, donde le habían detectado con certeza el síndrome de inmunodeficiencia" contaba en 2008 el director y presentador del programa, Àngel Casas, en su libro "Memorias de otros" (Editorial Belacqua).
En aquella época era habitual que cuando se traía un invitado en exclusiva (y no en promoción) se organizara una rueda de prensa para otros medios con el objetivo de promocionar el programa y rentabilizar la inversión que suponía pagar cachés, alojamiento, invitaciones a comer, etc. En este caso, el seguimiento al protagonista comenzó en el aeropuerto, algo que hoy sorprende pero que en esos tiempos era absolutamente normal. "Había un factor añadido a la normal expectación. La prensa española acababa de descubrir que R.H. era homosexual y, para más morbo, se sabía que había llegado a Barcelona del brazo de un nuevo amante (...) Así que el juego periodístico consistió en intentar cazarle con su nuevo chico. La conferencia de prensa fue muy tensa en ese sentido, casi toda dedicada a especular sobre su presunta homosexualidad. Hudson aguantaba y medio sonreía con profesionalidad aunque imagino que entre la confirmación de la enfermedad y el acoso periodístico lo que menos le apetecía era quedarse" cuenta Casas en el mismo libro.
Aquella noche se unió otro elemento para hacer aún más difícil la situación que se avecinaba. Hudson estaba claramente incómodo en los momentos previos, antes de la emisión en riguroso directo, se encontraba cansado, había recibido una terrible noticia y se enfrentaba a una entrevista en un país extranjero, ¿qué más podía pasar? Una amenaza de bomba de los GRAPO. Han leído bien, el Grupo de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (que pretendía instaurar una "república popular y federativa") anunció uno de sus actos terroristas así que se tuvo que desalojar la sala. Una vez comprobado que la amenaza no era real y que por allí no había explostivos se decidió grabar el programa y emitirlo la siguiente semana para no perder la exclusiva de la presencia del actor y todo el esfuerzo de producción invertido en el resto de contenidos... pero no se pudo comenzar la grabación hasta las dos de la madrugada.
"Obviamente, Rock Hudson estaba harto y sólo quería cumplir y marcharse. En mi vida había tenido un entrevistado más parco en palabras. Sí, no, no sé, puede ser... Intentaba yo hablarle, por ejemplo de las comedias que había protagonizado con Doris Day y (...) me respondía con escuetos monosílabos que me estaban llevando al borde del ataque de nervios. Era una conversación angustiosa pero había que sacarle algo. No puedes tener a R.H. enfrente y que se te vaya crudo. Yo no quería valerme del tema de la homosexualidad, para no reiterar en la tuerca que habían apretado mis colegas de la prensa pero la entrevista no marchaba así que, armándome de valor, le pregunté:
- Para salir un sábado por la noche, a quién preferiría, ¿Bo Derek o Richard Gere?
- ¿Para ir al boxeo o para ir a bailar?
- No, no, para bailar.
- Richard Gere."
La respuesta la soltó entre risas el protagonista de "Gigante", "Pijama para dos", "No me mandes flores", "Escrito sobre el viento" o la serie "McMillan y esposa". Ver hoy la entrevista, y sin este contexto previo, resulta tremendamente embarazoso, catorce minutos de sufrimiento para entrevistado y entrevistador y, por ende, para el espectador. Generalmente, los invitados de Casas, en este programa o en los posteriores "Un día es un día" o "Tal cual", se entregaban a la causa, sabían qué se esperaba de ello y lo daban todo pero... ninguno estaba en la tesitura de Hudson aquella madrugada del 2 de octubre.
Como TV3 no permite embeber este documento extraordinario, he aquí el enlace directo:
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