El 14 julio de 1959 los estudios de Miramar se inauguraban y con ellos la tele realizada desde Barcelona para toda España. Con un programa denominado "Balcón del Mediterráneo" (del que ya hemos hablado aquí) se dio el pistoletazo de salida a la programación realizada desde unas instalaciones cedidas por el Ayuntamiento y que superaban en todo a las minúsculas del Paseo de la Habana en Madrid. Pero además de contar con varios estudios y de mayores dimensiones, tenía algo que lo distinguiría desde el primer momento: una espectacular terraza con unas impresionantes vistas. Aprovechando esa ventaja, comenzaron su primer programa semanal montando el decorado precisamente en el exterior. El título estaba muy bien elegido: "Club Miramar". Aquellas noches veraniegas del 59 los espectadores eran invitados a un mirador muy especial, uno en el que grandes estrellas de la música actuaban ante un selecto público que se acomodaba en sillas y mesitas de cafetería postinera, con cocktails de atrezzo. Por supuesto, la clientela iba vestida de noche, con sus mejores galas. El anfitrión era el torero, actor y poeta Mario Cabré pero también andaba por allí Federico Gallo demostrando su arte con las entrevistas a los famosos asistentes. Ambos debutaban ante las cámaras. Cada martes a las 22.30 h y durante una media hora aproximadamente se conectaba con Barcelona para disfrutar del show.
El espacio fue un éxito y con razón, de repente la audiencia veía algo novedoso, con una imagen fresca y, además, realizado en directo y en exteriores, con un galán que todos sabían que había tenido una affaire nada menos que con Ava Gardner y con un periodista que había mostrado su pericia ante los micrófonos de RNE. Los dos triunfarían posteriormente con otros formatos pero este fue el primero y, aunque olvidado, fue primordial en sus carreras. No obstante, a pesar de la excelente acogida, con la llegada de la temporada de otoño ambos se desvincularían del programa. No fue el único cambio que tuvo que afrontar, con las lluvias y el frío era imposible mantener el estaribel exterior así que se optó por llevar el Club al interior, al más grande estudio que poseía en aquel momento TVE. El nuevo presentador para el remozado espacio sería José Luis Barcelona, el mismo que había estrenado con su voz Miramar.
Aunque se mantenía la misma fórmula y el decorado imitaba la ya famosa terraza de Miramar con vistas nocturnas de toda la ciudad (o lo que las primigenias cámaras de entonces dejaban intuir), los espectadores que escribían a la revista "Tele Radio" (que además era la única dedicada al medio) se quejaban de que ya no era lo mismo, se había perdido la naturalidad que propiciaba la realización en exteriores. A finales de mayo, los jefes volvieron a colocar las mesas en la terraza a pesar de que las noches todavía eras frescuelas. Los críticos lo agradecieron: "Ha vuelto al su escenario primero, al que nos sorprendió el año pasado y le dio una personalidad indudable. Nos alegramos de su salida al aire libre, refrescante y acogedora, y deseamos que siga pareciéndose (y si es posible, superándolo) al "Club Miramar" de hace un año" (sección "Aquí TVE" de "Tele Radio" nº 128).
En septiembre, cuando ya era obligado volver a cerrar el chiringuito, se decidió que lo mejor era cambiar el nombre por "Club del martes" para evitar comparaciones odiosas si bien poco cambió la cosa, José Luis Barcelona seguía al frente, Ramón Solanes se encargaba de la realización, había música, entrevistas, algún concursito y pinceladas humorísticas para cubrir la hora completa asignada en la parrilla para la nueva temporada. Unos meses más tarde sí que se produjo una revolución con la aparición del clan de los Vieneses que tomaría el mando y hasta cambiaría el nombre del programa por "Amigos del martes" pero esa es otra historia. Por cierto, que quede para el anecdotario de nuestra tele que "Club Miramar" fue presentado por Cabré y Barcelona en distintas etapas, una pareja que triunfaría años después en "Reina por un día".