En febrero de 1993 Emilio Aragón se estrenó en Antena 3. Fue el fichaje más caro de aquellos inicios de la contraprogramación y el "robo de estrellas" entre canales... o eso se publicitó en aquel momento. Pasaría de ser el rostro principal de la "cadena amiga" con el "VIP Noche" como baluarte (también llegó a presentar su edición diaria infantil, "VIP Guay") a comandar el entretenimiento en la otra privada. El programa, más personal y sin centrarse en el concurso importado de EE.UU. "The Hollywood Squares" y sus famosas casillas, se denominaría "Noche, noche" y sería un sonado fiasco que apenas duraría 6 meses en antena. Por cierto, para sustituir a Emilio, Telecinco contrataría a Gomaespuma para el "VIP Noche" y el experimento tampoco funcionó. Dos fracasos entrelazados.
La razón por la que traigo aquí un programa fallido (aunque con buenas intenciones, todo sea dicho), es porque también tuvo sus aciertos. Tras el famoso cara a cara entre Felipe González y José María Aznar en la misma cadena el 24 de mayo de 1993, el equipo de Emilio Aragón aprovechó la ocasión para montar el suyo propio, "El debatito". Esta vez no serían dos aspirantes al Gobierno de la Nación los que comparecerían sino dos niños, eso sí tan circunspectos como los adultos. La realización imitaba la del famoso (y hasta ese momento inédito) encuentro entre los políticos: entrada en plató haciendo el paseíllo y posado ante los fotógrafos aunque en este caso todos eran también tiernos infantes.
Pero ojo, que no os confunda su aparente bisoñez, estos mini-políticos traían la lección mejor aprendida que sus sosias adultos. Su entrada en el Estudio 10 de las instalaciones de Antena 3 en San Sebastián de los Reyes (considerado durante años un plató gafado lo cual sirvió de débil excusa a muchos para sus derrotas en los audímetros) fue con aplomo. El señor García prometía que si votaban a su partido, el curso comenzaría en enero y finalizaría en marzo, una promesa potente, sin duda.
El señor López contraatacó poniendo sobre la mesa las mentiras de su adversario: "Dijo usted que me da vergüenza hablar con las chicas y traigo aquí el vídeo de la Comunión de mi primo donde se puede ver cómo hablo tranquilamente con mi vecina Vanessa". Un fact check en toda regla avanzado a su tiempo. "El debatito decisivo" fue, sin duda, una inspiración genial del equipo de guionistas y, además, ejecutado con la rapidez a la que hoy nos tiene acostumbrado el equipo de "Polònia" en TV3 pero que hace 26 años no era tan común.
A pesar de fugaces destellos de un humor inteligente y bien tratado, "Noche, noche" no consiguió su hueco entre la audiencia. Antes del verano terminó temporada y nunca más se supo de él. Sin embargo, Emilio Aragón tenía un as en la manga que sería uno de los mayores éxitos de la cadena el siguiente curso, "El gran juego de la oca".