Ahí están, son cinco de las locutoras y presentadoras más famosas de los setenta. De izquierda a derecha: Marisa Abad, Isabel Tenaille, Rosa María Mateo, Jana Escribano e Isabel Bauzá y casi siguiendo ese mismo orden, de la frescura de la recién llegada a la serenidad de la más veterana. Todas eran popularísimas en 1978, Bauzá en plantilla desde 1959, Abad desde 1975 tras algunas colaboraciones un par de años antes. No era habitual que aparecieran en pantalla todas a la vez, de hecho, era algo inaudito. Cierta noche de noviembre de aquel año y sin previo aviso al espectador se emite un programa sin título en el que intervienen todas.
Rosa María Mateo, una de las comunicadoras más prestigiosas del momento gracias a su paso por "Informe Semanal" y el Telediario, da la bienvenida a la audiencia explicando por qué se han reunido todas en un discreto decorado. La semana anterior Joaquín Soler Serrano había moderado un coloquio sobre la Constitución con algunos de los más reconocidos rostros de TVE, Hermida, Martín Ferrand, de la Quadra, Macía y Rodríguez de la Fuente. Ninguna mujer intervino en aquel debate y fue el propio Hermida el que confesó en antena que aquello le parecía discriminatorio. Una semana después Rosa María se presentaba diciendo: "Vamos a hablar a nivel personal y vamos a hablar como mujeres que trabajan y como mujeres que a la vez son amas de casa. Todas estamos casadas, todas llevamos una casa y la vez trabajamos. No va a ser una conversación ni erudita, quizá ni brillante y por supuesto lo que sí aseguramos es que no somos conocedoras del tema, vamos a informalmente hablar de esta "cosa", de este libro que es la Constitución que vamos a tener que ir a votar el 6 de diciembre".
En realidad, según me contaba hace tiempo Isabel Bauzá, todo se organizó de manera precipitada, esa misma mañana el jefe les dijo que por la tarde grabarían un especial sobre la Constitución. Hubo una merienda en la que ellas mismas organizaron cómo llevarían a cabo este improvisado programa. Se trataba de explicar al espectador qué era aquel librito que supuestamente todos deberían tener en casa puesto que había sido enviado por el propio Gobierno para que lo estudiaran antes de votar en el referéndum. Posiblemente los jefes pensaban que la mejor forma de dirigirse a las mujeres era organizar otra charla pero sólo con locutoras. Y para no esconder el enfado por haberlas obviado en el primer especial, el tema escogido para iniciar la tertulia fue el machismo "le vamos a perdonar a TVE que fueran machistas el jueves anterior" decía con sorna la Mateo. Isabel Tenaille abría fuego asegurando que el artículo sobre la sucesión de la Corona era claramente excluyente aunque Jana Escribano respondía que al menos no era como la ley Sálica, en este caso ponía "sólo" se ponía al hombre por encima de la mujer pero no la olvidaba directamente. Breve silencio y todas confirman que efectivamente eso también es machista.
Siguiente tema: el Consenso. Isabel Bauzá afirma que eso, sin duda, es lo mejor de esta Constitución aunque también lo peor para algunas formaciones que sentían que habían tenido que ceder en algunas de sus ideas base; Mateo responde inmediatamente que ceder es la única forma de llegar a vivir de forma armónica. Entre risas lo comparan como un matrimonio avenido "difícil pero posible" remata Bauzá. Y ya que se habla de casamiento... pasemos al divorcio. Marisa afirma que por fin habrá igualdad, "la mujer ya no debe obedecer al hombre". La posibilidad de una ruptura del santo matrimonio sin todas las dificultades que tenían hasta ese momento las hacía libres. No obviaban la polémica que estaba trayendo ese artículo, algunas asociaciones católicas estaban presionando para que se votara en contra del texto. Nuestras locutoras templaban gaitas diciendo que la existencia de esa ley no obligaba a nadie a divorciarse y que esa decisión dependerá de la libertad de conciencia y religión de cada ciudadano.
Mateo iba repartiendo turnos y abriendo nuevas conversaciones con mucha naturalidad. Cada vez que se abordaba una cuestión una de ellas leía a cámara el artículo correspondiente. Estaba claro que aquel coloquio era totalmente divulgativo, se daba por supuesto que muchos españoles no habían leído la Constitución con calma o, incluso, que no comprendía bien sus palabras. El derecho a una vejez digna, a una enseñanza pública, obligatoria y gratuita, el feminismo... Durante 36 minutos, estas presentadoras, que hoy serían consideradas "prescriptoras" para una parte amplia de la población, desgranaron buena parte de un texto que hoy vuelve a estar a debate.
"No sé si lo hemos hecho bien (...) La convivencia pacífica entre todos los españoles de todas las ideologías y creencias, esperamos que se pueda conseguir una vez refrendemos la Constitución el próximo día 6 (...) Les rogamos nos perdonen si en algún momento les hemos molestado" eran las palabras de despedida de Rosa María Mateo. Y, efectivamente, España votó sí.