La tele está hecha de símbolos, de imágenes que se quedan en el recuerdo del espectador aunque ni siquiera se conserven en los archivos. Aquí todavía no tenemos un museo de la televisión donde se muestren esas pequeñas cosas que hacen el todo audiovisual y si algún día se plantea seriamente esa posibilidad sus responsables se van a encontrar con que tendrán poco que mostrar. En Reino Unido la primera sede de la BBC, Alexandra Palace, es visitable y allí se pueden encontrar viejas cámaras, un primitivo control de realización y la simulación de un vetusto decorado. En EE.UU. hicieron algo similar con el primer set del "Today Show" en su ubicación original y además el Smithsonian expone reliquias como el muñeco original del Howdy Doody o la cocina de Julia Child trasladada objeto por objeto desde su casa. Aquí eso no va a ser posible porque ayer comenzó el derribo del mítico chalé del Paseo de la Habana de Madrid desde donde comenzó a emitir TVE el 28 de octubre de 1956 y que se mantuvo como sede oficial hasta la inauguración de Prado del Rey el 18 de julio de 1964.
El cronista televisivo Borja Terán es el único que se ha preocupado por informar de la noticia y nos lo ha mostrado con crudas imágenes de las grúas arañando el edificio de oficinas que se había agregado años más tarde porque, en realidad, nunca dejó de pertenecer a TVE. Hoy se procedía al derribo del plató. Poco quedaba de la traza original que nos mostraba el NO-DO para anunciar el inicio de las emisiones regulares de la tele patria. Al caserón se le habían ido añadiendo nuevas partes para hacerlo más práctico para sus nuevos usos. Cierto es que ya a principios de los 60 se alquilaba el Teatro del Fomento de las Artes o un estudio de Sevilla Films para hacer frente al incremento de horas de programación pero este histórico inmueble se mantenía como cuartel general.
El estudio tenía apenas 250 m² pero el escueto equipo de pioneros no se arredraba ante las dificultades y utilizando métodos de lo más ingeniosos conseguían hacer el Telediario, un programa de variedades, una obra de teatro y un cultural en el mismo día. Allí se inventó el "decorado cebolla": diferentes capas que se iban retirando cada vez que finalizaba un programa para descubrir el panel correspondiente al espacio de turno. A pesar de las estrecheces, en aquel estudio se desarrollaron también escenas de películas como "Ha llegado un ángel" (con Marisol), "Historias de la tele" (con Concha Velasco y Tony Leblanc), "La gran familia" (con el llamamiento de búsqueda de Chencho) o "Maravilla" (con el dúo musical Carmen Morell-Pepe Blanco) que mostraban al público de las salas cómo funcionaba aquel invento modernísimo.
Sus trabajadores recordaban el espíritu de familia de aquel chalé y el olor a tortilla, inevitable porque al lado había un bar cuya "salida de humos" desembocaba casualmente en el bajo del edificio. Tico Medina confesó hace tiempo que tras una entrevista el genial actor británico Lawrence Olivier les felicitó efusivamente: "¡Enhorabuena! Hacen televisión en una caja de zapatos".
La última vez que vimos el plató fue gracias a la periodista Marga Gallego que tuvo la fantástica idea de reunir allí a dos realizadores de la primera hornada, Fernando García de la Vega y Gustavo Pérez Puig, para recordar aquellos primeros tiempos en un reportaje de "Informe Semanal" sobre los 50 años de la cadena pública. El estudio estaba abandonado y el inmueble ya no se usaba. Más recientemente uno de los primeros presentadores del Telediario, Eduardo Sancho, se acercó hasta esa avenida para dar comienzo a la serie documental "Las caras de la noticia" de Canal +. Desgraciadamente no pudo entrar.
El primer hogar de TVE, nuestra tele, ya no existe como tampoco se conservan los Estudios Buñuel, derribados por una oscura operación inmobiliaria. El número 68 del Paseo de la Habana también se destinará a pisos de lujo en una cotizada zona madrileña tras salir a subasta pública hace un par de años. En la BBC, que también ha sufrido la misma ambición inmobilaria con su TV Centre (si bien en este caso se han conservado los platós que seguirán utilizándose), al menos lo despidieron con todos los honores: documentales, programas especiales y un concierto. Aquí esto se silencia... o al menos lo intentan.