Foto cedida por @ArchivoRTVE |
Si nombramos a Fernando Pieri sólo los más veteranos espectadores achinarán los ojos mientras intentan recordar de qué les suena ese nombre. "Pieri, Pieri... me suena pero no le pongo cara". Bien, para eso estamos aquí, le ponemos cara. Atentos a la foto superior. Tenemos a un hombre con cierta elegancia natural, que huye de la combinación habitual en televisión de traje y corbata para los hombres y luce un jersey de cuello vuelto y una chaqueta que posiblemente haría Moirè (ese efecto que hace que ante la cámara ciertos tejidos o estampados se muevan). Esboza una ligera sonrisa y percibimos en su mirada timidez. Fernando Pieri fue uno de los escasos representantes masculinos en el locutorio de continuidad desde finales de los 60 hasta que en los 80 desaparecieron de pantalla aunque su voz siguió sonando hasta principios de la década siguiente. Pero si por algo va a ser recordado Pieri es por haber prestado la voz a la rana Gustavo desde la llegada de los personajes de Jim Henson en TVE en 1974 y hasta la etapa de Espinete.
Pero empecemos por el principio, Fernando nació el 10 de julio de 1936 en Madrid, tan sólo 7 días antes de que estallara la cruenta Guerra Civil. Comenzó estudios de Arquitectura pero enseguida los abandonó para dedicarse a la radio. Desde luego su timbre era atractivo pero el uso que le daba era impecable, por eso no es de extrañar que fuera fichado por la Voz de Madrid y que trabajara en "Cabalgata fin de semana" junto a Bobby Deglané. En 1965 ingresó en TVE y ahí comienza una nueva (y definitiva) etapa profesional. Su primer papel en la Casa fue como presentador del programa "Cine-Club", rol que repetiría una década más tarde.
En esa misma época comenzó su trabajo como locutor de continuidad. Junto a Rosa María Mateo se encargaría de "La Segunda Cadena informa", siendo pioneros de este canal, conocido popularmente entonces como la UHF. Pieri tuvo dos constantes en su devenir televisivo: el cine y la música. En la radio ya había comandado un programa llamado "La nueva ola" que consiguió fama entre los más jóvenes pero en la tele se dedicaría más a la música clásica con espacios como "Canciones magistrales" o "Auditorium" aunque quizás sea más recordada su labor como introductor de los "Conciertos de Von Karajan".
En el verano de 1976 le encargaron la difícil tarea de sustituir a la sorpresa de la temporada regular: "625 líneas", aquel avance de la programación dirigido y presentado por José Antonio Plaza y Paca Gabaldón (más tarde llegarían Mayra, Santiago Peláez, Juan Santamaría...) que supo aprovechar sus posibilidades a tope. El problema es que a Fernando no le dieron medios, de hecho su programa se producía en blanco y negro mientras que el de Plaza era en color, un claro indicativo de que aquello era casi un trámite.
Aquel año tuvo otra oportunidad que casi parecía un regalo envenenado pero que le relacionaba de nuevo con el celuloide, el programa "El cine", unas presentaciones realizadas al alimón con Blanca Álvarez para introducir la película de los jueves por la noche. El proyecto comenzó de forma errática y la propia Álvarez reconocía que no sabían muy bien qué se esperaba de ellos. Poco a poco la cosa fue tomando forma y además de los comentarios sobre el elenco, el contexto histórico o el argumento reicibían la visita de los directores de los filmes seleccionados. Vamos, un claro precedente de "Cine de barrio". El problema es que esa misma temporada Manuel Martín Ferrand presentaba las pelis de los sábados con un mayor sentido del espectáculo (y más presupuesto) así que ambos espacios competían y no precisamente en igualdad de condiciones.
Aquel año tuvo otra oportunidad que casi parecía un regalo envenenado pero que le relacionaba de nuevo con el celuloide, el programa "El cine", unas presentaciones realizadas al alimón con Blanca Álvarez para introducir la película de los jueves por la noche. El proyecto comenzó de forma errática y la propia Álvarez reconocía que no sabían muy bien qué se esperaba de ellos. Poco a poco la cosa fue tomando forma y además de los comentarios sobre el elenco, el contexto histórico o el argumento reicibían la visita de los directores de los filmes seleccionados. Vamos, un claro precedente de "Cine de barrio". El problema es que esa misma temporada Manuel Martín Ferrand presentaba las pelis de los sábados con un mayor sentido del espectáculo (y más presupuesto) así que ambos espacios competían y no precisamente en igualdad de condiciones.
Ya por entonces Pieri había comenzado su labor como doblador, primero para los redoblajes o doblajes de películas nunca estrenadas en España para su emisión televisiva y, posteriormente, para las compañías específicas que preparaban las películas para su estreno en salas comerciales. Generalmente era la voz de un locutor radiofónico, el narrador (por ejemplo en la escandalosa "Calígula") o personajes secundarios o incluso figurantes con frase pero para TVE tuvo el honor de ser la voz de un auténtico icono de la tele mundial, la rana Gustavo. Comenzó esta labor en 1974 con "Ábrete Sésamo", incluido en "Un globo, dos globos, tres globos", y posteriormente en la versión española protagonizada por Caponata y en la siguiente con Espinete. En definitiva, es LA VOZ de Kermit de referencia en nuestro país y, posiblemente, la más recordada por la audiencia. Para el Ente también prestó su voz a caracteres clásicos de los dibujos animados como Bugs Bunny o Yogi pero en ocasiones puntuales, no de forma oficial.
Durante los 80 Fernando se dedicó casi en exclusiva a la continuidad. Sus compañeros le recuerdan como un hombre serio, sobrio, callado pero de carácter afable. Muchos tienen muy viva su imagen fumando con boquilla en una esquina del sufrido locutorio, esperando turno o pendiente de cualquier fallo en la emisión para salir al aire diciendo aquello de "Rogamos disculpen esta interrupción". Era curioso ver aquel hombre de gesto adusto y sonrisa esquiva apareciendo en pantalla contando las cosas con absoluta sobriedad y después reconocer su voz en el barrio de Espinete o en promos de películas como "Emmanuelle" defendiendo textos imposibles en segunda persona dirigidos a la propia protagonista: "Ay Emmanuelle, Emmanuelle", finalizaba aquel anuncio que hoy es una joya del género bizarro.
Fernando Pieri falleció sin que su desaparición fuera muy anunciada. Es uno de esos presentadores prácticamente olvidados pero que merecen un recuerdo cariñoso de los espectadores.
Así era una de los avances de programación con Fernando en 1987:
Y así escuchábamos a Gustavo durante más de 3 lustros: