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Cruz Delgado, el maestro humilde

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Cruz Delgado es algo más que un nombre, el de aquel director que hizo más digerible el Quijote a los niños, el que consiguió que en los noventa se cantara aquello de “Esto tiene mucho ritmo, esto es música” al son de cuatro animales cantarines. Es una marca como también lo son otros nombres propios: Walt Disney, Hanna-Barbera, Walter Lantz… Es un marchamo de calidad en la animación con un estilo plenamente reconocible por los espectadores infantiles de las generaciones que van desde los sesenta hasta los noventa. Algunos pensarán que estoy exagerando con la comparación. En realidad no estoy equiparando a nuestro paisano con los norteamericanos, entre otras cosas porque Cruz se encontró con muchas más dificultades para desarrollar su pasión (convertida con mucho tesón en su trabajo) y tuvo que bregar con presupuestos ínfimos para desarrollar obras mucho más que dignas. Con 86 años está viviendo una etapa de reconocimiento inesperada. La aparición del libro “De Don Quijote a los Trotamúsicos” (escrito por su hijo y Jorge San Román y editado por Diábolo) ha provocado un efecto nostálgico entre los lectores y también entre los medios que desde hace meses lo entrevistan. Este libro era necesario para establecer una bibliografía fiable sobre la obra del que, quizás, ha sido el único director de animación español con una carrera larga y con varios éxitos en su cartera. 

Cruz revisa fotogramas junto a Félix Cascajo, amigo y compañero que le convenció para montar su propio estudio a la vuelta de Bruselas

Delgado es un humilde impenitente. Ha conseguido vencer con sonrisa contagiosa su timidez y este regreso a la actualidad le sorprende hasta el desconcierto. No obstante, como ha sido maestro de animadores y ejerció como profesor en la ECAM (Escuela de Cinematografía y del Audiovisual de la Comunidad de Madrid) es consciente de que su figura es un ejemplo para nuevas generaciones y que este tipo de volúmenes ayudan a documentar una parte de nuestra historia fílmica que es generalmente ignorada. Por eso acceda amablemente a las entrevistas aunque se note que nuestras preguntas le siguen descolocando. En una larga conversación telefónica, Cruz reconoce la importancia que ha tenido en su carrera la televisión: “Ha significado mucho para mí porque precisamente los primeros dibujos animados que produjo TVE fueron los de un personaje mío, Molécula aunque anteriormente ya había hecho Villancicos de España y América, unos cortos de un minuto o así.” Efectivamente, en 1968 realiza la primera serie de producción propia destinada específicamente para televisión en nuestro país. “Molécula” era un viejo y querido personaje que había creado como protagonista de historietas para la revista “Ama” y con el que después experimentó en varios cortos cinematográficos: “Fue un éxito pero luego cambió el equipo de dirección de infantil y juvenil y a la nueva persona al cargo no le interesaba y no se renovó. Pero eso ha pasado en TVE desde que se fundó. Igual que hoy no existe programación infantil. Son cosas que dependen del que dirija en el momento, lo que piense, lo que crea que le gusta más a la gente… Tenían que haberse hecho más episodios de Molécula”.


Cuando Cruz Delgado coloca esa pica en Flandes que supone Molécula en la programación infantil de nuestra tele, ya es un profesional experimentado. Tras unos comienzos totalmente autodidactas trabaja en los célebres y prestigiosos Estudios Moro, premiados en todo el mundo por sus excelentes spots. “Los primeros años fueron muy difíciles y complicados. Estuve cuatro años en los estudios Moro y al mismo tiempo iba haciendo experimentos por mi cuenta con la truca. Fueron varias etapas, muchas horas, mucha afición, mucha ilusión. Fui pasando esas etapas hasta conseguir montar mi propio estudio para la realización de películas de animación. La primera fue “El gato con botas” en 1963 y a partir de ahí publicidad, televisión, cortos con José Ramón Sánchez. Todo hasta el gran proyecto del Quijote, una gran responsabilidad. En Moro se trabajaba mucho. Aquello fue una novedad tan importante que se tuvieron que montar dos turnos para completarlo. Aquellos famosos filmlets de varios minutos. Allí nos acostumbramos a tener cierta rapidez en la producción porque en la publicidad te encargan algo para hoy. Aunque yo he hecho mucha publicidad también en mi estudio nunca tanta como Moro o Pablo Núñez. Piensa que he hecho cuatro largos.”

En 1961 recibe una importante oferta para trabajar en Belvision, la productora de animación más importante de Europa. Era consciente de que era una gran oportunidad pero tenía sus dudas, tantas que los belgas tuvieron que insistir hasta que en 1962 aceptó imponiendo varias condiciones: “La oferta era muy interesante. Se pusieron en contacto conmigo a través de un amigo dibujante que trabajaba allí. Me hicieron varias pruebas, les interesé y estuve un año como ayudante de animación para la película “Pinocho en el espacio” (coproducción con EE.UU.) No quería irme de España pero me di cuenta de que no podía rechazarlo, no sólo económicamente sino por la experiencia de trabajar con artistas de otros países. Allí empecé a hacer contactos y retomé mi trabajo como historietista y trabajé para Spirou, Tintin y Junior. Al regresar a España me volví con esa colaboración y la continué desde aquí. Gracias a esta experiencia, a mi vuelta empiezo a montar mi primer estudio dedicado exclusivamente a los dibujos animados.” De ese estudio salieron los cortometrajes “El gato con botas” y varios protagonizados por el Canguro Boxy. 

Cruz Delgado con un muñeco del Gato con botas, protagonista de su primer corto

“Se exigía en la programación de las salas de cine que junto al largo hubiera un corto y por eso los distribuidores lo pedían. Por eso no tuve ninguna dificultad, me apareció un distribuidor que me lo lanzó en exclusiva por toda España. Luego hubo una disposición que exigía el NO-DO y dejaron de ponerse otros complementos.” Al mismo tiempo había comenzado a colaborar con TVE realizando anuncios. Quizás por eso pensaron que era la persona más adecuada para atreverse con un proyecto técnicamente muy complicado: animar un fantasma que hablaría directamente con el presentador Manuel Martín Ferrand.

Martín Ferrand con el Fantasma de "Nosotros"

“El trabajo del fantasma del programa “Nosotros” fue muy curioso. Tenía que hacerlo en un tiempo récord y hacía yo la animación. No daba tiempo a sacar el positivo de la película y se entregaba en negativo y allí mismo en Prado del Rey Martín Ferrand hablaba con él y lo convertían a positivo. Desgraciadamente a pesar de tener dos grandes figuras como presentadores (a Martín Ferrand le acompañaba en una primera etapa Alfredo Amestoy) no tuvo gran éxito y cortaron el programa antes de lo que me hubiera gustado pero fue una gran experiencia.” A pesar de las complicaciones que suponía animar un personaje con guiones entregados apenas unos días antes, con una técnica de inclusión de la imagen que nunca se había probado en TVE que, además, debía estar sincronizado con el discurso del presentador, Cruz no tuvo dudas en aceptar el encargo: “He sido muy decidido siempre. He tenido mucho entusiasmo y pasión por mi trabajo. Si había inconvenientes luchaba por vencerlos. Podía más la ilusión y no había dificultad que no se pudiera superar.”
A pesar de sus positivas experiencias en ese medio casi nuevo que era la tele en España (apenas tenía una década de experiencia), a Delgado lo que le interesa de verdad es el cine, quiere desarrollar narraciones más elaboradas y con una estética mucho más cuidada: “La TV es importante en el sentido de la difusión pero lo que más me ha interesado siempre es hacer un largometraje. Luché muchísimo para el primer proyecto, Mágica Aventura. Quedé muy contento porque además tuvo en gran éxito no sólo en España. Si me dan a elegir entre cine y TV, me quedo con el cine.” 




“Mágica Aventura” sería su primer largometraje y su apuesta por un proyecto de este tipo en un país con experiencias previas agridulces en este campo, culminó en triunfo: “Había sido primero un corto y mi guionista, Gustavo Alcalde, unificó esa idea con otros cortos anteriores y con música, que es algo que a mí siempre me ha gustado. Fue un éxito, la distribuyó Warner y se estrenó en el Imperial, el cine exclusivo de las pelis de Disney. Estuvimos un mes y medio en cartel y montamos algo muy americano con el mago protagonista repartiendo globos en la entrada.”
Y por ese camino cinematográfico iba a continuar la senda del estudio Cruz Delgado: “El Quijote iba a ser una película pero al productor, Romagosa, le gustaba como serie. Me convenció y finalmente nos pusimos a trabajar en ello. De nuevo con Gustavo Alcalde, mi guionista de siempre, y el asesoramiento de Díaz Plaja y Criado de Val. Ante una obra como el Quijote, que no se había atrevido nadie a hacer una serie de dibujos… fue muy importante la adaptación. Tienen que entenderla perfectamente los niños y ahí estuvo el éxito, llegar a ellos. Hubo que hacer adaptaciones muy especiales para que ellos la entendieran. La gente se sorprendía. Por eso tuvo tanta audiencia. Se hizo un piloto de 15 minutos con escenas importantes de la obra y TVE la aceptó. Se realizaron 39 capítulos.”
El Quijote supuso un esfuerzo ímprobo para un estudio mediano como el de Cruz, por eso se tuvo que solicitar la ayuda de otras compañías: “Hubo colaboración de un estudio de Barcelona, de los de Pablo Núñez… allí colaboró todo el mundo porque había que sacar 26 minutos cada semana.” Se trabajaba con tanta premura que llegó un momento en que la entrega de los capítulos casi se solapaba con la emisión: “Tuvimos la suerte de que el traslado de los restos de Alfonso XIII de Roma a Madrid coincidió con el día de emisión del Quijote y se suprimió toda la programación normal. Gracias a eso pudimos recuperar una ventaja de uno o dos episodios con respecto a la emisión. Aquello fue una locura que no se ha vuelto a repetir y no creo que se pueda hacer algo así de nuevo. Hay que estar locos para hacerlo.”


Una escena del proyecto de la segunda parte de los Viajes de Gulliver que no se llegó a realizar

Y tras ese éxito global (hasta Japón compró los derechos en 1979 cuando todavía no había finalizado la emisión de la primera temporada), se inicia la producción de “Los viajes de Gulliver”, estrenada en 1983. Premios, distribución internacional… todo hacía pensar en una segunda parte que incluso se llegó a promocionar pero finalmente se dejó de lado por otros proyectos.
En 1989 llegaría a la sobremesa de los domingos una nueva serie con el sello Cruz Delgado, “Los Trotamúsicos”, basada en la película “Los 4 músicos de Bremen” estrenada un año antes, primer Goya de animación de la historia. “Se puso mucho entusiasmo en los Trotamúsicos. Nunca se ha emitido tantas veces una serie como ésta. TVE la emitió 18 veces. Desgraciadamente después de eso empezó a descender el número de encargos, no sólo para nosotros sino también para otras productoras importantes como BRB (“David el Gnomo”, “La vuelta al mundo de Willy Fog”). Nosotros presentamos otro proyecto de un personaje mío, Mac Mapache con guiones de mi hijo y de Gustavo Alcalde pero el proyecto sigue en TVE. Se hicieron los story de 15 guiones, desarrollados los personajes, los fondos… Estaba previsto que se realizara a continuación de los Trotamúsicos pero hubo un cambio de dirección y hasta desapareció el departamento del que esto dependía.”

Todos los personajes de Cruz Delgado, desde Boxy el Canguro a los Trotamúsicos pasando, cómo no, por Quijote y Sancho
 
A lo largo de su longeva carrera, Delgado ha apostado por equipos estables, su estudio ha sido una escuela para muchos animadores y durante años colaboró con los mismos profesionales. Especialmente importantes para él fueron su guionista, Gustavo Alcalde, y el compositor Antonio Areta: “La compenetración que tuve con Alcalde fue más allá del trabajo. Amigos hasta que ha fallecido. Nos entendíamos perfectamente. Con Antonio Areta igual. Me lo habían recomendado para “El gato con botas” después de que él hubiera hecho la música de la familia Telerín. Entendió perfectamente lo que yo quería tras la primera conversación que tuvimos ante el story-board. Trabajé con él en todo excepto en los Trotamúsicos.” 

Delgado con su hijo y Jorge San Román, autores del libro "De Don Quijote a los Trotamúsicos" (Diábolo Ediciones) 





Se lamenta de que somos exportadores de talento “El reconocimiento del dibujo animado en España ha tardado bastante. Precisamente es gracias a la TV que los productores empezaron a interesarse” pero hoy en día los directivos prefieren comprar series extranjeras (en ocasiones dirigidas o realizadas por españoles) a producirlas aquí y crear de nuevo una industria. Delgado no se rinde y sigue muy activo: “Sigo dibujando pero no por obligación sino porque me gusta. Y estoy muy pendiente de todas las novedades. Incluso hoy en día me intereso por cualquier proyecto aunque me doy cuenta de que ya no puedo hacer las cosas que hacía hace 30 ó 40 años. Pero el que es goloso lo es hasta que muere.”








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