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Novela: Ana Karenina

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Tolstoi es, sin duda, uno de los autores rusos más adaptados al cine y la televisión de todos los tiempos. Periódicamente sus obras inspiran a nuevos realizadores que deciden poner en imágenes su densa narrativa. Si estos días la BBC emite su suntuosa versión de "Guerra y Paz" no está de más que echemos la vista atrás para recordar cómo se trasladó la trama de "Ana Karenina" en la TVE de 1975. Desde el 3 de noviembre, durante 20 capítulos emitidos de lunes a viernes a las 16h, el espacio "Novela" albergó las desventuras de tres matrimonios de la decadente aristocracia rusa del siglo XIX. La acción comenzaba con la llegada de Ana a Moscú desde San Petersburgo, donde vive junto a su marido e hijo, para ayudar a su hermano Oblonsky a destensar la relación con su mujer, Dolly. La pobre cuñada de Ana en realidad estaba sufriendo un ataque de cuernos en toda regla pero, como buena esposa de la alta sociedad, comprende que debe callar. Una vez solucionados estos problemillas conyugales la Karenina acude a una fiesta con la dulce Kitty, hermana de Dolly. Allí se encontrarán con el conde Wronsky, objeto de amor de Kitty que tendrá que ver cómo el conde se enamora a primera vista de la cuñada de su hermana. No sigo porque tampoco es plan de aguaros la lectura o el visionado de esta Novela, ya disponible en la web de RTVE en su sección Archivo.


La bellísima María Silva encarna a la protagonista de este dramón adaptado por el guionista Marcial Suárez. Meses antes del estreno de esta Novela, se había anunciado con otro reparto y dirigida por Alberto González Vergel pero diversos problemas se fueron sucediendo y lo grabado quedó para siempre inédito. Una treintena de conocidísimos actores de la época acompañaba a Silva en esta serie que se alargó durante cuatro semanas en la parrilla y que consiguió una muy buena posición en el panel de aceptación, con notas superiores siempre al 7,5 sobre 10. La actriz decía de su personaje entonces: "Es una mujer llena de amor y de valentía, capaz de pasar por cualquier dificultad y de enfrentarse a quien sea necesario para conseguir estar junto al hombre que ama. Quizá se la pueda ver como a una egoísta pero ¿quién no lo es cuando está enamorada, aunque parezca una contradicción? Estoy encantada con este papel. Es posiblemente el que más me ha gustado hacer en mi carrera".

El realizador era también un actor muy familiar para los espectadores de la tele desde sus inicios, Fernando Delgado, un hombre polifacético que compaginaba ambas labores aunque no con excesiva frecuencia. De hecho, habían pasado ocho años desde la última vez que se había puesto al frente del control de realización. En la foto lo vemos a la derecha dando indicaciones a los intérpretes.
 

La llorada Inma de Santis es Kitty, la mujer enamorada de Wronsky sin ser correspondida: "Yo represento la juventud y la pureza en medio de una sociedad corrompida. Es viva, es humana, con grandes variaciones en su situación personal que le hacen pasar de la alegría a la depresión con una facilidad tremenda. Es un personaje lleno de matices. Pero no se muestra rebelde. En medio de esas varaciones su personalidad está limada y se mantiene dentro de una línea" declaraba a la periodista María Luisa Páramo de la revista TeleRadio.


María Massip, excelente actriz de doblaje y habitual de los dramáticos televisivos hasta los 80, interpreta a Dolly y Pablo Sanz a su marido infiel Oblonsky. Las historias de amor se van entrelazando a través de la trama y Tolstoi se mete en la mente de cada uno de sus personajes para entenderlos. Massip, sin embargo, reconocía no empatizar en absoluto con Dolly: "Yo nunca reaccionaría como esta mujer. De ninguna manera". 
   Todos los miembros del reparto se declaraban encantados de trabajar bajo las órdenes de Delgado que, siendo actor, podía entenderlos mucho mejor. María contaba a la prensa que "es la segunda vez que trabajo con él y puedo decir que sorprende por su plan de trabajo. Lo normal es ir grabando por capítulos pero él lo hace por decorados, con lo que se ahorra mucho tiempo porque mientras se está trabajando en uno se está montando otro". La única queja tenía que ver con los turnos de grabación. La veterana Luisa Sala explicaba que "para poder tener todos el fin de semana libre, los cámaras se empeñaron en trabajar después de comer. Esto puede parecer anecdótico pero es que ellos no saben lo que es ponerse un corsé nada más terminar la comida". 


Amparo Baró tampoco simpatizaba con su personaje, la condesa Lidia: "No me va mi papel. Es una hipócrita redomada que quiere introducirse en determinados sectores y emplea trucos absurdos para conseguirlo. Decididamente, no me gusta". 
   Daniel Dicenta, Paco Valladares, Carlos Casaravilla y Fernando Romero intervenían también en esta adaptación en la que se eliminaron algunas subtramas para poder abordarla en episodios de media hora sin aturullar al espectador. Decía la Baró en aquel momento: "Ha habido que aligerar mucho la obra por sus dimensiones y su enorme profusión de detalles. Esto ha hecho que la psicologia de los personajes quede menos marcada que en el original. Pero si para esto son pocas veinte partes, para otras cosas son demasiadas porque, al estar dividida, la obra pierde intensidad. Este es el problema de todo lo que se hace por entregas."


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