Es una tradición navideña de nuestra televisión desde mediados de los setenta, a los slogans harto conocidos de "Vuelve a casa por Navidad", los pegadizos (e inquietantes) jingles "las muñecas de Famosa se dirigen al portal", "el looobo, ¡qué buen turrón!" o "¡Queremos turrón, turrón, turrón! ¡Seguimos queriendo turrón, turrón, turrón" (sí, algunos son adictos sin control) tenemos que añadir las espectaculares superproducciones de la firma de cava Freixenet. Sus chicas burbuja fueron las protagonistas de las primeras incursiones televisivas de esta marca y sus "Nevada Shows" eran incluso anunciados en la programación de las revistas "TeleRadio" y "TP" como si fueran un programa más. Comenzaba la leyenda que a día de hoy sigue siendo un anuncio exclusivo del prime-time.
En 1977 comienza una nueva etapa en la publicidad de este cava con la contratación de grandes estrellas internacionales. Su expansión comercial en el resto del mundo implicaba una gran apuesta por su presencia en los medios y por eso sus spots tenían que ser no sólo espectaculares sino que además debían contar con un gancho. La primera fue la actriz y cantante Liza Minnelli.
Desde entonces cada nuevo anuncio era motivo de reportaje en los medios y se creaba una gran expectación entre la audiencia, ¿tras el pelotazo de la Minnelli quién sería el siguiente protagonista? Sin embargo en los dos años siguientes se volvió al modelo anterior, las burbujas serían las estrellas con cuidadas coreografías o números acuáticos a cargo de las nadadoras de un club catalán (claras predecesoras de las chicas de natación sincronizada) siempre dirigidas por realizadores con un acusado sentido del music-hall que homenajeaban los grandes clásicos del musical americano, especialmente Busby Berkeley y sus imposibles caleidoscopios.
Cuando nadie se lo esperaba, Freixenet vuelve a sorprender con el fichaje de famosos. Para inaugurar la nueva década se contrata nada menos que a cuatro estrellas para liderar otros tantos anuncios, dos nacionales y otras dos internacionales.
Bárbara Rey y Lorenzo Santamaría eran los patrios elegidos para protagonizar sendos spots. Ella se había convertido en un sex-symbol sobre todo gracias a su presentación en el verano del 76 de "Palmarés" en TVE y él era un afamado cantante con espíritu rockero pero con éxitos fulgurantes en la balada.
Margaux Hemingway (renombrada como "Margeaux" en esta publicidad), además de nieta del gran escritor y periodista, era el epítome de la moda de la época, había sido portada de las más grandes revistas especializadas y "Time" la nombró "belleza de nuestro tiempo". Su anuncio era un remedo de su debut cinematográfico, "Lipstick", lleno de filtros en la cámara, mucha mirada sensual y labios entreabiertos.
Sydne Rome es una estadounidense afincada en Italia que desde finales de los 60 había intervenido en multitud de filmes olvidables y que a finales de los 70 era una estrella de coproducciones europeas o películas italianas y alemanas. Era la típica estrella sin un talento definido pero que tan pronto aparecía en una peli que cantaba aunque en aquel año 80 realmente era conocida por su vídeo de aerobic, grabado en alemán, italiano ¡y español! Últimamente hemos podido reconocerla (difícilmente) bajo el bótox en una de esas infumables series de Terence Hill que emite la 2.
El anuncio del 76:
Liza Minnelli, la primera estrella de la marca:
Las chicas del club Kalípolis en 1978 y 79:
Y los cuatro anuncios del 80 unidos en un solo vídeo pero que conste en la época se emitieron de forma independiente: