Estudio 1 de Prado del Rey, programa "Directísimo", abril de 1975. José María Íñigo, a quien distinguimos entre la multitud gracias a su bigotazo, intenta entrevistar a una rubia adolescente de fama internacional mientras los niños presentes en el plató se agolpan junto a la mesa impidiendo que las cámaras capten primeros planos de la invitada.
Unos 600 chavales han invadido el decorado porque ella es su ídolo. En realidad el realizador Fernando Navarrete y el director Íñigo tienen todo bajo control, han permitido que la turba acceda a una parte del plató habitualmente vedada para el público. Pero esos niños están decepcionados, la estrella no es quien esperaban... o quizás sí pero no la reconocen... ¿qué pasa?
Ella es Inger Nilsson o, lo que es lo mismo, Pippi Calzaslargas o, al menos, lo era en 1969 cuando se estrenó la serie que se había rodado un año antes para la televisión sueca SVT. En TVE no se emitió hasta 1974 y cuando Íñigo la trajo a su programa desde luego no era una cría. Sus 16 años se notaban en su cuerpo, ya había desarrollado y hasta tenía novio. Los espectadores españoles no reconocían en aquella muchacha a la traviesa Pipilotas.
Por favor, prestad atención al niño de la esquina superior izquierda, su cara lo dice todo. "Esa no es Pippi, ¿quién narices es esa que habla tan raro?". El chiquillo es la demostración gráfica del sentir de todos aquellos que acudieron emocionados a la invitación de TVE para conocer a la estrella de la televisión del momento en medio mundo.
La propia Nilsson decía sobre la serie: "Es algo, por supuesto, no olvidado pero es una cosa pasada, Pippi era un trabajo que hacía, lo terminé y ya no tengo nada que ver". Bueno... eso no era estrictamente verdad porque aprovechando la expectación de su visita un empresario espabilado la contrató para hacer una gira por España vestida del personaje creado por Astrid Lindgren y acompañada de un jamelgo pintado de mala manera al que se le caían chorretones durante el show como a Dirk Bogarde en la escena de la playa de "Muerte en Venecia".
Lo cierto es que "Directísimo" consiguió gran relevancia con esta visita y la presencia de fotógrafos de distintos medios que durante los siguientes días hablaron del tema proporcionando publicidad gratuita al programa. Íñigo y Navarrete sabían lo que hacían.
Unos 600 chavales han invadido el decorado porque ella es su ídolo. En realidad el realizador Fernando Navarrete y el director Íñigo tienen todo bajo control, han permitido que la turba acceda a una parte del plató habitualmente vedada para el público. Pero esos niños están decepcionados, la estrella no es quien esperaban... o quizás sí pero no la reconocen... ¿qué pasa?
Ella es Inger Nilsson o, lo que es lo mismo, Pippi Calzaslargas o, al menos, lo era en 1969 cuando se estrenó la serie que se había rodado un año antes para la televisión sueca SVT. En TVE no se emitió hasta 1974 y cuando Íñigo la trajo a su programa desde luego no era una cría. Sus 16 años se notaban en su cuerpo, ya había desarrollado y hasta tenía novio. Los espectadores españoles no reconocían en aquella muchacha a la traviesa Pipilotas.
Por favor, prestad atención al niño de la esquina superior izquierda, su cara lo dice todo. "Esa no es Pippi, ¿quién narices es esa que habla tan raro?". El chiquillo es la demostración gráfica del sentir de todos aquellos que acudieron emocionados a la invitación de TVE para conocer a la estrella de la televisión del momento en medio mundo.
La propia Nilsson decía sobre la serie: "Es algo, por supuesto, no olvidado pero es una cosa pasada, Pippi era un trabajo que hacía, lo terminé y ya no tengo nada que ver". Bueno... eso no era estrictamente verdad porque aprovechando la expectación de su visita un empresario espabilado la contrató para hacer una gira por España vestida del personaje creado por Astrid Lindgren y acompañada de un jamelgo pintado de mala manera al que se le caían chorretones durante el show como a Dirk Bogarde en la escena de la playa de "Muerte en Venecia".
Lo cierto es que "Directísimo" consiguió gran relevancia con esta visita y la presencia de fotógrafos de distintos medios que durante los siguientes días hablaron del tema proporcionando publicidad gratuita al programa. Íñigo y Navarrete sabían lo que hacían.