Corría el año 1992, Telecinco era por entonces Tele 5 y estaba dirigida férreamente por Valerio Lazarov que había conseguido situar a la cadena en la lista de audiencias gracias a programas muy festivos (muy muy festivos, sí), totalmente opuestos a la seriedad de la cadena pública y de Antena 3, las rivales a batir. En aquella colorida parrilla Concha Velasco presentaba nada menos que dos programas en la temporada regular: “Querida Concha” y “Queridos Padres”. El segundo era un concurso diario en el que padres e hijos demostraban que se conocían entre sí al dedillo. Cuantos más aciertos, más dinero y más días en el programa. Pues bien, hete aquí que una familia de la pequeña localidad coruñesa de Sada aparece en el plató y comienza a responder preguntas correctamente y así se eternizan durante semanas y semanas hasta llegar a meses.
El hijo pequeño, Jaime, destaca por su inhabitual desenvoltura, naturalidad, simpatía y una tierna picardía. Hoy, Jaime es periodista y ocupa un destacado puesto pero no olvida aquellos días de tele: “Si no recuerdo mal –no quiero levantar falso testimonio- fuimos la tercera familia que más tiempo permaneció en antena de la historia del concurso. Por lo menos en calidad de eso fuimos a un especial que se hizo después y en el que, por cierto, ¡gané un viaje a Eurodisney que disfrutamos toda la familia! Nosotros tuvimos suerte porque comenzamos a principios de verano y el concurso se interrumpía con las vacaciones escolares…era un concurso familiar. Así que volvimos en septiembre. El parón del verano hizo que a la gente le pareciese más tiempo que si hubiese sido todo de corrido.
Teníamos muchísimos fans, la gente nos paraba en la calle, incluso firmamos autógrafos y a casa nos llegaban muchísimas cartas y regalos. La gente buscaba nuestro teléfono en las Páginas Amarillas y nos llamaban por teléfono... Era surrealista ¡solo eramos concursantes! Lo más “friki” fue que un año después, cuando todo estaba más o menos olvidado, empezaron a reponer los programas en Sudamérica y hasta nosotros llegó algún que otro “fan” de Chile o Argentina…”
“Veíamos el programa todas las sobremesas y un buen día mi madre decidió mandar una carta. No nos contó nada hasta que nos llamaron para el casting en Santiago. Mi padre tenía un cabreo cuando íbamos de camino “¿Tu estás loca? Vaya embolao…” repetía, jajaja. En cuanto acertamos la primera chorrada y vió en el marcador 60.000 de las antiguas pesetas, se le fue todo el enfado” recuerda Jaime.
Para él la televisión era una especie de sueño inalcanzable, según le recuerda su madre continuamente “era muy farandulero” así que aquella experiencia fue toda una aventura para un niño que no llegaba a los 10 años: “No sé si es porque era pequeño o porqué, pero me pareció que estaba lejísimos de la civilización. Los estudios tampoco es que fueran gran cosa, pero con el paso del tiempo -fuimos una de las familias que más tiempo pasó en el concurso- pude ir viendo nuevos platós y programas. A mi lo que me chiflaba era sacarme fotos con famosos y pedirles autógrafos: Catherine Fulop y Fernando Carrillo, Julián Lago, Loreto Valverde, los dobles de Sensación de Vivir, Carmen Sevilla o Jesús Vázquez ¡no tenía criterio! Todos me valían”.
No había truco en el programa, asegura, “estábamos aislados. ¡Era el paraíso terrenal! Niños por un lado y padres por el otro. No nos dejaban acercarnos para que no nos chivasemos las respuestas, así que cada uno andaba en su grupo y con sus cuidadores –intuyo que la chica que iba con los padres tendría otro nombre-. Siempre estábamos muy cerca, en habitaciones contiguas, pero solo nos veíamos físicamente en el comedor de Telecinco. Ahí comíamos en mesas separadas pero cercanas; yo siempre salía ganando porque no sé como me las ingeniaba, pero siempre comía con las Mama Chicho. “
Gracias a la popularidad adquirida, la propia Tele 5 empezó a contar con Jaime para otros programas: “Me llamaron de varios a los que yo había escrito –insisto, siempre fui muy farandulero- pero por incompatibilidad del contrato no pude ir. De aquella no podías estar todo el dia de plató en plató. Este fue el caso de "Vivan los compis!" de Leticia Sabater. Sin embargo si fui a "Hablando se entiende la basca", donde hablé de “mis ligues” a raíz del programa y luego –redoble de tambores- fui a una "Gala del día de la madre", donde seleccionaron a los niños más graciosos de "Queridos Padres" para contra chistes ¡con Arévalo!”
Sin embargo hubo un día en el que fallaron las respuestas y su etapa en el concurso se acabó: “trauma infantil no tuve…jajajaja… simplemente que me hubiese gustado continuar haciendo cosas pero mis padres me explicaron que eso se lo podían permitir los niños de grandes ciudades como Madrid o Barcelona. No los de Sada…jajajaja. El único disgusto que recuerdo es que me daban mucha envidia los niños de esos grupos infantiles que cantaban el “Cocoguagua” y ese tipo de canciones. Con la edad me alegré de no haber cantado con Enrique del Pozo”.
Posteriormente participaría en más concursos pero fuera de la cadena amiga: “He ido desde al “Supermartes” de TVG, donde lo pasé genial, con mis compañeros de residencia universitaria jaleándome en la grada; hasta “Audacia” con Jordi Estadella, en TVE. En ambos mi suerte en el juego fue escasa, pero si que volví rico de anécdotas y experiencias. Especialmente en TVE donde conocí Prado del Rey y visité platós tan emblemáticos como el de Cine de Barrio o Waku Waku…es más ¡me senté en la silla corazón de Anne Igartiburu! ¿Qué más se puede pedir?”
De vez en cuando sus amigos le preguntan por aquella etapa en el concurso y él comenta sus anécdotas con una amplia sonrisa. Sigue igual de risueño que aquel chaval que respondía con descaro a Concha Velasco y no tendría problema en recordar esa época ante María Teresa Campos: “Espera que consulto mi agenda… ¡pues claro! Que anonimato ni que ocho cuartos… Iría de cabeza. Llevo 20 años recordando esa etapa, aún me sorprendo que haya gente que se acuerde incluso mejor que yo de nuestros dimes y diretes en el programa. Además, me encantaría recuperar parte de los videos que perdí en un “accidente”, incluso por ver de nuevo a Concha Velasco… Fue una época preciosa que recuerdo con muchísimo cariño. Ahí si que pienso ¡Qué tiempo tan feliz!”