Cada vez que se cambia el decorado del Telediario surgen comentarios positivos o negativos, es inevitable. Hubo un tiempo en el que se estrenaba uno distinto por cada gobierno, una manera de significar visualmente que los que llegaban eran distintos a los anteriores. A principios de 1996 los informativos de TVE mutan radicalmente su imagen, de aquella escenografía anaranjada con un mapa-mundi gigante en tonos grises y monitores a los lados (podéis verla aquí) se pasa a otra con tonos azules y verdes, televisores repartidos en lugares estratégicos, mapas repartidos en paneles colocados a distintas alturas y todo eso precedido por una cabecera ultramoderna, muy dinámica y rompedora con lo anterior. Enseguida se empezó a hablar del "decorado espacial".
En aquella época Matías Prats y Ana Blanco presentaban la primera edición. En los planos que les enfocaban (generalmente plano medio y raramente un primer plano) se veían las dos filas de monitores a un lado y una líneas luminosas que imitaban las que aparecían, como ráfagas, en la cabecera.
Por la noche Elena Sánchez y Ramón Pellicer. Fue él, precisamente, quien condujo un Telediario especial sobre la tragedia del cámping de Biescas con invitados en el propio plató situados en la parte derecha del decorado, donde la mesa se redondeaba, lo que nos hace pensar que ese set se había diseñado pensando en la posibilidad de llevar a entrevistados al informativo, cosa poca habitual por entonces (y ahora también, por cierto).
La tercera edición era cosa de Eduardo Sotillos (o Marisa Ciriza, su coeditora y sustituta) y el fin de semana de Fernando G. Delgado y María Escario. Cada noticiario tenía su propia realización así que los planos variaban ligeramente pero siempre se percibía ese juego de tonalidades, luminosidad y profundidad variable característicos de este breve decorado. Y digo breve porque apenas duró un año. En abril de aquel 1996 Aznar ganó las elecciones y en septiembre desembarcó Ernesto Saénz de Buruaga con su equipo. Este periodista encargó una nueva escenografía "a la americana" (podéis verla aquí) que se mantuvo varias temporadas.
Un fin de semana de mayo comenzaba así:
Y así finalizaba una edición del fin de semana de abril:
En aquella época Matías Prats y Ana Blanco presentaban la primera edición. En los planos que les enfocaban (generalmente plano medio y raramente un primer plano) se veían las dos filas de monitores a un lado y una líneas luminosas que imitaban las que aparecían, como ráfagas, en la cabecera.
Por la noche Elena Sánchez y Ramón Pellicer. Fue él, precisamente, quien condujo un Telediario especial sobre la tragedia del cámping de Biescas con invitados en el propio plató situados en la parte derecha del decorado, donde la mesa se redondeaba, lo que nos hace pensar que ese set se había diseñado pensando en la posibilidad de llevar a entrevistados al informativo, cosa poca habitual por entonces (y ahora también, por cierto).
La tercera edición era cosa de Eduardo Sotillos (o Marisa Ciriza, su coeditora y sustituta) y el fin de semana de Fernando G. Delgado y María Escario. Cada noticiario tenía su propia realización así que los planos variaban ligeramente pero siempre se percibía ese juego de tonalidades, luminosidad y profundidad variable característicos de este breve decorado. Y digo breve porque apenas duró un año. En abril de aquel 1996 Aznar ganó las elecciones y en septiembre desembarcó Ernesto Saénz de Buruaga con su equipo. Este periodista encargó una nueva escenografía "a la americana" (podéis verla aquí) que se mantuvo varias temporadas.
Un fin de semana de mayo comenzaba así:
Y así finalizaba una edición del fin de semana de abril: