Murrow desde Nueva York conecta con la casa de los Kennedy
Hacer una entrevista a un personaje famoso parece la esencia de la tele pero no siempre fue así, algunos acudían como artistas invitados a los grandes shows, es decir, se les contrataba para actuar pero lo de abrir su alma respondiendo a preguntas incisivas o indiscretas no estaba planteado en la primera etapa de la televisión. Fue en 1953 cuando la CBS apostó por un formato novedoso en el que la entrevista a celebridades era el único contenido del programa. Para ello necesitaban a un periodista prestigioso para darle empaque al asunto y vaya que lo consiguieron....
Edward R. Murrow era un referente, sus crónicas radiofónicas son estudiadas en universidades de medio mundo y qué decir de su programa televisivo "See it Now", aquel en el que se enfrentó al senador McCarthy en plena caza de brujas. En la película que codirigió George Clooney sobre ese asunto, "Buenas noches y buena suerte" (que era su frase de despedida) se cuenta cómo Murrow negociaba con la CBS para poder emitir estos informes controvertidos a cambio de entrevistar a personajes populares como Liberace (pianista excesivo en todo de plena actualidad por el biopic que le ha dado un Emmy a Michael Douglas) en el programa del que hablamos hoy, "Person to person".
Este espacio no era un simple cuestionario a gente conocida, Murrow conectaba en directo desde un estudio de Nueva York con las casas de sus invitados, que solían dar una imagen familiar edulcorada aunque la realidad no lo fuera tanto. En cada programa se conectaba con dos casas, la de un famoso y la de un importante pero desconocido personaje, en este último grupo entraban escritores, científicos, estadistas...
La actriz-sirena recientemente fallecida Esther Williams con su marido de los 50
Bette Davis con su marido y pareja fílmica en "Eva al desnudo" muestran la mesa giratoria del comedor
Pero eso que he dicho sobre que "no existía la tensión de un plató" no es exacto porque el montaje que se preparaba en sus casas era digno de un estudio, es más, se usaban más cámaras que en un programa normal. Y entramos de lleno en la parte técnica, todo un triunfo que las conexiones no fallaran en una fecha tan lejana como principios de los 50.
Kirk Douglas y su mujer presentan a su hijo Peter
Atentos al dato: si en un plató normalmente se usaban 3 cámaras en aquella época (a veces 4 pero no era lo habitual) para las conexiones desde los pisos o mansiones de sus famosos invitados se colocaban como mínimo ¡seis!
El ilustrador norteamericano por excelencia del siglo XX, Norman Rockwell, se dirige a su estudio
Pero no sólo eso, en un alarde de la técnica que sorprende hoy en día se usaban micrófonos inalámbricos para que los personajes pudieran moverse con tranquilidad, combinados con jirabas y otros estratégicamente colocados. Gracias a eso el pintor Norman Rockwell pudo caminar sin dejar de hablar con Murrow mientras salía de su casa para dirigirse a su estudio.
Joanne Woodward y Paul Newman
La lista de famosos que respondió a las preguntas del periodista desde la comodidad de sus sofás es impresionante y sorprendente porque algunos eran completamente ajenos a la promoción televisiva y no solían conceder entrevistas descubriendo su intimidad y compartiendo plano con sus familias.
Algunos se sentían tan cómodos que se atrevían a mostrar algunas de sus aficiones, por ejemplo Marlon Brando tocando los bongos.
Sofía Loren en la terraza de su piso de Los Angeles
Gracias a "Person to person" la audiencia norteamericana pudo conocer los salones, las cocinas, las terrazas y los dormitorios de estrellas de la pantalla, intelectuales, artistas y políticos. Una especie de "¿Quién vive ahí?" pero 60 años antes.
El productor Michael Todd y su mujer Elizabeth Taylor
Algunos vídeos para que juzguéis vosotros mismos el esfuerzo técnico del programa, empezamos con el cantante y el actor Bing Crosby en 1954:
El imprevisible Marlon Brando unos días antes de cumplir 31 años:
Y el nuevo "Person to person" que, por cierto, no se realizaba en directo: