En 1967 el programa del recientemente fallecido Alan Whicker triunfaba en la BBC 2, cadena por entonces dirigida por David Attenborough que confió en el periodista para un programa semanal tras haber presentado varios especiales en la primera cadena británica sin periodicidad fija. En esta nueva etapa se añadía el "World" al título lo que permitía a Mr. Whicker viajar fuera de Reino Unido y mostrar temas completamente ajenos a la cultura inglesa.
El peculiar comunicador, flemático, irónico, inteligente, profundo pero con su punto de frivolidad, sugirió la posibilidad de venir a nuestro país para grabar una corrida de toros y todo lo que le rodeaba para intentar comprender por qué despertaban tanta pasión (al menos, esa es la idea que de los españoles se tenía fuera).
Es política de la BBC no emitir faenas taurinas pero para este documental era indispensable mostrarla desde el principio hasta el final. Whicker y su equipo lucharon para que la cadena pública comprendiera que si iban a hablar del tema no se podían censurar las partes más brutales porque, en realidad, cualquier imagen iba a herir la sensibilidad de la mayoría de la audiencia, era mejor avisar de la crudeza del programa pero no cercenar el documento para que no perdiera su sentido.
El protagonista elegido no podía ser otro que El Cordobés, conocido entonces como "El quinto Beatle" (no es broma).
Las cámaras cinematográficas que se usban para los reportajes en exteriores no se cortaron un pelo. El sonido de la plaza y de las imprecaciones del torero al animal también se utilizaron en el montaje. El espectador británico no debía de dar crédito a lo que veía, esa imagen distaba de la que había dado Hollywood hasta el momento, la realidad era mucho más brutal, sucia, incómoda...
"Whicker's World" no se ahorró detalles duros, una cogida a El Cordobés fue presentada en primer plano desde dos ángulos distintos. Tampoco se censuró la estocada final.
Aquella emisión tuvo una gran audiencia y permitió que el equipo del programa pudiera proponer otra historia de crueldad hacia los animales pero en terreno propio, la caza del zorro. La BBC tampoco permitía como norma emitir la muerte del raposo pero hizo una excepción en este caso para concienciar al público de lo brutal de esta tradición tan brittish.